lunes, 10 de septiembre de 2018

PRISIONERO DEL ODIO

En 1865, pocas horas después del asesinato del Presidente Lincoln (Frank McGlynn Sr.), el doctor Samuel Alexander Mudd (Warner Baxter) ayuda a John Wilkes (Francis McDonald), un pobre hombre que se le presenta con la pierna rota. Resulta que John Wilkes es el asesino y se ha roto la pierna mientras huía. Tras curar la pierna al forastero, el doctor Mudd es arrestado y acusado de complicidad, a pesar de que él mantiene que lo único que hizo fue cumplir con su deber de prestar auxilio a un enfermo. El secretario de estado Erickson (Arthur Byron), adoctrina al tribunal, exigiendo de sus miembros la condena de Mudd y del resto de los acusados, pese a la falta de pruebas en su contra, resultando condenado, tras ser sometido a juicio sumarísimo, a cadena perpetua en la cárcel de Dry Tortuga (o Shark Island), en Florida, un lugar donde la cadena perpetua es un eufemismo para nombrar a la muerte lenta, donde sufrirá los malos tratos y el odio de los guardias, especialmente del sádico sargento Rankin (John Carradine).
El plan elaborado por Peggy (Gloria Stuart), su esposa, para que escape de la prisión, acaba fracasando y Mudd y su amigo negro Buck (Ernest Whitman), son confinados en un pozo húmedo y frío, hasta que se declara una epidemia de fiebre amarilla y el alcaide de la penitenciaria ruega a Mudd que le preste ayuda.
Asimismo, el médico evita un motín de soldados negros, tras dirigirse a ellos y convencerles de que les sacarán al patio, les harán construír su propio patíbulo y cuando lo hayan acabado, les obligarán a cavar sus propias tumbas, para, al final, ponerles una soga al cuello hasta que se ahoguen.


El film adapta la biografía escrita por la señora Mudd. El doctor Mudd (1833-1883), fue indultado por el presidente Andrew Johnson en su último día en el cargo (21 de marzo de 1869), pero las peticiones de exoneración (entre otras las dirigidas a los presidentes Carter y Reagan) no han prosperado, ya que, en contra de lo que expone la película, algunas pruebas demuestran que la inocencia de Modd era, cuando menos, dudosa.


El guión de Nunally Johnson podía haber elegido varios caminos para llevar a la pantalla "La vida del doctor Samuel A. Modd", escrita por su esposa. El sendero elegido por Ford es convertirlo casi en un film de aventuras, pleno de acción, sin que sea despreciable su carga crítica, precisamente en un realizador al que muchas veces se ha acusado de exaltar los valores norteamericanos por encima de la realidad. En la película no quedan nada bien, ni el pueblo, que pide sangre sin atenerse a razones, ni las autoridades que quieren salvar la cara dando gusto a las demandas populares sin importarles demasiado que no haya fundamentos suficientes para enviar al patíbulo a quienes han quedado como únicos culpables, cuando en realidad quien lo hizo ya está muerto, al haber sido tiroteado cuando se resistió al arresto.
Es cierto que Ford toma el camino que le interesa al presentarnos a un tipo a quien vemos como inocente sin ningún género de dudas, cuando, al parecer, esto no estaba tan claro, pero creo que la parte puramente histórica no debía interesarle hasta el extremo de ser escrupuloso, sino que lo que ha querido (y consigue) exponer es la injusticia a que se puede ver sometido un hombre íntegro cuando se ve atrapado por la maquinaria del poder y su necesidad de presentar un culpable que apacigüe los ánimos de la masa cegada por el odio.
El film nos trae algunas secuencias muy bien realizadas y el retrato de uno de esos héroes típicos del universo fordiano, que no se mueven tanto por ideales, como por forma de ser, por una especie de impulso superior a ellos que les lleva a hacer lo que les parece justo por puro instinto, sin atenerse a si es racional o no.




6 comentarios:

  1. Todo lo relacionado con el asesinato de Lincoln es como una novela de intriga, policiaca y de terror.

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  2. No recuerdo la película, pero el asesinato de Lincoln ha sido otro de los grandes enigmas por resolver, porque nunca se supo con certeza, quién había detrás. Lo que no me extraña para nada es que John Carradine ya hiciese el papel de malvado.

    Salud Trecce.

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  3. Película de aventuras, buena película de aventuras del maestro; que comienza y en parte continúa como su coetánea que triunfaba en la Warner, "El capitán Blood".

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