martes, 4 de noviembre de 2025

SEGÓBRIGA

 


Situada a tres kilómetros de la villa conquense de Saelices y a diez de Uclés, la antigua ciudad romana de Segóbriga, cuyos restos conforman el actual parque arqueológico del mismo nombre, conserva, no solo las ruinas romanas, las más importantes sin duda, ya que ocupan la mayor extensión y son las más numerosas, sino también vestigios del castro celtíbero sobre el que se asentó la urbe romana y la planta de la basílica visigótica de la época en que la ciudad aún debía conservar su esplendor, siendo sede episcopal.


Muy agradable de visitar y fácil de recorrer, podemos hacernos una idea bastante certera, paseando entre sus ruinas, de lo que debió ser aquel enclave situado en un estratégico cruce de caminos entre otras ciudades romanas de la época.


Su momento de máximo apogeo debió estar alrededor del siglo I de nuestra era, cuando las minas de lapis specularis se hallaban en plena producción. Esta especie de yeso traslúcido era empleado en la fabricación de cristales para las ventanas, con lo que era muy apreciado hasta la aparición del cristal ya en el siglo II. Tanto en Pompeya como en el Circo Máximo, además de otros lugares, se han encontrado restos de este material, se cree que procedentes de este yacimiento.


La invasión musulmana provocó el abandono de la ciudad por parte de los nobles y personajes más destacados que buscaron refugio en tierras más al norte y tras la reconquista, el panorama geopolítico había cambiado, el lugar perdió su importancia estratégica y las gentes se asentaron en la vecina Saelices. El lugar, conocido desde entonces como Cabeza de Griego, fue entregado a la Orden de Santiago, a la que Alfonso VIII le había entregado la cercana fortaleza de Uclés en 1174 y que era sede de esta importante orden de caballería.


Además de la impresionante basílica visigótica de la que, como queda dicho, se conserva su planta, pueden reconocerse muchas obras de la época romana, entre ellas el teatro, el anfiteatro, el acueducto, el foro, las termas y muchas más.




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