martes, 31 de mayo de 2016

LOS PAZOS DE ULLOA

A una hermosa y pobre aldea de Galicia, donde habita un señor Marqués lujurioso, cazador y salvaje, llega, enviado por el tío del Marqués para que le ayude en la administración de la hacienda, un joven cura, puro y santo. El lugar es paradisíaco, la verde naturaleza y el agua cubren toda la vista, pero en el interior de esa aldea la pobreza y la ignorancia cubren igualmente toda la hermosura de sus gentes, sus animales, sus tradiciones y conversaciones. La sensibilidad del pobre sacerdote no hará más que fortalecer la corrupción del marqués, que aconsejado por el cura no dudará en casarse con una de las lindas y jóvenes primas que viven en la ciudad, en Santiago de Compostela. Pero el Marqués no escoge bien, se equivoca de esposa y provoca con su mala elección, en la que es influido por el desacertado consejo del cura, no solamente su infelicidad, sino la de todos los que le rodean. Se produce una especie de maldición que no hará más que provocar la muerte y la devastación, en los corazones y en la tierra, de los viejos y de los herederos.
Basada en la novela del mismo título y en La madre naturaleza, obras ambas de Emilla Pardo Bazán, autora gallega del siglo XIX y uno de los máximos exponentes del naturalismo literario español. La serie consta de cuatro capítulos (en un principio se pensó en seis) y está ambientada en la Galicia rural de 1880.
El realizador, Gonzalo Suárez, firma también un guión en el que intervienen Manuel Gutiérrez Aragón y Carmen Rico Godoy. Carlos Suárez es el responsable de la magnífica fotografía y como director artístico tenemos nada menos que a Gerardo Vera. La miniserie fue coproducida por TVE y la RAI italiana.


Con un reparto encabezado por Omero Antonutti, José Luis Gómez y Victoria Abril, también intervienen, entre otros, Fernando Rey, Charo López, Nacho Martínez, Chus Lampreave y una debutante Pastora Vega.
Los exteriores se rodaron en el Pazo de Gondomar, Santiago de Compostela (principalmente la Plaza del Obradoiro), Puenteareas, Tuy y El Espinar.
Retrata el atraso de las zonas rurales, en las que los caciques siguen campando por sus respetos frente a la lucha, casi perdida de antemano, de algunos intelectuales y políticos que predican el progreso y se estrellan con el muro de las arraigadas supersticiones, la Iglesia y esos caciques mencionados que, cuando no saben adaptarse a los nuevos tiempos, pierden parte del poder que detentan en beneficio de las clases emergentes, en ocasiones tan conservadoras como ellos mismos.
La serie va perdiendo vigor a medida que avanza y algunos de los personajes están llevados al extremo de caricaturas y hasta de la sobreactuación. Hermosísímas las imágenes que nos muestran la exuberante naturaleza, para mi, junto a la breve actuación de Fernando Rey, lo más conseguido de la serie en la que, de cuando en cuando, se incluye una voz en off, que nada aporta al avance o clarificación de la narración, si no es el citar párrafos de la obra original.
Interesante y bien ambientada, acierta más en la forma que en el fondo.




lunes, 30 de mayo de 2016

RÉQUIEM POR UN CAMPESINO ESPAÑOL

Réquiem por un campesino español transcurre en una aldea pequeña de Huesca, durante unos pocos minutos, los previos a la misa de réquiem que el sacerdote Mosén Millán (Antonio Ferrandis) quiere ofrecer por Paco el del Molino (Antonio Banderas), joven ejecutado un año antes por las tropas franquistas recién concluída la Guerra Civil. Mientras espera a que los feligreses acudan, el sacerdote recuerda el nacimiento del niño y su bautizo, su juventud, y lo bien que se llevaban cuando él era monaguillo. Recuerda también aquella visita que realizaron juntos a las casas de las cuevas, cuando Paco conoció la verdadera pobreza.
El guión se basa en la obra del mismo título de Ramón J. Sender, publicada por primera vez en México en 1953 con el título de Mosén Millán. El nuevo título, que contó con la aprobación del autor, es el de la edición que apareció en Estados Unidos en 1960. No sería el último problema que tendría con el nombre esta parábola precisa, intensa y estremecedora sobre la Guerra Civil, ambientada en una aldea “cerca de la raya de Lérida”, donde “los campesinos usaban a veces palabras catalanas”, pero de eso hablaré al final.
Mosén Millán vive atormentado por la culpa. Acabó traicionando a Paco, convirtiéndose en cómplice pasivo de su muerte al revelar el paradero del joven a los asesinos y conseguir que se entregara, ante la promesa, incumplida, de que respetarían su vida.


El film critica duramente a los poderosos, representados por los tres ricos del pueblo, responsables de la muerte de Paco y que son los únicos asistentes en su misa de réquiem; y a la Iglesia, personificada por Mosén Millán.
Con un reparto de gran nivel (Además de los mencionado Banderas y Ferrandis, Fernando Fernán Gómez, Terele Pávez, Simón Andreu, Paco Algora, Mª Luisa San José, Ana Gracia,  Antonio Iranzo, Emilio Gutiérrez Caba o Conrado Sanmartín, e incluso José Antonio Labordeta haciendo de pregonero), el film no acaba de alcanzar el nivel de la novela, seguramente la mejor de su autor, cuyo traslado a la gran pantalla se había contemplado desde hacía tiempo. El propio Sender había dejado instrucciones precisas sobre algunos aspectos, con la intención de facilitar el traslado a guión cinematográfico.
Es de destacar el retrato de costumbres que hace, recogiendo los avatares de un pueblo que podría ser cualquiera del interior español de la época, desde las costumbres cotidianas, hasta las celebraciones religiosas o profanas, pasando por las relaciones sociales o las diferencias entre unos estamentos y otros. En ese aspecto es un documento sociológico muy logrado.
Vamos con la anécdota sobre el título de la que os dije que hablaría al final: El filme contaba con una subvención del Ministerio de Cultura (de veintiocho millones de pesetas, el 40% del presupuesto); la televisión pública catalana, TV-3, compró los derechos de antena por dieciocho millones de pesetas. La película va a ser presentada en el Festival de Venecia, pero al parecer los responsables de la televisión catalana (que siempre negaron ser ellos los impulsores de esta propuesta), sugieren que el título pierda la última palabra, ante lo que la directora general del Instituto Nacional de Cinematografía, a la sazón Pilar Miró, anuncia que Réquiem por un campesino español no recibiría ayudas estatales para su presentación oficial en el festival si los productores cambiaban el título eliminando la palabra español. Al final, el título quedó tal cual, no sin antes haber tenido que escuchar al realizador responsabilizarse del intento de cambio de título con argumentos, como mínimo, peculiares: recordaba que La familia de Pascual Duarte había pasado al cine como Pascual Duarte y nadie había protestado. También explicaba: “Me pareció reiterativo poner el título completo. Todo el mundo sabe que el filme está hecho aquí, que la acción ocurre en España y que los actores y el equipo técnico son españoles”.



