domingo, 23 de octubre de 2011

LA MUJER DEL CUADRO

Un profesor de psicología (Edward G. Robinson) cuya mujer e hijos se encuentran fuera de la ciudad, se reune con unos amigos en un selecto club a debatir sobre los peligros que podría significar para gente de su edad adentrarse en una aventura prohibida. Tras acabar la reunión, el profesor se queda dormido mientras lee un libro y tras un breve sueño, se dispone a marcharse a su hogar pero en el camino se detiene a mirar, en un escaparte, un retrato pictórico de una hermosa mujer. De manera misteriosa la misma modelo del cuadro (Joan Bennett)  aparece como un espectro fantasmal al lado de nuestro protagonista pidiéndole fuego. De ahí se van a beber unas copas a un club nocturno y más tarde al apartamento de la dama. Súbitamente, un hombre irrumpe de forma violenta en el piso y, tras una disputa, intenta matar al profesor. A partir de ese momento lo cotidiano pasa a transformarse en una suerte de pesadilla de la que no hay escapatoria.

Fritz Lang traslada a la pantalla un guión de Nunnally Johnson, basado en la novela Once Off Guard, de J. H. Wallis.

Siguiendo los pasos de hombres como Murnau y Lubitsch, Lang decidió dar el salto y se fue a Estados Unidos, allí, con los medios de la industria americana, rodará algunos de sus mejores trabajos, aunque ya en Europa había dejado películas míticas, sobre todo para los cinéfilos, para quienes títulos como Metrópolis o El doctor Mabuse son imprescindibles.

Noël Simsolo en su libro sobre Lang, al hablar de esta película, dice:
Lang transforma el melodrama policíaco en una representación de los mecanismos del inconsciente, no dejando nada al azar. El retrato muestra una mujer que el protagonista desearía encontrar, de la misma forma que el espectador de una película sueña con encontrar a la mujer cuya imagen le ha fascinado en la pantalla. Toda esta ficción implica una doble "aventura" en la que la idea del sexo se mezcla con la de la muerte en una culpabilidad común.

A través de la historia de este hombre de vida anodina que se ve tentado a la aventura prohibida por una bella mujer, Lang nos introduce en un mundo en el que nada es lo que parece y en el que la reflexión psicológica tiene tanta importancia como la intriga policiaca que, aparentemente, es el tema central del film.

El guión y el director, juegan con el espectador, llevándole por una senda de intriga de alto nivel, algunas veces casi desesperante, por saber qué va a suceder en la siguiente secuencia. Hasta las pistas que nos va dejando son un juego perverso, porque en muchas ocasiones nos parecen pueriles y cuando asistamos al final, nos harán pensar cómo hemos podido ser seducidos y engañados de aquella manera hasta hacernos creer que lo sabíamos todo, cuando apenas intuíamos algo.

Los actores están muy bien elegidos, con un Edward G. Robinson del que nada podemos decir que no se sepa; Joan Bennett desplegando encantos, segura del magnetismo que ejerce sobre los hombres, aquellos que caigan en su red sellarán, sin que ella se lo proponga, un destino fatal: todos acaban muertos; muy bien Raymond Massey, en su papel de fiscal y amigo del protagonista, en un buen recurso de guión para hacernos saber qué es lo que va descubriendo la policía y aumentar la tensión de la intriga; y Dan Duryea, un chantajista que con su papel logra elevar un tanto el interés de la peli cuando este podría correr el peligro de decaer.

De gran nivel también la fotografía y el acompañamiento musical en este film en el que todo está medido. Esas cosas tan típicas del cine negro y que aquí llegan a un nivel de sublimación: Muchas escenas de interior y cuando la cámara, supuestamente, sale a la calle, es de noche, llueve...

Paradójicamente el final es lo que peor queda de todo, aunque en descarga del realizador hay que señalar que Lang se vio forzado a torcer el desenlace por uno edulcorado y moralista que pudiera superar la censura del código de producción de la época y que difiere del de la novela.
Esa moralina final es un lastre para este magnífico film de desenlace inesperado.



11 comentarios:

  1. Hola Trece: no es de las mejores de Lang y no deja de ser un clásico del cine ¿negro?,¿tu enmarcarías esta película en este género?,yo creo que sí ¿no?. La película está llena de simbolismo freudiano;deseos inconscientes a través del sueño donde se libera la libido,tiene un gran contenido psicológico...Hace tiempo que la vi y es verdad que la fotografía es buena,pero yo me acuerdo más de la amplitud de ángulo de la cámara y para más inri no me acuerdo del final,pero si creo recordar que el suicidio estaba presente.No me hagas caso Trece porque me acuerdo vagamente.Un saludo Trece

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  2. Una de las cosas que reflejaba el cine negro en su época dorada, al menos el americano, era esa parte oculta del sociedad norteamericana, lo oscuro, lo que se esconde bajo el barniz puritano. En ese sentido yo creo que este film es puro cine negro, en otros quizá no tanto, pero siempre han sido difusos los límites del género.
    El nivel tan alto al que logra mantener la intriga es de lo mejor del film.

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  3. Las películas antiguas han sido muy buenas, no habia efectos especiales y todo giraba en torno al buen trabajo del actor.
    feliz semana.
    un abrazo.

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  4. Era otro cine. Está claro que ahora hay películas buenísimas, pero aquellas guardan un especail encanto.

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  5. Me encantaba como trabajaba este hombre: Edward G. Robinson. Saludos Trecce.

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  6. Claudia Baelo: De acuerdo. No basta una temática concreta para meterla en uno u otro género. Lang imprime en La mujer del cuadro una estética y una ideología que es cine-negro. No es el tema concreto. Creo que Furia, Mientras Nueva York duerme, Más allá de la duda y La mujer del cuadro tienen elementos melodramáticos, de inquietud-crítica social, que pueden soportar la adjetivación de cine-negro. El asunto de limitar los generos, tiene mucho interes.

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  7. Rafa, magnífico autor, sin duda ninguna.

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  8. Manuel, cuando habla quien sabe, yo escucho y aprendo.

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  9. Pues muchas gracias Manuel Iglesias.Si,señor Trece,es bueno aprender de quien sabe.Saludos.

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  10. Gracias: Amo el cine y he conseguido lo poco que sé viendo durante quince años de mi vida más de 350 películas al año. Pero mi segunda entrada con Fritz Lang es por pedir a todos los amigos que aparezcan por aquí o por allá información sobre como conseguir, en buen formato, que se vea bien El tigre de Esnapur y la Tumba india. Dos pelis de mi infancia y que por diversos motivos he podido ver una sola vez de adulto y no en una sala de cine. Gracias y un saludo cordial y LANGiniano, que no LANGido.

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  11. A lo mejor digo una tontería pero en Amazon se puede conseguir esas dos películas de Lang.Son formatos DVD pero...también existen descargas de estas pelis pero no sé en que condiciones estarán.Y lo mismo estoy diciendo esto y tú seguro que ya lo sabes ,pero...¿Has visto a través de i-tunes?,seguro que están.

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