viernes, 30 de marzo de 2018

LA REBELIÓN DE ATLAS: PARTE I

Basado en la controvertida novela de Ayn Rand, publicada en 1957, Atlas Shrugged narra la lucha de Dagny Taggart (Taylor Schilling), una heredera de una compañía de ferrocarriles, que intenta salvaguardar y mantener vivo el ferrocarril de su familia en medio de un mundo en rápida decadencia. Se enfrenta a agencias gubernamentales cada vez más corruptas, la incompetencia cobarde de su propio hermano y la pérdida sistemática de sus mejores y más competentes trabajadores. Mientras trabaja para superar cada obstáculo, comienza a detectar un patrón y sospecha que una fuerza siniestra está trabajando en su contra. En todo el país, hay una creciente sensación de impotencia, a menudo resumida en una frase que todo el mundo parece saber, al tiempo que nadie sabe quien es el personaje a quien se refiere: ¿Quién es John Galt?.
Uno a uno, los mejores y más brillantes industriales del país desaparecieron de la noche a la mañana sin dejar rastro y abandonaron sus negocios para ser devorados por intereses políticos corruptos. Pero muchos están desapareciendo justo cuando más se los necesita, lo que la lleva a darse cuenta de que alguien, algún destructor, se mantiene justo delante de ella y está trabajando en contra de ella. A medida que el mundo se hunde más en la decadencia, ella sabe que ha llegado la hora de salvar su ferrocarril, y tal vez evitar el colapso del mundo que la rodea. Sin embargo, las revelaciones que busca finalmente desafiarán sus puntos de vista, y la obligarán a decidir entre luchar en su mundo o dejar todo lo que valora.


El productor y guionista Albert S. Ruddy pasó años queriendo llevar la novela a la gran pantalla, hasta que los consigue en 2011, si bien de una manera un tanto atípica, ya que se decidió rodar tres películas. Es cierto que la novela de Ayn Rand, es un buen tocho de 1.300 páginas, pero yo creo que con esto se desvirtúa un tanto el producto, no ahora, pues la tercera se rodó en 2014 y pueden verse seguidas, pero en su momento esto fue un inconveniente. Mi experiencia es que si no conoces la obra de Rand, no vas a sacar consecuencias de este film, más allá de la pura narración en la que yo pienso que se puede atisbar el planteamiento de las ideas filosófico-económicas de la novelista, pero queda diluído, porque hay cosas que no quedan resueltas y hay que esperar a ver las siguientes entregas.
Exclusivamente en el aspecto cinematográfico, la película resulta interesante, atractiva y entretenida, pero con ese obstáculo de que te vas a quedar a medias de saber en qué acaba todo aquello.




jueves, 29 de marzo de 2018

LOVING VINCENT

Francia, verano de 1891. El joven Armand (Douglas Booth) recibe una carta de su padre, el cartero Joseph Roulin (Chris O'Dowd), para entregarla en mano en Paris al hermano de su difunto amigo Vincent Van Gogh (Robert Gulaczyk), muerto hace un año. Pero en París no hay rastro de Theo Van Gogh (Cezary Lukaszewicz), del que cuentan que murió poco tiempo después de que su hermano Vincent se quitara la vida.
Así comienza “Loving Vincent”, la primera película realizada al oleo de la historia del cine, recorriendo la misteriosa vida del pintor a través de las cartas que con frecuencia escribía a su hermano pequeño Theo.
Tras varios intentos fallidos por entregar la carta, Armand viaja a Auvers-sur-Oise, donde vive un supuesto compañero cercano de Vincent, el Dr. Gachet (Jerome Flynn). Al tener que esperar hasta que el médico regrese de su trabajo, Armand conoce a mucha gente de ese pueblo que no solo conocía a Vincent, sino que, al parecer, también eran modelos e inspiradores de su arte. Al hacerlo, Armand se fascina cada vez más con la personalidad y el destino de Van Gogh y mientras profundiza en ello, se da cuenta de que la problemática vida de Vincent es tanto una cuestión de interpretación como sus pinturas, y que no hay respuestas fáciles para un hombre cuyo trabajo y tragedia solo se apreciarán en el futuro.


Cada uno de los 65.000 fotogramas de la película es una pintura al óleo sobre lienzo, utilizando la misma técnica que Van Gogh, creada por un equipo de más de 100 pintores, de los que el 60% fueron mujeres.
Realmente hay 853 pinturas al óleo diferentes, ya que cada una se utilizó varias veces, pintando cuadros posteriores encima de los originales.
La película está animada con rotoscopio. Fue filmada en acción real, con actores reales, luego cada cuadro fue pintado y animado.


Alejado del patrón de las películas biográficas, el guión recurre más a los recuerdos que otros tienen de él que a exponernos de forma lineal la vida del genio holandés, como hace la, por otra parte, excelente película de Vicente Minnelli, El loco del pelo rojo (Lust for Life), protagonizada por Kirk Douglas.
La narración se mueve en dos planos y aquellos que se refieren al pasado nos ofrecen maravillosas imágenes en blanco y negro, ayudando así al espectador a distinguir ambos tiempos narrativos.
El film no deja de ser un homenaje a Van Gogh y trata de acercarnos a la compleja existencia de este hombre repudiado por su familia (excepto el cariño devoto de su hermano Theo) y que tuvo que soportar incluso la incomprensión y burlas de sus colegas durante su estancia en París.
La película tiene un valor artístico innegable por su arriesgada y original apuesta visual que tiende a ocultar el resto del trabajo, incluida la historia que nos cuenta que, a mi particular parecer, tarda en adquirir interés, pero que que acaba también atrapando al espectador cuando plantea dudas sobre si la muerte del pintor fue realmente un suicidio o hubo otras circunstancias alrededor, lo que crea un cierto suspense que hace más atractivo el último tramo de la misma.
Colosal trabajo (seis años estuvieron preparándola) para este emotivo y bello homenaje a uno de los más grandes genios de la pintura de todos los tiempo, a la vez que supone una delicia visual para el espectador.




