viernes, 25 de octubre de 2024

CELEBRACIÓN

 


Se celebra el 60 cumpleaños del patriarca de los Klingenfeldt, un respetado miembro de la alta burguesía danesa. A la fiesta acuden selectas amistades de la ciudad y los hijos: uno casado, con su mujer y los niños; una soltera y su novio; y otro hijo soltero, gemelo de otra hija que se suicidó recientemente. Esta muerte, como es natural, pesa, entre los hermanos y los padres como contrapunto oscuro frente a la elegante fiesta. Pero pesa mucho más de lo que cabría imaginar: durante la exquisita cena, a la hora de los brindis, el hijo soltero, el gemelo, se levanta, e imitando tono y gesto de agasajo, acusa al padre de haber abusado sexualmente de ellos cuando eran niños y, en un segundo brindis, de haber provocado la muerte de su hermana gemela.


Es la primera película que sigue las reglas del movimiento Dogma 95, creado a partir del manifiesto que redactaron Lars von Trier y el propio Thomas Vinterberg, realizador de este film.


La película cumple casi a la perfección uno de los puntos del código: crear la sensación de realidad, de algo que está ocurriendo tratando de que la cámara pase inadvertida con su inestable movimiento al ritmo de los sentimientos que provoca la trágica y vergonzosa situación, como si fuera un personaje indiscreto. Parece real que una celebración llena de frescura y espontaneidad, nos sorprenda con el escándalo en esta solemne y elegante reunión de personas de prestigio y gravedad moral.
Un alegato contra la hipocresía social que carga contra el débil y acepta que el poderoso pueda realizar las acciones más vergonzosas y abusar de su poder sin miramientos, mientras los aduladores y aprovechados que le rodean miran para otro lado y acaban siendo partícipes, por omisión, de la injusticia.




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