jueves, 10 de mayo de 2018

15:17 TREN A PARÍS

A primera hora de la tarde del 21 de agosto de 2015, el mundo quedó paralizado y en silencio, mientras era testigo de las informaciones facilitadas por los medios de comunicación, que hablaban de un atentado terrorista frustrado en el tren Thalys de alta velocidad número 9364, que se dirigía a París desde Ámsterdam; el ataque había sido evitado por tres valientes jóvenes estadounidenses que estaban de viaje por Europa. La película narra el devenir de las vidas de estos amigos, desde sus primeros problemas durante la infancia hasta que encontraron su lugar en la vida, para llegar a la serie de excepcionales acontecimientos que se concatenaron antes del ataque. A lo largo de la angustiosa prueba a la que se ven sometidos, su amistad nunca flaquea, sino que se convierte en su mejor arma y les permite salvar las vidas de los más de 500 pasajeros que iban a bordo del tren.
El heroico trío está compuesto por Anthony Sadler, el antiguo miembro de la Guardia Nacional de Oregón Alek Skarlatos y el antiguo cabo de aviación del Ejército del Aire de Estados Unidos Spencer Stone, que se interpretan a sí mismos en la película.
El film narra la historia real de estos tres hombres cuya bravura y valentía les convirtieron en héroes durante un viaje en el tren de las 15:17, con destino a París.
El primero que se enfrentó con El Khazzani, el terrorista armado, fue un francés que intentó en vano pararlo y dio la alerta al resto de los viajeros y fue cuando intervinieron estos tres jóvenes norteamericanos. El francés rechazó la Legión de Honor que le fue concedida en premio a su valor y prefirió mantener el anonimato, según parece, por temor a futuras represalias yihadistas.


El guión se basa en el libro The 15:17 to Paris: The True Story of a Terrorist, a Train, and Three American Heroes, escrito por el periodista Jeffrey E. Stern, en colaboración con los tres protagonistas de la historia Spencer Stone, Anthony Sadler y Alek Skarlatos.


En general la crítica ha tachado la película de mala, así de claro.
A estas alturas, Clint Eastwood puede hacer lo que quiera, tiene crédito de sobra para permitirse rodar lo que a él le apetezca sin pararse a pensar en otra cosa.
Supongo que en esta ocasión algo de eso ha ocurrido, aunque es cierto que no podía acometer el proyecto que tenía en la cabeza, desconozco las razones, y así como para pasar el rato, decidió embarcarse en este otro.
¿La película es mala? Yo creo que no, lo que sí puede ocurrir es que haya gente que vaya a verla pensando en que va a ver durante hora y media los avatares de estos personajes en el interior del tren tratando de reducir al terrorista y se encuentra con que es una película sobre sus vidas, incluída su infancia y que lo del tren, que da título al film, dura escasos 15 minutos.
Y encima, sus vidas no son nada del otro mundo, son chavales del montón, con sus problemas, es cierto, pero no son delincuentes juveniles, ni grandes deportistas, ni chicos que llamen la atención por nada en especial, sino jóvenes del montón.
La película no es aburrida, lo que ocurre es que habla de cosas sencillas y eso, dependiendo cómo se mire, también es un mérito, que sea capaz de hacer una película más o menos llevadera, con vidas normalitas y, eso sí, con unos quince minutos finales made in Eastwood. Que quince minutos brillantes no justifican un film de hora y media, pues no, es cierto, pero es que el resto está bien rodado, aunque, para ser sincero, hay que reconocer que no cuenta nada.
Otra de las cosas que algunos le han criticado es que escogiera a los auténticos protagonistas reales de la historia para interpretar sus propios personajes. Que si no les ha dirigido y les ha dejado a su albedrío, que si se nota que no son profesionales... Eso dicen algunos, seguramente tendrán razón, pero a mí me ha parecido que no lo hacen mal y que le dan un tono de frescura y espontaneidad al film.
En fin que a pesar de lo que digan sus fans, no creo que con el paso del tiempo esta película sea muy recordada, pero tampoco hay que sacar las patas por alto y ponerle a caer de un burro. Film sencillo, yo creo que sin demasiadas pretensiones, en el que hecha mano de eso que tanto le gusta al director/realizador norteamericano de cantar las virtudes del heroísmo americano, aunque, eso sí, no dejen de observar una escena, cuando los amigos están visitando Berlín y le dicen al guía que les muestra el lugar donde estaba el bunker del Führer, que ellos pensaban que Hitler había muerto en el Nido del Águila, su refugio de los Alpes Bávaros, acuciado por la inminente llegada de los norteamericanos y el guía les replica: Pues no, Hitler murió aquí, junto con su esposa Eva Braun y fueron los rusos quienes le tenían cercado. Sus libros de historia están equivocados y no siempre es gracias a los americanos lo que de bueno ocurre en el mundo.
Patriota, pero no patriotero.




2 comentarios:

  1. Como bien dices "Harry el Sucio" como siempre lo nombro yo, a estas alturas de la vida, puede permitirse el lujo de hacer lo que le plazca, ya que con su dilatada carrera y las joyas que nos ha dejado, yo creo que no saldrán muchos actores y directores como Eastwood, sobre todo directores, aunque eso sí; muchas veces se le ve el plumero con ese afán desmedido de patriota. En cuanto a la parte final de tu crónica, y a la pregunta de los protagonistas sobre Hitler, vaya cagada; que se lo pregunten a los rusos, como murió el dictador, con los millones y millones de muertos civiles, que se llevó por delante cuando invadió la Unión Soviética. El merito o gran parte de él, de que los aliados ganasen la Segunda Guerra Mundial, o de que esta no se alargase más años, fue gracias a los rusos, y no como mucha gente se cree por esos buenos y defensores del mundo que son los yanquis.

    Salud Trecce.

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    1. Los americanos, en muchas cosas, se ven como el centro del universo y es como si los demás no existiesen.

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