lunes, 31 de diciembre de 2018

ALTA FIDELIDAD

Rob Gordon (John Cusack), un antiguo disk jockey de 35 años, tiene una tienda de discos que no funciona demasiado bien. Tiene dos empleados, Barry (Jack Black) y Dick (Todd Louiso), que mantiene a pesar de las dificultades económicas del negocio. Los tres, cada uno a su manera, son unos fanáticos de la música y de los vinilos.
Rob tiene la curiosa inclinación a realizar listas top-five, la última, en la que establece las cinco rupturas sentimentales más duras y memorables, en la que está pensando si incluír o no a Laura (Iben Hjejle), su última novia, una abogada que acaba de abandonarle. Rob creía que con Laura tendría una relación duradera y se veía junto a ella en el futuro, aunque acaba admitiendo que ha habido algunos incidentes en su relación que justifican la decisión que ha tomado Laura. A pesar de todo, en un primer momento, no la incluye en el top 5, cuyo primer puesto, por orden cronológico, ocupa una relación que se remonta a sus años en la escuela secundaria, cuando tenía doce años.
A juicio de Charlie Nicholson (Catherine Zeta-Jones), que ocupa el puesto número cuatro de la lista, el motivo que ha llevado a Rob a encontrarse donde se encuentra es que ni personal, ni profesionalmente, ha llegado a realizar aquello con lo que soñó.
Mientras tanto, Rob trata de entender por qué Laura está ahora con Ian Raymond (Tim Robbins), un tipo por el que ninguno de los dos tenía ningún respeto cuando estaban viviendo en pareja.


El guión se basa en la novela del mismo título de Nick Hornby. En 2006, se hizo un musical que apenas fue representado durante un mes en Broadway.
La película está muy bien interpretada y cuenta con una espléndida banda sonora que nos trae sonidos de autores y grupos de los ochenta.


El guión capta muy bien la esencia de la novela y logra una estupenda adaptación de esta historia sobre un inmaduro peleado con el mundo, que culpa a sus exparejas de todos sus fracasos sentimentales. A través de un magnífico trabajo de montaje, mediante flashbacks que no hacen perder el hilo de la narración, va rememorando sus anteriores relaciones y, cuando trata de encontrar una explicación a tanto desastre, algunas veces entrevistándose con sus antiguas novias, se va dando cuenta de que el principal, si no único responsable, es él mismo, su egoísmo y su incapacidad para asumir compromisos.
En lugar de optar por el melodrama, el film convierte la deprimente situación del protagonista en una divertida comedia alejada de los tópicos, con personajes cercanos, bastante normales en sus vidas y actitudes y diálogos muy logrados.
Lo mejor del film es que sabe plasmar sentimientos que son universales y su sentido del humor que alcanza momentos brillantes gracias al frikismo de los dos compañeros de tienda del protagonista y a las listas de cinco cosas que se pasa el día haciendo Rob.




viernes, 28 de diciembre de 2018

LOS TENENBAUMS. UNA FAMILIA DE GENIOS

Royal y Etheline Tenenbaum (Gene Hackman y Anjelica Houston) son una pareja adinerada que vive en la ciudad de Nueva York con sus tres hijos, todos ellos increíblemente dotados en campos particulares. Su hijo mayor, Chas, es un genio de las finanzas y la química, su hija adoptada Margot es una reconocida dramaturga y su hijo menor, Richie, es un prodigio del tenis.
Royal, un abogado inhabilitado, quiere a su familia pero a menudo es insensible a sus necesidades. Había comprado la casa de la avenida Archer en el invierno de su trigésimo quinto año de vida. A lo largo de la siguiente década, su mujer y él tuvieron tres hijos. Él y Etheline se separan (aunque no se divorcian) cuando los niños son pequeños, y Royal se muda a un hotel caro donde permanece durante 22 años, aislado de su familia. Etheline se quedó la casa y crió a los niños, cuya educación era su principal prioridad, incluso escribió un libro sobre el tema titulado "Familia de genios".
Desde que estaba en la escuela primaria, Chas demostró su habilidad para los negocios, estando en sexto curso montó uno de cría de ratones dálmatas que vendía a una tienda de mascotas que había en Little Tokio. En la preadolescencia comenzó a adquirir inmuebles, mostrando un conocimiento casi antinatural de las finanzas internacionales.
Margot, había sido adoptada cuando tenía dos años y su padre siempre lo había hecho saber al presentarla. Escribía teatro y obtuvo una prestigiosa beca de 50.000$ estando en noveno curso.
Richie era campeón de tenis desde que estaba en tercer curso. A los 17 años se hizo profesional y ganó el abierto de los EE.UU. tres años seguidos.
Como adultos, los tres niños de Tenenbaum están cansados, de las versiones trágicas de sus vidas. Chas (Ben Stiller) está de luto por la pérdida de su esposa en un accidente aéreo seis meses antes, y afrontando la responsabilidad de criar a sus dos hijos, Ari y Uzi, por su cuenta. Margot (Gwyneth Paltrow) es estoica y enigmática, sufre el bloqueo del escritor y un matrimonio insatisfactorio con el neurólogo, mucho mayor que ella, Raleigh St. Clair (Bill Murray). Richie (Luke Wilson) se retiró del tenis profesional después de un inexplicable bloqueo mental en un partido crucial, y ha estado viajando por el mundo en un crucero durante un año. Etheline, madura y académica (en contraste con su ex marido), trabaja como arqueóloga.
Cuando le comunican que debe abandonar el hotel en que se hospeda por falta de pago, Royal trata de regresar con su familia y recuperar el tiempo perdido, pero no va a resultar tan sencillo.