miércoles, 28 de marzo de 2018

JANE EYRE

Jane Eyre (Mia Wasikowska) huye repentinamente de Thornfield Hall, una extensa y aislada propiedad en la que trabaja como institutriz de Adéle Varens (Romy Settbon Moore), una niña que se encuentra bajo la custodia del melancólico Edward Rochester (Michael Fassbender).
La imponente residencia y la no menos imponente presencia de Rochester han puesto a prueba su resistencia. No tiene a dónde ir, por lo que acepta la ayuda ofrecida por el cura St. John Rivers (Jamie Bell) y su familia. Mientras Jane Eyre se recupera en su nueva residencia, dedica el tiempo a recordar los tumultuosos sucesos que la obligaron a escapar mientras se pregunta si el pasado en verdad ha ocurrido.
Así, recuerda como a los diez años era una niña huérfana (la Jane niña es interpretada por Amelia Clarkson) y era maltratada y, después, expulsada de Gateshead, su casa de acogida, por su cruel tía, Mrs. Reed (Sally Hawkins), siendo llevada a la escuela Lowood, en donde recibirá una férrea disciplina, supuestamente encaminada a su educación y conocerá a Helen Burns (Freya Parks), una niña pobre que impresiona a Jane por su sensibilidad y carácter. Las dos se convierten en grandes amigas. Cuando Helen muere por enfermedad, la pérdida deja desolada a Jane, sin embargo, su fuerza hará que siga hacia delante y se proponga tomar sus propias decisiones en la vida.
Cuando ha completado su educación, Jane llega a Thornfield, siendo tratada con cortesía y respeto por el ama de llaves, Mrs. Fairfax (Judi Dench). Rochester despierta el interés de Jane a través de juegos de ingenio e historias, y le confiesa algunos de sus pensamientos más íntimos. Pero su mal humor preocupa a Jane, así como los extraños sucesos en la casa, especialmente en el ático. Jane intuye que esos sucesos están conectados con Rochester y no se equivoca: finalmente descubre el terrible secreto que él ha intentado ocultarle y decide huir.


Basado en la conocida novela de Charlotte Brontë, tantas veces llevada a la pantalla, en esta ocasión, por el estadounidense Cary Joji Fukunaga, que se aparta de la narración lineal para darnos a conocer el pasado de la protagonista mediante flashbaks, hasta que ambos tiempos narrativos enlazan definitivamente.
Música de Dario Marianelli y una espléndida fotografía de Adriano Goldman que capta muy bien la belleza desolada del páramo británico.


¿Hacía falta otra adaptación de la celebrada novela de Charlotte Brontë? Posiblemente la primera respuesta que se le viene a uno a la cabeza es que no, sin embargo, como todo en la vida, depende de las pretensiones y del resultado y, en esta ocasión, estamos ante lo que algunos han considerado la mejor adaptación de Jane Eyre, sobre todo porque sabe captar a la perfección el tono de romanticismo gótico de la novela y por la acertada definición de los personajes.


Se nota el sello especial que distingue los films británicos, esa elegancia y cuidado en la ambientación, con escenarios muy bien diseñados, un vestuario espléndido y sabiendo sacar el máximo partido a los exteriores que nos transportan a ese mundo de rígida moral. La historia de una mujer fuerte, que sabe sobreponerse a la dureza con que la vida le trata y sacar a relucir su carácter fuerte y su gran voluntad.
Muy bien interpretada, lo cierto es que uno puede disfrutar de toda la grandiosidad de una obra que destila un impetuoso romanticismo. La vida de esta singular institutriz nos atrapa desde las poderosas imágenes del comienzo.




martes, 27 de marzo de 2018

EL MARAVILLOSO VIAJE DE NILS HOLGERSSON

Selma Lagerlöf recibió el encargo de la Asociación Nacional de Maestros de escribir un libro que sirviera como texto para que los escolares se acercaran a la geografía de Suecia.
En principio la obra se publicó en dos partes, que aparecieron por primera vez en 1906 y 1907 respectivamente, aunque después ha habido multitud de ediciones, algunas de ellas reuniendo las dos partes en un solo libro y otras muchas, la mayoría, ediciones resumidas dirigidas al público infantil.
El protagonista es un niño, Nils Holgersson, de carácter indolente, algo caprichoso y que parece poco dispuesto a ayudar a sus padres cuando de trabajos en la granja que habitan hablamos. Nils es un niño travieso y con un punto de malicia infantil que se dedica a hacer perrerías a los animales de la granja familiar.
Un domingo en que decide no acompañar a sus padres a la iglesia, porque piensa hacer uso de la escopeta que su padre tiene colgada en la pared mientras éste se ausenta para asistir a los oficios religiosos, ve aparecer a un duendecillo sobre el baúl en que su madre guarda las pertenencias que heredó. Nils atrapa al duende, pero este, en venganza, le transforma en una especie de liliputiense, con lo que Nils se ve prisionero en su nuevo cuerpo, a merced de todos aquellos a quienes hizo pasar malos ratos.
Aprovechando que el pato Martin, uno de los animales domésticos de la granja, atiende a la llamada de los patos silvestres para que vaya con ellos en su camino primaveral hacia el norte, Nils se monta en su cuello y emprenderá un viaje que le llevará por toda Suecia, hasta Laponia.
Esta ficción permite a la autora ir haciendo descripciones de los ríos, montañas, valles, minas, industrias y cultivos de su país, que sabe tejer de manera ingeniosa con leyendas y relatos del folklore nórdico.
Nils hablará con los animales que encuentra a su paso, conoceremos a los renos, las raposas, las águilas, cisnes y, también a los animales domésticos que conviven con los hombres en las granjas. Al tiempo, viviremos las aventuras en las que Nils se ve envuelto y asistiremos a su transformación personal, pues desde entonces se convierte en el mayor defensor de los animales y de la naturaleza.
El libro tiene un alto contenido moral y quizá en la actualidad, no ofrece el mismo atractivo que en su momento, pues los gustos literarios han cambiado e incluso algunas de las descripciones que hace sobre paisajes y costumbres, han sufrido grandes transformaciones.
Posiblemente uno de los mejores homenajes al libro lo hizo el Nobel japonés Kenzaburō Ōe, quien al ir a recoger el premio en 1994, viajó a Estocolmo y dijo que de niño había leído muchas veces la novela y que le parecía estar viajando por un país que ya conocía.



