martes, 31 de diciembre de 2019

GERONA

En esta ocasión, el personaje central de esta primera serie de diez episodios, Gabriel Araceli, cede la palabra y el protagonismo a su amigo Andresillo Marijuán, que será quien nos guíe por las peripecias del Segundo Sitio que sufrió la ciudad catalana de Gerona.
Personajes históricos como el gobernador de la plaza, uno de los héroes de la Guerra de la Independencia, D. Mariano Álvarez de Castro, o Rodulfo Marshall, un irlandés que había venido a España sin que nadie le llamara, para unirse a quienes estaban plantando cara al ejército que asolaba Europa, abandonando su numerosa familia y cuantioso patrimonio, nombrado aquí coronel y agregado al Regimiento Ultonia, que regó con su sangre los escombros de la brecha en la defensa de la muralla de Santa Lucía, entregando su vida en defensa de la causa, incluso, en el capítulo final, ya en Cádiz, aparece un viajero inglés a quien la criada de la condesa Amaranta se empeña en galantear, un tipo de aspecto tristón aquejado de evidente cojera, a ratos amable y fino, a ratos sarcástico y sombrío, llamado Lord Byron, se entremezclan con los personajes ficticios creados por Galdós, que tratan de ser un reflejo de los sufridos habitantes de Gerona que padecieron todo tipo de miserias, la menor de las cuales era la muerte, a causa del cerco a que estaban sometidos y de la determinación de no rendir la plaza.
Entre ellos encontramos al médico D. Pablo Nomdedeu, a su hija Josefina, aquejada de un terrible trauma causado por las impresiones que le produjo el Primer Sitio, la joven huérfana Siseta, que queda al cargo de sus hermanitos Gasparó, Badoret y Manalet y con quien pretende casarse Andresillo, llevándolos con él, si logran sobrevivir, a su tierra, la Almunia de doña Godina, donde posee unas pocas cepas y algunos olivos.
Escenas que reproducen las privaciones que hubieron de sufrir los bravos gerundenses, que acabaron comiendo trozos de cuero y corcho frito y se vieron aquejados, además de por el hambre, por las enfermedades provocadas por los cadáveres insepultos y la falta de salubridad.
Una historia épica en la que acompañamos a soldados y paisanos en la feroz y, a la postre, inútil defensa de la ciudad frente a las mejoras tropas de continente que aquí se toparon, una vez más, con la fe inquebrantable y el arrojo casi enfermizo de miles de ciudadanos anónimos que estaban dispuestos a dar su vida antes de rendirse.



lunes, 30 de diciembre de 2019

BANDIDOS DE ORGOSOLO

Entre las rocas y los bosques de roble de la isla de Cerdeña, los pastores cuidan de sus rebaños de ovejas como lo hicieron sus antepasados ​​desde la prehistoria. También lo hacen Michele y su hermano menor, Peppeddu, que poseen algunas ovejas y se ganan la vida dura, pero honestamente, vendiendo el queso que ellos mismos fabrican. Un día llegan tres bandidos huyendo, llevan ametralladoras y cerdos robados y se detienen a descansar en el aprisco de Michele. Cuando la policía llega un día después, preguntan al pastor si ha visto a alguien, este lo niega por miedo, los bandidos están por allí cerca vigilando, pero los policías encuentran restos de cerdo despedazado para cocinarlo y además descubren a los demás cerdos escondidos entre las rocas, en una hendidura cercana y quieren llevarse a Michele detenido, cuando de pronto se escuchan disparos y el pastor corre en dirección contraria, en busca de su hermano y el rebaño. Acorralado por la policía, mientras teme ser juzgado y dejar a sus ovejas mal protegidas por su hermano menor, Michele decide llevar a Peppeddu y su rebaño a un lugar aún más alto y escondido de las montañas, mientras él regresa a Orgosolo, allí se entera, a través de un amigo, de que uno de los policías murió en el tiroteo y que los carabinieri le están buscando. A pesar de los consejos de su amigo, decide no malvender las ovejas y huír con ellas ayudado por Peppeddu. Las circunstancias le obligan a actuar como un prófugo, pues sabe que de ser capturado, el proceso tardará años y es muy posible que resulte condenado, por lo que tiene miedo a que su madre y su hermano queden desamparados. Sin embargo, a las dificultades de huir con un rebaño, se une el territorio por el que transita, empinado y con escasez de agua y pastos, con lo que es muy probable que nunca consiga su objetivo.


Rodada en la zona de Barbagia, la región montañosa en el corazón de Cerdeña, está interpretada por actores aficionados y pastores sardos.
El realizador, Vittorio De Seta, sabe aprovechar las cualidades de los actores locales, como hemos dicho, pastores de Cerdeña, con lo que gana en naturalidad y aumenta el valor documental que tiene la película que retrata un modo de vida y una sociedad aún presente residualmente cuando se rodó la película, pero en plena vigencia pocos años antes.
Se maneja de maravilla con la luz natural, incluso en las escenas nocturnas, iluminadas únicamente por la luz de la luna y nos ofrece planos brillantes de las áridas pero evocadoras montañas, de los pastores con sus siluetas recortadas contra el horizonte, de las piernas y rostros de los hermanos subiendo por veredas agrestes que nos transmiten la sensación de cansancio y desesperación en su amarga huída.


