sábado, 31 de enero de 2015

VIAJES POR ESPAÑA (PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN)

No podía ser de otra manera, el autor que concibió la vida como un viaje, refleja en este libro, en el que están reunidos algunos de los viajes que realizó por territorio español, el gusto del viajero erudito y curioso que no se conforma con un desfile de piedras y paisajes, sino que va más allá, a la búsqueda de tipos y personajes, dando forma y vida a quienes habitan el cuadro, sin perjuicio de degustar la belleza del lienzo en el que viven.
Se puede estar más o menos de acuerdo en las percepciones del escritor granadino, las de tipo moral me han parecido peregrinas, por trasnochadas, incluso para el tiempo en que fueron escritas, pero es indudable que entre ellas predominan las del escritor observador y cultivado que reniega del gusto por la piqueta imperante en la época, como él señala, seguro que el afán de derribo vendrá bien, no a la higiene de la ciudad, sino a quienes tienen intereses puramente comerciales, pero se perderá la historia que llevan encerradas aquellas edificaciones y monumentos derruídos por siempre jamás.
A esta, se unen otras opiniones y argumentos que resultan, no sólo acertados, sino modernos, adelantados al momento, como provenientes de persona que diríamos llanamente "leída y escribida", aún más, de persona con visión para estos asuntos y que no se queda en modas o en corrientes contemporáneas. Recuerdo ahora la crítica que hace a la terraza construída sobre la salmantina Torre del Clavero, pero también en otros casos similares, apelando al buen gusto y sano juicio de sus propietarios para que efectúen los correspondientes arreglos conforme al respeto por el original, siempre que sea posible. Así suplica en esta ocasión a su amigo el marqués de Santa Marta, propietario del edificio, que mande derribar aquel detestable apéndice "Los fueros del arte, mi querido don Enrique, son superiores a los derechos del individuo", argumenta.
De entre todos los viajes, por razones sentimentales y de conocimiento profundo de ambos territorios, he leído con especial agrado su visita al Monasterio de Yuste y los dos días en Salamanca, pero todo el libro, como digo dejando aparte la conformidad o no con sus comentarios, tiene el valor añadido de ser el retrato de una época ya fenecida, como si de fotografías escritas se tratara, escrito en primera persona por quien allí estuvo y disfrutó de sitios y lugares, en algunos casos desaparecidos, en otros muchos, aún a nuestro alcance y para los que puede servir de perfecta guía esta amena publicación.



viernes, 30 de enero de 2015

TRES LANCEROS BENGALÍES

En tiempos de la ocupación británica de la India, la frontera noroeste era uno de los puntos más delicados, debido a la actitud belicosa de algunas de las tribus de la zona que hostigaban a las tropas coloniales de manera continúa, mientras otras mantenían relaciones amistosas con Gran Bretaña, en ocasiones por pura conveniencia, por lo que el equilibrio se hacía complicado y había que dejar a un lado las sospechas de posibles desafecciones para dejar paso a la labor de la diplomacia.
El 41 regimiento de Lanceros de Bengala, al mando del coronel Stone (Guy Standing), es el encargado de velar por los intereses de la metrópoli en la zona.
Hasta allí llegan dos nuevos oficiales, los tenientes Forsythe (Franchot Tone) y Stone (Richard Cromwell), hijo del coronel del regimiento a quien ha llamado uno de los oficiales para que se incorpore a la unidad de su padre, algo que este no recibe con agrado. El coronel es un hombre de rectos principios para el que el regimiento está por encima de todo y no desea para su hijo ningún tipo de privilegios.
Forsythe, Stone y el veterano teniente McGregor (Gary Cooper), formarán un trío inseparable.
En tanto, la situación en la frontera es más tensa cada vez ya que el cabecilla local Mohammed Khan (Douglass Dumbrille), está armando a sus hombres para levantarse contra los británicos.


A mí estas películas me traen recuerdos muy especiales, pues aunque sean de una época en la que no había nacido, recuerdo cuando ponían alguna de ellas en la tele, allá en mi lejana infancia y mi padre se sentaba a verla con nosotros comentando lo buena que era. Eran sus películas, las que le trasportaban a su juventud y de las que albergaba ese recuerdo agradable de aquellos años en los que iba al cine con sus amigos, las películas que le hicieron amar este maravilloso espectáculo y por ende transmitir aquel gusto por el cine a los que veníamos detrás.


La película está basada en una novela con tintes autobiográficos escrita por Francis Yeats-Brown, que había servido como oficial en el ejército colonial en la zona que retrata el film.
Una de las películas más logradas de su director, Henry Hathaway, con los caracteres de los personajes muy bien definidos y un buen ritmo narrativo que en el último tramo cobra mayor dinamismo y en el que se desarrollan los acontecimientos bélicos.
Salpicada con momentos de humor bien trabajados que hacen asomar la sonrisa del espectador, creo que las actuaciones están bastante conseguidas, incluso el poco expresivo Gary Cooper parece que aquí transmite más, como si estuviera disfrutando de su papel.
Tiene algunas escenas realmente espectaculares para la época en la que se rodó (recuerdo especialmente la escena de la cacería del jabalí) y contó con un inmenso despliegue de extras para las escenas del enfrentamiento entre las tropas británicas y los hombres de Mohammed Khan.