Wes Anderson, con su particular y peculiar estilo, nos cuenta la historia de esta extraña familia y el intento del padre de recuperar el tiempo perdido. Debido a la mala relación que mantiene con ellos y con su esposa, fingirá que tiene un cáncer, un engaño que solo durará seis días, como él dice, los más bonitos de su vida. Curiosamente cada uno de los hijos se encuentra en un momento de crisis existencial y al buscar refugio en aquella casa, poco a poco los secretos, problemas y errores del pasado van saliendo a la luz para volver a vincular esta familia disfuncional.


Estructurada en capítulos, como un libro, con una voz en off (Alec Baldwin) que nos va conduciendo a través de ellos, está dirigida de manera impecable y, al tiempo, sofisticada, con unos cuantos planos que se nota han sido preparados detenidamente para lograr la sincronía perfecta entre intérpretes, entorno e historia.


Con un reparto de lujo (por cierto, la relación entre Hackman y el realizador, fue bastante tempestuosa), la película está muy bien interpretada, y la historia que nos narra se envuelve en un universo que tiene mucho de surrealista, con el particular humor que caracteriza las películas de Anderson, aunque como suele ocurrir con sus trabajos, quienes no participan de su concepción artística, pueden acabar decepcionados con su trabajo, tanto como lo alabarán aquellos que disfrutan del peculiar universo del director y guionista estadounidense y de su llamativa estética.




jueves, 27 de diciembre de 2018

LA CABAÑA EN EL BOSQUE

5 universitarios, Dana (Kristen Connolly), Curt (Chris Hemsworth), Jules (Anna Hutchison), Marty (Fran Kraz) y Holden (Jesse Williams) deciden pasar un fin de semana en la cabaña del primo de uno de ellos. Lo que ellos ignoran es que incluso antes de llegar a la cabaña están siendo observados, con el único propósito de asesinarlos al final de la noche.
Los dos observadores principales son Gary Sitterson (Richard Jenkins) y Steve Hadley (Bradley Whitford), acompañados del renuente Daniel Truman (Brian J. White) y de la un tanto torpe Wendy Lin (Amy Acker).
En realidad no es que quieran matarlos, es que "deben" hacerlo. El asunto es este: Los primeros que caminaron sobre la tierra fueron los ahora llamados Ancestros, unos seres de gran poder que eventualmente fueron confinados a vivir en una especie de inframundo, bajo la superficie de la Tierra. Si no quieren que salgan y provoquen el caos y el final de la vida, han de ofrecerles periódicamente un sacrificio humano que ha de seguir un orden establecido. El sacrificio a los Ancestros consiste en mínimo 5 individuos, entre los cuales debe haber: una virgen, un atleta, una puta, un loco y un erudito.
Aunque matar a 5 universitarios confiados podría parecer muy sencillo, el ritual es bastante específico. En primer lugar, los sacrificados deben ser advertidos del peligro al que se enfrentan y aún así hacer caso omiso y seguir adelante. En segundo lugar deben "elegir" la manera en que van a morir, esto ocurre cuando en el sótano de la cabaña, los universitarios se ven expuestos a diferentes objetos que activan diferentes tipos de monstruos o entidades que eventualmente irán detrás de ellos.


El guión está escrito por Joss Whedon y Drew Goddard, aquellos de la serie televisiva Buffy Cazavampiros.
La película se vio envuelta en un sinfín de problemas para ser estrenada cuando ya estaba preparada para lanzarla al mercado. Resulta que, tras la quiebra de la productora (MGM), alguien debió meterla en un cajón y como si se hubiera ido al limbo, hasta que Lionsgate la adquirió y comenzó su distribución en salas comerciales tres años después del fin del rodaje.


Habrá gente que, sin duda, quedaría decepcionada por el film, vendido como una película de terror, con abundancia de sangre y otros estereotipos del género, pero es que la película, ni da miedo, ni la sangre chorrea por la pantalla.


