viernes, 20 de mayo de 2011

VICKY CRISTINA BARCELONA

Por mal que salgan las cosas, por malo que sea el producto, por más que ni la crítica, ni el público aplaudan tu peli, siempre hay alguien que puede sentirse santisfecho.
Dentro del elenco, se me ocurren un par de nombres: Javier Aguirresarobe y Penélope Cruz, aunque alguno más hay. El primero porque se tuvo que divertir con su trabajo, porque muchos van a aplaudir sus encuadres y porque se puso en sus manos la bicoca de fotografíar Barcelona y algunos paisajes asturianos y supo sacarles partido.
Y de Penélope, pues que además de poder decir a sus nietos que trabajó con Woody Allen, gracias a ser quien era el director se llevó un Óscar.
Y fuera del equipo de la peli, sin duda las instituciones que pusieron el dinero (dinero público, ojo), porque les salió la jugada de maravilla, pudieron promocionar Barcelona por todo el mundo con una película de Allen y esto es literal, hay notas de prensa de ese año que hablan de promociones turísticas organizados por los consulados españoles en varias ciudades del mundo, en los que aparte del consabido papeo, de alguna actuación y del político catalán de turno que estaba en el evento y cobraba la dieta, se proyectaba la peli de Mr. Woody.



Es una pena el bodrio que le salió, porque para una vez que un director de campanillas nos saca en el cine, lo hace con un film de esos que al año siguiente nadie recuerda. Una lástima, porque desde el punto de vista estético, las imágenes están tomadas con gusto y exquisitez.
En fin, trabajo perdido.



La peli pretende tener un mensaje. Que sí, de verdad, creedme. Una de esas historias llamadas circulares, en las que nos narra los sentimientos descontrolados de unos personajes en plena madurez, que han sido preparados para comerse el mundo, pero que sin embargo no acaban de encontrar su plenitud.
Pero el guión es malo, no tiene buen argumento, no transmite y los personajes son malos con avaricia (los personajes, no los actores).



Algunas escenas que pretenden mostrarnos un supuesto mundillo intelectual, o aquellas en las que se nos explican las dudas morales, están metidas con calzador, desentonan del todo, como si el director, a través de ellas quisiera desprender al film de la etiqueta de comedia ligera. No lo consigue, claro. Ya digo que los personajes son como irreales y hasta las escenas de sexo resultan poco creíbles.



La música, con una canción del grupo afincado en Cataluña Giulia y los Tellarini, que a mí me resultó agradable y retazos de Albeniz y la conocida composición "Entre dos aguas" de Paco de Lucía, no está mal, se nota algo ese cuidado que tiene Allen por esta parte de sus pelis, pero hasta en esto está flojo esta vez. Resulta repetitivo y, en ocasiones, desafortunadamente folclórico.



En fin, por decir algo bueno, agradezco a Allen que no convirtiera a Bardem en torero y nos lo presente como pintor y que a pesar de algunos tópicos (al fin y al cabo así nos ven los turistas), demuestre al mundo que España no es México.
Ah, y también que incluyera en en el reparto a Rebecca Hall.




6 comentarios:

  1. Ya sabes, todos tenemos nuestro día tonto. Hasta mi ídolo Allen los tiene también. De lo contrario, no sería humano.

    Saludos cordiales

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  2. Estamos plenamente de acuerdo: yo creo que la peor película de Allen de toda su filmografía. Midnight in París, en esta especie de periplo por ciudades con glamour, sin ser redonda, es una pelí aceptable. Pero ésta...

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  3. Me dije No, lo siento, querido WA, pero ésta NO. Y veo, por lo que dices, que acerté.Dicen que Allen en ésta... Toma el dinero y corre
    Saludos blogueros

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  4. Ya he visto la magnífica reseña de Midnight in París en su blog. Un saludo.

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