El conocimiento acumulado sobre la condición humana, a través del ejercicio de la medicina, se ve reflejado en casi toda la obra literaria de Chéjov. Alguien le llamó el maestro del cuento que no tiene argumento y es cierto que narraba historias que podrían parecer corrientes, insulsas, pero lo hace con tal maestria que logra que nos maravillemos con su forma de describir situaciones y sensaciones cotidianas.
Uno de los treinta relatos que conforman la edición que yo he manejado, es la Señora (o la dama, como figura en otros sitios) del perrito. Los principales argumentos de esta historia de amor podrían haber sido el sexo o el adulterio, sin embargo Chéjov pasa como de puntillas por estos asuntos, entreteniéndose en lo que, aparentemente, son detalles nimios, que sin embargo, acaban conformando la mejor descripción posible, tanto de los ambientes en que se mueven los personajes, cuanto de los verdaderos sentimientos de estos, de forma que la infidelidad es un tema destacable, pero ni mucho menos, el principal asunto del relato.
El final queda en el aire lo que será de las vidas y la relación prohibida que mantienen estas dos personas, el autor no nos da la más mínima orientación sobre el destino que aguarda a los amantes.
Nabokov, al hablar sobre este final predilecto de Chejov, ya lo decía: Mientras las personas sigan vivas, no hay conclusión posible y definida de sus conflictos, sus esperanzas o sus sueños.
Hola Trece: Yo me acuerdo de esa pregunta constante de Gurov ¿cómo? ¿cómo? ¿cómo?, en un consuelo constante a su amada Ana,para vivir ese amor de manera libre.Y así es ,mientras hay vida siempre puede haber nuevos caminos,esperanzas,realizaciones de sueños,de amores.
ResponderEliminarMe encanta este relato porque muchos seres han tenido que sufrirlo y lo cuenta tan bien,pero aún más por ese final abierto,abierto al amor,a la vida.¿Qué cosa será el amor que no hay leyes que lo impidan,ni cien muros que se levanten?¿qué cosa será el amor que al final los amantes siempre se buscan aunque sea entre sollozos y a escondidas? ¿qué fuerza es esa? y a quien se lo impiden siente la muerte en lo más hondo.Este relato es un canto al amor en cualquiera de sus circunstancias y fuera de convencionalismos...Un saludo Trece!
En el aspecto de las relaciones de pareja, Chéjov tenía su particular visión, bastante libre (o liberal), de hecho se casó con más de cuarenta años, edad inusual para la época y yo creo que ya intuía que le quedaba poco en este mundo, murió, dos o tres años después.
ResponderEliminarEl final, nunca existe, mientras haya amor de por medio, y no termina hasta que los dos desaparecen, pues aunque uno muera, siempre vivirá en el recuerdo del otro.
ResponderEliminarLa vida es eso, una poesía o un relato inacabado.
Un abrazo.
En este caso lo que pretende Chéjov es que la continuación la ponga cada cual con su imaginación.
ResponderEliminarMe pareció siempre un final con la amargura de los que no aplican una resolución a rajatabla en estos o parecidos asuntos. Lejos, quedaba lejos el momento de vivir juntos,de estar separados, pero sobre todo dejar de seguir padeciendo sus "matrimonios" respectivamente desgraciados. No es tan abierto en la interpretación de final feliz.
ResponderEliminarTengo un amigo que mantuvo en TOTAL secreto su adulterio ¡CATORCE AÑOS!Imaginen el final que quieran. Pero aquello debió de ser...
Tremendo, Manuel.
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