Y es que, en realidad, estamos ante un film que se mueve entre el homenaje y la sátira a las películas de género de terror y también, en cierta modo, a las de aventuras fantásticas, tan en boga durante los últimos años, tipo Los juegos del hambre y similares.
Una sátira muy inteligente, pero que no acaba de encontrar el punto sublime que hubiera convertido a este film en un clásico, al menos en una película de culto, es como si no hubieran sabido encontrar el acabado adecuado a una idea original, que ha sabido encontrar un camino diferente moviéndose y, en cierto modo, mofándose con soltura de los tópicos y de los juegos ventajistas con los que los guiones de este tipo de films nos llevan por el camino que quieren.
Aún así, un producto bastante digno, y que merece la pena verse, teniendo siempre presente que se trata de una vuelta de tuerca, mas que de un film que siga los cánones del género.




miércoles, 26 de diciembre de 2018

QUIÉREME SI TE ATREVES

Sophie Kowalsky (Marion Cotillard), una niña inmigrante polaca que vive en un pueblo de Bélgica, es acosada por otros niños por el hecho de ser extranjera, solamente el conductor del autobús escolar y otro niño, le ayudan a recoger sus libros que han caído en un charco.
Ese niño es Julien Janvier, hijo de una familia acomodada y entre ambos surgirá una duradera amistad que comienza cuando Julien, para animar a Sophie, le entrega una pequeña caja de hojalata que tiene dibujado un tiovivo. La caja fue un regalo que su madre, enferma de cáncer, le hizo a Julien, por lo que tiene gran valor para él y, por eso, le pide a Sophie, que se la deje de vez en cuando.
Una especie de juego comienza entre ambos y la caja cambia de dueño cada vez que completan un desafío.
Mientras son niños, ambos se comportan mal en la escuela y cometen alguna que otra gamberrada. Cuando adolescentes, sus respectivas parejas, han de sufrir las consecuencias derivadas de los desafíos que se hacen, mientras ellos dos parecen ignorar cualquier consecuencia o castigo que les acarreen sus juegos.
Al llegar a la vida adulta, no quieren reconocer el amor que ha surgido entre ellos, como si quisieran disimularlo, entregándose a desafíos cada vez más extremos que dañan no solo su relación, sino incluso su integridad física.


Los protagonistas comienzan este juego como una cosa de niños, pero poco a poco se van convirtiendo en esclavos de él. Se atreven a todo, a lo mejor y a lo peor, a saltarse tabúes, a pasar de prohibiciones, a enfrentarse a la autoridad, a reír hasta llorar... Se atreven absolutamente a todo. Salvo, quizás, a confesarse su amor.
Y así la vida pasa y el juego, como la pasión, se acrecienta, porque cada vez que se contestan "Me atrevo", lo que están queriendo decirse uno a otro es "Te quiero más que a mi vida".


La historia es como un cuento, bastante alejado de cualquier situación que podamos conocer, aunque es cierto que hay parejas tóxicas, casi siempre es porque uno de sus miembros domina y controla al otro que, a su vez, está ofuscado por el amor; aquí si alguien es tóxico, lo son ambos.
Tiene muchos pasajes de tono onírico, en los que los personajes se desenvuelven en una realidad imaginaria, soñada, pero absolutamente irreal, algo que afecta también al final del film que, seguramente, más de uno no entenderá, quizá porque es lo que se pretende de forma deliberada.


Película de llamativa composición formal y estética que a mucha gente le parece una maravilla, pero como eso va en gustos, yo lo que veo es a dos inmaduros que se pasan toda la vida haciendo el memo y fastidiando la vida de quienes les rodean. Una forma de verlo como otra cualquiera, lo sé y sé también que habrá quien vea en ella una parábola sobre el amor apasionado y cómo mantener viva su llama y, seguramente, todos tenemos algo de razón.



