A mitad de camino entre la novela y el ensayo, Juan Eslava Galán nos acerca a la España de los 50 sirviéndose del hilo conductor de algunos personajes, estereotipos de la época, el Piojo, el Burro Mojao, el Chato Puertas y algún otro, que nos van llevando a través de historias que, por chuscas que nos parezcan, son reales, como de cuando en vez nos advierte el autor, para que no pensemos que esta o aquella otra anécdota que le sirve de base a sus capítulos sale de su magín, sino de la vida misma.
Desde el retrato de los personajes particulares, de todos conocidos (Franco, algunos ministros, el futuro rey Juan Carlos...), hasta las situaciones que les tocaba vivir a los sufridos ciudadanos de forma individual o al país colectivamente.
El regreso de los divisionarios, las intolerancia de la Iglesia, la corrupción política, las cacerías del Caudillo (como en La Escopeta Nacional), las penurias económicas, la firma del tratado de cooperación con EE.UU... Todos estos asuntos los va tratando Eslava Galán con detalle y con su particular sentido del humor que hacen del libro una obra triste y divertida al tiempo, algo muy difícil de conseguir y sólo al alcance de quienes dominan la técnica y el lenguaje como lo hace el jienense.
Aunque algunos ya sabemos cómo era el paño, seguro que algunos de los potenciales lectores, descubrirán ciertas facetas poco conocidas (cuando no ocultadas o tergiversadas) de los personajes que citábamos, con un Franco desconectado de la realidad por falta de preparación y por desidia, sólo preocupado por las cacerías y la pesca y un Juan Carlos que ya apuntaba maneras, no quiero decir la palabra que me sugiere, pero digno miembro de esa familia de aprovechados que han sido los Borbones, a quienes durante muchos años sostuvo la rancia nobleza española por medio de sus aportaciones económicas y algunos todavía están esperando que les den las gracias.
Muy jugoso, entretenido y, como digo, Eslava sabe desdramatizar la tragedia a través del humor en la mejor línea de la tradición satírica española.
Un buen libro y que, sin duda alguna, ayuda a conocer "un poco" la vida de entonces a los jóvenes de hoy. A muchos les parecerán mentira muchas de las cosas que cuenta. Pero son reales. Los que las vivimos en primera persona, sin embargo, eramos más felices incluso que hoy día, porque veías que progresabas muy lentamente, pero progresabas y no tenías encima al Montoro de turno, porque el salario que cobrabas era integro para ti. No había IRPF para los que vivíamos de una nómina. Algunos, que querían hacerse ricos más de prisa, marchaban a Alemania, a Francia etc. Otros, los más especuladores se dedicaban al estraperlo que aunque no era legal, la Guardia Civil solía hacer la vista un poco gorda. Era la vida de entonces.
ResponderEliminarEs una manera de verlo, José Luis, seguro que algunos no eran tan felices.
EliminarEs la continuación de una triología formada por: Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie y Los años del miedo.
ResponderEliminarYa la portada lo dice todo.
Es cierto que se presenta como parte de una trilogía, pero advertir que se puede leer de manera totalmente independiente sin perder un ápice de la historia que narra.
EliminarTiene pinta de ser muy interesante.
ResponderEliminarYo creo que sí y, además, entretenido.
EliminarSegún mi madre (tiene 87 años) está genialmente escrito y refleja la realidad.Lo han leido todas sus amigas (supervivientes),incluso mandó un ejemplar a una que vive en los EEUU.Y a mi también me ha encantado, como todo lo de Juan Eslava,un tipo digno de conocer.
ResponderEliminarEs cierto que la refleja, las anécdotas que narra están tomadas de esa misma realidad y todo adobado con el peculiar gracejo de Juan Eslava que, para mí, es uno de los mejores escritores del panorama actual.
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