martes, 27 de febrero de 2018

SHARPE Y EL TIGRE DE BENGALA

Cuando un oficial británico de alto rango es capturado por el Tippoo de las fuerzas de Mysore, al soldado Sharpe se le ofrece la oportunidad de intentar un rescate que, a su vez, ofrece un escape del tiránico sargento Obadiah Hakeswill. Huyendo de Hakeswill, Sharpe se ve inmerso en el exótico y peligroso mundo de Tippoo. Una aventura que requerirá todo su ingenio para mantenerse vivo, y de paso, para salvar al ejército británico de una catástrofe.
Si estáis buscando un libro sobre la noble civilización británica y lo que ha aportado al mundo, no es este. Aquí lo que encontraremos es cómo podía resultar la vida entre las clases más bajas del Ejército de Su Majestad, en otras palabras, la escoria. Entre esa escoria, parece que asoma el soldado Richard Sharpe.
Su sargento, Obadiah Hakeswill, se obsesiona con él y está buscando la manera de deshacerse del soldado para poder llevarse a la bella y joven viuda que ha cautivado a Sharpe y venderla al proxeneta que la explotará como prostituta. Casi lo logra al provocar a Sharpe para que le golpee, lo que le sentencia a recibir dos mil latigazos, lo que garantiza la muerte de quien los recibe. Al final del libro odiaremos tanto a Hakeswill como a sus repetitivas frases: "¡Un soldado nunca debe pensar que está por encima de su sargento! ¡Lo dicen las Escrituras, sí! "
La representación que se nos hace del ejército británico, exalta el heroísmo y la capacidad de lucha de sus integrantes, pero no elude hablarnos de esa otra cara, seguramente más cercana a la realidad que la épica con la que los libros de historia cuentan las batallas:

De lejos los cuadros rojos tenían un aspecto elegante porque las casacas rojas de los soldados eran de un vivo color escarlata y estaban sesgadas con los blancos cinturones cruzados, pero en realidad las tropas estaban mugrientas y sudaban. Las chaquetas eran de lana, pensadas para los campos de batalla de Flandes, no de la India, y el tinte escarlata había desteñido con las fuertes lluvias, de manera que en aquellos momentos las prendas eran de un color rosa pálido o de un púrpura apagado, todas ellas manchadas de sudor seco. Cada uno de los soldados del 33.° llevaba una gorguera de cuero, un cruel cuello alto que se les clavaba en la carne de la garganta, y llevaban el pelo largo peinado con fuerza hacia atrás, engrasado con cera de velas y luego enrollado en una pequeña bolsa de piel llena de arena que estaba sujeta con una tira de cuero negro, de manera que el pelo les colgaba como un garrote en la nuca... Los soldados empezaron a trotar, con las mochilas, bolsas y vainas de las bayonetas dando sacudidas arriba y abajo mientras atravesaban a trompicones los pequeños campos de cultivo.

Afortunadamente para Sharpe, también ha captado la atención positiva de algunos caballeros oficiales, y se salva de la muerte para formar parte de una misión en la fortaleza del caudillo musulmán que intenta arrebatarles una provincia de la India a los británicos y rescatar a un espía capturado, el coronel McCandless, o al menos obtener la información que ha conseguido. Hará falta toda la suerte, la astucia y la fuerza que posee Sharpe para salir con vida de nuevo.
Como de costumbre en sus novelas, el autor tiene especial habilidad para mezclar ficción y hechos reales y es que la mayoría de los eventos principales sucedieron y muchos de los personajes existieron. Obviamente, se toma algunas libertades con el papel que juega Sharpe, pero incluso algo de eso se ofrece a modo de explicación de lo que realmente sucedió. En esta representación de la historia, Cornwell se siente obligado a narrar todo con un cierto nivel de precisión.
El libro sabe mantener la tensión y le da a Sharpe una gran oportunidad de convertirse en héroe además de retratarlo como un hombre que, a pesar de su baja cuna y posición social, es probablemente uno de los personajes más íntegros en el ejército, dentro de lo cabe. De hecho, Cornwell sugiere que los británicos no eran precisamente los superiores morales de los nativos a los que presuntamente llevaban la civilización.
Estamos ante una novela de aventuras y su protagonista es todo un antihéroe, pero también un competente soldado que puede llegar a ser increíblemente bueno cuando toma partido por una causa que considera justa. Además de todo lo dicho, la lectura resulta muy divertida.



2 comentarios:

  1. Me encantan ese tipo de libros. Imagino que también tú has disfrutado.

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    1. Y espero seguir haciéndolo con alguno más de la serie que tengo en espera.

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