miércoles, 20 de febrero de 2019

DJANGO DESENCADENADO

Django (Jamie Foxx), es un esclavo que está siendo trasladado, junto a otros. Durante el viaje, el grupo se encuentra con un cazarecompensas de origen alemán, el Dr. King Schultz (Christoph Waltz). Schultz le sigue la pista a los hermanos asesinos Brittle, y Django es el único que podrá llevarle hasta ellos, pues recuerda su aspecto, algo que desconoce el cazarecompensas, que espera cobrar por ellos una jugosa cantidad de dinero. El poco ortodoxo Schultz compra a Django con la promesa de dejarlo en libertad tras capturar a los Brittle, vivos o muertos.
Tras la exitosa misión Schultz deja en libertad a Django pero ambos optan por no separarse y seguir el mismo camino. Con la ayuda de Django, Schultz emprende la búsqueda y captura de los delincuentes más buscados del Sur. Según va puliendo sus capacidad como cazador, Django se centra en su única meta: hallar y rescatar a Broomhilda von Shaft (Kerry Washington), la esposa que le arrebató el tráfico de esclavos muchos años atrás.
La búsqueda de Django y Schultz los guiará en última instancia a Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), el propietario de “Candyland,” una infame plantación donde los esclavos son preparados por el entrenador Ace Woody (Kurt Russell) para luchar unos contra otros por diversión. Al reconocer la propiedad bajo pretensiones falsas, Django y Schultz levantan la sospecha de Stephen (Samuel L. Jackson), el esclavo doméstico de confianza de Candie. Ahora las cosas se complican y cuando estaban a punto de cerrar el trato, Stephen convence a su dueño de que le están engañando. La situación de Django, SchultzBroomhilda, pende de un hilo, hasta el punto de que sus vidas corren peligro.


Tarantino rinde homenaje a algunos de sus referentes cinematográficos, en este caso a los western de serie B y al llamado Spaghetti western.
Desde el mismo título, referencia clara a la película Django (1966), dirigida por Sergio Corbucci y protagonizada por Franco Nero. Por si no estuviera claro, el propio Nero, hace un cameo en la película y tanto los títulos de crédito, como la canción que los acompaña, son los de la película de Corbucci.
Los guiños a este tipo de films no acaban aquí y se suceden a lo largo de la película.


Aparte de eso, fiel a su estilo, el director de Tennessee, llena la pantalla de sangre y violencia sin mesura. La sangre revienta literalmente y casi salpica al espectador, algo muy del gusto de los fans de Tarantino.
Decidirse por un western a estas alturas, conlleva muchos riesgos, el principal el de ofrecer algo ya visto mil veces, así que se ha buscado la originalidad en que el aparente protagonista sea negro y en un cierto aire de novedad en la historia que cuenta.
Técnicamente la película es una maravilla, como casi todo el cine de este autor, bien fotografiada, con buena ambientación y unas interpretaciones que, sobre todo en el caso de DiCaprio y Christoph Waltz, rayan a gran altura.


Quiérase o no, guste más o menos su cine, lo cierto es que Quentin Tarantino es uno de los grandes, su cinematografía le avala. Así que cada uno de sus nuevos proyectos despierta gran expectación, a la que no siempre responde el resultado obtenido. Para mi gusto este es uno de los casos. La película está bien, resulta entretenida, tiene un ritmo aceptable y la historia resulta grata para el espectador, en el sentido de que los buenos ganan, los malos reciben su castigo y tiene un final feliz. Pero todo en ella es excesivo, desde la propia historia en sí, en ocasiones rebuscada y resuelta con alguna que otra trampa, hasta esos otros excesos que ya son marca de la casa.
Una buena película, como no cabía esperar otra cosa viniendo de quien viene, pero no la tengo entre los mejores films de su autor, hay otros que me gustaron bastante más.




2 comentarios:

  1. No me gustó. Demasiado homenaje/plagio en su cine le resta originalidad y llega incluso a aburrir que es lo peor que le puede pasar a una película.

    ResponderEliminar