miércoles, 16 de agosto de 2017

EL MERCADER DE VENECIA

Venecia, 1596. Como en tantos otros lugares de Europa, corren tiempos de tremenda intolerancia con los judíos y la ciudad estado no es una excepción a pesar de su tradición liberal.
Bassanio (Joseph Fiennes) pide ayuda a su amigo Antonio (Jeremy Irons) para que le preste dinero y así poder conseguir la mano de la bella Porcia (Lynn Collins), pero Antonio ha invertido toda su fortuna en la carga de unos buques, con lo que carece de efectivo, por lo que decide pedir un préstamo de 3.000 ducados al prestamista judio Shylock (Al Pacino). Enojado por los insultos que le profiere Antonio, Shylock deja muy claras las condiciones que se deberán cumplir en caso de que aquél se demore en el pago del préstamo. Cuando los negocios de ultramar de Antonio se van al traste por culpa de una tormenta, Shylock se enfurece todavía más, pues su hija Jessica (Zuleikha Robinson) se ha fugado con el noble Lorenzo (Charlie Cox). Al no devolvérsele el préstamo, Shylock reclama ante el tribunal de Venecia, que se le resarza con una libra de carne del propio Antonio, tal cual establece el contrato que firmaron. Con desespero, Bassanio trata de evitar este destino reservado a su amigo, pero Shylock reclama la ejecución del trato, sin aceptar otro acuerdo que el cumplimiento de lo establecido en el contrato.


El guión se basa en la obra homónima de William Shakespeare. A primera vista puede resultar curioso que el genio de la literatura inglesa haya sido adaptado a la gran pantalla en muchas ocasiones y, sin embargo, esta sea la primera vez que se traslada a la misma "El mercader de Venecia".
Claro que si nos paramos a pensar en el mensaje de la obra, el asunto se nos vuelve menos extraño, pues su claro y cruel mensaje antisemita, sin duda hace que esta obra de Shakespeare, resulte poco adecuada, cuando no repulsiva a los ojos del espectador actual en lo que a su retrato del judío Shylock y, por extensión, a sus hermanos de raza y religión se refiere.


La versión sigue bastante fielmente el original, aunque despojado del aire cómico que el autor le confirió.
Vestuario muy cuidado, las interpretaciones desiguales, aunque sin duda, destaca el magnífico trabajo de Al Pacino.
Estoy seguro de que no es la mejor adaptación de esta obra, de hecho hay muchas representaciones teatrales que son bastante mejores que esta versión, pero siempre resulta agradable acercarse a un clásico de la talla de Shakespeare y descubrir ese lado oscuro que representa el odio a los judíos que se les profesaba en toda la Europa del momento y que aquí se quiere achacar a la Iglesia católica, cuando en la Inglaterra de entonces, también estaban en igual situación.




4 comentarios:

  1. Me alegro de que no resultara mal la obra de Shakespeare en el cine, pues es un clásico universal de la literatura esa pieza teatral.
    Me sumo a lo que dices de que sirve para "descubrir ese lado oscuro que representa el odio a los judíos que se les profesaba en toda la Europa del momento"

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    1. Los españoles, como de costumbre, nos llevamos la fama, con la famosa expulsión, pero no era distinto en el resto de Europa.

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  2. No me queda más remedio que reconocerlo, cada vez que oía hablar del pedazo de carne sangrante, me entraba un hambre del demonio...

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