lunes, 8 de diciembre de 2014

ADIÓS A LA REINA

En el mes de julio de 1789, la familia real francesa, vive las que serán sus últimas jornadas en Versalles antes de verse obligados a trasladarse a Las Tullerías.
A pesar del desasosiego que producen los acontecimientos que se están sucediendo, hay gentes en palacio que siguen con sus rutinas, entre ellas la propia reina que todos los días ordena llamar a una joven que ejerce de lectora para que le ayude a pasar algunos de sus ratos de mortal aburrimiento.
Esta joven es Agathe-Sidonie Laborde (Léa Seydoux), cuya admiración por la soberana francesa raya la devoción, siempre dispuesta a acudir a su llamada, cuando piensa en la posibilidad de separarse de su servicio, se imagina que se la partirá el corazón por no poder volver a verla.
María Antonieta (Diane Kruger) la hace partícipe de algunas confidencias, entre ellas, su amor por la duquesa Gabrielle de Polignac (Virginie Ledoyen), en la que ha encontrado su ideal de belleza y que la tiene totalmente cautivada. Precisamente esa noche en que le confiesa a Sidonie su amor por la duquesa, esta no ha acudido a la llamada de la reina, que está profundamente dolida y encarga a Sidonie que vaya a buscarla y trate de convencerla para que acuda a la llamada de la soberana, algo que se antoja imposible porque Gabrielle ha tomado opio y está dormida.
Lo que Sidonie no sabe es que la reina, ante el peligro se cierne sobre ella y sus allegados, prepara la huida de la duquesa de Polignac y le va a pedir a su lectora un sacrificio que pondrá en peligro su propia vida.


El guión se basa en el libro del mismo título de Chantal Thomas y aunque hace algún que otro cambio, en general respeta bastante la narración de la novela.


Los acontecimientos narrados comprenden tres jornadas de julio de 1789 y se centran en la visión que nos ofrece la protagonista, una sencilla chica del pueblo, insignificante a ojos de los nobles que rodean a los reyes, pero que llega a tener cierta cercanía e intimidad con María Antonieta, aunque al final, todo será un espejismo.


La película está correctamente rodada, conforme a los cánones clásicos, sin embargo, trata de darle algunos toques modernos a través de la música, del empleo, aunque moderado, del zoom, o de algunos planos largos cámara en mano, que no siempre consiguen su objetivo y que a veces despistan y desasosiegan al espectador.


Interesante trabajo, por ofrecernos una visión distinta de unos hechos tan trillados, lo que no deja de tener su mérito, pues con una historia sobre la Revolución Francesa, concitar la atención del espectador, no es poca cosa.
Me ha gustado sobremanera la larga escena del pasillo, rodada con la cámara al hombro, como si fuera la sombra de Sidonie, en ella retrata el barullo de la gente que vive en palacio, inquieta por los rumores que llegan del exterior y transmite una imagen muy lograda de lo que pudieron ser aquellos días en Versalles, un palacio que pinta con todo su esplendor, pero del que también nos traslada sus miserias, los desconchones en la pintura de las paredes, las ratas, el agua estancada... Reflejo de la podredumbre de un régimen que agoniza bajo una fachada deslumbrante.
Al final, Sidonie se da cuenta de su verdadera posición, la reina, a la que adora, está dispuesta a sacrificarla para salvar a su favorita y la envía en una misión que puede ser lo último que haga en la vida, sin una palabra de despedida, sin un gesto amable.
La lectora es consciente demasiado tarde de lo que realmente es: Nada.
Correctas actuaciones, destacando la protagonista y una mención para el entrañable personaje del bibliotecario, Jacob Nicolas Moureau, interpretado por Michel Robin.
Y una curiosidad, Diane Kruger es alemana, con lo que en la versión original, su francés se parece bastante al acento que debía tener la auténtica María Antonieta, austriaca de nacimiento.




5 comentarios:

  1. Curiosa incidencia la que relatas sobre aquellos días de la Rovolución y que les costó el cuello a miles, empezando por la austriaca.

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  2. La verdad es que últimamente no coincide que haya visto ninguna de las películas que traes pero hace poco me leí un libro de Cristina Morató interesantísimo y ameno de varias biografías de reinas y la realidad se compadece poco con la historia que nos han contado tanto de Mª Antonieta como del resto de las que aparecen

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    1. Es cierto, a veces uno descubre a personajes que son diferentes a lo que nos han venido contando de ellos.

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  3. Pienso que ese es uno de los principales valores del film, el intento de encontrar un lenguaje distinto.

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