jueves, 21 de diciembre de 2017

EL PUENTE

Alemania, 1945. Últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. El conflicto se puede dar casi por concluido, pues el país ha sido invadido por las tropas aliadas. Ya no quedan soldados adultos que defiendan las posiciones, tan sólo adolescentes.
Un par de días antes del final del conflicto, siete muchachos alemanes de dieciséis años, de un pequeño pueblo, son reclutados para el servicio militar. El idealista Hans Scholten (Folker Bohnet), Albert Mutz (Fritz Wepper), Walter Forst (Michael Hinz), Jurgen Borchert (Frank Glaubrecht), Karl Horber (Karl Michael Balzer), Klaus Hager (Volker Lechtenbrink) y Sigi Bernhard (Günther Hoffmann), se unen al ejército el 26 de abril de 1945, con grandes expectativas y entusiasmo para defender su patria, Alemania, en el frente, contra la voluntad de sus padres. Su profesor de inglés, Stern (Wolfgang Stumpf), intenta convencer sin éxito al comandante Fröhlich (Heinz Spitzner) para que rechace el alistamiento de los jóvenes. Después de un día de entrenamiento, los soldados son convocados al frente, pero el Comandante de la 3ª Compañía del 463º Batallón, ordena al sargento Heilmann (Günter Pfitzmann) que permanezca con los novatos "protegiendo" un puente inútil, en su aldea, para evitar daños a los niños.


El guión se basa en la novela autobiográfica del mismo título de Manfred Gregor (seudónimo de Gregor Dorfmeister) y el año de su estreno (1959), obtuvo el Globo de Oro y estuvo nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa.


Cuenta Gregor Dorfmeister, autor de la novela, en una entrevista que se publicó en su día en el Foro Segunda Guerra Mundial, como se marchó del puente a su casa, cuando comprendió lo que allí estaba ocurriendo y su fracaso al tratar de convencer a sus camaradas para que hicieran los mismo. Al día siguiente, el 2 de mayo de 1945, las tropas americanas habían ocupado el pueblecito de Bad Tölz durante la noche. Encontró a sus camaradas yaciendo muertos.
La película tiene como dos partes, en la primera, vemos a unos adolescentes que asisten a su último año en la escuela de la localidad, con comportamientos acorde con la edad que tienen, a punto de cumplir los 16: asustando a las chicas con ratones, sintiendo las primeras llamadas del amor, jugando a las batallas a la orilla del río, la complicada convivencia con sus padres... lo normal en estas edades.
La segunda parte narra lo que ocurre cuando estos jóvenes son llamados a filas, se presentan en el cuartel en pantalones cortos (la ropa que visten habitualmente) y en apenas un día, tras un simulacro de entrenamiento, se les dice que han de partir al frente. Cuando llegan al puente que han de defender, en muchos momentos se comportan como los niños que son, disparando a los botes de conserva vacíos para hacer puntería o estableciendo un puesto de observación en el mismo árbol en que lo tenían cuando jugaban apenas unos días antes. Se debaten entre lo que creen su obligación, cumplir con las órdenes recibidas y el miedo y la inexperiencia que los atenazan.
La película, que discurre con una narración sencilla, muy fácil de seguir, desde esa primera parte en que todo transcurre entre juegos y primeros amoríos, buena parte de ello a la orilla del río, el lugar en que se sienten libres de los mayores y de las obligaciones que les imponen, hasta la segunda en que, también en el río, pero esta vez sobre el puente, se ven convertidos en adultos a la fuerza, de la noche a la mañana, sin ser conscientes de lo que está ocurriendo hasta que comienzan los tiros y llegan los primeros muertos.
Algunos se preguntan qué hubiera podido ser este film con medios adecuados, pero a mí, el ingenio que demuestran para resolver esa carencia de presupuesto, me hace ver la película de forma más cercana, es como si esas carencias dieran mayor verismo a un film sin apenas efectos especiales y en el que esos tanques casi de atrezzo, nos ponen en el momento en que se rodó, una Alemania que salía de la una horrible guerra y que comienza a lamerse las heridas de aquel sensacional fracaso, contando una parte de lo que allí ocurrió, la sinrazón de una guerra que, en su final, enviaba a niños y ancianos al matadero en nombre de un líder que era un psicópata peligroso. Queda retratada esa sinrazón y el coro de quienes le secundaron, aquellos que salían por pies del frente y enviaban a otros a la muerte sin remordimiento alguno, cuando todo estaba perdido.