Es la historia de una situación injusta que se cierne sobre los protagonistas inexorablemente. La historia de una huída desesperada que tiene pocos visos de llegar a buen término, conduciendo un rebaño que se mueve en situaciones extremas, por pendientes rocosas, sin agua y sin apenas nada que llevarse a la boca, pero con la necesidad imperiosa de seguir avanzando si quieren escapar de sus implacables perseguidores. Una situación que se nos hace agobiante por lo injusta y por lo duro de cada jornada que vivimos junto a los dos hermanos.
La película, que consiguió muchos premios y, en general, buenas críticas, no se libró, sin embargo, de que algunos consideraran que, en el fondo, suponía una justificación de la delincuencia, pues nos hace ver que es el sistema el que empuja al bandidaje al que finalmente se entrega Michele.
El film se construye sobre la contraposición entre la vida rural de estas gentes, que tienen sus propias leyes basadas en costumbres ancestrales y el mundo moderno, representado por las llamadas fuerzas del orden. Uno y otro chocan de manera que parece inevitable y de la confrontación, como suele ocurrir, el débil se lleva la peor parte.
Una historia tremenda para una hermosa película que merece la pena ver.




viernes, 27 de diciembre de 2019

EL ESQUELETO DE LA SEÑORA MORALES

El taxidermista Pablo Morales (Arturo de Córdova) y su esposa Gloria (Amparo Rivelles) son un matrimonio inestable privado de cualquier placer carnal y material debido al fanatismo religioso de la mujer, quien aquejada por una malformación física le hace la vida imposible a su esposo al tratarlo como el culpable de todos sus males. El taxidermista es un tipo noble, carismático, alguien fiel a sus ideales y, ante todo, amable y respetuoso con todo el mundo. Sin embargo, lo lamentable es que a pesar de esto es un tipo triste, infeliz y frustrado, pues debe compartir su vida con una esposa de quien, por más que se esfuerza en hacerla feliz, sólo recibe reproches, injurias, mentiras y falsas acusaciones.
Esto último convierte al matrimonio Morales en una bomba de relojería, pues mientras vemos al esposo ser un hombre totalmente complaciente, su esposa, por el contrario, es una mujer renegada, marchita y neurótica.  alguien que cada segundo de su existencia se queja de su forma de vida, lamentándose por el destino que Dios le dio y cuyo único objetivo es hacer infeliz a su marido. Todo esto lo consigue no sólo haciéndose la víctima en todo momento, sino inventando grandes mentiras sobre el señor Morales, desde tacharlo de infiel, hasta de ser un alcohólico maltratador de mujeres, llegando incluso a autolesionarse para hacer creíble esto último.
Justo cuando el señor Morales anuncia que su esposa se ha ido a Guadalajara a visitar a una tía que nadie conoce, aparece un extraño esqueleto dentro de la tienda de taxidermia del esposo… ¿podría tratarse de los restos de la señora Morales?


La película es una adaptación del cuento "El misterio de Islington" de Arthur Machen (1863-1947). A su vez, Machen se inspiró en el asesinato de Cora Henrietta Turner en 1910. Turner fue asesinada por su esposo, el homeópata estadounidense Hawley Harvey Crippen (1862-1910). Crippen fue apodado "Dr. Crippen" pero no era médico.


Con guión del español nacionalizado mexicano Luis Alcoriza, estamos ante una comedia negra de gran nivel. Lejos de los medios con que cuentan las grandes producciones, sin embargo, no por ello desmerece. Bien llevada por el realizador, Rogelio Antonio González, está estructurada en dos partes. La más larga , hace un detallado retrato de los dos personajes principales y, ya desde el comienzo, nos pone de parte del pobre señor Morales, un tipo jovial, atormentado por una esposa, interpretada por la española Amparo Rivelles, que es uno de los personajes más retorcidos en su perversidad que he visto en la pantalla. Al tiempo, se vierte una crítica contra el fariseísmo religioso.
El tramo final, con el juicio a que se ve sometido el protagonista y el desenlace de los acontecimientos, mucho más corto que el anterior y con un final que algunos han comparado a los que nos tenía acostumbrados el maestro Hitchkock.
Con muchos diálogos divertidos, siempre en ese tono de humor negro que domina la obra, el retorcido personaje de la mujer, llega a agobiarnos con sus maldades y, no solo esperamos que su marido haga algo, sino que lo estamos deseando.
Entretenida y con buen nivel general.




jueves, 26 de diciembre de 2019

EL BESO DE LA MUERTE

Nochebuena en Nueva York. Un momento feliz para algunos... los afortunados. Compras de última hora para los regalos de los niños, corriendo a casa para encender el árbol y llenar los calcetines... para los afortunados. Otros no tienen tanta suerte. Nick Bianco (Victor Mature) hacía un año que no trabajaba. Tenía antecedentes penales: Había estado en la cárcel. Dicen que eso no debería perjudicarle a uno, pero cuando Nick trataba de encontrar trabajo, siempre le pasaba lo mismo: "Lo sentimos mucho". Sin prejuicios, claro, pero también sin empleo. Y así es como Nick fue a comprar regalos de Navidad para sus hijos.
En compañía de otros cómplices, atraca una joyería situada en el piso 24 de un rascacielos neoyorkino resultando herido en una pierna cuando intentaba huír y siendo arrestado.
Tras ser condenado, el asistente del fiscal, Louis D'Angelo (Brian Donlevy), le ofrece conseguirle la libertad condicional, si le entrega los nombres de sus compinches. Bianco se debate entre la lealtad que debe a sus compañeros de fechorías y el deber que tiene para con su esposa y dos hijas... pero deberá tomar una decisión.
Al principio se niega a denunciar a sus compinches e ingresa en prisión en la seguridad de que su mujer y sus hijas serán atendidas. Pero va teniendo noticias de que sus "amigos", no cumplen con su obligación, por una lado su esposa, víctima de una depresión a causa de la falta de dinero y algo más que se deja entrever en el film (seguramente un acoso por parte de uno de los miembros de la banda), se ha suicidado y sus hijas han ido a parar a un orfanato, por lo que decide delatarlos y confiesa sus nombres, quedando en libertad condicional. Nick se vuelve a casar, consigue un trabajo y comienza a llevar una vida feliz cuando descubre que uno de los hombres sobre los que informó, el asesino psicópata Tommy Udo (Richard Widmark), ha sido puesto en libertad y busca venganza contra Nick y su familia.


