lunes, 23 de julio de 2018

EL EDITOR DE LIBROS

Thomas Wolfe (Jude Law), de talento y personalidad arrolladora, es un joven escritor que tiene dificultades para publicar. Max Perkins (Colin Firth), su descubridor, es uno de los editores más respetados de todos los tiempos. Perkins está orgulloso del genio de Wolfe y lo trata como a un hijo; por contra, éste empuja al editor a una vida de excesos. La amistad que les une sacude las vidas de estos hombres brillantes y opuestos.
Los escritos de Wolfe habían sido rechazados una y otra vez por varias editoriales, hasta que su manuscrito "El ángel que nos mira", cae en manos de Max Perkins, que inmediatamente ve en él un talento increíble, pero observa una especie de incontinencia descriptiva en sus narraciones, por lo que considera que la obra de Wolfe debe ser aligerada de manera radical.
Las correcciones que va haciendo el editor, suponen a la postre que los libros de Wolfe se conviertan en éxitos de ventas, pero al tiempo van complicando la relación entre ambos hombres que, a pesar de los pesares, construyen algo que va más allá de la amistad y que incluso provoca las protestas de la esposa de Perkins, quejándose de que este apenas ve a sus hijos y de la compañera de Wolfe, Aline Bernstein (Nicole Kidman), una mujer que abandonó a su esposo y sus hijos para unirse al escritor y que siente que lo está perdiendo, culpando de ello a Perkins.


Biopic sobre la relación de dos genios: Thomas Wolfe y su editor Max Perkins, el descubridor de novelistas icónicos como F. Scott Fitzgerald (Guy Pearce) y Ernest Hemingway (Dominic West).
El guión sigue bastante fielmente el libro "Max Perkins: Editor of Genius" de A.Scott Berg sobre la figura de Perkins y su trabajo en la sombra, ayudando a sus autores como editor de sus libros.


El film resulta muy atractivo durante buena parte del mismo, hasta que en un momento determinado, hacia la mitad de la película, comienza a decaer algo, como si el realizador perdiera la inspiración para trasladarnos la relación de estos dos hombre que llevó a Wolfe a ser considerado uno de los grandes autores norteamericanos de su época.
Creo que el espectador aficionado a la lectura, se ve atraído porque piensa que se va a hablar de personas cuyos nombres son sinónimo de palabras sagradas (Fitzgeral, Hemingway, Wolfe), pero aquello no responde del todo a las expectativas creadas, lo mismo ocurre con el plantel de actores, del que únicamente cumple sobradamente con lo esperado Colin Firth.
Película interesante por el tema que trata, con algunos buenos diálogos y con historias paralelas que poco aportan al conjunto e incluso decepcionan.
Bien ambientado, sin embargo, tampoco se saca demasiado partido de la época en que transcurre.
He leído alguna crítica de esas que te hacen "gracia", considerando al film moralista y sentimentaloide, argumentando, entre otras razones, la carta que escribe Wolfe a su editor, poco menos que pidiéndole perdón por sus desplantes y reconociendo sus méritos. Pues para quien le parezca que la película se pasa a la hora de tocar la fibra sensible con ese asunto, decir que la carta existió y que fue escrita por Thomas Wolfe en su lecho de muerte.
Precisamente cuando la está leyendo, en la última escena de la película, es la única vez en que vemos que Perkins se despoja de su sombrero, siempre le vemos con él puesto, incluso cuando está en casa, sentado a la mesa para comer con su familia, en mangas de camisa.




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