martes, 25 de diciembre de 2018

SHARPE EN TRAFALGAR

En 1805, Richard Sharpe, regresa desde la India a Inglaterra, donde se unirá a un regimiento de reciente creación, el 95 de fusileros (los Green Jackets, por el color de sus uniformes).
El viaje lo hará en el Caliope, un barco de la Compañía de la India Oriental, al mando del capitán Peculiar Cromwell.
A bordo viaja también, junto a su marido Sir William, la encantadora Lady Grace Hale.
Debido a la traición del propio capitán, el barco es apresado por el buque francés Revenant, que ha estado acechando a las naves comerciales inglesas en el Índico.
Sin embargo, un barco de guerra inglés, el Pucelle, que persigue al Revenant y que comanda un viejo amigo de Sharpe, el capitán Chaise, les rescata y será el que les lleve de regreso al hogar.
No obstante, antes se verán en medio de la histórica batalla de Trafalgar, la más decisiva de las batallas navales hasta Midway,  en la que el almirante Nelson conseguirá destrozar la flota combinada franco-española y que tuvo tal impacto en las flotas francesa y española que ninguna de las dos se recuperó en lo que quedaba de guerras napoleónicas.
Nelson, que murió en el combate, se convirtió en el héroe británico por antonomasia, lo que no resulta extraño, si tenemos en cuenta que aquella victoria hizo cambiar los planes de Napoleón de invadir Inglaterra, haciendo marchar a su ejército hacia el este, a su gran victoria en Austerlitz.
Como decimos, Nelson fue el héroe de las guerras napoleónicas, pero también era un famoso adúltero, y la última petición que le hizo a su país fue que Gran Bretaña  cuidara de lady Hamilton, pero los políticos no cambiaron de forma de pensar, de modo que lady Hamilton murió en la miseria.
La novela es una mezcla de acción, intriga y romance, en la que Bernard Cornwell nos muestra en primer plano el fragor de la batalla, por un lado y, por otro, los amores peligrosos del protagonista con la bella Lady Grace, que llegarán a poner en peligro la vida de ambos a manos del burlado marido.
Una aventura náutica, bastante bien ambientada, culminada con uno de los enfrentamientos navales más famoso y sangriento de la historia.
Sin duda, los amantes de la prosa del autor británico, disfrutarán con esta nueva aventura del fusilero Sharpe.
Como colofón, no puedo sustraerme a traer aquí una anécdota que el autor relata en la Nota Histórica del final de la novela:
Sólo tenemos constancia de un hombre que sirviera tanto en Trafalgar como en Waterloo, Don Miguel Ricardo María Juan de la Mata Domingo Vicente Ferre Álava de Esquivel, conocido como Miguel de Álava, oficial de la armada española en 1805 que sirvió a bordo del buque insignia del almirante español, el Príncipe de Asturias.
Cuatro años después, España había cambiado de bando y las armas españolas se habían aliado con el ejército británico comandado por sir Arthur Wellesley, el futuro duque de Wellington. El general De Álava fue nombrado oficial de enlace español de Wellington hasta el final de la Guerra de la Independencia. Cuando fue nombrado embajador español en los Paises Bajos, pudo unirse a los aliados en la batalla de Waterloo, donde permaneció al lado de Wellington durante toda la jornada. No tenía ninguna necesidad de quedarse allí, pero sin duda su presencia fue de ayuda a Wellington, quien confiaba en el criterio de De Álava y apreciaba sus consejos. Casi todos los ayudantes de Wellington resultaron muertos o heridos, pero él y De Álava, salieron ilesos.



lunes, 24 de diciembre de 2018

COFFEE AND CIGARETTES

Varios personajes, unos más célebres que otros, cambian impresiones alrededor de unas tazas de café o té y unos cigarrillos. Más allá del tema de discusión concreto que se establece entre los diferentes interlocutores, hablan de forma recurrente del propio café o de los cigarrillos, de si la mezcla de cafeína y nicotina es perniciosa, más cuando constituye el único almuerzo de alguno de ellos.
Otros temas incluyen a la familia Lee, la conexión entre medicina y música, la creencia de Nikola Tesla de que la Tierra es un conductor de las resonancias acústicas, etc. En todos los casos, la combinación de café y cigarrillos, actúa como puente para superar desacuerdos o hace que las situaciones incómodas, acaben siendo menos tirantes.
En la banda sonora escuchamos temas como Louie Louie, interpretado por Iggy Pop o Saw Sage, por Tom Waits, entre muchos otros.
La película cuenta con la participación de numerosos rostros conocidos: Roberto Benigni, Steve Buscemi, Cate Blanchett, Bill Murray, Alfred Molina, Iggy Pop, Tom Waits o Steven Wright, entre otros.
La película se fue realizando durante un período de 17 años. El segmento de Roberto Benigni y Steven Wright se filmó en 1986 y El de Tom Waits e Iggy Pop se filmó en 1995.
La historia está estructurada en 11 viñetas rodadas en un excelente blanco y negro.
En 1993, un corto de Jim Jarmusch titulado "Coffee and Cigarettes" recibió la Palma de Oro del Festival de Cannes. Esta es la base de este film, al que Jarmusch añade otros 10 episodios con la misma estructura del primero.


Es sobre todo, una película experimental que intenta buscar nuevas formas de contar su historia, sus historias, en este caso. A pesar de que en algún lado he leído que se nota mucho la improvisación, no lo creo yo así, los diálogos, nada espontáneos (aunque quiera dar la sensación de que lo son) y algunas de las interpretaciones o la composición de las escenas, me hace pensar que de improvisado tiene poco o nada.


