TELEPEAJE

Nuestros vecinos portugueses, agobiados por la situación financiera, tanto o más que nosotros, están cortando por aquí y recaudando por allá, en un afán desesperado de evitar caer al pozo del rescate.

Una de las cosas que llevan haciendo desde hace un tiempo es cobrar por circular en las autovías, así que ya saben aquello de cuando las barbas del vecino veas pelar... Las autovías, igual que las autopistas, acabarán siendo para los ricos.

Lo que realmente me pone los pelos de punta es que cuando entras en una autovía portuguesa no hay puestos de peaje, como en las autopistas. No hay nada, tú entras y circulas sin más. Pero hay cámaras por doquier, graban tu matrícula y, al instante, saben si pagas o no, porque tu automóvil tiene que ir provisto de un aparatito que has de comprar y recargar con pasta (léase euros). Que has pagado, pues todo perfecto, que te intentas colar, ya te llegará a casa la receta. Al parecer, tienen algún problemilla con el cobro a los extranjeros, porque claro, no tienen acceso a las bases de datos en las que figuran los domicilios de los propietarios de coches matriculados en otro país, pero ya lo solucionarán.

A mí esto, me asusta, porque, ¿cuál es la justificación para cobrar por circular por una autovía? Que cuestan mucha pasta y lo lógico es que quienes se beneficían de ellas apoquinen. Y, pienso yo, ¡ay Dios, cuando se den cuenta las autoridades de que esto funciona sin problemas! Porque el razonamiento se puede aplicar a cualquier otra vía pública, a una calle peatonal, a un camino agrícola... Todo cuesta y siempre hay alguien a quien beneficia. Si pones un aparatito que controla a los usuarios y permiten cobrar cómodamente... Saquen las consecuencias. Reiros, pero las cámaras ya están por todos lados, sólo tienen que activar alguna cosilla en el chip que todos llevamos en nuestro DNI.

¿Aún crees que es una tontería? Pues dime qué opinarían nuestros abuelos si les dijéramos que por quedar el carro en la calle les iban a cobrar, ¡imposible!, dirían. Claro, no habían oído hablar de la ORA, su reloj la marcaba con H.