El guión se basa en un manuscrito de cien páginas del escritor y jurista Eleazar Lipsky, asistente del fiscal para el distrito de Manhattan durante la década de 1940, en el que recoge algunos de los casos en que trabajó, basándose en la versión de los hechos derivada de la documentación policial y procesal.


El film, que cuenta en su reparto con algunos nombres muy conocidos (Victor Mature, Richard Widmark, Brian Donlevy, Coleen Gray o Karl Malden), supuso el salto al estrellato de Richard Widmark, hasta entonces actor de radio, con un papel, el del risueño y sádico asesino Tommy Udo, por el que fue nominado al Oscar como mejor secundario y obtuvo el Globo de Oro como Nueva esrella del año, en la película con la que debutaba en la gran pantalla.


Tras un exordio inicial en el que se pone en duda la eficacia del sistema penitenciario en lo que a sus fines de inclusión social de los reclusos que han cumplido su pena se refiere, el film entra rápidamente en acción sin otros preámbulos.


Inmediatamente se produce el atraco y, a continuación, una de las dos escenas más conseguidas del film, el descenso del ascensor desde el piso en que está la joyería hasta el vestíbulo del edificio, tensión máxima alternando los rostros angustiados de los atracadores y el panel donde se indica la planta por la que van transitando, en un recorrido que parece no acabar nunca.
La otra escena, es una de las más recordadas del género, despiadada y cruel, el inicio de cuyo desenlace puede verse el fotograma que cierra esta entrada.


Película de corte clásico, muy bien realizada de la mano de Henry Hathaway, uno de los grandes, utilizando muy bien los recursos que emplea, dosificando los silencios para aumentar la tensión en los momentos requeridos y con actuaciones solventes, para muchos la mejor interpretación en su carrera de Victor Mature y un Richard Widmark que entra por la puerta grande en el mundo del celuloide.
El final, que no era el deseado por el realizador, es un tanto complaciente con la audiencia y, como ocurre al inicio, la voz en off de la protagonista femenina, una espléndida Coleen Gray, que pone ternura y un erotismo contenido en su papel, nos transmite un breve mensaje moral que, quizá desluce un poco el tono general de esta película que, por otro lado, resulta digna de ver.




miércoles, 25 de diciembre de 2019

EL ÁRBOL DE LOS ZUECOS

Entre el otoño de 1897 y el verano de 1898, cuatro familias viven en una granja en el área de la Llanura Bergamasca, en la región italiana de Lombardía. Entre los miembros de esta comunidad existe un profundo vínculo espiritual y cultural que los lleva a vivir juntos cosas bellas y trágicas, eventos ordinarios y eventos extraordinarios. Cuando se trata de pagar al estricto Mesagiù, el dueño de la granja, dos tercios de los productos, todos intentan hacer trampa para ganar unos kilos de harina.
Cuando la bella Magdalena se casa con Stefano, todos se alegran con el matrimonio que se celebra a horas muy tempranas, para que los recién casados puedan viajar a Milán, donde visitarán a su tía monja, la hermana de la madre de Magdalena y regresarán con uno de los niños que las monjas tienen en su orfanato, al que todos darán la bienvenida. Juntos matan al cerdo; escuchan las historias de los viejos; reciben al párroco, Don Carlo; participan en servicios religiosos y celebran la festividad de la aldea y todos disfrutan de la milagrosa 'curación' de la vaca de la pobre viuda Runk, que tiene que sacar adelante a sus seis hijos y para ello se dedica a lavar ropa.
Menek es un niño de seis años, el único en la granja de los de su edad que asiste a la escuela, pues el párroco ha aconsejado a los padres que hagan un esfuerzo para que pueda seguir estudiando, ya que considera que es muy inteligente y esto es una bendición de Dios que hay que aprovechar. La familia decide afrontar los sacrificios que conlleva que el niño siga asistiendo al colegio, para lo que tiene que levantarse muy temprano y caminar seis kilómetros de ida y seis de regreso todos los días. Un día llega a casa con los zapatos rotos y no hay dinero para comprar unos nuevos. Papá Batistì trabaja en secreto toda la noche para tallar unos nuevos zuecos. Pero usó un árbol cortado sin permiso del dueño de la finca y esto acarreará consecuencias dramáticas para él y los suyos.


Está interpretada por actores no profesionales, campesinos y habitantes de la zona y en la versión original, los diálogos están en bergamasco, un dialecto lombardo.


Ya el hecho de dirigir a no profesionales, supone una dificultad de la que el realizador y guionista Ermanno Olmi, sale airoso, dotando al film de un aire de frescura y espontaneidad, al tiempo que las interpretaciones no denotan especialmente que sean aficionados quienes las llevan a cabo.


La película es el retrato de una época ya desaparecida, la del mundo rural de finales del XIX, que para nada se pinta como idílico, al contrario, el realismo es el principal adorno del film. Una vida dura en unas tierras que no son suyas, con pocos medios y prácticamente lo indispensable para vivir al día sin ningún tipo de lujos.
Hay quien ha querido ver una lección de conformismo acorde con las ideas cristianas de Olmi, sin embargo, yo creo que es una sumisión forzada, los hombres tienen tras si una familia a la que sustentar que sirve de freno a cualquier arrebato de rebeldía. Es cierto que el papel del sacerdote parece que llama a esa conformidad, sin que en ningún momento se pronuncie claramente a favor de ella, pero ya digo, que a mi parecer, más que otra cosa es un retrato, tanto en lo social, como en el modo de vida, atado a la tierra y pendiente del devenir de las estaciones del año que la película recorre a través de las labores que van realizando los hombres.
No hay lecciones morales, ni siquiera cuando la tragedia se desencadena, solo narración de acontecimientos, aunque el espectador se vea forzado a tomar partido, pero porque se nos pinta claramente quien es el débil y quien el fuerte.
Quizá lo menos positivo es su duración para un film en el que, como dicen algunos, no ocurre nada y en algunas partes es algo contemplativo, pero a cambio nos ofrece imágenes de gran belleza y alguna de las historias es realmente conmovedora. En cuanto a lo de que no ocurre nada, transcurre la vida, como si eso fuera poca cosa.