En algunas de sus historias, tiene mucha dependencia de alguno de los intervinientes, se nota que su presencia es lo que dota de carisma al episodio concreto.
De las escenas diversas, las que más me gustaron, por este orden, son la titulada Cousins?, protagonizada por Alfred Molina y Steve Coogan, una inteligente reflexión sobre los amigos interesados, que van buscando sacar beneficio de esa amistad, con un Alfred Molina genial; en segundo lugar, otra de título parecido, esta vez sin interrogación: Cousins, con Cate Blanchett por partida doble, ofreciéndonos una verdadera lección de interpretación digna de verse, en la que sus dos personajes, cara a cara, representan dos mujeres completamente distintas, verdadero virtuosismo interpretativo. El último de los episodios que me llamó más la atención es el protagonizado por Iggy Pop y Tom Waits, titulado Somewhere in California, muy divertido y bien interpretado por ambos, en el que nos ofrecen una especie de parodia sobre esas envidias tan típicas en el mundo del arte. También tiene su punto divertido la viñeta titulada Strange to meet you, con Roberto Benigni y Steven Wright, con una divertida historia de humor absurdo.


A veces, las películas nos cansan al tratar implacablemente de golpearnos con su brillantez, con sus diálogos llamativos, con su ingenioso humor y quizá el film puede pecar en algunos momentos de todas estas cosas, con sus numerosos planos picados sobre las mesas y tazas o las referencias para iniciados.
Me parece un buen intento por innovar, por explorar nuevos caminos, aunque el resultado es irregular, con algunos episodios realmente logrados y otros en los que uno puede llegar a preguntarse si esto es cine o qué es.
En cualquier caso, estamos hablando de productos que están hechos pensando en cinéfilos, y no de todo tipo y, desde luego, no para ser exhibidos en los circuitos comerciales al uso.




viernes, 21 de diciembre de 2018

LOST IN TRASLATION

Bob Harris (Bill Murray), un actor de cine norteamericano cuya estrella está en decadencia, se encuentra en Tokio para filmar un anuncio de whisky Suntory exclusivamente para el mercado japonés, por el que recibirá la generosa compensación de 2 millones de dólares, lo que le llevó a aceptar la oferta, aprovechando que su imagen aún conserva el suficiente prestigio para este tipo de lucrativos trabajos. Mantiene una insatisfactoria vida privada, en la que su esposa Lydia (Nancy Steiner) le sigue donde quiera que vaya, en forma de mensajes y faxes, para que se ocupe de las minucias de su vida cotidiana, mientras ella se queda en casa para cuidar a sus hijos.
En el mismo hotel de lujo donde se hospeda y pasa la mayor parte de su tiempo libre, se aloja también su joven compatriota estadounidense Charlotte (Scarlett Johansson), recientemente graduada en Filosofía por Yale, y su esposo John (Giovanni Ribisi), un fotógrafo que está en Tokio para hacer un reportaje, por lo que, mientras trabaja, su esposa queda sola en el hotel donde se aburre mortalmente. Tanto Bob como Charlotte se sienten perdidos por sus situaciones personales, a las que no ayuda el aturdimiento que les producen las imágenes y los sonidos de la inmensa ciudad y las barreras culturales que sienten en Tokio, unas barreras que se extienden mucho más allá de no saber el idioma. Después de algunos encuentros casuales en el hotel, pasan la mayor parte del tiempo juntos, ayudando al otro a lidiar con sus sentimientos de pérdida en sus vidas actuales. La amistad que se desarrolla entre los dos, que no siempre está libre de baches, puede mantenerse solo para este lugar y tiempo específicos, pero también puede tener implicaciones duraderas.


Reflexión sobre la soledad y el desamor por la que su realizadora y guionista, Sofia Coppola, obtuvo el Oscar al Mejor Guión Original en 2003.
La banda sonora está compuesta por canciones de grupos como My Bloody Valentine, Phoenix, The Jesus and Mary Chain o Roxy. Esta última banda aparece con su famosísima canción More Than This, que Bob canta en el karaoke al que va con Charlotte y sus amigos japoneses. Con su letra podría resumirse toda la película. Los Sex Pistols, Pre­ten­ders o Elvis Costello corroboran la presencia americana que se ha colado en el mundo nipón.


Es una película cargada de melancolía y con un sentido del humor con mucha ironía que, seguramente, a muchos no les hará ni pizca de gracia.
Intimista, con largas escenas que parecen, en ocasiones, alargadas en exceso, parece querer con ello reforzar el sentimiento de introspección que observamos sobre todo en el personaje de Charlotte. La relación personal está presentada de manera elegante y contenida, con dos personas que tienen en común la soledad y un tercer personaje, la propia ciudad de Tokio, que les proporciona sentimientos encontrados de fascinación y refuerzo de esa soledad.