viernes, 27 de mayo de 2016

EL COLOR PÚRPURA

Celie Johnson (Whoopi Goldberg) sufre abusos por parte de su padre y es violada por este, que le quita a sus hijos después de que nacen. Por conveniencia, Pa (Leonard Jackson) casa a Celie con un hombre tan abusador como él. El nuevo esposo (en realidad nunca se casan) de Celie, Albert (Danny Glover), solo se la lleva para que cuide a sus hijos, esté al cargo de la casa y trabaje en sus campos.
A pesar de todo, Celie está contenta de irse con Albert (al que nunca llama por su nombre, le llama Señor), porque un día llega a su nueva casa su hermana Nettie (Akosua Busia) huyendo del hogar familiar para librarse del acoso de su padre. Sin embargo, después de que Nettie vive en la casa de Albert, tiene que soportar y defenderse de las insinuaciones de él, hasta que viendo que no va a conseguir su objetivo, la echa de la casa. A pesar de que Nettie promete a su hermana escribirle cartas, Celie no sabe nada de ella, mientras su vida sigue empeorando y ahora está alejada de la única persona en el mundo a la que quiere y que la quiere también.
La vida de Celie cambia cuando Albert lleva a su amante enferma a la casa para que Celie la cuide. La amante, Shug Avery (Margaret Avery), es todo lo que Celie no es: sexy, decidida e independiente. Es la primera vez en su vida que Celie puede gozar de la amistad.
Junto con Shug, Celie descubre el misterio del silencio de Nettie durante tantas décadas: Albert ha escondido todas las cartas de Nettie en su baúl. Cuando Celie encuentra las cartas de su hermana, se le abre un mundo nuevo. En vez de ser sumisa y oprimida, se da cuenta de la magnitud de los abusos que ha sufrido por parte de Albert. Saber esto le da la fuerza que necesita para dejarlo. Celie se va a Memphis con Shug para empezar una nueva vida.
Celie se entera de la muerte de Pa (del que ha descubierto que no es su padre biológico) y de que la casa en la que vivía Pa pertenece, en realidad, a ella y Nettie desde la muerte de su madre. Ahora es dueña de una casa y la arregla para la llegada de Nettie.


Se basa en una novela de la escritora de color Alice Walker, por la que obtuvo el Pulitzer en 1983.
El libro tiene clara inspiración en la experiencia personal de la autora, nacida en Eatonton (Georgia), su familia tiene sangre cherokee, escocesa e irlandesa y descienden a su vez de esclavos y aparceros de una pequeña comunidad agrícola sureña. Las relaciones con su padre fueron conflictivas (sobre todo cuando Alice dio muestras de interesarse por la escritura y los temas intelectuales). Por otro lado, su madre se dedicaba al servicio doméstico y soportó malos tratos de su propio padre, lo que le llevó a escaparse de casa. Su madre pudo por tanto ser la figura en la que se inspiró Alice como protagonista de este libro.
La película está ambientada en la primera mitad del siglo XX y el poseedor de los derechos de la novela para su adaptación al cine, el conocido músico Quincy Jones (autor también de la banda sonora del film y productor del mismo), fue el que se empeñó en que fuera Steven Spielberg el que se pusiera al frente del proyecto. Spielberg cuenta que era renuente a dirigir el film, pensaba que un realizador de raza negra lo haría mejor, pero Quincy insistió hasta conseguir que Spielberg aceptara.


El film habla del maltrato contra la mujer en todas sus formas, físico, sexual y psicológico. Es terrible la situación de Celie (¡vaya debut en el cine de Whoopi Goldberg!) y la película la retrata con toda la crudeza que considera necesaria. Ya no sólo te duele cada golpe que recibe, cada comentario despectivo que tiene que soportar. Lo que más impacta es la total aceptación de Celie de la situación en que se encuentra. Algo que se adecua a la realidad de estas personas débiles de quienes, cuando la historia es real, nos asombramos que no sean capaces de abandonar a su pareja ante las continuas vejaciones, sobre todo morales, muchas veces más difíciles de soportar, más perversas y refinadas en su maldad, que los propios malos tratos físicos; pero ello se debe a que su capacidad de autoestima es anulada por completo y llegan a creerse que no valen nada, que son un mueble más del hogar, quizá el de menos valor.
Aunque es una película en la que la desigualdad viene del diferente sexo de maltratada y maltratador, vamos que habla de machismo puro y duro, también echa su cuarto a espadas sobre el racismo en la historia paralela que tiene como protagonistas antagónicas a Sofía (magnífica Oprah Winfrey) y a la mujer del alcalde, la señora Millie (un papel a la medida de Dana Ivey), un relato muy duro también en el que se nos muestra como la enérgica y luchadora Sofia, es obligada a agachar la cerviz, marcada físicamente y anulada como persona.
Spielberg ha insinuado en alguna ocasión (al menos eso he creído interpretar), que si rodara ahora la película daría más importancia a la relación lésbica entre Celie y Shug Avery. Mi opinión, muy personal, sobre este extremo, es que la película tal como está, recoge bastante bien lo que Alice Walker quiso expresar. Celie parece enamorarse de Shug, pero para mí no tiene nada que ver con un tema sexual. Creo que Shug es la única persona (sin contar a Nettie) que valora a Celie, que le demuestra cariño. Y de ahí que Celie la trate con adoración, la admire sobremanera y pueda llegar a confundir el aprecio que le tiene con un sentimiento de otro tipo. Pero no creo que la autora pretendiera incluir una relación lésbica por defender la libertad sexual.
Lo que sí retrata el film es el amor fraternal entre las dos hermanas, el cariño que se profesan ambas en una sociedad y en una familia en la que la mujer contaba más bien poco.
La película, como cualquier producto de Spielberg, está muy cuidada en cada detalle, con escenas de estudiada composición y de alto valor estético y descriptivo.
Junto a Paso decisivo (The Turning Point), posee un récord bastante agridulce, el de ser la película que sin obtener un solo Oscar, posee más nominaciones (11). Aquel año se encontró con Memorias de África, una película sobre blancos y con actores blancos frente a un film sobre negros, con actores negros. No es que quiera avivar la polémica que ha surgido recientemente en Hollywood sobre discriminación a la hora de repartir premios, pero...