lunes, 26 de marzo de 2018

TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN

Eva Khatchadourian (Tilda Swinton), una mujer culta y cosmopolita, escritora de guías de viaje. Casada desde hace años con Franklin (John C. Reilly), un fotógrafo que trabaja en publicidad. Decide, con casi cuarenta años y tras muchas dudas, tener el hijo que lleva en su seno, dando así comienzo su tragedia particular, ya que no está muy convencida de su decisión. Tras el parto, todo empieza a ir mal con Kevin (interpretado por varios actores: Rock Duer en su más tierna infancia; Jasper Newell, cuando tiene de 6 a 8 años y Ezra Miller en la adolescencia). Eva no se siente capaz de calmarlo, siente que no está preparada para la maternidad. La actitud de su hijo, a medida que va creciendo, tampoco ayuda a que la relación que se establece entre ambos sea buena. El niño parece haber desarrollado desde pequeño una personalidad extremadamente manipuladora y sociópata.
Kevin aprende, entonces, a no demostrar nunca sus verdaderos sentimientos, usándolos solamente como un método de obtener algo y de esta forma manipula también a su padre para que se ponga de su lado, imponiendo su voluntad y así también castigando a su madre en esa especie de triángulo amoroso.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de la madre por comunicarse con su hijo, parece que aquello es forzado y que no le sale de dentro y, por otro lado, es como si Kevin se negase a establecer esa comunicación y tuviera interés en complicar las cosas. ¿Simple afán de hacer daño o es que está pidiendo algo que su madre no alcanza a comprender o no sabe cómo hacerlo?


Basada en la novela de éxito escrita por Lionel Shriver, un libro escrito en forma epistolar, con un único remitente en las cartas: Eva, la madre de Kevin, así pues, todo lo vemos bajo el punto de vista de ella.


¿Es la maternidad un hecho feliz? Quiero decir si siempre es un motivo de júbilo o eso hay que matizarlo, incluso reconocer que, en ocasiones, puede suponer un trauma, incluso de cierto calibre, para la madre.
¿Qué ocurre cuando uno de los padres educan al niño en plan colega, disculpando todo lo que hace, mientras el otro trata de encauzarle hacia un comportamiento, digamos "normal"?
¿Qué puede hacer que un niño sea tan malo o al menos tenga tan poca empatía para que la maldad domine sus relaciones con sus compañeros o su familia como si esto fuera el último placer, el máximo juego?
La película plantea unos cuantos interrogantes de este tipo para los que no ofrece explicación, sino que la deja abierta a la interpretación del espectador.
Aunque hay otros personajes (el padre, la hermana, la dueña de la agencia de viajes...), lo cierto es que la historia gira totalmente sobre dos personajes, Eva y Kevin y por el gran protagonismo que tienen ambos, buena parte del resultado final se beneficia de la magnífica interpretación de Tilda Swinton.
Me ha llamado también la atención la banda sonora que incluye cortes de grandes canciones, alguna de ellas muy conocida, curiosamente, casi todas ellas de carácter alegre, en contrapunto con las situaciones tensas y dramáticas que vemos en el film.


Un análisis del mal a través de la mente de un sociópata, tema actual donde los haya, pues sin llegar a los extremos a los que llega la historia de Kevin, vemos cada día a jóvenes de este tipo, totalmente amorales, con lo que familias y educadores, sobre todo, pero la sociedad en general, ha de enfrentarse, chocando con una especie de muro, porque su egoísmo y su maldad están tan enraizados que es sumamente difícil, cuando no prácticamente imposible, razonar con ellos.
La película huye de la escenas explícitas y del regodeo en la violencia o la sangre, dejando de lado el morbo, sin embargo, todo ello está presente a lo largo de una narración que desde el primer momento nos hace estar seguros de que Kevin ha cometido un hecho terrible que conoceremos casi al final, pero a pesar de que el espectador lo tiene todo bastante claro, consigue atraparnos en el sufrimiento que Eva soporta con su problemático hijo, que alcanza su culmen cuando ha de sufrir en sus carnes la venganza de la sociedad por lo que el muchacho ha hecho, pero ella acepta su parte de culpa sin recriminar nada a nadie.
¿Cuál es la verdadera causa del mal? ¿Se nace así? ¿Debemos achacarlo al neurodeterminismo o influye también la falta de amor de una madre desde su nacimiento? Como decía, preguntas que van quedando en el aire, quizá porque una sola respuesta sería simplificar demasiado el problema. A lo largo de toda la película vamos viendo escenas en las que se señala a los posibles culpables de estas situaciones, cada cual en su medida y todos ellos con su parte de responsabilidad: Las familias; los medios de comunicación, con la violencia siempre presente en televisiones y videojuegos y, por último, pero no menos importante, la sociedad en general, con su permisividad, particularmente en el caso de la sociedad norteamericana, tan complaciente en lo relativo a la posesión y uso de armas.
Como curiosidad, hay una larga escena (casi dos minutos) al principio del film, cargada de simbolismo, que reproduce imágenes de la Tomatina de Buñol.




