domingo, 8 de agosto de 2010

LA SOLIDARIDAD DEL HAMBRE

En la Edad Media europea la gran mayoría de la gente vivía en lo que actualmente entendemos como pobreza extrema, apenas con los mínimos recursos para sobrevivir y con la muerte como una realidad cotidiana. En el siglo X un cuarto de los niños moría antes de los cinco años y otro cuarto antes de la pubertad.
La vida de los campesinos, es decir de la mayoría de la población europea, era sumamente austera. Los hombres vestían un faldón, una especie de chaleco forrado de conejo (que para los más ricos era de gato), y un sombrero de tela. Las mujeres vestían dos túnicas superpuestas y un manto. Para trabajar usaban muy pocas herramientas de hierro, pues la gran mayoría de sus utensilios eran de madera. Los campesinos escarbaban la tierra con arados provistos de una reja de madera endurecida al fuego. El rendimiento de la tierra era muy bajo.
La comida era escasa: Algunas hierbas, granos y caza pequeña, y una hogaza de pan que se atesoraba. Los trabajadores estaban aplastados por el peso enorme de un pequeño sector de explotadores —guerreros y eclesiásticos— que se quedaban con casi toda la producción agrícola. El pueblo vivía temiendo el mañana. La posibilidad de sufrir hambrunas era común, debido a una mala cosecha, que a veces se acumulaban e implicaban dos o tres años de mal comer. Los pobres de la Edad Media temían sobre todo al hambre. Este miedo permanente está en la raíz de la sacralización del pan, de ahí que la súplica al Dios cristiano rece: “Danos el pan de cada día.”
Sin embargo, a pesar de la escasez de bienes y comida, en el duro mundo medieval no existía el desamparo total. Las relaciones de solidaridad y de fraternidad hacían posible que se redistribuyera la exigua riqueza, y con ello se aseguraban la supervivencia de los más pobres La sociedad medieval era una sociedad de solidaridad porque la pobreza era la suerte común. Prevalecía el sentimiento de estar eternamente acompañado, porque los seres humanos vivían de forma gregaria.
Para vergüenza de la humanidad, en muchos países, en las zonas llamadas tercer mundo, pero también en nuestro entorno más próximo, estas palabras son pura actualidad y donde dice Edad Media, debe leerse Siglo XXI.


5 comentarios:

  1. Cuando individualmente estás concienciado. Te duele mucho que la intención de ayuda se pierda en el camino. Hay unos fantásticos medios para poder dar utilidad a esa conciencia. Ahi reside el fallo. Esas antiguas cofradias de amparo eran en la Edad Media más efectivas que muchas ONG´S galácticas que se le va la fuerza por la boca
    Hay mucha tela de cortas en esto, amigo Trecce

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  2. yo respecto a este tema pienso siempre lo mismo, si el tercer mundo sigue siendo tercer mundo, es porque a los peces gordos del primero les da la gana...

    de ser así es triste, pero creo que una sociedad totalmente equitativa es un tanto utópica, siempre habra alguien que quiera estar por encima del restto; espero equivocarme

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  3. Un asunto triste, peliagudo y del que, para más Inri, hay quien saca provecho.

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  4. Voy a utilizar una foto que tienes aquí para mi blog. Dejaré un enlace al tuyo. Espero no haya problema.

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