Se puede argüir, con razón seguramente, que son argumentos un tanto simplones, que defienden valores para algunos totalmente trasnochados, pero aquellos héroes que se movían guiados por sentimientos como el amor a la patria, la camaradería, el honor..., son los que dieron paso a esta especie de antihéroes que vemos en algunas películas actuales, conforman una etapa del camino sin la cual hoy no tendríamos el cine que tenemos.
La película abrió todo un sendero, el del cine de aventuras, del que hoy se ha convertido en un ejemplo clásico.




jueves, 29 de enero de 2015

JUEGO DE TRONOS (4ª Temporada)

Varias muertes, una por sorpresa y otra algo esperada (incluso deseada) y el incierto destino de un personaje que pensábamos que iba a morir, pero que se salva en el último instante, han marcado la temporada que comentamos y que ha resultado la más vista de todas las emitidas.
La confesión de Cersei (Lena Headey) a su padre, reconociendo lo que todo el mundo comentaba sobre sus relaciones incestuosas con su hermano; la batalla del muro que, al final, decide la presencia de Stannis Baratheon (Stephen Dillane) al frente de su ejército; los problemas de Daenerys (Emilia Clarke) con sus dragones y el destierro de Ser Jorah Mormont (Iain Glen); el triste destino de "Hediondo" (Alfie Allen); el peregrinar de Brienne de Tarth (Gwendoline Christie) y Podrick Payne (Daniel Portman); la llegada de Sansa (Sophie Turner) al Nido de Águilas amparada por Meñique (Aidan Gillen) y lo que allí sucede; Arya (Maisie Williams) embarcándose hacia Braavos; Bran (Isaac Hemstead-Wright) que encuentra al cuervo de tres ojos y el final de la temporada con el destino de Tyrion (Peter Dinklage).
Todo eso, a grandes rasgos, compone el conjunto de esta jugosa cuarta entrega que, como la precedente, toma cosas de varios libros distintos de la saga.


Si en la tercera daba la impresión de que la historia no avanzaba demasiado, aquí los acontecimientos se suceden con cierto dinamismo y la sensación que le queda al espectador (al menos en mi caso) es que aquello va tomando brío.


Los guionistas siguen apostando por introducir alguna novedad con respecto a las novelas, algo que a ciertos fans de los libros les parece mal, pero yo creo que hasta ahora lo están haciendo bastante bien y a los que los hemos leído nos da un punto de incertidumbre gracias a esas cosas que no están en ellos.
No hay que olvidar que Martin supervisa los guiones, así que debe estar de acuerdo con esas variaciones, por otra parte, bastante puntuales, todo hay que decirlo.


La temporada tiene varios momentos álgidos, con algunos capítulos realmente espectaculares y que quedan en la memoria de los aficionados. Desde luego, está la batalla en el muro, pero también el duelo para decidir el futuro de Tyrion, en el capítulo "La montaña y La Vívora" y, por supuesto, el final en el que el propio Tyrion carga sobre su espalda la venganza que se toma sobre su padre.
George R.R. Martin, explica este final: "Lo ha perdido todo, le llevan a escondidas a algún lugar seguro, ¿pero qué demonios va a hacer allí? Ha perdido su posición en la Casa Lannister y en la corte, ha perdido todo su oro. Está tan dolido que quiere hacer daño a otra gente".




miércoles, 28 de enero de 2015

FAUSTO (F.W. MURNAU)

Fausto (Gösta Ekman), es un hombre sabio y estudioso al que preocupa el bienestar de sus vecinos. Cuando una epidemia de peste asola la ciudad en la que vive, se desespera ante la imposibilidad de encontrar un remedio que salve a la gente que muere cada día y llena de dolor a sus allegados y familiares, incluso pierde la fe en Dios que piensa no escucha sus plegarias.
Mephisto (Emil Jannings), apuesta con un arcángel que pervertirá al bueno de Fausto, si lo consigue, la Tierra será suya, así que aprovechando la desesperanza del sabio, le ofrece la posibilidad de sanar a sus semejantes y, además, le tienta con la juventud eterna. Fausto acepta y se convierte en un joven apuesto, al que Mephisto lleva sobre su capa a recorrer el mundo, hasta que una aldea, encuentran a Gretchen (Camilla Horn), una deliciosa joven de la que Fausto queda perdidamente enamorado.
Sin embargo, Mephisto se las arregla para interferir todo lo posible en el amor de la pareja, emponzoñando la situación hasta que consigue despertar los celos del hermano de Gretchen, que se bate en duelo con Fausto. La tragedia se cierne sobre la joven, que se verá repudiada por sus vecinos, acusada de ser la causante de la muerte de su hermano y expuesta a la vergüenza pública.


Tras el éxito de su anterior film, "La última risa", la productora UFA, concedió a Friedrich Wilhelm Murnau prácticamente crédito ilimitado para la realización de su nueva película.
Murnau, para algunos un auténtico poeta de la imagen, sabe sacar partido a los medios que ponen a su disposición y logra, mediante una buena puesta en escena y la utilización de conseguidos efectos, ofrecer al espectador un espectáculo lleno de barroquismo y ambiente tenebroso, acorde con la historia que narra.


La historia, basada en un relato popular alemán del que han hecho uso desde Goethe hasta Wagner, es casi lo de menos, pues si analizamos el guión, resulta ser de una puerilidad que casi avergüenza en su afán moralizante que ensalza el triunfo del amor sobre el mal. Pero la película es toda una obra de arte, quizá el mejor trabajo del realizador alemán, con sus prodigiosos claroscuros, las decenas de maquetas utilizadas para reproducir ciudades, aldeas y paisajes, los decorados y las magníficas actuaciones de todo el elenco, desde la exagerada gestualidad de Jannings, tan propia del cine mudo, hasta el doble papel joven/anciano de Gösta Ekman, pasando por la sensacional interpretación de la debutante Camilla Horn en el papel protagonista femenino, pensado inicialmente para Lillian Gish y que ella resuelve de maravilla.
Una delicia en la que Murnau nos traslada toda la magia del cine haciendo uso de los medios que tenían hace casi 100 años.