viernes, 23 de marzo de 2018

MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES

Un longevo periodista cuando llega el día en que va a cumplir 90 años, decide celebrar su aniversario con una niña virgen de 14 años. Para obtenerla recurre a su antigua conocida, Rosa Cabarcas (Geraldine Chaplin), dueña de un prostíbulo que frecuentó durante muchos años. A los pocos días consigue a la muchacha; en el primer encuentro, Delgadina (Paola Medina Espinoza) es sedada por la matrona, para que pierda el miedo. El anciano la encuentra dormida y se dedica a contemplarla.
La peculiar relación se prolonga durante un año y hará que el anciano recuerde su pasado: la carrera de periodista, el amor a la música, los libros preferidos y el gusto por la putería. También, como todo enamorado, el protagonista incrementará su actividad para halagarla; con esas reminiscencias, motivaciones y un nuevo cariño, que darán sentido al final de su existencia, podrá enfrentar lo inevitable.
La nueva forma de amor permite admirar en el terreno de la imaginación la belleza irresistible del otro, es decir, la magnificencia de la vida misma. Dice el longevo periodista: "Aquella noche, descubrí el placer inverosímil de contemplar el cuerpo de una mujer dormida sin los apremios del deseo o los estorbos del pudor". La fascinación por la querida conmueve al hombre mayor, lo llena de fantasías y le permite ocultar el temor a la muerte, así como enfrentarse a la decrepitud.


Basada en la novela homónima de Gabriel García Márquez, la obra aborda, pues, el singular amor de un viejo por una adolescente. Aunque obviamente a partir de cierta edad el vigor se agota, el protagonista advierte que queda la emoción en el corazón: el anciano busca tener una relación, y al hacerlo se da cuenta de que el amor no pasa, como muchos hombres creen, únicamente por el coito, sino que puede darse también a través de la caricia, la contemplación y el silencio.


En contra de algunas opiniones que hablan de que la película no sabe captar el sentido de la novela, yo creo que lo capta bastante bien, lo que ocurre es que la novela (más bien es un relato editado como novela) no da para otra cosa y es que el hecho de que la escribiera García Márquez, tampoco tiene porque suponer garantía de excelencia. Alejada de sus obras de realismo mágico, en esta ocasión se mueve en el terreno del realismo a secas y lo cierto es que cuando uno acaba de verla, la sensación es la misma que cuando concluímos la lectura de la novela, que nos podíamos ahorrado su visionado y que ha sido tiempo perdido.
Eso sí, la fotografía del mexicano Alejandro Martínez, es excelente.




jueves, 22 de marzo de 2018

LOS PILARES DE LA TIERRA

Basándose en el superventas del escritor británico Ken Follett, se estrenó en 2010 esta serie de ocho capítulos que estuvo nominada a varios premios Emy.
Producida por Ridley Scott y bastante bien ambientada, entre los intérpretes, posiblemente el más conocido sea el veterano de Hollywood Donald Sutherland, que tiene un pequeño papel en los primeros capítulos.
En un principio querían rodar 10 capítulos, pero al final quedó en los ocho mencionados.
Ambientada en la Inglaterra del siglo XII, la historia gira entorno a las venturas y desventuras de un constructor llamado Tom Builder (Rufus Sewell) y el lento progreso de la primera catedral gótica que se construye en Inglaterra, situada en la ficticia ciudad de Kingsbridge. La serie narra la vida de este personaje clave, pero también los conflictos entre los dos grandes poderes de la época: La Iglesia y la aristocracia terrateniente.
Probablemente el mayor atractivo de esta adaptación es que sabe mezclar la precisión histórica con los momentos épicos y una historia que, en algunos momentos, es cierto que resulta un poco rebuscada, pero que incluye envidias, traiciones, romances (algunos de ellos no exentos de una lujuria un tanto light), personajes malvados, batallas y la conseguida ambientación que hemos mencionado.
Hay unas cuantas subtramas que están bien llevadas y que resultan fáciles de seguir para el espectador, al tiempo que le proporcionan dinamismo y variedad a la serie, lo que contribuye a hacerla más entretenida.



miércoles, 21 de marzo de 2018

LA LLAVE DE SARAH

En mayo de 2009, a Julia Jarmond (Kristin Scott Thomas), una periodista americana afincada en París desde hace veinte años, le encargan un artículo relacionado con la redada contra los judíos. Julia, casada con Bertrand Tézac (Frédéric Pierrot), con el que tiene una hija de once años, Zoë (Karina Hin), irá descubriendo poco a poco los acontecimientos del fatídico año 1942 y, curiosamente, la historia de Sarah (Mélusine Mayance), que increíblemente estaba relacionada con su familia política, los Tézac. Tras este descubrimiento, no descansará hasta conocer el destino de la joven Sarah y su relación con la familia de su marido…
En julio de 1942, en París, la policía francesa se lleva a Sarah, una niña de 10 años, y a toda su familia en una redada puerta a puerta en la que arrestan a multitud de familias judías en plena noche. Desesperada por proteger a su hermano pequeño, Sarah lo encierra en un armario del dormitorio, cuya puerta está disimulada en la pared, su pequeño escondite secreto, y le promete volver en cuanto les liberen.
A ese planteamiento ya de por sí cautivador, la película añade el hábil aderezo de otra historia paralela y conectada, una investigación casi periodística, pero sobre todo sentimental: la de Julia descubriendo de forma casual esos hechos olvidados del pasado, que al mismo tiempo repercutirán en su propia vida.


