lunes, 6 de marzo de 2017

EL CRIMEN DEL CINE ORIENTE

Barcelona a comienzos de los años 50, Salvador (Pepe Rubianes) y María (Anabel Alonso), dos seres sin suerte en la vida, se encuentran casualmente: A ella la acaban de despedir de la casa en la que servía, cuando la señora descubre que se acostaba con el marido y el hijo. Salvador es el encargado del cine Oriente, lugar que escoge María para protegerse de la lluvia. Deciden iniciar una vida en común pero sus esfuerzos resultan inútiles. El fracaso, la frustración y la mala suerte los acompañan. Él se refugia en la bebida, por sentirse un hombre fracasado. Una de tantas noches en las que llega bebido, Salvador le recrimina la obsesión de María por escribir cartas a una supuesta hija que nunca envía. Presa de la ira, María lo apuñala hasta la muerte, y comienza a descuartizarlo para que los gatos de la calle se coman sus trozos.
El guión adapta una novela del aragonés Javier Tomeo publicada en 1995 que, con algunas variaciones, respeta bastante el espíritu del libro.
Pedro Costa, el realizador y coguionista del film, mantenía que la historia de un país se puede seguir a través de las páginas de sucesos, no por lo que estos signifiquen en si mismos, sino porque el entorno en el que se suceden los actos criminales, refleja la vida del momento.
Y eso ocurre aquí, alrededor de la relación interesada de los dos protagonistas, asistimos al retrato de una parte de la sociedad española de finales de los 40, principios de los 50, por medio de las gentes que pueblan el barrio y de quienes asisten al cine Oriente.
El film se convierte también en un pequeño homenaje a la cinematografía de la época, porque vemos desfilar las películas que se proyectaban, sobre todo sus carteles, pero también algunas secuencias (La Lola se va a los puertosLo que el viento se llevóLa dama de las camelias, Alba de AméricaPinochoLa señora Miniver, El mundo en sus manos, Una noche en la óperaLevando anclas y muchas otras). Incluso hay una escena onírica en la que los protagonistas suplantan a Rita Hayworth y Glenn Ford en la famosa escena de la bofetada de Gilda.
Es una película de factura correcta y sólido guión, la historia de dos fracasados en una España donde el día a día era duro de sobrellevar, aunque empezaba a vislumbrarse la luz al final del tunel y con unas magníficas actuaciones de dos actores a los que estamos acostumbrados a ver en papeles secundarios, demostrando un estupendo registro dramático que no ha sido explotado en ellos a lo largo de sus respectivas carreras.
Un trabajo muy digno que merece la pena ver. 




3 comentarios:

  1. Creo que es una buena película, está muy bien. Y todos esos títulos a los que haces mención, también las he visto. Basada en hechos reales, sino estoy equivocado, ese crimen del Cine Oriente se cometió en Valencia.

    Abrazo Trecce

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. En efecto, Rafa.
      El cine Oriente de la capital valenciana, estaba en el número 22 de la calle Sueca.

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