Yo creo que la acción se desvanece poco a poco, para acabar convirtiendo la película en un puro impacto visual tanto por las imágenes de la propia ciudad, como por otras muchas que se han convertido, con el paso del tiempo en verdaderos iconos del cine, desde la imagen inicial con Scarlett Johansson tendida de lado en la cama, de espaldas a la cámara y su pompis en primer plano, con bragas rosas semitransparentes (imagen inspirada en una pintura de John Kacere), hasta la peluca rosa de la propia Scarlett o ese paraguas transparente.
Como digo, la acción transcurre lentamente y no todo tiene sentido o requiere de una explicación. Como en la vida real las cosas pasan mientras los dos protagonistas se sienten solos y perdidos en esa gran ciudad que no entienden.
Las reacciones típicas de la mayoría de los espectadores del film se mueven entre los extremos, o enamora, o aburre.




jueves, 20 de diciembre de 2018

LOS REYES DEL VERANO

Joe (Nick Robinson), un estudiante de secundaria de 15 años, vive con su arrogante y autoritario padre, Frank (Nick Offerman), desde que su madre muriera. Ambos mantienen una tensa relación. Joe tiene una hermana, Heather (Alison Brie), que vive fuera de casa y está comprometida con Colin (Eugene Cordero), a Joe le gustaría que su hermana lo acogiera en su casa, pero ella teme que si lo lleva con ella, su padre empiece a visitarles. A Joe le gusta su amiga Kelly (Elin Moriarty), aunque esta tiene novio.
Tras una pelea doméstica, Joe sale de casa para asistir a una fiesta con sus amigos y al regreso se extravía junto a un chico llamado Biaggio (Moises Arias), yendo a parar a un claro del bosque, un lugar oscuro y misterioso a la luz de la luna, tan hermoso que los dos jóvenes quedan maravillados. A Joe se le ocurre la idea de escapar de casa de su padre y construír una cabaña en aquel lugar junto a su mejor amigo Patrick (Gabriel Basso), que también tiene problemas con sus padres, aunque en principio, este rehúsa la invitación, para, más tarde, aceptar. También les acompañará el excéntrico Biaggio, que se ha unido a ellos y no pueden quitárselo de encima.
Patrick empieza a consultar libros de supervivencia de la biblioteca, tratando su proyecto con la mayor seriedad. Entre los tres, dibujan planos, sustraen materiales en las obras y pasan sus días construyendo lo que proyectan será su casa en el bosque.
Una noche, los tres se escabullen de sus casas y se van a vivir a su nuevo hogar, donde tendrán sus propias normas acorde con sus principios y podrán vivir en libertad.


El guión, de Chris Galletta, se basa, en parte, en sus propios recuerdos de infancia, trans­cu­rrida en Sta­ten Island, en Nueva York.


El realizador elimina del relato cualquier atisbo de dramatismo, para traernos una historia que resulte amable, sobre un asunto que ha sido tratado en el cine en multitud de ocasiones, cual es la de la problemática transición de la adolescencia a la vida adulta.
Los personajes no tienen demasiada profundidad y se nos muestran alegres y despreocupados, teniendo que aprender, a la fuerza, las responsabilidades que implica la vida independiente y los costes que supone tener libertad plena.
Es un film modesto, con un relato sencillo, pero dotado de un cierto aire de espontaneidad y frescura con relación a otras historias sobre el mismo tema, con un grupo de actores desconocidos, que hacen bastante bien su trabajo.
Una historia que se antoja bastante improbable, con algunos pequeños fallos y unos cuantos clichés típicos de este tipo de films, pero que a cambio irradia simpatía y se ve con agrado.




miércoles, 19 de diciembre de 2018

¡OLVÍDATE DE MÍ!

Joel Barish (Jim Carrey) descubre que su novia Clementine Kruczynski (Kate Winslet), se sometió a un procedimiento experimental de psiquiatría en el que se eliminaron todos sus recuerdos de Joel, después de que la pareja haya intentado durante un tiempo lograr que su relación funcione fluidamente.
Frustrado por la idea de seguir enamorado de una mujer que no recuerda el tiempo que pasaron juntos, Joel, se pone en contacto con el creador del proceso, el Dr. Howard Mierzwiak (Tom Wilkinson), para que, a su vez, borre a Clementine de su memoria.
Joel y Clementine se vuelven a conocer durante un viaje en el ferrocarril de Long Island y se sienten atraídos casi inmediatamente a pesar de sus personalidades opuestas: Joel es tímido y ella es muy espontánea. A pesar de no recordarlo debido al proceso de borrado a que se sometieron, ambos fueron novios durante dos años.
Durante el proceso, Joel vuelve a rememorar, como si rebobinara, sus momentos junto a Clementine, comenzando desde la desintegración de la relación. A medida que llega a los recuerdos más felices de los comienzos de su relación con Clementine, decide conservar por lo menos parte de esos recuerdos de ella y de su amor, tratando de evitar el procedimiento, llevando sus memorias idealizadas de Clementine a recuerdos que no tienen relación con ella, o intentando despertar para detener el procedimiento.
Otras tramas separadas, pero relacionadas, giran en torno a los empleados de Lacuna y se desarrollan durante el proceso de borrado de memoria de Joel. Por ejemplo, Patrick (Elijah Wood), uno de los técnicos de Lacuna (la empresa que realiza el borrado), utiliza las memorias de Joel para seducir a Clementine.