El guión adapta la novela del mismo título de la francesa Tatiana de Rosnay, publicada originalmente en inglés.
La película se estructura mediante constantes flashbacks que nos llevan del presente, con el momento personal en la vida de Julia y su investigación sobre Sarah, al pasado, con la peripecia de la niña judía empeñada en rescatar a su hermano y atormentada conforme pasan los días, por la culpa de haberlo dejado abandonado. Muy trabajados los cortes que sirven para saltar de una historia a otra, con un buen trabajo de montaje que se ve facilitado por la planificación anterior de esas escenas.
En general bien interpretada, destaca el trabajo de Kristin Scott Thomas.


Los alemanes, en cierto modo, han purgado una parte de sus pecados (dejo a criterio de cada cual, cuanta parte o, si acaso, toda ella) con respecto al Holocausto a fuerza de ser machacados con el tema durante todos estos años, sin embargo los franceses han pasado por encima del asunto años y años, siendo uno de los episodios más oscuros de su Historia.
El 16 de julio de 1942, comenzó una redada (la Rafle du vel d’hiv), en la que casi trece mil judíos franceses fueron arrestados y conducidos al Vélodrome d'hiver, donde estuvieron varios días sin apenas atención de ningún tipo, de allí fueron conducidos a campos de tránsito, donde permanecieron en las mismas condiciones, para, tras ser separados, primero mujeres y niños por un lado y hombres por otro y más adelante de nuevo separados las mujeres de los niños, acabar finalmente en los campos de exterminio.
Una parte de la película es la denuncia de estos hechos por medio de la historia de Sarah, revelada por la investigación que hace la periodista y es que, aunque parezca mentira, estos hechos han sido ninguneados por la memoria colectiva francesa como si jamás hubiera ocurrido.
Hay una secuencia en la película que resume ese increíble desconocimiento, cuando los periodistas jóvenes de la revista en que trabaja Julia Jarmond, se muestran sorprendidos de que no haya ninguna imagen de aquellos acontecimientos. El fotográfo que acompaña a la periodista les dice que sólo hay una imagen aérea del Velódromo en la que se ven unos autobuses saliendo del mismo. Uno de los
jóvenes redactores replica: ¿Qué raro, con lo que les gustaba a los nazis documentar todo lo que hacían?, a lo que Julia le aclara: Es que no fueron los alemanes, fue la policía francesa.
Tampoco se ceba en la culpabilidad o no de la población francesa en aquel episodio, la misma Julia le dice a una de sus jóvenes compañeras de redacción, cuando esta se muestra horrorizada al descubrir una verdad que desconocía: ¿Estás segura de lo que hubieras hecho de haber estado allí? y, además, al tiempo que no se oculta ni la intervención, ni la brutalidad de la Gendarmerie, vemos a las mujeres de una aldea cercana, lanzado comida por encima de la alambrada a los internados en uno de los campos de tránsito y a otra gente que, con más o menos precauciones, se comportó de manera humanitaria con sus compatriotas judíos.
Junto a esta desgarradora historia, se ve también la evolución personal de Julia Jarmond, con problemas en su matrimonio en buena parte derivados de un tardío embarazo a cuya culminación se opone su marido que le aconseja que aborte. Ella no quiere hacerlo.
La película está muy bien construída, siguiendo casi al dedillo la novela original. Seguramente algunos dirán que es sentimentalmente manipuladora, pero creo que al tocar la fibra sensible lo hace de una manera bastante elegante. Cierto que el final te deja con una especie de nudo en la garganta, pero es que el tema es penoso y muy duro y además hay que señalar que al tiempo, traslada un mensaje de esperanza, porque la lucha de Julia ha servido para rescatar la memoria de la manera que hay que hacerlo, poniendo nombre y apellidos a una de sus protagonistas anónimas.
Un film recomendable, tan sencillo como conmovedor.




martes, 20 de marzo de 2018

BABBITT

Tras el enorme éxito de su novela Main Street, Sinclair Lewis volvió a otro icono de la vida estadounidense, esta vez el arquetipo de hombre de negocios de clase media, inmortalizado en la figura de George F. Babbitt, un  empresario que regenta una agencia de bienes raíces en la próspera ciudad del medio oeste de Zenith, un nombre ficiticio que puede ser aplicado a unas cuantas de estas ciudades estadounidenses, en la que Babbitt es uno de los pilares de su comunidad, un ejemplo de civismo y firme creyente en la doctrina de la realización del éxito con su propio esfuerzo. Su historia es la de esta ciudad que no cuenta con grandes monumentos, ni hermosas iglesias, sino pura y simplemente con austeras torres de acero, cemento y piedra caliza para albergar oficinas.
La novela de Lewis, de manera satírica pero no exenta de amor, detalla las rutinas y los rituales de Babbitt mientras va y viene del trabajo, socializa, juega al golf, va al club y se involucra en la política local. Sin embargo, en medio de su vida feliz y próspera, ocurre un evento que pone patas arriba el mundo de Babbitt y le obliga a examinar su cómoda existencia. Cuando su mejor amigo, Pablo Riesling, es arrestado por dispararle a su propia esposa, Babbitt comienza a cuestionar y rebelarse contra algunos de los valores que siempre ha defendido. Comienza a relacionarse con un grupo de bohemios, tiene una aventura y se hace amigo y defiende públicamente a Séneca Doane, un político liberal a quien antes había combatido en los mítines de campaña en una elección local.
Sin embargo, persistir en este tipo de vida requeriría más personalidad de la que posee nuestro protagonista que, doblegado por la presión social, recaerá nuevamente en los vacuos rituales que tenía la intención de dejar atrás.
La novela trasciende la mera sátira divertida y funciona como una crítica política y social en cuyo centro está el arquetipo del empresario norteamericano pretendidamente independiente, conformista y agresivamente fanático, sometido por la ideología política cercana al poder, la moralidad y las subyacentes relaciones humanas de los representantes de estas fuerzas.
Publicada en 1922, la acusación mordaz de la novela sobre los valores estadounidenses de clase media hizo de Babbitt un sinónimo de adhesión a una forma de vida conformista, materialista y que desprecia a la vanguardia intelectual.



