Xu Fugui (You Ge), vive en la casa familiar junto a sus padres, su esposa y su hija. Es un ludópata y se pasa la noche en el local del señor Long'er (Dahong Ni), apostando y aumentado la cuenta de deudas, hasta que llega un momento en que lo pierde todo, hasta la casa. La familia es arrojada de la mansión y ello supone la muerte del padre y que su esposa embarazada y su hija, le abandonen.
Fugui comienza a trabajar en lo que puede, su mujer regresa, pues ahora sabe que ha dejado de apostar y él visita al Long'er para pedirle un préstamo y abrir una tienda, pero en lugar de dinero, el Sr. Long'er le entrega su antiguo baúl de marionetas para que se gane la vida como titiritero.
Fugui recorre los pueblos representando su espectáculo, hasta que es capturado, junto a su compañero y amigo Chunsheng (Tao Guo) por las tropas del Kuomintang y reclutado a la fuerza. Tras una cruenta batalla, Fugui y Chunsheng caen en manos del ejército comunista, rápidamente se convierten en animadores de los soldados y, cuando acaba la guerra, pueden regresar a casa. Pero nada volverá a ser igual, China está en pleno proceso de cambio.
Basada en una novela del mismo título del prestigioso escritor chino Yu Hua, que participó en la redacción del guión.
Con una buena fotografía, en la que predominan los tonos cálidos en las escenas de plató y el blanco en las de exterior, algo lógico, ya que la mayor parte de los planos de exteriores están rodados con paisajes nevados como fondo.
La banda sonora evoca aires de música oriental y es muy bonita. Salvo unos pocos planos, prácticamente todo el film está rodado en estudio, con buenos decorados y unas actuaciones correctas y creíbles entre las que destacan los dos protagonistas, muy bien tanto You Ge, como Li Gong, la musa de Zhang Yimou y muy emotivo el personaje de la hija de ambos, Fengxia (Tianchi Liu).
La película hace un recorrido por la historia de China durante tres décadas del pasado siglo, años 40, 50 y 60, es decir, desde el nacimiento de la República Popular, hasta su consolidación más o menos como la conocemos en la actualidad, pasando por las etapas del Gran Salto Adelante y de la Revolución Cultural y lo hace apoyándose en los avatares de una familia que vive esa época convulsa acusando las sucesivas transiciones en sus propias carnes o en las de la gente que les rodea.
A veces, cuando asistimos a la proyección de películas de gran metraje que se nos hacen largas por más que el asunto sea interesante, se argumenta que es difícil resumir en menos tiempo una gran cantidad de acontencimientos relevantes, pues bien, este es un buen ejemplo de cómo se hace una película, con un metraje aceptable en la que se repasa buena parte de la convulsa historia reciente de China, algo que da mucho de sí y que en dos horas nos despacha Zhang Yimou con suma claridad y precisión, permitiéndole además aportar su crítica y sus aclaraciones con el único recurso extemporáneo de incluír dos o tres fotogramas en los que se nos anuncian los saltos temporales de una década a otra, algo muy simple, pero nada sencillo y que marca la frontera entre una buena peli y una gran película.
Magnífica reflexión del cineasta chino sobre la historia reciente de su país, vista desde la perspectiva de la gene sencilla, apoyada en un guión sólido y en unas buenas actuaciones, para un film de mucho nivel, evocador desde la sencillez, que nos relata, sin tomar partido y con ciertos toques de ironía, la dura vida de unas gentes sometidas a un entorno sociopolítico inestable y una vida de verdaderos supervivientes que, a pesar de todos los pesares, no pierden la sonrisa, ni la fe en sus semejantes, con un maravilloso final lleno de esperanza y una puerta abierta al optimismo.
No la he visto, pero parece que pinta bien.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Está muy bien.
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