jueves, 22 de agosto de 2024

THE YELLOW SEA

 


Acosado por las deudas, casi en la miseria, un taxista que vive en Yanji, en la prefectura autónoma coreana de Yanbian, situada en la frontera entre Rusia, China y Corea del Norte, viaja a Corea del Sur cuando un gánster local le ofrece pagar su deuda a cambio de matar a un hombre conocido como "El profesor". Mientras tanto, también busca a su esposa, que había ido también al país surcoreano, pero no ha respondido desde hace seis meses. Su sospecha de que ella le ha traicionado hace que su tensión aumente. La noche en que está dispuesto a matar al profesor, ocurre algo inesperado y de pronto se encuentra huyendo de la policía y de la mafia para salvar su vida.


Peleas violentas e intensas persecuciones en automóvil, en este film del coreano Na Hong-jin, en escenarios y situaciones que nos suenan de otras producciones similares, en esta ocasión con un personaje que viene de una zona remota en que la economía, la supervivencia y la vida misma, se rige por sus leyes particulares. Un entorno duro que destierra a la pobreza y la marginalidad a quien no se suba a la nave que pilotan quienes dominan la situación. Un engranaje de crimen y abuso que acaba engullendo al protagonista.


Al rebufo de los éxitos comerciales de algunos films que el aficionado guarda en su memoria, hubo una especie de eclosión de realizadores surcoreanos que se aventuraban por sendas trilladas haciendo películas, en el fondo, muy parecidas, pero no deja de resultar llamativo que, incluso cuando nos suenan a ya vistas, la calidad técnica de estos directores alcanza altos niveles, incluso cuando, en muchos casos, su carrera anterior es bastante limitada en número de títulos. 
Algo parecido ocurre con este film en el que junto a escenas de cierta brillantez, hay otras en que, a base repetir los mismos esquemas, nos resulta absolutamente falta de originalidad y todo ello, bajo la premisa de saber adaptarse al particular ritmo del cine oriental, pues mientras presenta a los personajes y sus circunstancias, las cosas transcurren con cierta lentitud, hasta que en determinado momento, la acción se torna trepidante y apenas nos da respiro para pensar en las incongruencias de un guion que se torna algo confuso, de manera que no sabemos muy bien las razones exactas que mueven a las bandas a pelear entre ellas.




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