miércoles, 15 de julio de 2015

LA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC

Brick (Paul Newman)y Margaret (Elizabeth Taylor), un matrimonio en problemas que no tiene descendencia y no hace el amor desde la muerte del mejor amigo de Brick, Skipper, con quien aquel, que se ha convertido en un alcohólico para evadirse de su contexto, mantenía una estrecha relación.
Brick mantiene una postura indiferente hacia Maggie, una bella mujer frustrada que ama a su esposo e intenta reavivar la llama de la pasión entre ambos, recibiendo, en una relación de sadismo emocional, solamente frialdad e indolencia por parte de su esposo. Por su parte, el hermano de Brick, Gooper (Jack Carson), parece mantener una feliz existencia junto a su esposa Mae (Madeleine Sherwood) y su extensa y ruidosa prole. Todos están a la espera de festejar el sesenta y cinco cumpleaños del Abuelo, padre de Brick y Gooper y dueño de una gran plantación en Mississippi que se encuentra gravemente enfermo de cáncer.
El médico de la familia, ha ocultado los resultados de las pruebas a las que el Sr. Pollitt (Burl Ives) acaba de ser sometido y tanto él, como su esposa, creen que los resultados han sido negativos. Cuando el angustiado Brick le cuenta la verdad a su padre, se desencadena una violenta situación que da lugar a que se manifiesten algunos de los más bajos sentimientos que reinan en la familia y estalle la tensión latente que siempre ha existido entre ellos.



Basado en la obra teatral de Tennessee Williams que había sido estrenada en el Morosco Theater de Nueva York el 24 de marzo 1955. Con ella, su autor obtuvo el Pulitzer de drama de ese año y una nominación al Tony de 1956 como mejor obra teatral.
De los actores que la representaron la obra sobre las tablas, repitieron Burl Ives y Madeleine Sherwood.
El guión destroza literalmente el argumento teatral merced al Código de Producción de Hollywood, el conocido como Código Hays de censura, vigente en USA desde los años 30, en una de esas típicas contradicciones, tan hollywoodenses por otra parte, de querer tratar temas escabrosos suavizándolos o disimulándolos.
En este caso, lo que hacen es despistar al espectador que, si no conoce previamente la obra de teatro, no sabe muy bien qué le están contando. Se encuentra a un matrimonio con problemas, en el que el marido no quiere tener contacto alguno con su esposa y no sabemos por qué, llegando a imaginar, por lo que veladamente nos sugieren, que él sospecha que entre su difunto amigo y ella, hubo algo.
Todo ello porque en la película desaparecen de un plumazo todas las referencias a la homosexualidad de Brick, si conociéramos ese detalle quedaría sobradamente explicado por qué él siente repulsa a mantener contacto sexual con su bella, ardiente y frustrada esposa.


A falta de las referencias a este asunto, el film centra su atención en otros temas,  también muy característicos del universo de Tennessee Williams, como el alcoholismo de Brick y las disputas familiares dentro de esa acomodada familia sureña que reúne a estos personajes.
El caso es que perdemos una parte de la esencia de la obra original en esta adaptación de la que Williams abominaba y eso que no sabría nada de la versión española, en la que la censura franquista, metió la tijera, desde el título (en el que suprimió la palabra "caliente"), hasta algunas palabras que son cambiadas, como cuando Maggie le reprocha a su esposo que se siente abandonada y aburrida y él le replica que se busque un amante, en la versión española, le dice que se busque alguna diversión.


A pesar de toda esto, se trata de una película interesante, cuyo planteamiento conserva a sabiendas buena parte de la estructura teatral, pero con unos magníficos movimientos de cámara.
Los actores están todos sensacionales y buena parte del éxito del film se debe a la elección de los protagonistas, muy bien el casi novato Paul Newman, en uno de los mejores papeles de su carrera y una Elizabeth Taylor espléndida y muy guapa. Ellos son también los responsables de que la película se rodara en color, pues estaba previsto que se hiciera en blanco y negro, como otras adaptaciones que se habían hecho de las obras de Tenessee Williams y porque eso le daba cierta impronta de distinción intelectual, pero Richard Brooks tuvo claro que el violeta de los ojos de Liz y el azul acuoso de los de Newman, arrastrarían a muchos fans a las salas de cine. 
No quiero dejar de mencionar a Burl Ives magnífico en su interpretación.
El film es dinámico, con brillantes diálogos no exentos de humor y un buen tratamiento de los personajes que reflejan algunos de los sentimientos recurrentes en las obras de Tennessee Williams encarnados en esta familia sureña, con el patriarca déspota, la madre sumisa, el hijo trepa, y los monstruos cuellicortos que son los sobrinos de Brick y Maggie.




4 comentarios:

  1. Brillante película... me quedo con la conversación de la última parte entre Paul Newman y Burl Ives, mágníficos ambos. Por supuesto, Liz Taylor, no es solo una cara bonita... guapísima, borda su papel.

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    1. Hacía siglos que no la veía y se me pasó en un plis plas.

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  2. Me gusta esta película y te felicito pir la reseña.

    Soy fan de Newman y no soy objetiva con sus actuaciones.
    De esta,me quedo con ese "cierra la puerta" del final con esa voz y esa mirada...

    Saludos

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    1. Hay una curiosa anécdota de Newman en el rodaje de este film. En una de las escenas, hunde su cara en el camisón de Maggie que está colgado en el baño donde se ha encerrado. Parece que en algunos descansos del rodaje, Newman se enfundaba el camisón y corría por el set gritando: ¡Skipper!, ¡Skipper! (el nombre del amigo muerto), era su manera de mostrar su disconformidad por las alteraciones que había sufrido el guión con respecto a la obra original.

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