domingo, 16 de octubre de 2011

LATITUDES PIRATAS

Charles Hunter, con el apoyo del gobernador de Port Royal, escoge a un grupo de expertos en distintas materias con el fin de hacerse con un galeón español cargado de lingotes de oro y plata que espera, protegido por una inexpugnable fortaleza, en la isla de Matanceros, a que pase el siguiente convoy para unirse a él, ya que ha tenido que desviar el rumbo debido a una tempestad. El plan es tremendamente audaz, pues la fortaleza es imposible de atacar con éxito de la manera convencional.
Michael Crichton, su autor, ha vendido más de 150 millones de ejemplares de sus libros, que se dice bien. Algunas de sus obras han sido llevadas a la gran pantalla y, seguro, que cualquiera de nosotros ha oído hablar de él, cuando no leído alguno de sus libros o visto alguna de las pelis que se basan en ellos, baste recordar El gran robo del tren, Parque Jurásico, El mundo perdido o El guerrero número 13.
Esta novela, al parecer, fue hallada en su ordenador por uno de sus colaboradores, después de su fallecimiento en 2008. Ello, unido al tema que trata, poco habitual en el autor y la no demasiado brillante calidad literaria, han despertado todo tipo de especulaciones, se ha llegado a apuntar que es una obra apócrifa escrita por quien sea y que la editorial, con quien tenía contrato en vigor Crichton cuando falleció, se la sacó de la manga para aprovechar el tirón y hacer caja.
Yo creo, sencillamente, que el hombre la tenía guardada, quizá porque no le acababa de convencer y deseaba pulirla, o porque no se decidía a publicarla.
Tiene todos los elementos típicos y tópicos del género de piratas. Una misión arriesgadísima, apresamientos, fugas, traiciones, mujer rescatada, tormentas en alta mar, combates navales...
El campo de acción, son las aguas del Caribe, con la isla británica de Jamaica como epicentro, de la que hace una buena descripción de cómo podía ser la vida en ella en aquel entonces.
Hay algunos topicazos que pueden molestar un tanto al lector español, pues lógicamente, el enemigo son los españoles (los malos) y los protagonistas los inlgeses (los buenos), lo que ocurre es que pinta a los españoles de una manera demasiado tópica, repito. Los marinenos españoles son, según él, poco eficientes y bastante vagos. En fin, una gilipollez como otra cualquiera. Habrá que consolarse sabiendo leer todo y apreciar cómo nos pinta al gobernador de Jamaica como un corrupto; al secretario que le envían desde Inglaterra como un sádico aprovechado, que a través de cobardes tretas y bajo una apariencia puritana, pretende hacerse con el poder y el dinero a costa de pisotear a quien se ponga por medio y a la mujer de este como una prostituta de alto standing, que ha sido amante del rey Charles y que le pone los cuernos al marido con el primer pantalón que encuentra.
Al final, como suele ocurrir en los clásicos del género, los buenos son los piratas, que no es que nos los pinte como tales, pero acabamos cogiéndoles cariño y viéndoles como héroes y más con el panorama que nos pinta alrededor: Españoles canallas y autoridades inglesas corruptas y traicioneras.
La calidad literaria, como digo, no es nada del otro jueves, sin embargo tiene un ritmo trepidante, mucha acción, aventuras y un punto de incertidumbre y suspense por cómo se van a resolver los problemas, y digo cómo, porque que se van a resolver a favor del protagonista, lo damos por hecho.
Quizá lo que más chirría de la novela son las aproximaciones que hace al mundo de la magia y la superstición y un ataque que sufre el barco pirata por parte de un kraken, nada menos, que se lo podía haber evitado.
Si buscamos un libro profundo sobre el tema de corsarios en el Mar Caribe durante el siglo XVII, con una propuesta original y perfectamente documentada, la novela deja bastante qué desear. Si, por el contrario, queremos una cosa ligera y disfrutar de una aventura de piratas y dejarnos de análisis profundos, es nuestro libro.
Lo mejor, los capítulos finales, donde a buen ritmo, se nos narra como Hunter va saldando cuentas pendientes, aunque en general, ya digo que la novela no es nada pesada y que el ritmo general de toda ella es bastante ágil.
Spielberg, que además de haber hecho ya alguna peli sobre libros del autor, es un declarado admirador de Crichton, ya ha dicho que va a hacer una película basada en la novela. Veremos lo que es capaz de hacer el rey midas del cine.


2 comentarios:

  1. gracias por la aproximación al libro, me encanta la indignación contenida que a veces te produce el libro
    saludos blogueros

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