martes, 27 de enero de 2015

LA BUENAVENTURA

Parrón es un sanguinario bandido que tiene aterrorizados a los pobladores de los alrededores de Granada. Toda persona que caía en manos de la partida de Parrón, firmaba su sentencia de muerte, pues el bandolero mantenía la teoría de que nadie que hubiera visto su rostro debía permanecer con vida para contarlo.
Un buen día, los bandidos apresan a un tal Heredia, un viejo gitano que apenas lleva tres duros y siete reales y un borrico sin aparejos. Cuando Heredia es llevado a presencia de Parrón, comienza a hacerle zalemas y a decirle que estaba deseando verle para echarle la buenaventura. La actitud del calé hace gracia a Parrón que no puede por menos que reírse ante la aparente falta de miedo del prisionero (aunque la procesión iba por dentro) y le urge a que le lea su futuro.
Heredia hace una rápida composición de lugar, da por hecho que Parrón le va a perdonar la vida y le va dejar marchar, piensa ir de inmediato a denunciarle a las autoridades que tienen puesto precio a su cabeza, como quiera que le ha visto y sabe donde está su escondite, calcula que no tardarán mucho en encontrarle, le juzgarán con rapidez y le mandarán a la horca, así que le dice a Parrón: En el plazo de un mes, morirás.
Pero Parrón, en lugar de soltarle le retiene y le dice que si se cumple la profecía, quedará libre, de lo contrario, será Heredia quien pierda la vida.
Por una serie de circunstancias afortunadas para el gitano, logra escapar y pide una entrevista con el Capitán General de Granada, el Excmo. Sr. D. Eugenio Portocarrero, conde de Montijo.
La captura del bandido se producirá de una forma totalmente inesperada.




lunes, 26 de enero de 2015

EL CAPITAL

Marc Tourneuil (Gad Elmaleh), es un economista cuyo deseo era dar clases y escribir, pero la vida le llevó al Fénix, el mayor banco de Europa, en el que gracias a los informes y algún discurso escrito para su presidente, Jack Marmande (Daniel Mesguich), le traen la confianza de este que le pone un despacho junto al suyo y le consulta algunos asuntos confidenciales.
Cuando el cáncer que padece Marmande le aparta de la dirección del banco, propone a Tourneuil para que le sustituya, ante la sorpresa de la mayoría de los consejeros que le consideran un advenedizo sin condiciones para el cargo. Pero Antoine de Suze (Bernard Le Coq), principal accionista de la entidad, hace ver a los reticentes las ventajas de que Tourneuil no sepa mucho de bancos, lo que a sus ojos le convierte en un hombre maleable a quien podrán gobernar a su antojo hasta que Marmande muera y entonces haya que elegir a un presidente con más futuro.
Por otro lado, los inversores americanos, capitaneados por Dittmar Rigule (Gabriel Byrne), quieren también aprovechar la bisoñez y falta de apoyos de Tourneuil para llevar a cabo una operación que llevará las acciones del banco bajo mínimos, con el fin de comprarlas y hacerse con su control.
Pero Tourneuil no es el ingenuo que ellos piensan y se apresta a dar batalla a unos y otros, aunque sabe que al final lleva las de perder pase lo que pase, pretende sacar tajada de todo aquello y no dejarse pisotear por quienes le creen un presidente de trámite.


A pesar de su veteranía, el cine de Costa-Gavras sigue destilando cierto aroma de frescura y su pulso se mantiene firme tras la cámara, todo ello sin renunciar a ese espíritu crítico tan característico.
En esta ocasión, el greco-francés opta por adaptar un libro de Stéphane Osmont del mismo título, y lo hace de una manera tan sencilla (para algunos simplista), que en algunos círculos ha sido criticado el guión precisamente por esa simpleza, lo que para otros es una virtud del film.
Cuando se ve la película, parece obvio que el coguionista y realizador podría haber dado alguna vuelta de tuerca más al asunto, pero ha optado por ponerlo todo clarito y que el espectador pueda entenderlo sin esfuerzo.
El propio realizador confiesa que no han querido describir con detalle el mundo del dinero, como lo hace Osmont en su libro, sino explorar el personaje de Marc Tourneuil, su lucha en un mundo del que depende el nuestro y sus enfrentamientos con otros hombres cegados, como él, por una única satisfacción: el dinero. El personaje es ambiguo, cargado de sarcasmo y, en algunos momentos, como nos podría ocurrir a cualquiera de nosotros, va descubriendo los entresijos de ese despiadado mundo de las finanzas en el que lo que menos importa son las personas.


Un film con ligeros toques de humor, en el que se repasan de manera crítica algunas de las prácticas de los grandes bancos, resumidas en la frase postrera del protagonista: Seguiremos robando a los pobres para dárselo a los ricos, a lo que el consejo del banco responde con una espontánea y calurosa ovación.
Todos esos conceptos que hemos ido aprendiendo a lo largo de esta larga crisis (fondos buitre, stocks options, subprimes, deslocalización...), van apareciendo a lo largo de un film que se ve con gusto y cuya narración es ágil y entretenida.





