EL ENEMIGO PÚBLICO NUMERO 1

Manhattan Melodrama, como se titula realmente este film, y que resulta más aproximado a lo que realmente nos cuenta, pues tiene tanto o más de melodrama y de comedia romántica que de película policiaca.

Tiene una historia curiosa, muy atractiva para el público norteamericano: Fue la última película que vio el mítico John Dillinger antes de caer abatido por los disparos de agentes del FBI.

¿Por qué Dillinger fue a ver este film? Hay quien dice que se decidió por la sala Biograph, donde la estaban proyectando, en lugar de entrar en el cine Marboro, porque en aquella había más gente que en este y le sería más sencillo pasar desapercibido. A mí me resulta más atrayente la idea de que, como alguien dijo, a los gansters les gustan las películas de gansters.

Hay aún más curiosidades. Al principio del film, aparece Mickey Rooney, interpretando a un niño, en el papel que, de adulto, encarnará Clark Gable. Pues bien, la tragedia familiar que vivirán los dos amigos, Jim Wade (William Powell) y Blackie (Rooney/Gable), tiene origen en un hecho real.

El hundimiento del barco General Slocum, que hacía excursiones de recreo por el East River neoyorkino y que, tal como se ve en el film, fue pasto de las llamas en un abrir y cerrar de ojos, a consecuencia del desastre, más de mil personas perdieron la vida.

La película narra la historia de dos amigos desde la infancia, que quedan huérfanos a consecuencia de los hechos comentados y que son adoptados por un judio que, a su vez, ha perdido a su hijo.

Los avatares de sus vidas y personalidades, les llevan a elegir caminos diferentes, hasta que el amor de ambos por la misma mujer (Eleanor Packer, interpretada por Myrna Loy), hace que sus vidas converjan de nuevo.

Blackie, se ha convertido en un delincuente, que gana dinero con apuestas y casas de juego y Wade llega a ser fiscal del distrito y se postula para gobernador del estado. El conflicto aparece cuando Wade se casa con la ex novia de Blackie y se complica cuando Blackie comete un asesinato y Wade se ve ante la encrucijada de tener que condenar a su propio hermano.

La película ganó un oscar al mejor guión, en el que intervino Joseph L. Mankiewicz y, sin duda, su mano se nota, sobre todo en la brillantez de algunos diálogos.

Sin embargo, a pesar del buen ritmo del film, es como si faltara energía en muchas de sus escenas, más tratándose de un filme que podría tener más acción y la forma en que cuenta la historia, con un mensaje claramente moralizante, tampoco ayuda mucho.

Al final, en esa vieja lucha entre el bien y el mal, se nos transmite la idea de que el bien (la ley), siempre triunfa. Sin duda, el enemigo de Dillinger, el sr.J. Edgar Hoover, quedaría contento, en su afán de quitar ese aire de personajes a lo Robin Hood que se les daba a estos delincuentes.

Pero sin duda alguna, el fuerte del film es el irrepetible trío protagonista. Además fue la primera vez que William Powell y Myrna Loy actuaron juntos, después vendrían las más de dos docenas de pelis que hicieron, entre ellas las 6 de la saga de Thin Man (¿Alguien se acuerda, por ejemplo, de Ella, él y Asta? Yo sí, encantadoras), dirigidas también, como esta, por el eficacísimo W.S. Van Dyke.

Una peli, en la que se ve el sustrato de la sociedad que estaba inmersa en la Gran Depresión, pero que se barniza con el brillo y esa fantasía que casi había patentado la MGM.

Sin duda, la gente que entraba a verla, deslumbrada por la elegancia de estos tres actorazos, olvidaría sus penalidades, tal vez lo mismo que le ocurrió a Dillinger antes de pagar con su vida las tropelías cometidas.