jueves, 26 de mayo de 2016

ANA DE LAS TEJAS VERDES

Cuando dos hermanos, Marilla (Colleen Dewhurst) y Matthew Cuthbert (Richard Farnsworth), deciden adoptar a un muchacho para que les ayude en Tejas Verdes, situada en la Isla del Príncipe Edward, un error hace que envíen a una niña pelirroja y soñadora que acaba cambiando sus vidas y la de los habitantes de Avonlea.
Anne Shirley (Megan Follows), la protagonista del film, es una niña soñadora (al contrario que la pragmática Marilla), habladora y muy inteligente, que siente que no ha sido muy afortunada en la vida. Tras la muerte de sus padres cuando era solamente un bebé, se vio abocada a vivir en distintas casas donde la acogieron, aunque no la trataron todo lo bien que podrían haberlo hecho, para acabar finalmente en el orfanato.
Ana nunca ha tenido nada, pero su imaginación la hace poseedora de muchas cosas, aunque a veces le juegue malas pasadas.
Por insignificantes que parezcan a los ojos de los demás, ella sabe vivir todos y cada uno de los momentos que la vida le ofrece.
Con el paso del tiempo, y a pesar de los líos en que se mete, Matthew y Marilla descubren que sus vidas se han vuelto mucho más ricas ahora que Anne está en Tejas Verdes.



La historia se desarrolla a principios del siglo XX, que fue cuando se escribió, en la isla del Príncipe Eduardo, en Canadá. Se basa en la novela del mismo título de la escritora canadiense Lucy Maud Montgomery y se rodó en localizaciones de la propia Isla del Príncipe Eduardo y del sur de Ontario.
Lucy Maud Montgomery escribió varias novelas con este personaje como protagonista y muchas de las cosas que narra en ellas, están basadas en experiencias propias.
Se rodó en formato televisivo para ser exhibida por capítulos, aunque en algunos países se proyectó en cines, con los oportunos recortes en el metraje.
Es una adaptación bastante fiel al original y cuenta con una fotografía muy buena y expresiva que se beneficia de los maravillosos paisajes naturales en que se rodó la serie y una banda sonora suave, cálida y con ciertos toques románticos, que es también de gran nivel.
Las interpretaciones son muy logradas y entre los protagonistas, citar como anécdota que Richard Farnsworth, antes de ser actor, había participado como especialista en numerosos films, gracias sobre todo a su habilidad como jinete y entre esas películas, en las que no aparece acreditado, figuran títulos como Un día en las carreras, Gunga Din, Lo que el viento se llevó, Los Diez Mandamientos o Espartaco, entre otras muchas.


La acción se presenta sin tiempos muertos, enlazando pequeños episodios con situaciones que Anne vive en su vida cotidiana y que, en cierto modo, recuerdan las peripecias de Tom Sawyer, aunque aquí no se trata tanto de travesuras, sino de situaciones que van de lo divertido a lo incómodo, bien por la inexperiencia de Anne o por simple mala suerte. Este es uno de los fuertes del personaje, explotado ya en la novela y transmitido a imágenes muy bien en la serie y es que Anne, con su carácter afable y extrovertido y su verbo imparable, sale de los apuros en que se mete obligando a los demás a trocar su enfado en sonrisa y a participar del sentimiento optimista de la protagonista.
Estamos ante un producto de gran calidad (obtuvo un Emy al mejor programa infantil), de imágenes bellísimas y excelente ambientación. Una de esas joyas que se pueden disfrutar independientemente de la edad que tengas y con una gran lección sobre la manera de afrontar la vida, con sus alegrías y tristezas, siempre con optimismo y fe en uno mismo y  en los demás.
De las varias adaptaciones que se ha hecho, esta es quizá la más conocida y merece la pena disfrutarla.
Un telefilm, de esos que te llegan al corazón y con un personaje, Anne, absolutamente cautivador. Muy bonita.




miércoles, 25 de mayo de 2016

EL SEXTO SENTIDO

El Dr. Malcolm Crowe (Bruce Willis), un destacado psicólogo infantil, regresa a su casa una noche con su esposa, Anna Crowe (Olivia Williams), después de un acto en el que ha sido homenajeado por su trabajo. Su esposa le comenta que al fin han reconocido lo que ha hecho por los niños con problemas, dejando a todo en el mundo en segundo plano con respecto a su trabajo, incluyendo ella. Una vez en casa, descubren que no están solos; un joven aparece empuñando una pistola. Dice que no quiere tener miedo nunca más y acusa a Crowe de ser el culpable de la situación en que se halla. Crowe lo reconoce como Vicent Grey (Donnie Wahlberg), un ex paciente a quien trató cuando era niño porque sufría alucinaciones. Grey dispara contra Crowe en el vientre, y segundos después vuelve el arma contra sí mismo.
Al siguiente otoño, Crowe comienza a trabajar con otro chico de nueve años, Cole Sear (Haley Joel Osment), que tiene un problema similar al de Vicent. Crowe se dedica a su nuevo paciente a pesar de que le persiguen las dudas sobre su capacidad para ayudarlo después de su fracaso con Vincent. Mientras tanto, su relación con su esposa comienza a desmoronarse debido a su enfoque del trabajo.
Una vez que Crowe se gana su confianza, Cole le confiesa que "todos los días ve gente muerta que andan por ahí como la gente normal". Aunque Crowe piensa en un primer momento que Cole delira, con el tiempo llega a creer que está diciendo la verdad y que Vicent pudo haber tenido la misma capacidad. Sugiere a Cole tratar de encontrar un propósito para su don de comunicarse con los fantasmas, quizás para ayudarles en sus asuntos pendientes en la Tierra. Cole en un primer momento no quiere, debido a que los fantasmas le aterrorizan, pero pronto decide probarlo.


