La masa borreguil, cuando se mueve, lo aplasta todo, incluso puede arrollarse a sí misma. Hacemos cosas de las que ni nos damos cuenta envueltos en el anonimato, pero también empujados por la fuerza del grupo que consigue nublar una buena parte de nuestra capacidad de reflexión.
La poca fe en la justicia es un asunto recurrente, por algo será, yo creo que porque la dama es ciega con cierto tipo de personas, pero con otras tiene la venda levantada, hace un poquito de trampa y a uno le queda la sensación, de sobra fundada, de que algunos tipos salen siempre bien librados, mientras a otros, la señora justicia, les da un mandoble con su espada que les puede quedar doblados para el resto de sus días.
Fritz Lang llegó a Hollywood y con esta su primera peli americana, ya entregó su tarjeta de visita al público del nuevo mundo.
Con la dirección de otro, yo estoy seguro de que la película no habría sido la misma y es que Lang sabe meter al espectador, como nadie, en el meollo de la historia y hacerle cómplice de lo que está pasando. Eso lo logra aquí de manera sobrada y todos estamos deseando que los habitantes de ese pueblo que se han tomado la justicia por su mano, reciban su castigo por medio del maquiavélico plan tejido por su víctima inocente.
Si a la magnífica dirección le añadimos el atractivo innegable que tiene la historia, la magnífica fotografía, la correctísima banda sonora y las buenas interpretaciones, está claro que estamos ante una buena obra de entretenimiento.
Mención aparte merece la interpretación de Spencer Tracy, en un papel que tiene su miga, porque pasa de ser un ciudadano ejemplar, un hombre que cree en los valores de la democracia y en la bondad de ser humano, enamorado de una mujer con la que va a casarse, cumplidor de sus obligaciones y con la única ambición de ganarse la vida con su trabajo; a un tipo vengativo, lleno de odio y empeñado en que quienes le han amargado la vida y borrado la fe en esos valores que hemos mencionado, paguen con su vida el daño que le han causado. Ese papel tan dual, lo saca adelante Tracy con la maestría y la verosimilitud a que nos tiene acostumbrados. Una actuación genial.
Un clásico del cine social y toda una reflexión en torno a la pérdida de la inocencia y la fe en la justicia y la democracia. Un alegato a favor de la presunción de inocencia y que alerta sobre los peligros que pueden acarrear los actos de una masa que pierde el norte y se deja llevar por las pasiones.
En un principio tenía el título de La ley de la chusma. Lang no aprobó nunca el final de la película. Estimaba que el beso final sobraba. Para él el final hubiera sido aquel de "Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa. Que Dios me ayude. Tracy clavaría una mirada en el rostro (primer plano) de Sylvia Sidney. Enorme película. Tengo muchísimas ganas de ver dos películas de Lang que las atesoro en el recuerdo de la infancia; El Tigre de Esnapur y la Tumba India.
ResponderEliminarHace ya muchos años que la vi, y la recuerdo muy vagamente, pero este Spencer Tracy era muy bueno. En aquellos años que habían cines en todas partes, vi varias películas de él. Saludos Trecce.
ResponderEliminarManuel, para muchos es una gran película con un mal final. Ese paseo de Spencer Tracy hasta el tribunal, es queda fatal y fuera del estilo de Lang.
ResponderEliminarEfectivamente, Rafa, era un actorazo.
ResponderEliminarHola Trecce.
ResponderEliminarHace mucho que no veo una peli, de este gran director de cine, con vocación a la pintura y el dibujo.
La Pelicula me pasa lo que a Rafa, muchos años que la vi y vagamente me acuerdo de ella, pero fue todo una trama, todo un reflejo de lo que suele pasar hoy en España que se juzga y se condena antes de saber la verdad de los echos, como tu bien dices de una sociedad aborregada.
La historia si no me equivoco ( no me acuerdo muy bien ) es sospechoso del secuestro de una niña y de hay viene toda la trama de la película. Por cierto me gusto.
Saludos cordiales Trecce.
Recuerdas la historia perfectamente. Un saludo.
ResponderEliminarUna obra maestra de Lang, sin duda.
ResponderEliminarComo bien dices - y en estos tiempos de hordas y perroflautas "indignados"-, la película es un firme alegato favor de la justicia y la democracia. Un aviso sobre los peligros que acarrean los actos de una masa fanatizada que siempre desemboca en la violencia y por ende, en el totalitarismo.
Menuda entrada de Lang en USA! Una excelente película, con el tono desesperado de Lang acerca de la fatalidad que pesa sobre ciertos personajes en cuanto se les asigna una etiqueta de culpabilidad (véase "Sólo se vive una vez", otra vez con Sylvia Sidney) y de la lucha de éstos por salir de ella.
ResponderEliminarSaludos!
Toda una lección, Natalia.
ResponderEliminarJuzgar antes de tiempo y dejarse llevar por las pasiones, es muy peligroso.
Un debut a lo grande, Ethan, digna de un gran maestro.
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