sábado, 24 de enero de 2015

EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Don Eugenio de Zúñiga y Ponce de León, corregidor de una villa del sur de España, se enamora de la bella molinera Francisca y, para realizar el plan de seducción que había proyectado, hace que el alcalde de un pueblecillo inmediato mande comparecer ante él a Lucas, el molinero, con un falso pretexto. Sabiendo el corregidor que la molinera había quedado sola y que él disponía de toda la noche sin temor al buen Lucas, puesto que dio instrucciones al alcalde para que le entretuviera hasta la mañana, acude al molino. Al tratar de entrar por una puerta falsa, cae en el caz que proporciona agua para mover el molino.
La señá Frasquita, temiendo que se tratase de su marido, abre la puertecilla que da a la alcoba; mas, al ver al corregidor, huye para dirigirse en busca del molinero sin hacer caso del intruso. El corregidor, ayudado por Garduña, el alguacil, logra salir del caz, se desnuda, pone a secar la ropa ante el fuego y se mete en el lecho de los molineros.
Entre tanto, Lucas, al ver que el alcalde "no tenía nada que tratar con él hasta el día siguiente", entra en sospecha, y escapándose del pajar en que le albergan, llega al molino, ve la ropa del corregidor, mira al dormitorio por el ojo de la cerradura y percibe a aquel en su cama, sin poder distinguir si está acompañado.
Creyendo cierta su deshonra, y sin pensar más que en tomar venganza, se viste las ropas del corregidor y se mete en la casa de éste, diciendo para sí que "también es guapa la corregidora".
Alarcón toma como base de su novela, un relato popular conocido como el relato del Corregidor y la Molinera, que figuraba en los romances y cantares de ciegos y que, como indica el autor en su prefacio, pocos españoles de la época desconocían.
Con un estilo ameno y fluído, plagado de pasajes humorísticos y de ironía, Alarcón consigue una de sus mejores novelas que pervive a pesar de que el resto de su obra haya sido casi olvidada.



viernes, 23 de enero de 2015

EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ

Allan Karlsson (Robert Gustaffson) es un anciano que vive solo, con la única compañía del gato "Molotov", al que un mal día, el zorro que ronda el gallinero, ataca y mata.
Si de algo sabe Allan es de explosivos, así que prepara una trampa con dinamita y salchichas como cebo, para hacer saltar al zorro por los aires. Como dice él, la onda expansiva de aquella explosión le envió directamente al geriátrico, donde transcurren de manera monótona sus días, hasta que llega aquel en el que cumple los 100 años.
El personal del centro, se afana por preparar un festejo para agasajar a Allan, pero éste, haciendo honor al título del film, salta la ventana de su cuarto y deja plantados a todos, que no tienen ni idea de dónde puede haber ido.
Allan, mientras tanto, llega a la estación de viajeros de la ciudad y saca un billete de autobús a cualquier lugar con las pocas monedas que lleva encima. Mientras espera la inminente llegada del vehículo que ha de llevarle, aparece en la estación un tipo violento que le obliga a cuidarle su maleta en tanto entra en el servicio.
El autobús llega a tal tiempo y Allan monta en él con la maleta, cuando el joven sale del retrete, ya no está su maleta que esconde una millonaria cantidad de dinero procedente de algún negocio turbio. Se inicia una persecución que dará lugar a situaciones jocosas.


El guión se basa en el best seller del mismo título del sueco Jonas Jonasson, del que se vendieron millones de ejemplares.
Entramos aquí en la eterna discusión que se produce al adaptar novelas a la pantalla, sabemos la dificultad que entraña el asunto y el debate que se genera.
En este caso, las diferencias con el libro son notables, no tanto en el espíritu del mensaje, que yo pienso que se recoge bastante bien, sino en la manera de transmitirlo y en que desaparecen algunos episodios de la vida de Allan que están presentes en el libro.
Y es que el film se desarrolla en dos niveles superpuestos, por un lado, la historia de la maleta del dinero y los enredos a que da lugar, referidos en tiempo presente y, por otro, los flashbacks en los que Allan rememora los personajes con los que ha coincidido a lo largo de su vida y los momentos históricos en los que participó o fue espectador privilegiado.
La película hace un repaso crítico a algunos de los acontecimientos más relevantes del pasado siglo, desde las controvertidas campañas de esterilización suecas, hasta la caída del Muro de Berlín, con ese peculiar humor que utiliza que algunos no entenderán o hasta les sentará mal, pero es que por muy revestido que esté de despreocupación y chascarrillo cutre (deliberadamente cutre, añado), no deja de ser humor negro.
Es una lástima que no hayan incluído los episodios de la entrevista con Mao o con el líder coreano Kim Jong-Un, pero por otra parte, no tiene desperdicio  la escena en que aparece Franco bailando sevillanas, quizá una de las parodias más desternillantes que se han hecho de su figura por lo que tiene de estrambótico.


A mí me ha recordado en algunos aspectos y en la estructura, salvando todas las distancias, los episodios de Harry Flashman y mucha gente no puede dejar de compararla con Forrest Gump (otra novela adaptada).
Creo que la historia funciona como comedia, que es lo que pretende; el enredo de la maleta, sirve de hilo conductor y, además de divertido, por lo absurdo, mantiene el interés del espectador.
Aunque claramente mejorable en algunos aspectos, que podrían haber dado bastante más de sí, resulta un film curioso, diferente y divertido que merece la pena ver.