¿Cómo no recordar lo que supuso, tras su estreno en España, esta película?, todo el mundo hablaba de ella con admiración y se obligaba a mantenerse en silencio respecto al desenlace en presencia de quien no la habían visto aún. Creo que es un placer asistir a ese final que sigue siendo uno de los mejores de la cinematografía de todos los tiempos, pero para mí, una vez desvelado aquel misterio y asistido a aquel final maravilloso, esta peli supone quizá el único caso en que verla por segunda vez (y por tercera y cuarta) es tan emocionante como la primera, porque en esa posterior revisión, disfrutas de una nueva película.
Bruce Willis, para algunos hace el mejor papel de su carrera y yo me uno a quienes aplauden su interpretación, pero no quiera olvidar a las dos partenaires femeninas, sensacionales en sus papeles de madre agobiada, apesadumbrada y confundida, Toni Collette y la angustia silenciosa y frágil de Olivia Williams. Y, por supuesto, la actuación estelar de Haley Joel Osment, pocas veces un niño nos ha emocionado de esa manera.
Como es habitual en las películas de M. Night Shyamalan, elegancia y clasicismo en los planos, con una fotografía cuidada que incluye algunos espectaculares picados bien distribuidos a lo largo del film y el acompañamiento musical acertado de James Newton Howard.
Una gran película que me sigue poniendo los pelos de punta cada vez que tengo ocasión de volver a verla. ¿Les cuento un secreto?: En ocasiones veo muertos, andando como personas normales, no se ven unos a otros, sólo ven lo que quieren ver. No saben que están muertos.




martes, 24 de mayo de 2016

EL JUEZ CORRUPTO

Según Heródoto, Sisamnes fue un juez real, de la época del reinado de Cambises II de Persia.
A oídos de Cambises llegó la queja de que este juez dictaba sentencia según el peso de la bolsa del encausado, vamos que se dejaba querer.
Cambises, que había colocado en determinados puestos, entre ellos los de jueces reales, a personas de confianza, no acababa de creer que una persona nombrada por él, se dejara comprar y envió a su propio hijo para ver qué pasaba en aquel tribunal. Cuando el hijo de Cambises comprobó que las denuncias eran ciertas, se lo hizo saber a su padre y como consecuencia el rey mandó detener al prevaricador y ordenó que se le despellejara vivo, y que la piel fuera utilizada para tapizar el sillón desde el que el magistrado presidía sus juicios. El primer juez al que Cambises eligió para reemplazarle, fue Otanes, hijo del despellejado, él y sus sucesores en el puesto, se sentarían en el recordatorio de lo que les ocurriría si la corrupción les vencía.
En el 1498, Gerard David fue comisionado por los regidores de la ciudad de Brujas para pintar dos paneles representando la vieja leyenda con el propósito de que el trabajo completo fuera colgado en la Cámara de legisladores en el Cabildo Municipal. Este acto constituiría una advertencia a los magistrados locales, que verían los lienzos todos los días, para recordarles que los ciudadanos esperaban que ellos desempeñarían sus deberes, administrando la justicia fuera de corrupción y ajenos a intereses pecuniarios.




lunes, 23 de mayo de 2016

EL PUENTE DE LOS ESPÍAS

En 1957, el abogado James B. Donovan (Tom Hanks) especializado en asuntos de seguros en un prestigioso bufete de abogados del que es socio, es requerido para defender a  Rudolf Abel (Mark Rylance), acusado de espiar para los soviéticos con abrumadoras pruebas en contra, pero el gobierno está muy interesado en dar la imagen de que en EE.UU., todo el mundo tiene derecho a un juicio con garantías procesales. Es una tarea poco envidiable en muchos aspectos. Donovan no ha ejercido el derecho penal desde que era fiscal en los juicios de Núremberg después de la Segunda Guerra Mundial. Además, el estado de ánimo fuertemente anticomunista del momento hace que el resultado del juicio esté cantado y que además, Donovan y su familia van a tener que soportar una despiadada crítica social. Abel es declarado culpable, pero Donovan convence al juez para sentenciarlo a prisión, en lugar de ejecutarlo, ya que en algún momento del futuro puede ser intercambiado por un estadounidense acusado de espionaje por los soviéticos. Esta situación se presenta en 1960, cuando el piloto Francis Gary Powers (Austin Stowell) es derribado sobre territorio soviético y hecho prisionero. Donovan es reclutado de nuevo para actuar como intermediario y negociar el canje, lo que le obliga a viajar a Berlín Oriental en los días en que se acaba de construir el nuevo muro que separa los dos sectores de la antigua capital alemana.


Una de las críticas más reiteradas, sobre todo de los aficionados, hacia el último fim de Spielberg, es ese afán de los norteamericanos de presentarse como los adalides de la democracia, vamos, los buenos y, al tiempo, hacernos ver que los malos, son siempre otros.
No voy a negar que el espectador siente que se le está transmitiendo este mensaje, pero no es menos cierto que, frente a las imágenes que nos presentan el estado policial y de terror que se vive en el Berlín Oriental, también se pinta la tremenda intolerancia, fruto en ocasiones del miedo, pero en otros de la propaganda interesada, hacia todo lo que venga del Este que se vive en la sociedad americana. Así pues la película, no hace sino representar lo que ocurría a finales de los 50 en el mundo occidental.


