viernes, 3 de julio de 2015

EL MALVADO CARABEL

Amaro Carabel (Fernando Fernán Gómez), trabaja en el departamento contable de la inmobiliaria Giner y Bofarull, empresa que lleva a gala ofrecer un gran porvenir a sus empleados, ninguno de los cuales ha solicitado jamás un aumento de sueldo, además de emplear a los chicos de sus trabajadores como recaderos sin sueldo, pero haciendo el gran favor a sus familias de devolverlos cansados a sus casas, donde duermen a pierna suelta en lugar de dar la lata.
Otro de los orgullos de la empresa es ofrecer a sus empleados todo el aire libre que necesitan, por lo que organizan una carrera pedestre (en domingo, claro, para no perder de trabajar), a la que acuden todos por temor a desagradar a sus jefes que siguen el acontecimiento en descapotable y fumando hermosos puros, mientras animan a los corredores a practicar el sano ejercicio.
Es precisamente en esta carrera donde Amaro conocerá a quien él cree un socio de la empresa, encargado de dar el premio al ganador, el propio Carabel, a quien sonsaca hasta que le informa de buena fe que los terrenos que va a vender a Giner y Bofarull, valen mucho más de lo que le van a pagar.
Enterados los jefes, le despiden acusándole de atentar contra los intereses de la empresa. Además, su novia, al conocer que no sólo le han denegado el aumento de sueldo, sino que le han despedido, le anuncia que no podrá casarse con él ante un porvenir tan incierto.
Carabel, convencido de que todas estas desgracias le llegan por sus buenas acciones, decide cambiar su forma de actuar y comenzar a cometer fechorías.


Adaptación al cine de la novela del coruñés Wenceslao Fernández Flórez, con guión del propio realizador, Fernán Gómez y de Manuel Suárez Caso.
El film había sido llevado al cine con anterioridad por Edgar Neville en 1935.
La presente adaptación se centra en la figura de Amaro Carabel, dejando de lado la historia de Ginesta y su casquivana mujer.


En el aspecto técnico la película, la tercera de Fernán Gómez como realizador, tiene algunas interesantes propuestas, sobre todo en la visión que se ofrece al espectador a través de la cámara y los movimientos de esta, aunque no siempre logrados, resultando algunas veces un tanto abrupto el uso de la cámara subjetiva.
La interpretación de Fernán Gómez que, prácticamente echa sobre sus espaldas el peso del film, a veces es bufonesca incluso exagerada, con un punto de sobreactuación. Creo que quiere darle un aire chaplinesco, sin conseguirlo. Dándole la réplica, la escultural María Luz Galicia, que tampoco se puede decir que haga un gran trabajo, aunque supongo que su presencia debió causar estragos en el público masculino.
En mi opinión, el film no acaba de conseguir transmitir del todo ese tono casi de esperpento que tiene el humor de Fernández Flórez, aunque tiene sus buenos gags.


Un intento interesante de hacer una película en la que no todo es lo que parece, pues bajo la apariencia de una historia de humor absurdo, no se escapan al espectador inteligente las críticas a la actitud semiesclavista de ciertas empresas; el inicio de los pelotazos urbanísticos aprovechando el desarrollo de las grandes ciudades; y el corolario de que las personas honradas y decentes no podrán salir de la pobreza en aquella España.
Más entretenida al principio, el film va decayendo conforma avanza.
De lo mejor, la escena de la carrera pedestre.




4 comentarios:

  1. Esta si que la vi Trecce.

    Un abrazo y buen fin de semana.

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  2. Me lo pasé muy bien viendo esta peli. Claro que era en una època en que las demás pelis españolas eran casi al 95% sobre flamencadas.

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