lunes, 19 de marzo de 2018

JONAH HEX

Jonah Hex (Josh Brolin) es un buscavidas. De niño su padre lo vendió a los apaches y tuvo que crecer y formarse en un mundo duro y hostil, sobreviviendo unas veces como pistolero y otras como cazador de recompensas. Un pistolero estoico fraguado en mil batallas que puede dar con cualquier persona… o con cualquier cosa. Tras haber sobrevivido a la muerte, la violenta historia de Jonah forma parte de los mitos y las leyendas y le ha dejado con un pie en el mundo real y otro en el "otro lado". Como un hombre condenado a vagar solo, su único vínculo con el género humano es Lilah (Megan Fox), cuya vida en un burdel le ha dejado sus propias cicatrices.
El pasado se reencuentra con Jonah cuando el ejército de los EE.UU. le hace una oferta que no puede rechazar: A cambio de librarse de las órdenes de captura que tiene pendientes, debe encontrar y detener al siniestro terrorista Quentin Turnbull (John Malkovich), el hombre que mató a la familia de Hex y le desfiguró el rostro con un hierro de marcar ganado. Turnbull, que está reuniendo un ejército y preparándose para desatar el infierno, es también el más antiguo enemigo de Jonah, al que acusa de ser el culpable de la muerte de su hijo y al que odia de tal modo que, cuando tuvo ocasión de hacerlo, no le mató, para que siguiera sufriendo la muerte de su familia, abrasada viva por el propio Turnbull.


Se basa en las historietas creadas por John Albano y Tony DeZuniga que comenzaron a publicarse en 1977. Poco conocidas en España, al menos los primero números publicados por la Editorial Rollán. Más adelante, Planeta editaría la serie completa.
Los cómics se enmarcan en el subgénero conocido como Weird Western (weird es adjetivo inglés que significa extraño) y dentro del mismo podemos agrupar todas esas historias que transcurren en el lejano oeste y que tienen un matiz fantástico, más o menos pronunciado.


Fue un fracaso en taquilla en EE.UU. y aquí se distribuyó directamente en DVD.
La película resulta entretenida, aunque es cierto que, casi desde el principio, uno empieza a darse cuenta de que no están sabiendo aprovechar la historia que tienen entre manos.
Bien interpretada en general, la pobre Megan Fox, que tiene unas pocas escenas, siempre ha dicho que considera este como el peor papel de su carrera.
Una historia de venganzas y encuentros con quienes ya están en la otra vida, en la que han descuidado algunos aspectos que la hacen perder brillantez. Da un poco de pena pensar en lo que pudo haber sido y no es.




viernes, 16 de marzo de 2018

SHUTTER ISLAND

En 1954, en el apogeo de la Guerra Fría, el agente federal Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio), curtido veterano de guerra y agente federal, y su nuevo compañero Chuck Aule (Mark Ruffalo) deben acudir a Shutter Island, una isla fortaleza cercana a Boston, que alberga un hospital para criminales trastornados, con el objeto de investigar la inexplicable desaparición de una peligrosa asesina múltiple de una habitación cerrada del infranqueable Hospital Ashecliffe. Rodeados de psiquiatras inquisitivos y de peligrosos asesinos psicópatas en la remota isla, la atmósfera inquietante e imprevisible sugiere que nada es lo que parece.
Con un huracán azotando, la investigación avanza rápidamente, pero a medida que la tormenta cobra fuerza, las sospechas y los misterios se suceden, a cada cual más terrorífico e intrigante. Hay pistas y rumores de oscuras conspiraciones, sórdidos experimentos médicos, control mental, pabellones secretos e incluso sospechas de algo sobrenatural. Entre las sombras del hospital, perseguido por las terribles acciones de sus escurridizos habitantes y las desconocidas intenciones de los médicos, Teddy se verá obligado, a medida que avanza la investigación, a enfrentarse a algunos de sus miedos más profundos y devastadores y empezará a temer no salir con vida de la isla, pues tiene motivos para creer que está siendo manipulado, observado e incluso drogado, lo que le lleva hasta los límites oscuros y difusos de su propia cordura. Quizás le están advirtiendo que no indague en la verdad sobre Shutter Island o es víctima de un terrible experimento, pero no cabe duda de que hay planes ocultos que le atan a este lugar impenetrable.


La película está dirigida por Martin Scorsese a partir del guión de Laeta Kalogridis basado en una novela de Dennis Lehane.


Que Scorsese es uno de los grandes directores del cine contemporáneo, es algo que casi nadie pone en duda con independencia de que te gusten o no sus films. En esta película se distancia de sus más conocidos éxitos y nos acerca, con esta mezcla de suspense y film psicológico, al desasosegante universo de la enfermedad mental, con un guión plagado de giros interesados que hacen discurrir la historia por donde le conviene al realizador, pero que son totalmente intencionados, si bien es verdad que hacen que la película no llegue ni de lejos a la categoría del El sexto sentido, un film con el que se la compara casi sin quererlo, porque cuando acaba, enseguida se te viene a la cabeza, pero cuando te detienes a pensarlo te das cuenta de que allí el puzzle estaba hábilmente construído y aquí se teje en función de que encajen las piezas al final sin tener en cuenta que parezca creíble o no.