martes, 24 de diciembre de 2019

UN OFICIAL RÁPIDO DE REFLEJOS

La Operación Husky fue el nombre en clave con que se bautizó el desembarco de tropas aliadas en Sicilia, previo a la invasión de Italia, en el verano de 1943. La mayoría de las tropas que participaron en ella, estaban estacionadas en el Norte de África, sin embargo, un caso único fue el de la 45ª división de infantería norteamericana, formada por veintiún mil soldados, transportadas en diecinueve embarcaciones, con más de cuarenta y seis mil toneladas de equipamientos -entre ellos cuatro millones de mapas-, que iban en otras dieciocho naves y que fueron trasladados directamente desde Hampton Roads, en Virginia, hasta Sicilia, con una escala de una semana en Orán. Durante esta escala, el día antes de partir para Sicilia, los oficiales de intendencia subieron a bordo dos millones de dólares que habían sacado del Banco de Orán, para pagar la nómina de la división. De repente, un saco que contenía diez mil monedas de diez centavos reventó, dejando la cubierta regada de calderilla, un oficial rápido de reflejos tuvo la ocurrencia de dar la orden de ¡firmes! a la tropa, mientras los oficiales pagadores se arrodillaban e iban recogiendo las monedas entre las piernas de los soldados inmovilizados.



lunes, 23 de diciembre de 2019

INSTINTO MATERNAL (DUELLES)

Alice Brunelle (Veerle Baetens) y Céline Geniot (Anne Coesens) son vecinas y muy buenas amigas que mantienen una relación especial. Viven con sus familias en los suburbios bruselenses de los 60, en dos idénticas casas adosadas de clase media, una vida aburguesada y, en cierto modo, idílica.
Han transmitido su vínculo a sus hijos de ocho años, Théo (Jules Lefebvres) y Maxime (Luan Adam), que han crecido juntos, hasta el punto de parecer verdaderos hermanos. Sus maridos también comparten una complicidad similar, y las dos familias prácticamente viven como si fueran una sola. Pero un día, llega la tragedia cuando Maxime muere en un accidente que Alice presencia pero no puede evitar. Un efecto dominó hace caer las fichas no solo de la familia afectada, sino de la de sus vecinos. Se pasa del sosiego que da una vida acomodada a una situación de desconfianza, de frialdad, de distanciamiento en la que no se sabe quién tiene la razón, en la que se evidencia la desgracia, pero despista su procedencia. Céline acusa a Alice de no ser capaz de salvar a su hijo, y su actitud cambia por completo. Su relación, antes tan perfecta, comienza a desmoronarse, y Alice tiene miedo de que su amiga trate de vengarse y puede ser capaz de llevar a cabo cualquier cosa que acabe demostrando que en la amistad no todo se perdona.


Olivier Masset-Depasse, realizador y coguionista, junto a Giordano Gederlini, adaptan la novela “Derrière la Haine”, de la belga Bárbara Abel.


Es curioso cómo a veces se le buscan tres pies al gato a la hora de hablar de un film. He leído por ahí que la ambientación de la película en los años 60, es un capricho del realizador. Como si el director de un film no tuviera otra cosa en qué pensar que en satisfacer sus caprichos.
Yo pienso que es un ejercicio de estilo y una especie de homenaje, no sé si buscado o no, al maestro Hitchcock recreando la época de algunas de sus películas clásicas, a las que, salvando las distancias, recuerda la propia trama y la manera de plantear la intriga.
Lo que arranca como un drama, se convierte pronto en un thriller psicológico plagado de despistes que hacen que el espectador se vaya implicando en la historia aunque, es cierto, siempre desde cierta lejanía contemplativa.
Con buenas actuaciones de las dos protagonistas, en las que recae gran parte del peso del film, ya que ocupan prácticamente todos los planos, es también una indagación por un determinado universo femenino, con las cosas vistas desde el punto de vista de las mujeres, o de algunas mujeres, menos impulsivas, pero mucho más pasionales y constantes que los hombre, incluso para lo malvado y perverso.
Un final que se puede intuír, pero que yo pienso tiene su originalidad, aunque es cierto que llegados a ese tramo final, el desasosiego que te hace sentir en algunos momentos, ya ha desaparecido y no deja mayores sensaciones en el espectador.
Bien realizada y con una aceptable ambientación, aunque centrada prácticamente en los domicilios de las dos familias, la película se ve con agrado, pero no es de las dejan momentos para el recuerdo.




viernes, 20 de diciembre de 2019

EL REINO

España 2007. Manuel López-Vidal (Antonio de la Torre) es un veterano político español y la mano derecha de Frías (Josep Maria Pou), presidente de una comunidad autónoma y miembro destacado del partido gobernante de España. Manuel lleva un estilo de vida de clase alta junto a su esposa Inés (Mónica López) y su hija adolescente Nati (María de Nati) y está preparado para dar el salto a la política nacional. Pero detrás de su larga carrera y el respeto de sus compañeros y amigos de su partido como Cabrera (Luis Zahera), Bermejo (Andrés Lima), Gallardo (David Lorente) y Fernando (Paco Revilla), la verdad es totalmente diferente: Manuel es un hombre corrupto que desde hace quince años usa su posición política junto a sus amigos desviando fondos al extranjero. Dinero que procede de ayudas y obtenido por cualquier medio al margen de la legalidad. Cuando Gallardo es arrestado acusado de fraude y corrupción política, Manuel alienta a todos sus amigos para que guarden silencio con la esperanza de que la policía olvide el caso al no encontrar nuevas evidencias. Pero cuando se revela en los periódicos que él mismo ha sido grabado en conversaciones personales hablando de ello, el mundo ficticio de respeto y honor creado por Manuel se derrumba. Con las elecciones al año siguiente, el partido cierra filas para salvarse de la crisis: Frías se aleja de él para mantener limpio su nombre, el resto de los compañeros le culpan de sus propias corrupciones y Manuel siente que hay un traidor en su entorno que está enviando información a la policía. Por ello decide tomar medidas desesperadas y se reúne con Alvarado (Francisco Reyes), el político más nuevo del partido, para llegar a un acuerdo: Proporcionarle todas las evidencias que encuentre y que, a cambio, Alvarado le ayude a evitar la cárcel. Con el tiempo a punto de agotarse, Manuel comienza una carrera contra reloj para encontrar esas evidencias y pruebas con las que intenta arruinar a sus antiguos amigos, buscando hundir con él a quienes se le enfrentan si finalmente es declarado culpable en el juicio que se avecina. ¿Pero podrá obtener esas evidencias para salvarse antes de que el partido tome medidas extremas contra él?