jueves, 22 de enero de 2015

EL FINAL DE NORMA

Pedro Antonio de Alarcón construye una rocambolesca trama alrededor de la cual gira la narración de esta novela. Su protagonista, Serafín Arellano, virtuoso violinista y director de orquesta, queda prendado de una cantante, Brunilda de Silly, una mujer tan misteriosa como bella, a la que dirige en un concierto ofrecido en Sevilla y en el que alcanzan ambos, violinista y cantante, momentos sublimes al llegar al final de la ópera Norma, la inmortal obra de Bellini.
A partir de entonces, comenzará una afanosa persecución por los países del norte de Europa, en la que Serafín trata de hallar, primero y declarar su amor, después, a la bella desconocida que, en realidad es la hija de un noble noruego, el Jarl de Silly.
Mil y un peligros, incontables aventuras, tempestades marinas, desafíos, traiciones, situaciones truculentas, aderezan la historia no exenta de elementos románticos, en los que Serafín habrá de batallar contra los engaños y traiciones de El Niño-Pirata, Óscar el encubierto, un bandido que haciéndose pasar por el Rúrico de Cálix, pretende la mano de Brunilda haciendo valer una promesa que el padre de la joven hizo al Rúrico cuando éste le salvó de una muerte segura.
En realidad, nada es lo que parece y el auténtico Rúrico de Cálix, así como el padre de Brunilda, fueron asesinados por quien ahora pretende la mano de la jarlesa.
En la dedicatoria al editor francés de la obra, Charles d'Irirarte, con motivo de la cuarta edición del libro, Alarcón habla de su novela como de ...una obra de pura imaginación, inocente, pueril, fantástica, de obvia y vulgarísima moraleja, y más a propósito, sin duda alguna, para entretenimiento de niños que para aleccionamiento de hombres...
Hay que tener en cuenta que escribió la novela con apenas 18 años, pero a pesar de las palabras del autor, de que algunas de las historias paralelas están resueltas de manera bastante deficiente y de ser, en efecto, una obra un tanto folletinesca en su desarrollo, no deja de tener la frescura de los relatos juveniles, en los que las aventuras y los lugares desconocidos, pueblan la imaginación del escritor.
EL FINAL DE NORMA fue publicada en 1855 por el periódico El Occidente, primero como folletín y luego reunida en dos tomitos.



miércoles, 21 de enero de 2015

LUCY

Lucy (Scarlett Johansson), es una despreocupada universitaria afincada en Taiwán a la que su novio engaña para que entregue un maletín a un contacto. Antes de poder entender la situación en que se ha metido, Lucy se ve en manos del despiadado Mr. Jang (Choi Min-sik), cuyos secuaces le implantan quirúrgicamente un paquete con una poderosa sustancia química, convirtiéndose en vehículo de un material que no tiene precio para sus secuestradores.
Cuando el producto químico se suelta accidentalmente y es absorbido por el cuerpo de Lucy, empieza lo inimaginable: su actividad cerebral alcanza niveles sorprendentes y, al tiempo que intenta entender e incorporar los increíbles cambios que sufren su mente y su cuerpo, empieza a percibir de otro modo todo lo que la rodea, el espacio, el aire, las vibraciones, la gente, incluso la gravedad, y desarrolla capacidades sobrehumanas. Mientras la sustancia sigue despertando todos los rincones de su mente, Lucy viaja a Europa para pedir ayuda al profesor Samuel Norman (Morgan Freeman), que lleva décadas investigando el potencial del cerebro humano y es la única persona capaz de comprender su situación.
Lucy denuncia la llegada de otras "mulas" con drogas en su estómago a la policía de París, el comisario Pierre del Rio (Amr Waked), se encargará de la detención de estas personas y de proteger a Lucy, perseguida implacablemente por Mr. Jang.


Luc Besson, que ha dirigido algunas películas de acción con gran éxito de público, tardó más de nueve años en poner en marcha este proyecto a caballo entre ese género y la ciencia ficción, de la que toma algunos estereotipos, ciertos de ellos basados en premisas erróneas, como bien reconoce el propio realizador.


Las películas de Besson, no se parecen a ninguna otra, en parte por la implicación del director en todas las fases de la producción, muchos de sus actores reconocen que les resulta tan gratificante como exigente rodar con él.
Lo que ha querido con esta película es interesar al espectador por el potencial del cerebro humano, para ello ha disfrazado ese tema científico o pseudocientífico (en el buen sentido de la palabra), de película de acción, subgénero en el que tiene reconocida maestría.
Yo creo que no logra del todo su objetivo, porque la película está un tanto desmadejada y tiene momentos en los que parece que se le va un poco la mano hacia ninguna parte.
Morgan Freeman se limita a aparecer, pero como tiene tanto crédito entre los espectadores (me incluyo, por supuesto), le da un aire de producto serio, cuando en realidad apenas tiene peso en el film.
La que sí me ha gustado es Scarlett Johansson, creo que ese aire un tanto bobalicón que tiene a veces, le va bien al papel y sabe poner toda la carne en el asador cuando se desata su instinto asesino.


La peli, lo mejor que tiene es que dura lo justo para no empezar a aburrirte, cuando aquella mezcla de científicos, policías franceses y mafiosos chinos (¡vaya mezcla, por Dios!) comienza a ser pesada, el film se acaba, con un montón de imágenes de células, partes del organismo y figuras caleidoscópicas que se hacen pesaditas.
Mucha acción, peleas, tiroteos, muertos a mansalva y su dosis de salsa de tomate esparcida y una disculpa científica que más que cuajar, pica la curiosidad, pero como parte de una premisa falsa, pues eso...
Por cierto, una curiosidad, hay una frase de Lucy, cuando va en el coche patrulla con el inspector del Rio, recorriendo las calles de París en una apabullante carrera, en la que dice algo así como "realmente nunca morimos", pues bien eso lo dice cuando están entrando en el túnel de Pont l'Alma, donde se dio el cacharrazo Lady Di.




martes, 20 de enero de 2015

JUEGO DE TRONOS (3ª Temporada)

