miércoles, 4 de octubre de 2023

LOS VIVIDORES

 


A principios del siglo XX, John McCabe (Warren Beatty), un hombre con un misterioso pasado, llega a Presbyterian Church, frío y solitario pueblo del Noroeste de Estados Unidos, prácticamente compuesto por tiendas de campaña y una iglesia en construcción. Allí monta el primer prostíbulo de la ciudad. McCabe tiene carisma, pero no sabe mucho de negocios, así que cuando, poco después, llega al lugar Constance Miller (Julie Christie), toda una profesional, se ofrece a prestar sus conocimientos y experiencia para ayudar a McCabe a administrar su negocio a cambio de compartir ganancias. El burdel prospera y McCabe y la señora Miller se entienden a pesar de sus diferencias de conceptos. Sin embargo, pronto los yacimientos mineros de la ciudad atraen la atención de una gran corporación que quiere comprar el negocio y prácticamente todo lo demás. McCabe se niega y su decisión tiene importantes repercusiones para él, la señora Miller y el pueblo.


El guion adapta la novela "McCabe", del norteamericano Edmund Naughton y la partitura musical del film incluye tres canciones de Leonard Cohen.


Ácida y desesperanzada crítica sobre el sueño americano y su pilar sacrosanto: el libre comercio y la libertad de empresa y emprendimiento. Pero es que esa empresa que lleva a su impulsor a ganar mucho dinero es nada menos que un prostíbulo. 
Paralelamente a esto, la historia de dos personajes que no saben cómo comunicarse su amor, quizá porque ya no esperaban que la pasión y el romance llegaran a sus vidas, un amor peculiar, en que él, en cada uno de sus encuentros, paga religiosamente los cinco dólares que ella cobra al resto de clientes que comparten su cama. 
Magníficamente ambientada en este poblado minero de calles embarradas, que vemos crecer, las secuencias finales son evidentemente deudoras de Solo ante el peligro, aunque con un desenlace mucho más cruel y pesimista.


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