De hecho, la sensación que a mí me ha dejado es que es una película moderna, con los innegables valores técnicos que Spielberg imprime a sus productos, pero rodada, de forma consciente, claro, como si fuera un film de aquella época.
Estupendo el carisma que transmite en su actuación Hanks y muy buena la interpretación sobria, fría y por momentos, casi ausente, de Mark Rylance que le valió un merecido Oscar.
En el plano técnico, ya queda dicho, es habitual en Spielberg presentar productos bien acabados y no es una excepción esta película, estupendamente documentada y con una ambientación que cuida cada detalle, una prueba de ello es la escena del final del juicio, cuando los protagonistas van pisando las cápsulas usadas de los flashes, eso es un detalle de buscar la perfección casi de forma obsesiva.


A mí la película en general no me ha parecido ninguna maravilla, quizá lo mejor es el comienzo, hasta la detención del espía y la parte, casi documental, que retrata la construcción del muro y sus consecuencias. El resto, no me extraña que a algunos se les haya hecho incluso aburrido y, desde luego, pienso que deberían haber cortado bastante la duración, porque se hace larga.
Voy a acabar con una anécdota ocurrida durante el rodaje:
Hay una escena, tras el tiroteo que sufre la casa de la familia Donovan, en que un agente uniformado le recrimina al abogado que esté defendiendo a un enemigo de la democracia, poniéndose incluso violento y agresivo y su argumento principal es: "Yo estuve en Omaha, participé en la tercera oleada".
Al parecer, al acabar la escena, Spielberg le dijo en tono de broma a Tom Hanks: Le deberías haber replicado, "¿Ah, sí?, yo estuve en la primera oleada"
Una referencia a Salvar al soldado Ryan, en la que Spielberg y Hanks trabajaron juntos.




viernes, 20 de mayo de 2016

EL CLAN DEL OSO CAVERNARIO

Cuando neandertales y cromañones coincidieron en la Tierra, Ayla (Daryl Hannah), una niña cromañón de cinco años, tras un horrible terremoto, ve como su madre es literalmente tragada por la tierra y definitivamente pierde el contacto con los suyos.
El terremoto altera también la vida de los llamados “cabezas chatas”: grupo de neardenthales integrantes de “El Clan”. Éstos tienen que abandonar su cueva para buscar una más segura y, en el camino, se encuentran con Ayla, grávemente enferma tras haber sido atacada por un león.
La protagonista sufre una difícil adaptación en el clan porque para ellos, Ayla pertenece a “Los otros” y no terminan de fiarse de esa pequeña niña que, conforme crece, altera las costumbres del clan y hace cosas que las mujeres no tienen permitido, como cazar.
Creb (James Remar) e Iza (Pamela Reed) serán los que tomarán directamente a su cargo a la niña y cuidarán de ella, hasta que poco a poco y pese a todas las reticencias, se vaya integrando en el clan. Iza se encariña con la pequeña y comienza a enseñarle su oficio, el de curandera, la joven aprende muy rápido a conocer las plantas y sus propiedades y así poder emplearlas como remedio en la sanación.
El guión adapta el primero de los libros de la saga "Los hijos de la Tierra", de la estadounidense Jean M. Auel, a quien no gustó la película por ser "demasiado violenta y dar una idea de la prehistoria opuesta a la mía". Aunque reconoció el trabajo de Daryl Hannah, a quien conoció durante el rodaje y le pareció encantadora.


En su momento, el film obtuvo discretas críticas. Yo pienso que como película de aventuras no está nada mal, avanza a buen ritmo y se hace entretenida; otra cosa es su visión de cómo pudo haber sido la convivencia entre las dos especies de humanos, pero no deja de ser una situación novelada, que tampoco pretende sentar cátedra.
Bien fotografiada y con una banda sonora que a mí me sugería espacios abiertos, quizá la construcción del personaje de la protagonista se ha hecho con más voluntad que acierto, queriendo trasladar a la época prehistórica el anhelo igualitario entre sexos que hay en la sociedad actual. Dudo que fuera así, pero bueno.




jueves, 19 de mayo de 2016

SAN MANUEL BUENO, MARTIR

Ángela Carballino, una feligresa de ferviente piedad, cuenta la historia de su hermano Lázaro, progresista y agnóstico y de don Manuel, un párroco rural que no cree en la vida eterna, pero que a los ojos de sus feligreses, que desconocen esta peculiaridad, pasa por hombre santo.
La novela, como alguien dijo, es una especie de ménage à trois unamuniano, que chorrea por todos sus poros castidad, piedad y el, para Unamuno, insoluble problema de la Fé. En sus páginas finales se encuentra una de las claves del sentir de Unamuno, más que un sentir, una especie de desesperanzada esperanza: "don Manuel y Lázaro, murieron creyendo no creer (...,) pero sin creer creerlo, creyéndolo en la desolación activa y resignada".
Parece un trabalenguas, una frase sin sentido, pero lo tiene, porque Unamuno llega a pensar de sí mismo, aunque no lo exprese, que cree no creer.
Estos tres personajes, incardinados en Valverde de Lucerna, un pueblecito situado a orillas de un bello lago calcado del existente a los pies de San Martín de Castañeda en la zamorana comarca de Sanabria y circundado por una monumental montaña donde se respira el aire puro del cielo. Unos personajes a los que Unamuno trata con mimo casi maternal.
Don Manuel, el cura de pueblo, es de una santidad de cuento de hadas, pero, a la vez, muy asentada en la tierra, que en sus sermones nunca atacaba a masones, liberales o herejes, al tiempo que no rehuía los trabajos manuales, echando una mano a la gente del pueblo en las labores del campo.
Frente a él, Lázaro, que ha regresado de América rico y sin fe religiosa. Cuando don Manuel le confiese su secreto, Lázaro se convertirá en su fiel discípulo y en su más cercano acólito, precisamente porque comparte ese doloroso secreto y esa creencia descreída.