Una película de esas que te atrapan y te dejan pensando al final, sobre todo porque la solución a muchos de los enigmas o a las preguntas que nos hacemos a posteriori, están encerradas en una frase que puede pasar desapercibida para muchos, una pregunta que le hace el protagonista al personaje interpretado por Mark Ruffalo cuando ambos están sentados en las escaleras del centro penitenciario y que nos da la clave de qué es lo que va ocurrir, pero sobre todo, de por qué va a ocurrir.
La película está plagada de flashbacks que nos van contando experiencias pasadas del protagonista y que pueden descolocar algo al espectador, aunque yo pienso que son necesarios para ese juego de despiste que la narración se trae entre manos, porque en ellos se nos dan pistas que encajarán al final.
La película es una especie de representación de un espectacular e inmenso psicodrama.
Un último consejo, para quien no la haya visto, que lo haga leyendo lo menos posible sobre la misma y absteniéndose de ver cualquier trailer, la disfrutará más cuanto menos sepa por anticipado.




jueves, 15 de marzo de 2018

LADY BIRD

La película nos acerca a la historia de una adolescente en su último año de secundaria que vive en Sacramento, California y sueña con mudarse a la costa este y estudiar en New York, "donde realmente está la cultura".
Odia a su familia de clase trabajadora, el colegio de monjas al que asiste y a su aburrida ciudad de Sacramento y además estamos en la "deprimente" América de 2002.
A pesar de todas las ilusiones y sueños que tiene ante la perspectiva de cambiar esta situación que le ofrece el inicio de sus estudios universitarios, se encuentra, como principal problema, con la oposición de su madre, que no está de acuerdo con los planes de su hija, esgrimiendo las estrecheces económicas por las que atraviesa la familia. Antes de esto, la chica ya se llevaba bastante mal con su madre y sus caracteres chocan continuamente, convirtiendo la relación en complicada y difícil.
La historia cuenta con todos esos matices de las hormonas adolescentes, la primera vez en el amor y en el sexo, las primeras decepciones, básicamente todas esas primeras experiencias que en algún momento pueden parecernos terribles y que son las que, al fin y al cabo, nos van formando. Todo ello desde el punto de vista muy particular de Christine McPherson (Saoirse Ronan) o "Lady Bird", la protagonista del film, nombre que ella misma se da por no creer en la tradición de llevar el nombre que nos dan nuestros padres.


Con guión de Greta Gerwig, ella es también la directora del film, en su debut como realizadora. Sin embargo cuenta con una dilatada experiencia como escritora de guiones y se nota que el mundo del celuloide no es desconocido para ella.


Es una película básicamente sobre adolescentes y sus problemas, como se ve, un tema bastante trillado en el cine, así que supongo que la principal dificultad que se le presentaba a la guionista y realizadora era cómo hacer de un asunto manido algo atractivo para el espectador.
La solución adoptada discurre por el camino de la normalidad. En este film encontramos situaciones reconocibles y por más que se echa mano de las cosas que estamos acostumbrados a ver (llegar tarde a casa, la primera experiencia sexual, el baile de graduación...), se nos relata todo de una manera natural, sin efectismos pero, quizá por eso mismo, nos da la impresión de que estamos viendo lo mismo de siempre de una forma diferente y con un tratamiento que, por sencillo, se nos hace atractivo.


Quizá influido por las artificiosas películas basadas en relatos de Federico Moccia que estoy viendo últimamente le de más valor del que tiene a este film, del que, por otra parte, tengo el pálpito de que a pesar de las buenas actuaciones de Saoirse Ronan y Laurie Metcalf, no será muy recordada con el paso del tiempo. Pero me ha parecido una película bien construída sobre un argumento ya muy empleado en otras ocasiones, agradable de ver y con un planteamiento que opta claramente por dar protagonismo a mujeres fuertes frente a hombres que, en la mayoría de los casos, no están a la altura, cuando no resultan directamente débiles.
La lección final es la de que a través de nuestras propias experiencias, aprendemos a valorar las cosas sencillas de nuestra vida, a emocionarnos con aquello de lo que en más de una ocasión hemos renegado y todo ello cuando, tras las correspondientes desilusiones, caemos en la cuenta de que los sueños imposibles bien están, pero cuando estamos con los pies en la tierra, en vez de maldecir constantemente nuestra suerte, debemos sacar partido a lo bueno que nos rodea y de lo que en muchas ocasiones no somos conscientes.




miércoles, 14 de marzo de 2018

PERDONA PERO QUIERO CASARME CONTIGO

Alex (Raoul Bova) y Niki (Michela Quattrociocche) están más enamorados que nunca. Acaban de regresar del faro de la isla de Blu donde han vivido días inolvidables. Niki vuelve a ver a sus amigas, pero una serie de cambios importantes en sus vidas pondrá a prueba la amistad de las chicas. También Alex reanuda su vida de exitoso agente publicitario y con sus viejos amigos. Todos ellos, Flavio (Ignazio Oliva), Enrico (Luca Angeletti) y Pietro (Francesco Apolloni), han dejado de ser maridos serenos y seguros debido a ciertas dificultades que han puesto en peligro sus matrimonios,
El amor entre Alex y Niki, a pesar de la diferencia de veinte años entre ambos, continúa profundizando y floreciendo. Han pasado tres años desde que prometieron amarse mutuamente para siempre antes de su especial reencuentro en el faro. A pesar de la diferencia de edad, Alex está convencida de que Niki es la mujer con la que quiere casarse. Y Niki, al principio, está muy contenta. Sin embargo, a medida que se acerca la fecha crucial, las crecientes dudas, miedos y tentaciones también hacen que Niki haga lo que nadie podía preveer y cancela la boda.
Lejos de ser el final de la historia de amor de la pareja, sin embargo, este podría ser un inesperado y tierno comienzo, valiente y divertido para Niki y el sueño "imposible" de Alex hecho realidad.


