miércoles, 21 de agosto de 2019

EL MENSAJERO DEL MIEDO

El sargento Raymond Shaw (Laurence Harvey) es solo uno de los setenta y siete militares estadounidenses que regresaron de la Guerra de Corea y recibieron la Medalla de Honor del Congreso. La madre ambiciosa y controladora de Raymond, Eleanor Iselinm (Angela Lansbury), quiere capitalizar el nombre de Raymond en la oferta de reelección de su esposo y padrastro de Raymond, el senador republicano Johnny Iselin (James Gregory), que no se siente bien con Raymond y que desprecia a ambos. A pesar de que Johnny es visto en gran parte como un bufón, ha obtenido un mínimo de éxito político en buena medida debido a su retórica anticomunista. La Medalla de Honor fue el resultado de que Raymond salvó a nueve miembros de su batallón del ejército, incluido su comandante, el mayor Bennett Marco (Frank Sinatra), que fue quien le propuso para la distinción, a pesar de que su opinión sobre Shaw no es nada buena, pero es como si una fuerza interior le obligara a hablar bien de él en público.
Ben Marco ocupa ahora un puesto en Washington y tiene una pesadilla recurrente en la que aparecen los nueve hombres y dos más que nunca regresaron. Lo que Ben desconoce es que al menos uno de los otros ocho sobrevivientes, con quienes no ha mantenido contacto después de regresar a los Estados Unidos, tiene una versión similar de la misma pesadilla. Ben finalmente decide que la persona que mejor puede ayudarlo a descubrir la fuente de la pesadilla es el propio Raymond. Después de presenciar un comportamiento inusual en Raymond, Ben Marco sabe que algo no está bien y descubre una conspiración sin precedentes contra los Estados Unidos.


El guión se basa en la novela The Manchurian candidate (título que se respeta en la versión original), de Richard Condon, un nombre que quizá les diga poco o nada, pero voy a contarles alguna cosilla de su biografía para que vean que no es precisamente un don nadie. Una de sus novelas, The oldest confession, sobre el robo de obras de arte, le fue inspirada en Madrid, donde conoció a los grandes maestros de la pintura mientras localizaba para su estudio exteriores en El Escorial para rodar la película Orgullo y pasión. La novela de Condon fue un éxito, pero cuando se llevó a la pantalla (en España se llamó Último chantaje) fue un fracaso, a pesar de estar protagonizada por Rex Harrison y Rita Hayworth.
Pero quizá, lo que sí les pueda sonar más es una de sus novelas más conocidas, El honor de los Prizzi, convertida en película por John Huston y protagonizada por Jack Nicholson, Kathleen Tumer y Anjelica Huston.
El cambio más importante que se introduce en la adaptación de la novela para el cine, es que desaparece la explícita relación incestuosa entre el sargento Shaw y su madre, que aquí queda ligeramente sugerida.


La teoría de la conspiración encuentra acomodo en esta trama bastante increíble, aunque hay que decir que, a veces, la realidad nos sorprende y lo que parecía que no podía ser sino fruto de una mente calenturienta, toma visos de realidad.
De cualquier modo, a lo largo del film presenciamos algunas cosas que, como mínimo, resultan poco creíbles, como que a una persona de quien se tienen fundadas sospechas de que trabaja para el enemigo merced al lavado de cerebro que ha sufrido, se le deje poco menos que campar a sus anchas.
La película cuenta con el aliciente de la actuación de Sinatra y con un montaje que tenía su complicación y que está bastante conseguido, ya que mezcla escenas en tiempo presente y recuerdos de la estancia del grupo en Corea, sobre todo aquellas en que les vemos en lo que ellos creen es una reunión de rancias señoras amantes de la horticultura, cuando en realidad están rodeados de agentes y militares rusos, chinos y coreanos. Todas estas imágenes se van intercalando, pero el espectador siempre sabe lo que está ocurriendo.
Ángela Lansbury, la actriz que alcanzó la fama con la interpretación, años más tarde, del personaje protagonista de la serie televisiva "Se ha escrito un crimen", estuvo nominada al Oscar como mejor secundaria.




No hay comentarios:

Publicar un comentario