Estamos ante la que algunos consideran mejor novela de Unamuno, cuestión de gustos, claro, pero en cualquier caso es una especie de testamento espiritual del autor, porque en ella se contiene buena parte del pensamiento unamuniano. Con una prosa funcional y directa, que funciona de forma veloz y sin adornos ni barroquismos, algo que el talento de la pluma del catedrático salmantino no necesitaba, porque no había defectos a disimular.
Una pequeña joya de nuestra literatura.






miércoles, 18 de mayo de 2016

UNA HABITACIÓN CON VISTAS

Una joven inglesa viaja como turista a Florencia y allí despierta a la vida y al amor. La belleza de la ciudad así como de las particularidades de sus habitantes abren su corazón, que hasta ese momento sólo había sentido algo parecido cuando interpretaba al piano obras de Beethoven o Schubert. Las interpretaciones al piano de Lucy Honeychurch (Helena Bonham Carter) reflejan inquietudes que su viaje a Italia la devuelve con creces. Allí conoce a George Emerson (Julian Sands) un extraño joven que viaja con su padre. Ambos ofrecen a Lucy y a su tía Charlotte (Maggie Smith), las habitaciones que tienen asignadas, ya que poseen vistas a la ciudad, al contrario que las de ellas que dan a un patio interior. El joven es un tanto nihilista pero a la vez bohemio y romántico, capaz de gritar en medio de la naturaleza una exigencia a la existencia: Valor y Amor, confirmándolo con un beso en los labios de la joven.
De regreso a Inglaterra, Lucy se compromete con Cecil Vyse (Daniel Day-Lewis) un petimetre inglés, un esteta, de verbo fácil y snob, que obviamente no permitirá a la joven olvidar su aventura florentina, sino que al contrario, las dudas que acucian a Lucy, se verán aún más acentuadas por la aparición del joven romántico.
El guión se basa en una novela de Edward Morgan Forster publicada en 1908.
En la transición de algunas escenas, el film hace una especie de homenaje al cine mudo, sustituyendo aquellos rótulos que nos introducían en lo que íbamos a ver, por una voz en off que nos da la introducción a las siguientes escenas, con el fondo de un dibujo de los que decoran algunos frisos florentinos.


El film es un ejercicio estético de primer orden, con una banda sonora muy apoyada en composiciones clásicas y una fotografía que se beneficia de la belleza de Florencia y de la campiña inglesa, con composiciones perfectamente estudiadas para conseguir tomas de gran belleza.
Ambientada en una época que se puede corresponder con finales del XIX, los personajes, estupendamente interpretados por un elenco que mezcla veteranía (Maggie Smith, Denholm Elliott, Judi Dench, Rosemary Leach...), con jóvenes talentos, algunos, como Helena Bonham Carter o Daniel Day-Lewis (sensacionales ambos), entonces desconocidos, se dedican a una vida diletante en un ambiente de cierta decadencia.
Exquisito el retrato de una cierta sociedad inglesa que se mueve entre la rigidez de las normas sociales y el afán por alcanzar y desarrollar el conocimiento a caballo entre el progresismo y la conservación de las rancias costumbres de clase.
Desde luego, quien busque acción no disfrutará de esta película, pero sí quien goce de los buenos diálogos. Una historia romántica con final feliz en el más estricto canon del género, con algunas escenas realmente brillantes.




martes, 17 de mayo de 2016

DON MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA Y SU OBRA

El cervantista Leandro Rodríguez coincide con la biografía oficial en la fecha de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, pero discrepa con la fecha y el lugar de nacimiento del autor del Quijote, que sitúa en 1549, y no en 1547, en la pequeña localidad zamorana de Cervantes de Sanabria.
Su teoría, que ha configurado incluso una ruta turística sobre las huellas de Miguel de Cervantes en la comarca sanabresa, se basa en que la partida de bautismo de Alcalá de Henares de 1547 corresponde a otra persona llamada "Miguel Carbantes" que estudió Gramática en Madrid.
Sin embargo, Leandro Rodríguez ha sostenido que el escritor del Siglo de Oro español estudió en realidad en la Escuela de la Compañía de Jesús de Braganza (Portugal), a unos cincuenta kilómetros del pueblo en el que nació y del que adoptó su primer apellido, según ha argumentado este estudioso de la obra cervantina.
Rodríguez, que es doctor en Teología y profesor jubilado de Derecho Internacional de la Universidad de Ginebra, cuenta con una veintena de publicaciones en las que expone su tesis y toma como referencia una cita del prólogo de las "Novelas ejemplares" en la que Cervantes revela su edad para datar su nacimiento en 1549.
Desde que en 1978 publicara "Don Miguel, judío de Cervantes" y "Sanabria. Región de Miguel de Cervantes. Carta de Fueros", Leandro Rodríguez ha profundizado en su teoría, plasmada también en dos ediciones comentadas de "Don Quijote de la Mancha" y en libros más recientes como "Cervantes Caballero por Europa".
Este libro, publicado cuando se cumplen 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes, recoge una especie de resumen de sus teorías, con las que se podrá estar más o menos de acuerdo, pero en las que don Leandro ha invertido muchas horas de estudio e investigación.
Quizá Rodríguez toma aquellos datos, nombres o descripciones de paisajes, personas y lugares que le vienen bien a sus tesis al pie de la letra y aquellos que las contradicen aduce que son los de su tierra sanabresa cambiados de nombre, puesto que uno de sus argumentos es que Cervantes era judio converso y deseaba camuflar su origen.
Sea cual sea la opinión que puedan merecer las tesis del autor, es de admirar la constancia de este hombre que contra viento y marea, ha seguido investigando y escribiendo sobre una teoría de la que él está más que convencido.





lunes, 16 de mayo de 2016

LUCES DE BOHEMIA

Max Estrella (Francisco Rabal), poeta acosado por la ceguera y el hambre, ha muerto. Al velatorio acude su amigo y lazarillo Don Latino de Híspalis (Agustín González) que es acusado por la hija de la muerte de su padre. Un joven poeta, Ramón (Mario Pardo), amigo de Max, visita la casa que fuera de la desgraciada familia y recrea en su imaginación el último día de la vida de Max Estrella, camino hacia su particular calvario, abandonado y traicionado por todos en un Madrid absurdo, heterogéneo y hambriento.
Basada en la obra de Ramón del Valle-Inclán, su director, Miguel Ángel Díez, no llega a mostrar todo el esperpento que el escritor plasmó en su obra, pero, de todos modos, se esfuerza en crear la atmósfera de un Madrid opresivo.
El film está bien ambientado, con un acompañamiento musical que, lo poco que suena, resulta agradable y adecuado y con una fotografía en tonos apagados que refuerza el mundo en el que se desenvuelve la acción.
La película recrea una bohemia alejada de los estereotipos, la de unos intelectuales que se mueven entre el fracaso y la desesperanza y que se desarrolla en tabernas, en contraposición con los locales más lujosos, como el que se nos muestra en la cena que tiene Max con Rubén Darío (Manuel Cano).


