lunes, 4 de abril de 2011

DELITOS Y FALTAS

¿Se pueden mezclar el drama y la comedia? No parecen muy compatibles ambos géneros, o se está serio o se ríe uno. Sin embargo, una vez más, el maestro neoyorkino nos da una lección de cómo dar otra vuelta de tuerca a los géneros clásicos y se saca de la chistera esta sensacional reflexión sobre la conciencia moral de las personas, al tiempo que nos regala algunos de sus chistes delirantes e inteligentes. A la postre no deja de ser una especie de "Crimen y castigo" en versión Woody Allen, en la que el espectador, sin saberlo, se ve impelido a actuar como juez sobre la acción de Judah Rosentahl, el oftalmólogo judío y ateo, en el cénit del éxito social que mata para salvar su buen nombre. En otro tipo de films, vemos las cosas como meros espectadores, así ocurre en cualquier película de género negro, en el que muchas veces se nos presentas situaciones que sabemos que no se dan en la vida real, o al menos, nosotros no vamos a vernos involucrados en ellas. Pero aquí se nos plantea una historia que tiene visos de realidad, que cualquier día nos puede suceder a nosotros o a cualquier persona de nuestro entorno cercano y, queriéndolo o no, juzgamos y nos ponemos de parte o en contra del protagonista, porque habilmente nos llevan hasta ahí.

Al tiempo, asistimos al fracaso de la vida y la obra de Clifford Stern, sabe que su obra no le va a reportar fama, pero no está dispuesto a venderse al éxito por hacer lo políticamente correcto. Y también nos vemos involucrados, hasta el punto de que más de una vez le diríamos al fracasado realizador que tragase con lo que echen y se deje en paz de hacer el panoli. Integridad o cinismo; sueños o pragmatismo; Dios o ateísmo. Son varias las dicotomías que se nos plantean y el resultado no es del todo alentador. Porque al final no gana el bueno, parece que en esta vida hay que dejar a un lado las consideraciones morales para llegar a ser alguien y que si eres coherente con tus principios, te las van a dar todas del mismo lado.


Buen guión, con un buen ritmo en la narración y una actuación acorde de Martin Landau, que fue nominado para el óscar por este papel. Y nosotros salimos, después de verla, pensando en todo lo que ha ocurrido y en qué haríamos en tales circunstancias y, como ya he dicho en alguna ocasión, las pelis que te hacen pensar, son buenas películas.




2 comentarios:

  1. Creo, ya te dije otro día, que esta es una de las mejores pelis de Allen. Combina a la perfección la comedia y el drama. Y es una peli coral, como Hanna y sus hermanas, bueno, como casi todas. A mi me encanta cada vez que la vuelvo a ver. Landau está espléndido.

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