Tras la Batalla de Aguasnegras, los vencedores consolidan su poder y reconstruyen Desembarco del Rey. Pero nuevos aspirantes al Trono de Hierro surgen de los lugares más inesperados.
En el comienzo de la tercera temporada, los Lannister mantienen el dominio absoluto de Desembarco del Rey tras repeler las fuerzas de Stannis Baratheon (Stephen Dillane). Por su parte, Robb Stark (Richard Madden), Rey en el Norte, sigue su avance hacia el Sur y no ha perdido todavía una batalla. En el Lejano Norte, Mance Rayder (Ciarán Hinds) ha unido a los salvajes en el ejército más grande que Poniente ha visto nunca. Solo la Guardia de la Noche se encuentra entre él y los Siete Reinos, pero nadie sabe qué le ocurrió a su Lord Comandante y a las fuerzas que guió más allá del Muro. Cruzando el Mar Angosto, Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) -reunida con sus tres dragones- se aventura a la Bahía de los Esclavos en busca de barcos que la lleven a casa y aliados para conquistarla.
Tywin Lannister (Charles Dance), Mano del Rey, fuerza la boda de su hijo Tyrion (Peter Dinklage) y de Sansa Stark (Sophie Turner), para evitar que los Tyrrel puedan hacerse un día con el mando en Invernalia.



La nueva temporada es la adaptación de parte de Tormenta de Espadas (en realidad lleva a la pantalla sólo una parte de la novela, introduciendo algunas cosas que no aparecen en ella y adelantado otras de libros posteriores), tercera novela de Canción de Hielo y Fuego, de R. R. Martin,  en la que la batalla por el ansiado Trono de Hierro se recrudece y se incorporarán nuevos personajes.


La magnífica fotografía, sigue siendo uno de los puntos fuertes de la serie, el otro, los conseguidos efectos especiales, incluida la digitalización, que ahora incluye a los tres dragones de Daenerys.


En cuanto a las actuaciones, Diana Rigg (Olenna Tyrell) y Charles Dance (Tywin Lannister) están inmensos en sus papeles. Lena Headley (Cersei) ha seguido teniendo sus momentos y Jack Gleeson (Joffrey) es uno de los mejores malos que se han visto en televisión, hasta el punto de que esos que se dejan llevar por las emociones y no distinguen realidad de ficción, le odian a muerte. Mención aparte merecen Nicolaj Coster-Waldau (Jaime) y Gwendoline Christie (Brienne). El primero, con su monólogo en la bañera y al que a lo largo de esta temporada los espectadores han conocido en la vertiente humana de la que los lectores ya sabíamos y la segunda con sus silencios y miradas.
Aunque el laberinto de personajes a algunos les haga perder la perspectiva, la serie tiene unas cuantas sutilezas que son de agradecer, como la interrelación entre Brienne  y el Matarreyes y esa especie de intercambio de papeles; las grandiosas escenas de la Khaleesi (atención a su nuevo fichaje Daario Naharis -Ed Skrein-); y, como no, Tyrion, enfrentándose a su hermana y a todo lo que se le ponga por delante.


Esta es la temporada en la que se han atrevido a dar un paso que parecía lógico, por otro lado, y que hasta ahora habían evitado: separarse en algunos momentos del relato de las novelas, otro asunto es si están acertados o no, en mi opinión hay errores y buenos hallazgos, pero al menos lo han intentado.
Además, esta tercera, fue la temporada que confirmo de manera definitiva a Juego de Tronos como un fenómeno de masas.


La historia en general apenas avanza, salvo dos excepciones, quizás las que dan mayor interés a la temporada: la de Daenerys Targaryen y la del cambiapieles Bran Stark (Isaac Hempstead Wright). Aunque los dos momentos culminantes son la escena en la que Jaime Lannister, "El Matarreyes", pierde la mano de la espada y, sin duda, la Boda Roja, el episodio de Las LLuvias de Castamere, en el que las tropas de los Stark, con el joven Rey Lobo a la cabeza, son masacradas en Los Gemelos.





lunes, 19 de enero de 2015

SEX TAPE

Annie (Cameron Diaz) y Jay (Jason Segel), son novios desde su época estudiantil y siempre han llevado una desaforada vida sexual, no exenta de peculiaridades.
Sin embargo, todo comienza a cambiar tras su matrimonio, la llegada de los niños, sus ocupaciones, el paso del tiempo... hasta que acaban siendo consciente de que sus relaciones se han convertido en algo esporádico y deciden buscar algún remedio que les devuelva la pasión perdida, quizá algo de picante, alguna cosa diferente, les proporcione el revulsivo que están persiguiendo.
Annie propone que graben un vídeo porno, no para ser visto, sino por el morbo que ello les provoca, así que Jay pone en marcha su nuevo iPad y comienzan una laaaarga sesión de sexo.
Al día siguiente, Jay recibe un mensaje en su teléfono móvil, felicitándole por el vídeo, descubre de este modo que se olvidó de borrar la grabación como le había prometido a su esposa y que se ha descargado en los iPads que regaló las pasadas navidades a amigos y conocidos.
Jay y Annie comenzarán una carrera tan desesperada como increíble en la que intentarán recuperar todos los iPads regalados.


En algunas de las grandes comedias de la cinematografía, además de provocar la risa del espectador, se dota a los personajes de un cierto encanto, algo a lo que se renuncia en esta ocasión y se deja todo el peso de conseguir ese último y primordial objetivo en manos de ir enlazando situaciones disparatadas (que si lo pensamos bien, no lo son tanto). Pero está claro que si detrás de todo esto no hay un buen guión y una realización que tenga buena mano, nada se consigue, no se puede dejar todo al albur de ir sembrando dificultades en el camino de los protagonistas para que estos los vayan superando y esperar "a ver qué pasa".
Ni siquiera ese aparente intento de ser provocativa, funciona en la película.