Basada en acontecimientos que recuerdan a lo que, por desgracia, es el pan nuestro de cada día en nuestra democracia, quizá principalmente al asunto Bárcenas, el ex-tesorero del Partido Popular, cuyo caso estaba en las portadas de los noticiarios cuando se escribió el guión, pero también a otros muchos. La película se cuida de señalar a unos u otros.


Filmada con buen pulso y unos actores que cumplen bien con su papel, las críticas vienen más bien del sesgo que toma el film, pero eso es una opción que no invalida el mensaje de denuncia. ¿Que podría haberse profundizado más en las repercusiones y el sentimiento de rechazo que provoca en la población todo esto?, pues sí, es cierto, mientras el film se centra mucho en lo que sucede dentro de las propias organizaciones políticas y la forma, casi mafiosa, que tienen de tratar estos problemas, procurando ocultarlos y salvar las cabezas de sus máximos dirigentes. Pero repito que eso es un opción que toman guionistas y realizador.
También es cierto que tiene algunas escenas que desmerecen el tono general, pero lo que sí parece claro es que Rodrigo Sorogoyen alcanza niveles que le ponen en la primera línea del cine español actual a la espera de que confirme la buena senda en la que parecen haber entrado sus trabajos.
El resultado es un film interesante, con algún giro quizá un poco forzado para dirigir la narración hacia donde se pretende y un argumento que nos mantiene en tensión, con buenos momentos de intriga. De cualquier manera, creo que habría unas cuantas cosas a mejorar, sobre todo en el guión, para haber logrado un mejor trabajo.




jueves, 19 de diciembre de 2019

EL AMOR DESPUÉS DEL MEDIODÍA

Para Frederic (Bernard Verley) la vida es una rutina preestablecida que se identifica con la armonía, ningún sobresalto, ninguna estridencia, ninguna sorpresa que desestabilice los rituales diarios, el beso de despedida, contemplar a su esposa desnuda tras ducharse, mirar a las mujeres por la calle sintiendo que, cuanto mayor se hace, más guapas le parecen todas. Es feliz en su matrimonio con Hélène (Françoise Verley), una profesora de inglés de instituto, con la que tiene una niña y espera su segundo hijo. Está convencido de que la confianza es absoluta y no hay temor a ser infiel o a sufrir la infidelidad. De casa al trabajo o del trabajo a casa, una breve parada para almorzar en esa hora pesada, larga, igualmente monótona y programada del mediodía. Este escudo mental, que juega como justificación moral del personaje, se pone a prueba a diario para Frederic, pero él no es consciente hasta que un día entra en su despacho Chloé (Zouzou), la antigua novia de un amigo suyo que destaca por sus costumbres nada timoratas. Chloé entra y sale continuamente de la oficina y de la vida de Frederic hasta incitar su curiosidad. Frederic encuentra un trabajo para ella y eso es una excusa para visitarla a menudo. Ella decide seducirle causándole un dilema moral  y demostrándole, no como una apuesta, sino como una constatación, que sus convicciones no son tan fuertes como creía, que cualquiera puede dejarse llevar por la tentación de un cuerpo bonito con independencia de que en casa también te espere alguien que te quiere y que es igualmente deseable, porque la rutina se convierte en monotonía y falta de atención, y lo de fuera alimenta deseos que hemos olvidado que tuvimos tiempo atrás con quien compartimos el día a día.


"Seis cuentos morales" son una serie de relatos escritos por el francés Éric Rohmer (seudónimo de Maurice Henri Joseph Schérer) que posteriormente se recogieron en un libro y fueron llevados a la pantalla en sendas películas dirigidas por él mismo. El último de ellos, L'Amour l'après-midi, es el que da origen a esta película.
Al igual que todos los films que dirigió entre 1966 y 1976, la fotografía es del español Néstor Almendros, con algunos llamativos planos urbanos de París y de las riadas de gente que transita incesantemente por sus calles.


Rohmer plantea un dilema moral, el de la fidelidad matrimonial. Sin embargo, su reflexión va más allá y bucea en estos personajes que son una constante en sus films, gente de la llamada burguesía, con un nivel cultural alto y una vida acomodada que transcurre sin sobresaltos.
Los diálogos son parte fundamental de la película en la que el protagonista nos hace cómplices de sus propias reflexiones, pues estas se dirigen de forma habitual a alguien que somos nosotros mismos, los espectadores, aunque no seamos conscientes de ello. Esas reflexiones, por un lado, son intemporales, pero por otro, son fruto de la época, un tiempo inmediatamente posterior al Mayo del 68 en que se replantean muchas cosas, incluso la forma de vida de la sociedad occidental avanzada y, como parte de ella, las relaciones de pareja y la definitiva liberación de la mujer.
En sus aparentes divagaciones está la clave de la película que no se queda en la lectura simplista que algunos hicieron y es que Rohmer con su lenguaje cargado de ironía no se queda en la duda moral entre fidelidad o infidelidad, va un paso más allá y mas que de la deslealtad hacia la pareja, nos habla de la traición a las propias convicciones morales.
Como dijo la ingeniosa y mordaz Pauline Kael: La película es, a su manera, algo así como perfecta. Y es que, tras su sencillez narrativa y la aparente banalidad de sus diálogos (que no lo son), fluye el retrato de una época, de una sociedad y de la concepción de las relaciones entre hombres y mujeres en un mundo cambiante respecto a sociedades anteriores.




