miércoles, 9 de diciembre de 2015

TIBURÓN

Amity Island es una pequeña localidad de Nueva Inglaterra, buena parte de cuya economía se sustenta en la campaña veraniega, en la que miles de turistas del resto de EE.UU., acuden a sus playas para disfrutar del baño y el sol.
Sin embargo, la desaparición de una joven cuando se estaba bañando por la noche, viene a enturbiar la que se preveía como una tranquila estación de verano. Por los restos hallados en la playa, el médico del concejo, dictamina que la joven debió ser atacada por un tiburón, ante lo que el jefe de la policía local, dictamina el cierre de las playas y la prohibición de bañarse.
El alcalde reúne al concejo, que se muestra contrario al cierre por las repercusiones económicas que ello tendrá sobre los negocios de la localidad y, además, ante las presiones sufridas, el médico ha cambiado su dictamen, ahora dice que la muerte pudo ser debida a la hélice de una embarcación a motor.
El caso es que se aprestan a vivir el primer día de verano, con la masiva afluencia de visitantes que cada año se repite, las playas están atestadas y se despliega un impresionante dispositivo de vigilancia, con medios terrestres, helicópteros y lanchas de vigilancia, pese a lo cual, el tiburón ataca de nuevo y se cobra una nueva víctima.
El alcalde se ve obligado por las circunstancias a atender los consejos del Jefe Brody (Roy Scheider) y además de cerrar las playas, se contrata a un pescador local, experto en escualos, para que acabe con el tiburón.
Brody y un investigador oceanográfico, le acompañarán en la peligrosa misión. La captura del pez, no será nada sencilla y la vida de los tres intrépidos aventureros, se verá amenazada.


Basada en una novela del mismo título de la que es autor Peter Benchley, que también participó en el guión del film, en el que han sabido sintetizar bastante bien el contenido del libro, aligerándolo de tramas paralelas, pero sin perder la esencia del mismo, aunque hay ciertos detalles que quedan desdibujados en el film, como la crítica a la especulación inmobiliaria, que queda suavizada al no hacer mención a los negocios urbanísticos del alcalde.


La película sabe mezclar las diferentes alternativas que maneja, entrelazando imágenes del océano con las de tierra firme, o la parte de aventura que podríamos llamar, con el retrato de la comunidad de Amity o el propio entorno familiar del protagonista.
Magnífica la banda sonora de John Williams, que le valió uno de los tres Oscar que consiguió el film y que acompaña y remarca de maravilla los diversos momentos de la película.


Tiburón es ya un clásico por derecho propio, con el que irrumpió un joven llamado Steven Spielberg que, desde aquel momento, es uno de los grandes de la historia del cine.
Spielberg nos demuestra su capacidad para innovar en este subgénero de tragedias y la habilidad que tiene para manejar los sentimientos del espectador, algo que quedará patente en varias de sus siguientes películas. Aquí juega de maravilla con ellos, mezclando los momentos narrativos y sembrando un suspense que va in crescendo durante más de la primera mitad del film.
Aparte de las escenas de ese homérico final que nos trae a la memoria lo mejor de Melville y su Moby Dick, el film está trufado de conseguidas escenas que quedan un poco tapadas por esa trepidante última parte, pero no puedo olvidar el sensacional diálogo gestual que mantienen Brody y su hijo menor, en el que este imita lo que va haciendo su padre.
Momentos de gran cine de la mano de uno de los grandes del medio.




2 comentarios:

  1. Como has dicho, un clásico, con todo lo que eso significa, entre otras cosas la de servir de referencia a películas del género. Un ejemplo: ayer vi "El arrecife" que no deja de ser una mala copia de "Tiburón".

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