Sony atribuyó el fracaso de esta producción, única y exclusivamente al título, demasiado explícito para la puritana sociedad americana, decían ellos. Pero yo pienso que fiarlo todo a repetir la palabra "fuck" de manera machacona y a enseñarnos fugazmente los traseros de los protagonistas y las sugerentes piernas de Cameron Diaz, es demasiado poco para pretender triunfar. Poca chispa y falta de frescura, se ríe uno en algunas de las secuencias, pero la sonrisa acaba por desdibujarse cuando, por si fuera poco, asistimos a un final que se estira para ir a peor.






sábado, 17 de enero de 2015

EL CAPITÁN VENENO

La tarde del 26 de marzo de 1848 hubo tiros y cuchilladas en Madrid entre un puñado de paisanos que, al expirar, lanzaban el hasta entonces extranjero grito de ¡Viva la República!, y el Ejército de la Monarquía española, de que a la sazón era jefe visible, en nombre de Doña Isabel II, el Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra, D. Ramón María Narváez.
A la cabeza de los soldados, y aun de los oficiales y jefes, se distinguía por su enérgica y denodada actitud y por las ardorosas frases con que los arengaba a todos, un hombre como de cuarenta años, de porte fino y elegante, y delicada y bella, aunque dura, fisonomía; delgado y fuerte como un manojo de nervios; más bien alto que bajo, y vestido medio de paisano, medio de militar.
Este hombre es D. Jorge de Córdoba, a quien conocen en todo Madrid como el Capitán Veneno, por su ruda manera de decir siempre lo que piensa.
Cuando el capitán recibe una descarga y queda en el suelo desangrándose, un grupo de mujeres, habitantes de una casa situada en la calle Preciados, en la que ha tenido lugar la refriega, le socorre. Se trata de doña Teresa Carrillo de Albornoz y Azpeitia, viuda del general carlista D. Luis Gonzaga de Barbastro, su hija Angustias y una gallega de Mondoñedo, llamada Rosa, que sirve en la casa de estas.
Dª Teresa, una recia guipuzcoana, está en Madrid pleiteando para que se le reconozcan los títulos de Duque de Santurce y de general del ejército a su difunto marido y poder reivindicar para sí el uno y la pensión correspondiente del otro. Para ello se acoge al convenio de Vergara que firmaron Maroto y Espartero.
El capitán es un personaje cascarrabias y misógino, pero entrañable, el choque de caracteres con la dulce y bella Angustias, no se hace esperar.
Asistimos a un relato divertido, ameno y entretenido, bien es verdad que la novela va decayendo, siendo bastante más entretenida la primera mitad, quizá por lo previsible de su desenlace y porque el autor no consigue explotar la originalidad de la situación y los giros humorísticos que han mantenido nuestra atención hasta entonces.
De cualquier manera, estamos hablando de una obra corta, una amable historia de amor, en la que la cabezonería del protagonista, acaba domesticada y vencida por la donosura de su rival femenina.



viernes, 16 de enero de 2015

DIOS MÍO, ¿PERO QUÉ TE HEMOS HECHO?

Claude (Christian Clavier) y Marie (Chantal Lauby), son el matrimonio Verneuil, que junto a sus cuatro hijas, forman una familia de clase acomodada que vive en Chinon, en la región del Loira, donde él es notario.
Las tres hijas mayores se han ido casando sucesivamente con hijos de inmigrantes, uno de los maridos es de origen argelino, otro judío y un tercero chino, lo que ha supuesto un gran impacto para sus padres, educados en los más rancios principios tradicionales y católicos.
Todas las esperanzas están depositadas en la hija menor, Laure (Élodie Fontan), que trabaja en el gabinete legal de un prestigioso medio de comunicación.
Laure dará a sus padres la satisfacción de que su matrimonio se celebrará por la Iglesia, pero su novio es un hombre de color y, como dice uno de los diálogos del film, el último hachazo es el que hace caer el árbol y la situación provoca una serie de tensiones familiares que hacen peligrar el precario equilibrio entre sus variopintos miembros: Las hermanas mayores, pretenden hacer desistir a Laure de su propósito; la madre entra en un periodo depresivo; el padre del africano tampoco pone las cosas fáciles; los padres de las muchachas preparan su divorcio...


Hay gente que a estas alturas, aún continúa sorprendiéndose del éxito de ciertas películas que, básicamente, lo que consiguen es hacer reír a la gente que va a las salas de cine. Es cierto que, normalmente, para alcanzar ese éxito del que hablamos, tienen un guión trabajado y ciertos valores estéticos, interpretativos o de dirección, aunque no necesariamente, pero no son eso que damos en llamar obras de arte, sencillamente, su principal valor es una historia divertida que engancha con el público.
Estamos ante uno de esos casos y, digan lo que quieran algunos, incluso poniéndola a parir (con perdón), no es posible que millones de espectadores se gasten la pasta y cuando salgan del cine se la recomienden a otros y que estos tipos sean todos tontos y es que el film ha funcionado gracias al boca a boca, sin que hubiera un gran despliegue previo de propaganda promocional.


