Durante unas vacaciones en Niza, Jean Fournier (Claude Mann), un modesto empleado de banca, conoce a Jackie Demaistre (Jeanne Moreau) y se enamora de ella. Se trata de una joven ludópata que se juega todo cuanto gana y que abandonó a su marido y a su pequeño hijo por el juego.
Aunque es cierto que el film trata sobre las adicciones y, más concretamente sobre las que acarrean los juegos de azar, es también una metáfora sobre el juego de la seducción.
Un film brillante con guion y dirección de Jacques Demy (por cierto, asistido por Costa Gavras), con una atractiva fotografía de Jean Rabier y la banda sonora de Michel Legrand, protagonizado por una deslumbrante Jeanne Moreau vestida por Pierre Cardin.
La historia de una amarga pasión.
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