viernes, 17 de octubre de 2014

ORO NEGRO

A principios de pasado siglo, la península arábiga tenía grandes extensiones de desierto y tierras improductivas, donde tribus de beduinos, se afanan por sobrevivir con los escasos recursos del territorio, al tiempo que disputan entre ellos por el control de las tierras arenosas.
En uno de estos enfrentamientos, el Emir Nesib (Antonio Banderas), ha derrotado al Sultán Amar (Mark Strong), a cambio de la paz, le exige la entrega de sus dos hijos como garantía del cumplimento de la tregua que incluye el acuerdo de respetar una zona de nadie entre los dos reinos, conocida como el Cinturón Dorado. Será precisamente en esta franja, donde unos petroleros texanos, hallarán petróleo en grandes cantidades y comienzan su explotación con permiso de Nesib que ve en el dinero que produce la venta del crudo, la oportunidad de modernizar el país y dotar de comodidades y avances a sus ciudadanos.
Sin embargo, Amar lo considera una rotura del acuerdo de paz y se opone a la instalación de pozos, considera que todo lo que viene de occidente, contamina la pureza de los seguidores de Mahoma.
El comienzo de las hostilidades es cuestión de tiempo y no tardan en producirse las primeras escaramuzas. El primogénito de Amar, Saleh (Akin Gazi), muere cuando intentaba reunirse con su padre y la situación de agrava aún más.


El guión plantea una historia sobre el nacimiento de la industria petrolífera en los países del Golfo Pérsico y la difícil transición de estas tribus desde una situación de atraso secular a disponer de medios que les permiten recibir de golpe los adelantos de los países occidentales.
Aunque francesa, la película cuenta con el apoyo económico de Qatar.


El film está dirigido por Jean-Jacques Annaud y está ambientado con bastante detalle. Se apoya en una banda sonora del reconocido James Horner, que tampoco es que presente aquí su mejor trabajo; y una fotografía que, sin ser demasiado brillante, sí que tiene algunas tomas de cierta espectacularidad e interés, merced al buen criterio a la hora de captar los espacios del desierto.


Es una pena que el guión no haya sabido desarrollar bien la idea, que resulta atractiva, porque narra situaciones que, aunque conocidas, apenas han sido abordadas por el cine que, como en tantas otras facetas, siempre nos trae las historias de occidente, pero apenas habla de otros casos similares en otras partes del planeta.
Por una vez dejamos los campos de Texas y nos vamos al desierto de Arabia, donde de forma súbita pasaron de la edad media a tener recursos suficientes para modernizar sus territorios, transición que no fue nada fácil y que originó no pocas tensiones.
Hay una escena que sirve de enlace a las dos partes en las que podemos dividir el film, en la que está muy bien resumido el enfrentamiento entre progreso y tradicionalismo, es la reunión de los clérigos, en la que se discute sobre las distintas interpretaciones del texto coránico.


La película se mueve con altibajos, desde escenas anodinas, que aunque lo estén, dan la impresión de poco trabajadas y otros momentos en los que remonta el vuelo, sobre todo en la segunda mitad del film, con los enfrentamientos entre las tropas de los dos jeques enemigos, unos con caballos y camellos y los otros con ametralladoras, aviones y blindados, que están bastante bien rodados y también la aventura del menor de los hijos de Amar a través del desierto hasta su llegada al mar.
Interesante, entretenida por momentos, pero con falta de pulso y cuyo mensaje nos llega de manera muy liviana y con poca emoción.

 
 
 

2 comentarios:

  1. Bueno, yo creo que se pasa el rato. Esta si que la he visto.

    Saludos Trecce.

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    1. Podrían haberlo hecho bastante mejor, pero como dices, se pasa el rato con ella.

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