El guión es simple, a priori, cuatro hermanas que se casan con cuatro personajes estereotipos de diversas culturas, etnias y religiones y salta el conflicto, porque no es fácil aceptarlo, digamos lo que digamos, enseguida sale en nosotros eso que podríamos llamar racismo de baja intensidad, los típicos comentarios sobre chinos, negros, musulmanes, judios, inmigrantes, etc.
Esos estereotipos se caen por su peso cuando tratas a las personas individualmente y de cerca, de repente te das cuenta de que son gente como tú, con otras costumbres y a los que también les puede chocar tu propia cultura, pero con los que nos igualan muchas más cosas de las que nos separan, pues sus problemas del día a día, son exactamente los mismos que los nuestros (coflictos padres/hijos, rebeldía ante la injusticia, dificultades para llegar a fin de mes...).
La película tiene el acierto de presentar también ese racismo latente que hay entre la gente de otras culturas hacia los que no son como ellos, igualándonos a todos en ese aspecto.
Con todo ello el film construye una historia de humor bastante blanco y poco ofensivo, tratando de repartir para unos y otros, con algunos momentos en los que decae bastante, por lo obvio y excesivamente caricaturesco de las escenas, pero como quiera que sabe dosificar con acierto los mejores chistes, al final puede mantener el ritmo de la narración, a lo que contribuyen no poco las buenas interpretaciones de los personajes principales.
La película cobra desgraciadamente nueva actualidad después de los macabros sucesos ocurridos en Francia con motivo de los atentado a la revista "Charlie Hebdo", precisamente unos tipos con nulo sentido del humor han segado la vida de unas personas que utilizaron la pluma para expresarse.
El éxito de esta película no es seguramente ajeno al hecho de que es una repuesta optimista, con mucho humor, a este panorama inquietante de desconfianza frente a los inmigrantes.




jueves, 15 de enero de 2015

NARRACIONES INVEROSÍMILES

Ya hemos señalado el interés que Edgar Allan Poe despertaba en el escritor de Guadix, algo que vuelve a quedar patente en algunas de las narraciones contenidas en este libro que ya en su título nos hace recordar al autor de "El Cuervo". Alarcon crea atmósferas que perturban al lector y despiertan sus emociones, utilizando situaciones propias del romanticismo, pero que combina con elementos realistas.
A pesar de lo dicho, hay que tener siempre presente que mientras Poe cree en la independencia del arte, Alarcón lo utiliza como elemento moralizante, teniendo siempre presente el dogma católico.
Los relatos cortos, son sin duda, donde Alarcón alcanza mayor brillantez y este libro viene a ser un buen ejemplo de ello, compuesto por relatos de tipo fantastico, donde realidad y ficción van de la mano, se recopilan en él narraciones escritas por el autor en distintas épocas, desde la primera que sería El amigo de la muerte (1852), acerca de Gil Gil, que pacta con la Muerte, en 1724, para lograr la mano de Elena y ser médico de Felipe V y tras un viaje alucinante por el siglo XXIV, descubre su miseria y cómo Elena lo salvó de la muerte verdadera, hasta Moros y Cristianos, fechada en 1881, sobre el tesoro escondido en un torreón de la villa de Aldeire que va cobrándose la vida de los codiciosos que conocen de su existencia;  pasando por otras como La mujer alta, imagen de la muerte que visita a uno de los personajes o El año en Spitzberg, confesiones de un reo en una isla desierta en latitudes polares, hasta su rescate.



miércoles, 14 de enero de 2015

LES DOY UN AÑO (I GIVE IT A YEAR)

Nat (Rose Byrne) y Josh (Rafe Spall) se conocen al final de una fiesta y sienten el típico flechazo, comienzan una relación que, al poco de conocerse, acaba en matrimonio, una unión por la que nadie da un duro dada la distinta manera de ser de ambos.
Josh es un novelista que, aunque ha publicado su primer libro, aún no ha alcanzado el reconocimiento y se encuentra con dificultades para hallar la inspiración de su siguiente novela. Nat es una ambiciosa ejecutiva de una empresa de publicidad, elegante y sofisticada, las dificultades no tardan en llegar cuando comienzan su convivencia. Nat pasa todo el día en el trabajo, enfrascada en sus ocupaciones profesionales, en tanto Josh permanece en casa dando vueltas al argumento de su futuro libro sin que nada positivo llegue a plasmarse.
Como consecuencia de una posible campaña publicitaria de una gran empresa, Nat conoce al dueño de la misma, un atractivo soltero llamado Guy (Simon Baker) (sí, el de El Mentalista) y a instancias de sus compañeras de trabajo comienza a flirtear, cree que de este modo, le será más fácil hacerse con la cuenta publicitaria de la empresa de Guy. Nat le oculta que está casada y Guy se enamora de ella y comienza a cortejarla.
A tal tiempo, Josh sigue en contacto con su antigua novia, Chloe (Anna Faris), ambos se van dando cuenta de siguen sintiendo atracción por el otro.


Los creadores de "Love Actually", "Notting Hill" y "Cuatro bodas y un Funeral", se embarcan en este proyecto que no llega a la altura de las citadas, aunque hay que reconocerles el intento de dar un giro alrededor de los estereotipos del género.


Con unos cuantos gags graciosos, el film no pasa del intento de emular otros títulos que dieron grandes frutos en taquilla. Tras un principio prometedor en el que espectador se frota las manos pensando que va a estar ante otra película de esas que nos arrancan una carcajada tras otra, todo va quedando en un mar de buenas intenciones, situaciones demasiado estereotipadas y un desarrollo previsible, de tal modo que el final lo conocemos apenas han transcurrido unos cuantos fotogramas a pesar de los esfuerzos por encontrar algún giro que despiste al espectador.


La banda sonora es muy entrenida, incluye algunas canciones actuales y el encargado de la misma, el compositor Ilan Eshker, quiso contar en ella con los músicos Ian Matthews y Chris Edwards, del grupo de rock alternativo Kasabian y el guitarrista Tim Wheeler, de Ash.


Si ves el trailer, te reirás, pero poco más vas a encontrar en el film, fuera de dos o tres escenas muy logradas y un final que no está mal. Lo mejor el principio del film y esas pocas escenas intermedias (ya digo, dos o tres), junto con los dos extras que nos regalan en los títulos de crédito finales.