miércoles, 18 de diciembre de 2019

LA DONCELLA

Alrededor de 1930, en Corea bajo el dominio japonés, Lady Hideko (Min-hee Kim), una hermosa y frágil heredera japonesa, vive con su tío, el sádico y despótico Kouzuki (Jin-woong Cho), un intelectual y ávido coleccionista de literatura erótica rara, que la crió desde la tierna edad de cinco años, planeando casarse con ella por sus riquezas. Como resultado, confinada en una mansión triste y privada del sol, Lady Hideko es un pájaro triste en una jaula dorada y un objetivo aparentemente fácil para el conde Fujiwara (Jung-woo Ha), un falsificador y un estafador disfrazado, que contrata a Sook-hee (Tae-ri Kim), una joven y hábil carterista, y se las arregla para que la empleen como la nueva doncella de Lady Hideko.
Con la intención de poseer la herencia del difunto padre de la joven, el Conde necesita a Sook-hee para que lo ayude a persuadir a la noble mujer, que no sabe nada de este asunto, para que se case con él, y cuando la elaborada estafa finalmente tenga éxito, sin piedad y sin una pizca de remordimiento, la enviará para siempre al manicomio.
Sin embargo, poco saben, que el suyo es un esquema condenado al fracaso y no puede competir con la belleza incomparable de Lady Hideko con su largo cabello negro y sus deliciosos labios escarlata sobre una piel pálida y aterciopelada, que acabarán cautivando a la joven doncella y que llevarán a ambas a descubrir emociones inesperadas.


Basado en la novela "Fingersmith" de Sarah Waters (publicada en 2002), aunque la autora, a quien el director, Park Chan-wook, envió el guión antes de comenzar el rodaje, manifestó que debería decirse que estaba "inspirada" y no "basada" en el libro, como así figura finalmente en los créditos.
En España, la novela se publicó, por Anagrama, con el título de "Falsa identidad"
La novela se desarrolla en Londres durante el siglo XIX, en plena época victoriana, pero la película está ambientada en Corea en la década de 1930, bajo el dominio colonial japonés.


Bellísimo film de espléndida fotografía y plagado de planos de gran hermosura visual, en el que Park Chan-wook hace una mezcla de géneros, que van desde la historia erótico-amorosa de las dos jóvenes, hasta el thriller magníficamente construído y cuyo inesperado desenlace mantiene el interés hasta el mismo final de la película.
Estructurado en tres partes, en la primera se nos ofrece el punto de vista de la doncella, en la segunda el de la dama y en la tercera se casan las piezas de los dos enfoques de la historia y caminamos hacia un final que ha sido perfectamente cimentado en los tramos anteriores de la película.
Contiene algunas secuencias de sexo explícito rodadas con elegancia, dejando de lado, en lo posible, el morbo y que resultan de gran belleza plástica; y un singular momento en que se producen escenas de contenido gore, al estilo que nos tiene acostumbrados, por ejemplo, Tarantino, salvando las distancias, que están rodadas de manera inteligente para, sin ocultar su crudeza, dejar de lado la posible repugnancia que puedan provocar este tipo de secuencias.
Quizá el único pero que se le podría poner es su duración respecto a la historia que cuenta, pero esto entra dentro de esa manera de hacer cine de los orientales, pausada y contemplativa y, además, aunque hay un momento del film en que parece que la narración se estanca, por contra asistimos a imágenes de gran belleza, como todas las de la película, por otra parte.
Con muchos elementos fetichistas que no se reducen a las ropas, los adornos o los utensilios, sino que llegan a los gestos, situaciones e incluso al lenguaje, aparte de su atractiva estética, la película es una lección de mezcla de géneros y de maestría en el rodaje y su planificación, todo ello acompañado de buenas interpretaciones y de una ambientación que nos sumerge de lleno en la historia.
Muy bonita y con una historia atractiva, entretenida y muy bien construída.




martes, 17 de diciembre de 2019

ZARAGOZA

Gabriel de Araceli parte en una cuerda de presos hacia Francia, a donde le conducen sus captores, logrando escapar entre Lerma y Cogollos, junto a otros tres presos y desviándose hacia Zaragoza, donde se alista para participar en la defensa de la capital aragonesa en el que será su segundo sitio por las tropas de Napoleón.
Junto a los aspectos bélicos que resaltan el heroísmo irracional de los zaragozanos, se desarrolla la historia paralela de los amores entre Agustín Montoria y Mariquilla Candiola. Agustín y Gabriel llegan a hacerse muy amigos, además de ser compañeros de armas y avatares. Agustín, a pesar de tener el sacerdocio como destino, por ser el segundo varón de la casa, está completamente enamorado de Mariquilla, la hija de don Jerónimo Candiola, un hombre que es detestado por toda la ciudad debido a su fama de avaro y usurero y por negar su ayuda económica para sustentar las necesidades de los combatientes españoles, por lo que se le llega a acusar incluso de traidor. La historia se complica, además, por la fuerte enemistad entre Candiola y don José Montoria, los padres de Mariquilla y Agustín respectivamente.
Mezclados con los personajes ficticios, como es habitual en las novelas de Galdós, encontramos a los personajes históricos, encabezados por José de Palafox, que comanda las tropas que defienden la ciudad, sus asesores, el padre Basilio Boggiero, de origen italiano y el presbítero Santiago Sas. También aparece Manuela Sancho, una de las heroínas de los sitios de Zaragoza.
No puedo sustraerme a reproducir uno de los párrafos que aparecen en el antepenúltimo capítulo del libro y que en algunos aspectos, me recuerda desagradables situaciones actuales:

...España, despreciada injustamente en el Congreso de Viena, desacreditada con razón por sus continuas guerras civiles, sus malos gobiernos, su desorden, sus bancarrotas más o menos declaradas, sus inmorales partidos, sus extravagancias, sus toros y sus pronunciamientos, no se ha visto nunca, después de 1808, puesta en duda la continuidad de su nacionalidad; y aún hoy mismo, cuando parece hemos llegado al último grado del envilecimiento, con más motivos que Polonia para ser repartida, nadie se atreve a intentar la conquista de esta casa de locos. Hombres de poco seso, o sin ninguno en ocasiones, los españoles darán mil caídas hoy como siempre, tropezando y levantándose, en la lucha de sus vicios ingénitos, de las cualidades eminentes que aún conservan, y de las que adquieren lentamente con las ideas que les envía Europa Central. Grandes subidas y bajadas, grandes asombros y sorpresas, aparentes muertes y resurrecciones prodigiosas, reserva la Providencia a esta gente, porque su destino es poder vivir en la agitación como la salamandra en el fuego; pero su permanencia nacional está y estará siempre asegurada.



lunes, 16 de diciembre de 2019

LA INVITACIÓN

Will (Logan Marshall-Green) acude con su nueva pareja, Kira (Emayatzy Corinealdi) a una cena para varios amigos comunes que ha organizado su ex mujer, Eden (Tammy Blanchard), en el antiguo domicilio de ambos. Hace un par de años que Eden y Will no se ven, a causa de una separación que se intuye dolorosa y que estuvo ligada a una tragedia familiar, la muerte del pequeño hijo de ambos. Él todavía se encuentra atormentado por ello, es presa de sentimientos de furia y culpa con los que ha de luchar día a día. Eden vive ahora con una nueva pareja, David (Michiel Huisman), al que conoció cuando asistía a una especie de terapia de duelo para superar el trauma de su próxima separación cuando aún no se había divorciado. Eden y David agasajan a los invitados a la cena con una actitud positiva, por momentos algo artificiosa y dirigida a que nada enturbie su felicidad. Ello sume a David en un estado de paranoia que le lleva a pensar, para incomodidad del resto de los presentes, que hay un motivo oculto para la celebración, más allá del reencuentro de viejos conocidos, sensación a la que contribuyen una serie de comportamientos y hechos que le resultan extraños y fuera de lugar.
En la cena están también amigos a los que Will no ha visto en estos dos últimos años: Tommy (Mike Doyle) y su novio, Miguel (Jordi Vilasuso); Gina (Michelle Krusiec) que menciona que su novio, Choi (Karl Yune), llegará más tarde; y los antiguos amigos, Claire (Marieh Delfino) y Ben (Jay Larson).


El film tiene cierta construcción teatral, al desarrollarse prácticamente en un único escenario: la antigua casa que compartían Will y Eden, una construcción moderna y lujosa, aunque funcional, ubicada en un barrio residencial de las afueras de Los Ángeles.
De algunas de las cosas que han ocurrido en el pasado de la pareja hoy divorciada, nos vamos enterando a través de las imágenes que representan los recuerdos de Will.
Es interesante la partitura musical de Theodore Shapiro que acompaña la perfección el desasosegante transcurso de la narración.


Nos hallamos ante un drama que tiene una parte de psicológico y que termina como una película de terror, en el que se plantean asuntos que atañen a la sociedad actual: Las sectas, los grupos de autoayuda, la búsqueda de compañía para eludir la soledad, las diferencias familiares, el sentimiento de culpa y la exploración de caminos que nos lleven al perdón... Incluso si buscamos más allá, el siempre controvertido asunto de la facilidad para adquirir armas de fuego en EE.UU.; o las actitudes complacientes hacia situaciones que nos incomodan, pero que no nos atrevemos a criticar para no ser calificados de aguafiestas, eso que se ha dado en llamar "buenrollismo"
La principal virtud del film es que nos sumerge en un ambiente de tensión que sabe mantener a la perfección durante los 100 minutos que dura, con una sabia dosificación de las pistas que nos va ofreciendo y de los pequeños giros de guión que mantienen viva la narración.
Sentimos en nosotros mismos la tensión y la incomodidad, bien transmitida por medio de los diálogos que sostienen gran parte de la película y de los planos de rostros y gestos y los suaves movimientos de cámara que están perfectamente planificados y muy bien montados.
Todo o buena parte de lo que va a ocurrir, podemos intuírlo, la película tampoco se empeña en ocultarlo o en centrarse en la intriga, sino en la sensación de desasosiego e incomodidad a la que hemos aludido y, sin embargo, a pesar de que podemos anticipar algo o casi todo lo que puede pasar, no se hace para nada aburrida, sino todo lo contrario. Quizá lo que flojea un poco es el tramo final, aunque la última escena resulta original por lo que sugiere y las interpretaciones a que puede dar origen.
En España apenas fue exhibida en unas pocas salas y siempre con subtítulos.




viernes, 13 de diciembre de 2019

SICARIO

En la zona fronteriza sin ley que se extiende entre Estados Unidos y Mexico, Kate Mercer (Emily Blunt), una idealista agente del FBI, es reclutada por Matt Graver (Josh Brolin), un oficial de las fuerzas de élite gubernamentales, para ayudar en la creciente guerra contra las drogas, ya que buscan a alguien que tenga conocimientos tácticos.
Kate acepta la misión, ya que siente que el trabajo de este equipo puede ser más efectivo para detener el tráfico de drogas en los EE. UU., donde los cárteles mexicanos están cada vez más enraizados y en el que el grupo especial al que ha sido destinada, tiene la misión de intentar detener lo que supone un avance imparable, formando una especie de barrera intangible que separa la actuación legal de la que no lo es, pues ya no existe en la guerra Gobiernos vs. Drogas; es más, al margen de discusiones éticas mayores, todos sabemos que esta guerra nunca va a terminar
Acompañado por Alejandro (Benicio Del Toro), un enigmático consultor con un pasado oscuro, el equipo se embarca en un viaje clandestino que obligará a Kate a cuestionarse todo aquello en lo que cree si quiere sobrevivir, pues cuando el equipo llegan a El Paso para su primera misión, Kate descubre que el funcionamiento del equipo no es todo lo que en apariencia podría esperarse y que muchos de los procedimientos empleados no serían considerados legales a pesar de la legitimidad del resultado final que se persigue.