Técnicamente, la película está muy conseguida, con algunas secuencias realmente brillantes, recuerdo ahora la muerte del niño-soldado que vemos reflejada en la mira telescópica del fusil del soldado americano que le derriba, pero hay algunas otras, no menos llamativas.
La música de Hans-Martin Majewski, tiene una parte que nos transmite inquietud y desasosiego y que se repite desde las primera imágenes, a base de sonidos de percusión metálicos.
Impecable fotografía en blanco y negro de Gerd von Bonin con algunas imágenes metafóricas que componen un lenguaje cinematográfico con planos de esos que quedan en la retina.
Magnífico film, con un demoledor mensaje antibelicista representado por el absurdo e inútil sacrificio de este grupo de niños enviados a morir por una causa perdida, víctimas también de una educación apoyada en falsos ideales que logra engañar a estas inocentes criaturas completamente desconocedoras de las consecuencias que podrán acarrear sus actos.


Como anécdota, señalar que la película relata hechos reales, los últimos ocurridos el 27 de abril de 1945.
El puente se llamaba Florian-Geyer-Brücke. Fue derribado en 1991 y reemplazado por uno nuevo en 1995. Ahora hay varias placas metálicas, que simulan rollos de película, con escenas del film como un recordatorio de que allí fue rodada esta película sobre hechos auténticos. En la foto de abajo se puede ver un detalle estas reproducciones.




10 comentarios:

  1. Muy curioso lo que cuentas al final, y sobre ese puente con esas fotos que recuerda a las escenas de la película. No la he visto, pero seguro que vale la pena; porque según narras y como bien sabemos se han hecho cientos de películas de guerra; algunas ficción y otras muchas basadas en hechos reales, como esta que nos ocupa. Pero esta me parece que tiene un toque especial, por lo que cuentas, sobre ese grupo de niños alemanes mandados a una guerra, que ya estaba vista para sentencia. El problema es ese; el fanatismo que el movimiento nazi les inculcó, y yo creo que muchos alemanes, y no solo un grupo de niños hasta fueron totalmente inconscientes de donde los metieron un grupo de chiflados con un majara del todo como jefe supremo.

    Salud Trecce.

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  2. Ya recuerdo la peli y tengo un recuerdo imborrable de ella. Magnífica.
    Y los hechos realmente de los que dejan huella.

    FELICES DIAS NAVIDEÑOS, Don Trecce.

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  3. Creo que estamos ante una película muy bien conseguida y que pone en evidencia lo peligrosos que son algunos personajes que estaban mejor en un manicomio que dirigiendo un pueblo.

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    1. Y mira que sigue habiendo gente así y otros que van detrás.

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  4. No quisiera que te molestaras por el consejo que voy a darte para corregir el ANCHO de lo BLANCO de tu bloc.
    Debes pinchar en DISEÑO y arriba del todo verás un cartel que dice :
    "Diseñador de Temas". Pinchando ahí te sale "AJUSTE DE ANCHO" en donde puedes igualar Cabecera con Zona de Entradas, o ampliar el ancho de ambos.
    Y donde pone "Avanzado" se puede dar el tamaño de letra y color de cada zona del Blog.

    Te digo todo esto porque siempre me descoloca ver que tu cabacera no coincide con la parte de abajo en ancho.

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    1. El que se moleste por estas cosas tiene un problema.
      A ver si lo solucionamos.
      Gracias.

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    2. Me alegro de que me hayas hecho caso sin suspicacias aunque conociéndote sé que eres persona muy equilibrada y ecuánime.
      Me prejuicio provenía de que he tenido experiencias negativas en este tipo de consejos.
      Un abrazo

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    3. También yo he tenido malas experiencias, pero ya sabes que hay gente para todo.

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