Miguel Ángel Diez, un apasionado de Valle-Inclán, llevaba diez años acariciando este proyecto que supuso, no obstante, uno de los fracasos más sonados del cine español de la época y es que, como el mismo realizador reconocía, no es fácil llevar el mundo de Valle a la pantalla si se quiere respetar demasiado al pie de la letra lo que escribió.
A pesar de haber contado con la colaboración de Mario Camus en el guión y con algunos de los actores más prestigiosos del cine español y de los diálogos que proporciona la prosa de Valle-Inclán, el film no consigue remontar, incluso por momentos, la casi perpetua borrachera de los personajes principales, con su habla arrastrada y estropajosa de alcohólicos, llega a hacerse un poco pesada.




viernes, 13 de mayo de 2016

RE-ANIMATOR

Herbert West (Jeffrey Combs), investiga junto al prestigioso doctor Hans Gruber (Al Berry) en una institución de Zurich. Sus experimentos están encaminados a conseguir resucitar a los muertos. Según su teoría, si la vida se debe a que una serie de reacciones químicas se producen en nuestro cuerpo, la cuestión está en inducir esas reacciones cuando se produce la muerte para que un cuerpo recupere sus constantes vitales.
Sin embargo, algún fallo en el proceso hace que el doctor Gruber no supere la prueba y muera definitivamente, como quiera que cuando esto se produce West está con él, todos piensan que es el culpable de la muerte del doctor, por lo que abandona suiza y encamina sus pasos a EE.UU.
Una vez allí, consigue ser admitido en la prestigiosa Universidad de Miskatonic (enclave habitual del universo ficticio creado por H.P. Lovecraft), donde continuará con sus experimentos y se producen los primeros intentos fallidos. West atiende el anuncio de un joven estudiante para compartir piso y se va a vivir a su casa, se trata de Dan Cain (Bruce Abbott), a quien convence para que le ayude en sus experimentos. Cain tiene relaciones con Megan Halsey (Barbara Crampton), hija del director de la universidad, que acaba descubriendo los manejos de West y despidiéndole, algo que tendrá consecuencias fatales.


El guión adapta muy libremente un relato de Howard Phillips Lovecraft titulado “Herbert West: Reanimador”, y en español ha aparecido algunas veces incluido en una edición con otros relatos, bajo el nombre de “El Intruso y Otros Cuentos Fantásticos”.
Nacida como una parodia confesa al mito de “Frankenstein”, el moderno prometo de Mary Shelley, del que usurpa la idea del científico obsesionado por un propósito de naturaleza irreal, para cuya resolución no escatima en romper cualquier tipo de barrera moral.


Rodada con medios limitados por un equipo encabezado por los irregulares Brian Yuzna (productor) y Stuart Gordon (director y coguionista), es una película de serie B que, sin embargo, está relativamente cuidada. Es cierto que los diálogos dejan qué desear y que alguna cosa que estaba en el metraje original, como el poder psíquico del doctor Hill (David Gale), se cortaron y ello redunda en que el espectador haya de deducir el por qué de lo que sucede en alguna escena posterior. Sin embargo los efectos especiales están bastante conseguidos, si tenemos en cuenta esas limitaciones, aunque el ojo despierto puede descubrir más de un fallo, siempre fruto de la pobreza de presupuesto y no del ingenio o habilidad de los profesionales.


El film se ha convertido en una película de culto para los aficionados al cine de terror y al gore, con muchos aditamentos típicos de este tipo de productos, adobados con un peculiar sentido del humor, bastante macabro, como es lógico.
Seguramente el mejor acierto es su duración, que no llega a los 90 minutos, esto hace que la historia pase con la rapidez adecuada para un relato que tampoco da más de sí.




jueves, 12 de mayo de 2016

RETAHÍLAS

En 1974, publica la salmantina Carmen Martín Gaite (Premio Príncipe de Asturias 1988) su libro Retahílas, estructurado a base de monólogos alternativos, en los que Eulalia y Germán Orfila, tía y sobrino, mantienen un diálogo con largas retahílas en las que cada cual va evocando aspectos de su vida pasada, todo ello en el contexto del viejo pazo familiar en el que agoniza su madre y abuela, acompañada en su lecho de muerte por Juana Failde, la criada de la edad de Eulalia, por la que el padre de esta manifestó el deseo de que fuera tenida por una más de la familia, pero que nunca se sintió tratada como tal, a pesar de que en los últimos años ha sido la que ha vivido en el pazo, provista de un poder notarial que le da todo tipo de prerrogativas para hacer y deshacer, pero del que no hace uso.
Sin apenas puntos y aparte, los monólogos de Eulalia ocupan bastante más espacio que los de Germán y en ambos se nota la presencia de los recuerdos de la autora, que pasaba sus vacaciones veraniegas en una finca que tenían sus abuelos maternos en San Lorenzo de Piñor (Barbadás), a cinco kilómetros de Orense.
Pero no sólo eso, algunas de las ideas y postulados de Martín Gaite (primera mujer que ganó el Premio Nacional de Literatura, en 1978), también asoman en las líneas de la novela, esa sensación de estar de vuelta que expresa Eulalia cuando habla de lo independiente que siempre trató de ser y aparentar, y que ahora la hacen añorar si no le hubiera ido mejor siendo madre y una esposa más comprometida con su ex-marido. La escritora salmantina siempre expresó su desinterés por el feminismo extremo y para ella no tenían mucho sentido algunos de los postulados de sus congéneres más militantes.
La obra trae lejanos recuerdos de "Cinco horas con Mario", por lo que tiene de soliloquio y remembranza, aunque aquí esté dirigido a un ser vivo y que interactúa y no como en el caso de la novela de Delibes.
La obra representa una comedida renovación narrativa, adaptada a los tiempos y los temas que trata son los que más preocupan al hombre: la vida, la muerte, la decadencia, el paso del tiempo, el amor, la soledad, las relaciones personales y la familia... aunque quizá el más destacado sea la comunicación, la búsqueda de interlocutor.



