viernes, 10 de enero de 2025

SOY UN FUGITIVO

 


Tras haber luchado en la Primera Guerra Mundial, James Allen (Paul Muni), regresa a casa, pero no quiere seguir trabajando en el monótono mundo de la fábrica de calzados. Viaja por todos los EE.UU. trabajando como obrero especializado en la construcción, hasta que, de manera inocente, se ve involucrado en un robo y es encarcelado, trabajando de forma brutal con una cuadrilla de presos con largas condenas. Finalmente logra escapar y se dirige a Chicago, donde de forma lenta, a lo largo de varios años, logra convertirse en uno de los ingenieros de construcción más respetados de la ciudad. Tiene una novia atractiva, Marie (Glenda Farrell), que amenaza con delatarlo si no se casa con ella. Cuando conoce a Helen (Helen Vinson) y se enamora de ella, las cosas van de mal en peor.


Basada en el caso real de Robert E. Burns, de cuya historia el film cambia algunas cosas. 
Allen tendrá que acabar aceptando que para sobrevivir habrá de llevar una existencia delictiva, convirtiéndose, de forma permanente, en un fugitivo de la justicia. 
Estamos ante una película de denuncia que pone en solfa la dureza del sistema penitenciario, concebido, no para rehabilitar, sino para castigar, se supone que los delincuentes son hombres duros y hay que tratarlos con dureza, incluso con brutalidad. 
En algunos estados de los Estados Unidos, regía un sistema conocido como chain gang (cadena de presidiarios), al que hace referencia el título en inglés, que consistía en tener a los presos encadenados para poder realizar trabajos fuera de la prisión, esas típicas escenas en que los vemos picando piedras o construyendo caminos y carreteras. En este film, les ponen los grilletes cuando llegan al penal y hasta el día en cumplen condena, no se los quitan, los llevan todo el día, incluso para dormir, pasando una larga cadena por ellos para mantenerlos unidos al catre, como a los negros de los barcos esclavistas. Este sistema de penales siguió existiendo hasta 1955 en que fue abandonado en todo el país, con la excepción de Arizona. 
El film está considerado como el inicio del subgénero carcelario que ha dado algunas grandes películas que todos recordamos.


Retrato desolador de la injusticia y el sufrimiento humanos, también de los problemas que encontraron los veteranos de la I Guerra Mundial al regresar a casa, sin tener un trabajo asegurado y lanzados a la carretera en busca de sustento. 
Dirigida por Mervyn LeRoy, uno de esos directores que no necesitan etiqueta de autor, porque concebía el cine, además de como un arte, como un trabajo: El estudio le presenta un guion y él lo saca adelante, por eso es capaz de hacer cualquier tipo de película, lo mismo le da ésta, que Quo Vadis? o Mujercitas, films que nada tienen en común, pero que hace con calidad y maestría, como en este caso en que utiliza un lenguaje sencillo y claro, para contar una historia muy dura, con buenos diálogos y muy profunda, para lo que tan solo precisa hora y media. Fantástico también el dominio del lenguaje visual, como ejemplo, una secuencia en la que mediante un travelling, recorre los rostros de los presidiarios en sus camastros, los ojos hundidos y las bocas con una mueca de amargura que denota la resignación ante la humillación que sufren cada día.




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