Basada en la novela del mismo título del italiano Federico Moccia, es la secuela del film Perdona si te llamo amor.
La película incluye dieciséis canciones, entre ellas doce interpretadas por el dúo musical Zero Assoluto, habitual en las películas de Moccia.


Prescindible segunda parte, porque sigue con los mismos tópicos de la primera, tratando de introducir el tema de las dudas y los problemas en las relaciones de pareja, sin profundizar en ellos y resolviendo cada una de las historias con pocas explicaciones y deprisa y corriendo.
Seguimos en este universo de cuerpos hermosos, con chicas que aparentan ser libres y modernas, pero que caen en brazos del macho de turno en cuanto se pone a tiro. Los momentos de humor, manidos y poco imaginativos.
Romanticismo de telenovela con mucha fachada y poca chicha.




martes, 13 de marzo de 2018

EL TRIUNFO DE SHARPE

India, 1803. El sargento Richard Sharpe es requerido de nuevo por su viejo amigo el coronel McCandless, para dar caza a un oficial inglés que ha desertado del servicio de la Compañía de las Indias Orientales, para unirse a la Confederación Mahratta. Se trata del teniente William Dodd, que ha preferido esa opción a la de enfrentarse a un juicio civil por la muerte del orfebre al que había ordenado apalear. En lo profundo del territorio enemigo, Sharpe se enfrenta a tentaciones más sutiles de las que jamás podría soñar, pues le ofrecen ser oficial de las tropas rebeldes hindúes, al tiempo que ha de prestar atención al acecho al que le somete su peor enemigo, el sargento Obadiah Hakeswill.
Los caminos de la guera conducen a la pequeña aldea de Assaye, donde el reducido ejército británico de Sir Arthur Wellesley se enfrenta a las tropas Mahratta, muy superiores en efectivos. Superados en número y armas, Wellesley decide luchar, y Sharpe se sumerge en el infierno de una batalla que hará crecer su reputación, pero solo si puede sobrevivir.
El futuro Duque de Wellington, mucho después de que hubiera expulsado a los franceses de Portugal y España, y después de haber derrotado a Napoleón en Waterloo, preguntado por cuál había sido su mejor batalla, no lo dudó: «Assaye», respondió, y no hay duda de que lo fue, porque se mostró más hábil y derrotó a un enemigo mucho más numeroso, y lo hizo rápida, brutal y magníficamente. Y además sólo con la mitad de las tropas con que contaba, pues el coronel Stevenson trató de reforzar a a Wellesley, pero no llegó a tiempo, pues su guía local se equivocó al dejarse guiar por el sonido de los cañones y erró la dirección. Stevenson se enfadó tanto por el error del guía que lo mandó ahorcar.
Toda esta historia, novelada, es la que nos refiere Cornwell, cuyos incondicionales sin duda podrán disfrutar con la caballería cargando y los sables balanceándose en medio de caos y el terror.



lunes, 12 de marzo de 2018

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Alicia Kingsleigh (Mia Wasikowska) no sabe cómo encontrar el equilibrio entre sus sueños y las expectativas de los demás. Tras la muerte de su querido padre, asiste a una fiesta con su madre y su hermana. Pero ella no sabe que se trata de su fiesta de compromiso. Justo cuando el arrogante y aburrido Hamish Ascot (Leo Bill) le pide en matrimonio, Alicia ve un Conejo Blanco que lleva un chaleco y un reloj de cadena correteando por el suelo. Se abalanza sobre el animalito peludo y se cae por una madriguera de conejo que lleva al Submundo, un lugar que ya visitó cuando era pequeña (y llamado País de las Maravillas), aunque no recuerda nada ni del país ni de sus habitantes. Pero Alicia se reúne con sus amigos de la infancia, entre los que están la Oruga, el Gato de Cheshire, el Señor Morsa, el Carpintero y, por supuesto, el Sombrerero Loco (Johnny Depp), que ha esperado ansiosamente el regreso de Alicia y es el único amigo de verdad, el que cree en ella cuando nadie lo hace. No tiene miedo a nada y recorre enormes distancias para protegerla corriendo todo tipo de peligros. El Sombrerero se sentía orgulloso de confeccionar los sombreros de la Reina Blanca (Anne Hathaway), pero está envenenado con mercurio, un efecto secundario de la fabricación de sombreros y no está nada bien. Alicia parte en busca de su verdadero destino. Al principio, se siente muy rara y no está a gusto consigo misma, así que su aventura en el Submundo le va a permitir conocerse a sí misma y averiguar que tiene la fuerza necesaria para decidir lo que quiere de verdad en la vida.


Guión basado en el clásico de la literatura infantil del mismo título escrito por el británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo el seudónimo de Lewis Carroll y publicado por primera vez 1865.


Muy conseguida la dirección artística, con una ambientación propia de las películas Burton que se mueve entre lo gótico y lo surrealista y una banda sonora que no está nada mal, sin embargo yo creo que, en su búsqueda de algo diferente para adaptar este clásico entre los clásicos, el guión naufraga.


Lo que en realidad vemos en este nuevo traslado de Alicia a la gran pantalla es una especie de aventura épica, en la que el ingenio y el sentido del humor del original, se transforma en un enfrentamiento entre buenos y malos y en la que los personajes secundarios, salvo El Sombrerero Loco y las dos reinas, pierden prácticamente todo el protagonismo.
Adaptación sui géneris, que nada aporta y que, por momentos, puede resultar incluso aburrida.