Mediante una espléndida labor de montaje, la película nos va llevando, de manera no lineal, a través de esta historia de amor y desamor, tratando de encontrar un enfoque diferente al de las típicas películas que tratan de las relaciones de pareja.


El film tiene un claro componente de ciencia ficción en lo referido al proceso de borrado de memoria que, como dice su creador, técnicamente es como una lesión cerebral, ya que interviene en una zona del cerebro donde almacenamos esos recuerdos.


Seguramente lo más interesante de la película sea la forma de tratar la relación romántica que la hace cercana y reconocible. No estamos ante una una historia con final feliz en que ambos logran superar sus diferencias; ni ante un final de ruptura en el que tiran la toalla tras constatar el fracaso de su vida en común, sino que el guión, muy bien construído y que se llevó el Oscar al Mejor Guión Original, trata de plantear otros caminos que den originalidad a un tema que, de lo contrario, caería en los tópicos y sería una de tantas películas de enamorados que acaban fracasando.
Bien interpretada, estamos ante una ingeniosa historia de amor y desamor que resulta muy entretenida y original.




martes, 18 de diciembre de 2018

LA CONJURACIÓN DE CATILINA

La famosa conjuración tramada el año 63 a.C. por Catilina ayudado por un grupo de jóvenes de la nobleza para apoderarse del mando de Roma, es conocida principalmente por las vigorosas piezas oratorias que contra él pronunció el gran orador romano Marco Tulio Cicerón, llamadas Catilianarias.
Pero la historia de esta revolución fue escrita casi veinte años más tarde (probablemente en el 47 a. C.) por Cayo Salustio Crispo. El libro nos habla de la monstruosidad del personaje de Catilina y el riesgo que ha corrido el Estado. Salustio habla de acontecimientos que ha conocido bien: tenía veinticuatro años cuando tuvieron lugar.
La narración va precedida por unas consideraciones morales en que el autor justifica su decisión de dedicarse al cultivo de la historia, en concreto la historia del pueblo romano y, dentro de esta, ha elegido en primer lugar la conjuración de Catilina.
Al entrar en materia, lo primero que le atrae es la figura del personaje, un personaje de naturaleza extraña y demoníaca, que tiene las características fundamentales de la maldad y la fuerza puestas al servicio de una desmedida ambición.
Conocido ya el protagonista y la sociedad en que se mueve, vemos cómo se genera la conjuración y cómo se desarrolla a través de un relato dramático que no pierde su interés hasta el desenlace en la batalla de Pistoya.
El autor había nacido en Amiterno (Sabina) el 87 a. C., de familia plebeya, pero su juventud transcurrió en Roma, donde recibió la educación típica de la época: retórica y filosofía. Militó en el partido democrático, uno de cuyos jefes era César, y tomó parte en las frecuentes revueltas callejeras que ensangrentaban Roma en esos años.
Empezó el cursus honorum y fue cuestor y tribuno de la plebe en el 52 a. C. Entró así en el Senado, pero fue expulsado de él por los censores con el pretexto de llevar una vida inmoral, aunque más bien debe interpretarse como una venganza personal. Tomó parte a favor de César en las campañas de la guerra civil en Africa. Después del triunfo de César, este le nombró propretor en Numidia, donde tuvo ocasión de estudiar la historia y geografía del país y de amasar una gran fortuna. A la muerte de César, se retiró a gozar de sus riquezas en una finca de Tívoli, compró además una gran extensión de terreno en Roma e hizo plantar en él unos jardines, que con el tiempo llevaron su nombre (horti Sallustiani) y más tarde fueron residencia imperial. Ocupó su retiro en la composición de sus obras históricas.
Con su Conjuración de Catilina, nos ha legado una obra de gran valor literario y un documento de gran importancia para el conocimiento de los últimos años de la república romana.