De nuevo el canadiense Denis Villeneuve nos plantea una tesitura entre lo lícito y lo moralmente ilícito cuando las situaciones son llevadas al extremo.
En este caso, ambientada en el mundo del narcotráfico, un asunto que no es nuevo en el cine, pero en el que logra crear un clima, si no original, sí diferente, con una historia que no ofrece apenas tregua.


Destacable la fotografía de Roger Deakins, ya consagrado como todo un maestro, que ofrece algunos planos aéreos impactantes y ciertas secuencias magníficas, como la del despliegue del grupo antes de entrar en los túneles, con las siluetas recortadas sobre la hermosa luz naranja del ocaso como fondo. Realmente espectacular.
Es cierto que el guión, en determinados momentos, no acaba de estar pulido y hace avanzar la historia a su conveniencia con pequeños trucos, pero a cambio ofrece algunas cosas interesantes, como la historia paralela del policía mexicano y su familia que nos ayuda a comprender que en este mundo del narcotráfico están involucradas muchas personas que podríamos llamar normales, como cualquiera de nosotros que, por razones diversas, han llegado hasta ahí y son piezas del entramado de las mafias sin que, aparentemente, les suponga mayores problemas de conciencia. Y es que como dice el protagonista, hasta que no consigamos que ese veinte por ciento de la población que aspira ese veneno, deje de hacerlo, a lo más que se puede llegar es a tener cierto control sobre él, pero no va a desaparecer.
Entretenimiento y acción garantizadas y una historia absorbente que te mantiene interesado y de las licencias en el guión, que las tiene, te das cuenta cuando aquello ya ha llegado al final.




jueves, 12 de diciembre de 2019

DIAMANTES DE LA NOCHE

Dos jóvenes, judíos checos, saltan de un tren en marcha que les transporta, junto a otro detenidos, a un campo de concentración nazi.
Ya están en territorio alemán y han sido descubiertos, pues mientras ellos corren desesperadamente hacia un bosque cercano a cuyo límite parece que nunca llegan, se oyen de fondo disparos y gritos de ¡Halt!, ¡Halt!
Los jóvenes siguen huyendo, subiendo una pendiente, se abren paso hacia el bosque que se convertirá a la vez en refugio y amenaza, un lugar atiborrado de ramas, arroyos y canchales por los que resulta difícil avanzar sobre sus piedras con aristas, al tiempo que quedan expuestos a la observación de ojos invisibles.
Los chicos buscan formas de supervivencia, asistiendo a la sensación agobiante de su propio miedo que, aunque parezca un contrasentido, les estimula y les atenaza a un tiempo, mientras van en aumento el hambre, el cansancio y la infección que su deficiente calzado les deja en los pies.
En medio de un silencio que se vuelve atronador, tropiezan y se vuelven a levantar constantemente, tratando de desentrañar los enigmas que el bosque ofrece a su paso: La falta de abrigo durante las noches, las hormigas que les suben por todo el cuerpo, los árboles que se caen solos, sin que ellos hayan percibido la presencia de ningún leñador en los alrededores. La situación desesperada que viven y la falta de fuerzas en su organismo, hace que realidad y recuerdos se fundan en su mente por momentos.
De repente, un grupo de ancianos armados con escopetas, les acorrala y se los lleva detenidos.


El guión se basa libremente en la novela con tintes autobiográficos La oscuridad no arroja sombra, de Arnošt Lustig.
Jan Nemec, integrante de aquella generación de los 60 que dio esplendor a las artes checoslovacas hasta que se vio cortada de raíz a partir de los sucesos de la llamada Primavera de Praga de 1968, consigue con este su primer largometraje algo que no volvería a lograr con posteriores trabajos y es que, una buena parte de la crítica especializada lo considera como una pequeña obra de arte.


Lo cierto es que en aquellos años (1964), el cine no se hacía así, la película comienza con un espectacular travelling en el que dos figuras humanas corren escapando de un peligro que no vemos en pantalla, el espectador no sabe exactamente lo que ocurre hasta que van transcurriendo los minutos y, por medio de pequeños flashbacks, rememoramos momentos pretéritos de la vida de estos dos fugitivos.
El argumento del film es prácticamente la huída y las circunstancias dramáticas en que se desarrolla, mientras la cámara, más que rodar, acompaña a los dos protagonistas, haciéndonos sentir la fatiga, el hambre, la sed y el miedo, deteniéndose de cuando en cuando en pequeños detalles y ofreciéndonos secuencias que, en ocasiones, se repiten con finales diferentes, de modo que llegamos a dudar cuál de ellas es la verdadera y cual la imaginada, como si el realizador quisiera que fuéramos nosotros quienes decidamos cuál es el verdadero devenir de los acontecimientos.
Con un laborioso trabajo de montaje perfectamente planificado, otra cosa es lo que a cada cual le sugiera el resultado final de este film vanguardista, diferente en su manera de entender el cine, prácticamente carente de diálogos y en el que la imagen lo es prácticamente todo. Para unos una gran película, para otros, un film difícil de entender, confuso y algo pretencioso a la hora de utilizar el lenguaje cinematográfico. En cualquier caso, me parece una propuesta interesante, sobre todo por el riesgo que toma al seguir caminos apenas explorados y por el rendimiento que extrae de la escasez de recursos que utiliza.