sábado, 22 de noviembre de 2014

PEDRO DE URDEMALAS

Pedro de Urdemalas es un personaje de fuerte arraigo popular; es astuto, ingenioso y hábil para mudar de faz y salir bien parado de cualquier situación. Por ello, presenta cierta similitud con la figura literaria del pícaro.
El Pedro de Urdemalas de Cervantes no se puede clasificar dentro del género de la comedia seria, ya que carece de elementos trágico-cómicos. Tampoco se puede incluir dentro de la comedia cómica (valga la redundancia), de capa y espada o de la palatina, cuya acción central es amorosa, y cuyos personajes son parejas estereotipadas: galán/dama, impulsados y movidos mutuamente por su amor; galán/gracioso, viejos expuestos a burla, lucha entre viejos y jóvenes. Pedro de Urdemalas muestra un argumento, unos motivos y una técnica diferentes aunque conserve algunas pequeñas influencias del género teatral lopesco.
No se trata, pues, de una comedia de acción sino de carácter. El protagonista, Pedro de Urdemalas, y su vida son el eje central del texto dramático. No es un personaje estereotipado; Cervantes pretende que sea verosímil, y ahí radica parte de la originalidad del teatro cervantino. Pedro, tras pasar por multitud de oficios y bajo el servicio de diferentes amos (grumete, ratero, criado de rufián, mozo de tahúr, mochilero de soldado, criado de un ciego), se va a vivir con un grupo de gitanos movido por su amor hacia Belica.
El protagonista logra un encumbramiento social, como se adelanta bajo forma de premonición en la jornada primera, aunque ese encumbramiento es ficticio, conseguido a través de los papeles que representa, a su vez, dentro de la comedia: rey, papa, etc. Sin embargo, Pedro sale de dicha ficción y se nos presenta como un actor teatral real que se dirige al público.



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