miércoles, 11 de mayo de 2016

MEMORIAS DE ÁFRICA

Karen (Meryl Streep) llega a África para casarse con el barón Bror von Blixen-Finecke (Klaus Maria Brandauer) y se instala en lo que es ahora Kenia. Compran una granja y aunque en un principio la idea es criar ganado, al final lo convierten en una plantación de café. La mano de obra corre a cargo de los llamados squatters, como se conocía a las personas de la tribu de los Kikuyu, hombres, mujeres y niños que trabajaban para los blancos a cambio de una escueta compensación monetaria y poder cultivar la tierra que les perteneció antes de la llegada los británicos.
Desde que pisa por primera vez África, Karen se enamora de ese territorio y aunque acaba regresando a su país natal, ese amor perdurará durante toda su vida.
Aunque ninguno de los dos había depositado demasiada confianza en el mismo, el matrimonio parece estar bien avenido; pasean, van a fiestas y hacen safaris juntos. Pero la unión fracasa al cabo de un tiempo. Bror es incapaz de ser fiel a su esposa y acaban divorciándose. Desde ese momento, es ella la que se hace cargo de la plantación. En su vida aparece otro hombre: Denys George Finch Hatton (Robert Redford), con el que Karen mantiene un romántico idilio.


La película se basa en el libro de memorias de Isak Dinesen, el seudónimo literario utilizado por la escritora y baronesa danesa Karen von Blixen-Finecke, publicado en 1937 que relata eventos relacionados con el período de diecisiete años que Blixen pasó en su hogar en Kenia, entonces parte de África Oriental Británica. El libro es una reflexión lírica de la vida de Blixen en su plantación de café, como así mismo un tributo a ciertas personas que le causaron una impresión durante su vida en aquellas latitudes. El libro es también una vívida fotografía de la vida colonial en África durante las postrimerías del Imperio británico. Blixen escribió el libro en inglés y luego lo tradujo al danés.


Espléndida fotografía de David Watkin, que no sólo recoge los impresionantes paisajes ocres y verdes de la franja central africana, sino también los interiores y las composiciones con personajes; todo ello se remata con las espectaculares tomas aéreas dignas del mejor reportaje naturalista y encima con ese toque de arte que tiene el cine.
Junto a esto, dos de mis nombres sagrados dentro del mundo del cine, el compositor John Barry, que nos trae una de sus mejores obras para el cine, de esas que subyugan al espectador y, por otro lado, la diseñadora Milena Canonero, que hizo un soberbio trabajo de documentación, para conseguir un trabajo a la altura de lo que nos tiene acostumbrados; con los colores, va reflejando las distintas etapas que vive la protagonista y presenta una gama de diseños que representan el carácter liberal y, a la vez, fuerte de la protagonista, sin olvidar la sensualidad femenina en las prendas como camisones o batas; un trabajo de esos que hacen historia dentro del cine.


Qué podemos decir de los actores, con una pareja protagonista que será recordada para siempre por sus interpretaciones en la romántica historia de amor que viven, seguidos por un inmenso Klaus Maria Brandauer y una pléyade de secundarios que componen un maravilloso coro actoral.
Y para rematar, la realización de Sydney Pollack, de la que podríamos hablar largo y tendido, pero voy a resumir su trabajo en la sensacional secuencia del avión volando sobre África con la música de John Barry sonando, que constituye una de las escenas inmortales del cine moderno.


Memoria de África fue el romance africano que encandiló a Hollywood. Muchos se han quejado de lo irreal de sus planteamientos y de que se inventa un país idílico que no existe. Es cierto, pero el cine es magia y aunque es verdad que el guión recoge una época y un tiempo determinados y que se apoya en hechos reales (la Guerra Mundial, la colonización...), el film nos presenta una historia romántica, por un lado y de lucha, por otro, en un marco que tiene algo de Edén imaginario y precisamente esto es lo que subyugó al espectador y a buena parte de la crítica.
Si alguna vez habéis soñado con África, con sus paisajes, sus ríos y lagos, su tierra candente y luminosa, sus mágicos amaneceres y sus prodigiosos atardeceres, con el susurro del viento o el rugir de las bestias, esta película os encantará.




martes, 10 de mayo de 2016

ANTONIO DE VILLARROEL

El 11 de septiembre de cada año, una variopinta tropa que va desde el ciudadano de a pie impulsado por sus convicciones, hasta políticos y capitostes de variado pelaje, hace su ofrenda floral ante la estatua de Rafael Casanova, aquel abogado barcelonés que había sido nombrado conseller en cap y tenido por el último representante de las instituciones catalanas, antes de que estas fueran abolidas por Felipe V.
Ni un solo recuerdo para Don Antonio de Villarroel, el hombre que comandaba las tropas catalanas que defendieron Barcelona de las acometidas del ejército invasor en condiciones altamente desfavorables.
Casanova apenas sufrió represión alguna, Villarroel, según algunos historiadores, murió en condiciones lamentables en una prisión de La Coruña en la que el agua entraba en la celda.
Villarroel era un gran militar que logró conectar de manera simbiótica con aquella tropa, en buena parte procedente de los gremios de la Ciudad Condal, que luchaba por defender sus casas, pero mientras Casanova era el capitoste político, catalán de pura cepa, Villarroel era castellano. Que sí, que era castellano, aunque accidentalmente hubiera nacido en Barcelona donde su padre, un militar originario de Villanueva de los Infantes (Orense), estaba destinado. De hecho, Villarroel había combatido en el ejército de Felipe V hasta 1910.
Quien murió a consecuencia de la defensa de la capital de los catalanes fue un castellano. La tragedia perfecta. Los políticos harán lo que quieran, pero este sí que sufrió la represión del nuevo régimen.
Al catalanismo no le gustó que un personaje nacido por accidente en Barcelona, que no sabía hablar catalán y de formación castellana, se convirtiera en un héroe de la defensa de su capital y, sencillamente, pasó de puntillas.