lunes, 17 de diciembre de 2018

NAPOLEÓN DYNAMITE

La familia Dynamite es un tanto peculiar. Los dos hermanos, Napoleón (Jon Heder) y Kip (Aaron Ruell), que tiene 32 años, viven en Preston (Idaho) con su abuela (Sandy Martin), que tiene como mascota una llama que deambula por una zona de césped vallada junto a la casa.
La abuela, que se ha ido a pasar un fin de semana con su novio a las dunas del desierto, sufre un accidente cuando saltaba las dunas con un quad y se ha roto el coxis, por lo que pide al tío Rico (Jon Gries), que pase unos días en la casa con Napoleón y Kip, ya que alberga dudas sobre si estos serán capaces de cuidar de sí mismos.
Este último es un apasionado de la tecnología y de todo lo que tiene que ver con ella, aunque últimamente no hace nada, pues pasa la mayor parte del tiempo hablando por internet con Lafawnduh (Shondrella Avery), una joven a la que ha conocido en una sala de chat y que irá a visitarlo a su casa.
El tío Rico que, en cierto modo, viene a entorpecer la rutina familiar, vive en una autocaravana pintada de color naranja y se dedica a vender a domicilio artículos de lo más variopinto.
Napoleón aún va al instituto, es un chico diferente, de los considerados raros, con dificultades para socializar con el resto de alumnos y al que las chicas apenas hacen caso, ni siquiera para reírse de él, mientras inventa constantemente fantásticas historias sobre sí mismo y asume una actitud huraña y distante.
Al instituto llega un nuevo alumno, Pedro (Efren Ramirez), un joven mexicano. Napoleón y Pedro se hacen amigos y cuando este último presenta su candidatura para presidente de la escuela, Napoleón se implica en la campaña de manera absoluta para conseguir que su amigo logre su sueño.


La película vuelve del revés los clásicos planteamientos de las películas de adolescentes. Aquí hay animadoras y matones, los pasillos tienen las clásicas taquillas, los muchachos de más éxito se dedican al deporte y hay un baile de fin de curso, pero todo ello está tratado de un modo que evita los estereotipos para acercarnos a unos personajes que nos resultan cercanos, algunos de ellos, precisamente, por lo estrambótico de sus actitudes.


Napoleón es un tipo raro, acorde con la familia en que vive, puede parecernos, en muchos momentos, un completo imbécil. Pero ¿quienes son los normales?, ¿el matón del instituto que le golpea la cabeza contra las taquillas?...


Una película que hay que ver como una especie boutade en tono humorístico sobre esas personas "diferentes" que nos rodean, con un planteamiento muy original y que solamente podrá disfrutarse si la contemplamos con esos ojos.
Se agradece que hasta las escenas de cierto romanticismo huyan de las clásicas de estas películas sobre jóvenes en que parece que no para de picarles la entrepierna.
Para quienes no la hayan visto, advertir que hay que esperar a que acaben los títulos de crédito, porque tiene propina final.




viernes, 14 de diciembre de 2018

PEQUEÑA MISS SUNSHINE

Los Hoover son una familia muy peculiar que vive en Alburquerque (Nuevo México): El abuelo Edwin (Alan Arkin), fue expulsado de una institución para ancianos (Sunset Manor), esnifa cocaína y suelta palabrotas; el padre, Richard (Greg Kinnear) fracasa estrepitosamente dando cursos e intentando vender su método de autoayuda para alcanzar el éxito en nueve pasos; Sheryl (Toni Collette), la madre no da abasto; el tío, Frank (Steve Carell), al que su hermana Sheryl ha llevado a vivir con ellos, es homosexual, un experto en Proust y se está recuperando de un suicidio frustrado tras ser abandonado por su novio y ver como su principal competidor es reconocido como el principal conocedor de la obra del autor francés; el hijo adolescente, Dwayne (Paul Dano) lee a Nietzsche y ha hecho voto de silencio absoluto, su aspiración es llegar a piloto de aviones a reacción. Y Olive (Abigail Breslin), la hija pequeña, una niña gafotas y más bien gordita, quiere ser reina de la belleza. Cuando, gracias a un golpe de suerte, la invitan a participar en el concurso de 'Pequeña Miss Sunshine', en Redondo Beach, California, la acompaña toda la familia. Hacinados en una anticuada furgoneta Volkswagen, se dirigen hacia el Oeste en un trágicómico periplo de tres días lleno de inesperadas sorpresas, con la esperanza de ganar el concurso y de este modo, hacer realidad un sueño.
El debut de Olive será el detonante de un cambio profundo en esta familia de inadaptados.


Recuerdo el impacto que tuvo en los cines esta película cuando se estrenó en España, un film que había conseguido un gran éxito de taquilla en EE.UU. sin apenas promoción comercial que le precediese, una de esas raras ocasiones en que es el público el que aúpa a una película hasta el éxito sin necesidad de haber sido bombardeado previamente por campaña promocional alguna.


Y es que la propuesta de Jonathan Dayton y Valerie Faris, que codirigieron el film, nos acerca una historia sencilla, con unos personajes cercanos y creíbles, una familia que se enfrenta al fracaso de sus sueños haciendo de tripas corazón, primero hundiéndose en la miseria de ese fracaso, para, una vez aceptado, tratar de salir del atolladero y continuar la vida como mejor puedan. Al fin y al cabo, lo que nos sucede a todos, al menos alguna vez en la vida.


Apoyada en un bien construído guión de Michael Arndt, el film nos trae una historia que, a pesar de no ser nada del otro mundo, tiene una aire de frescura y originalidad y supone una crítica con lenguaje humorístico, pero hecha desde la reflexión, al mundo de los concursos y del éxito a cualquier precio.
Divertida, original e inteligente.