Bob Woodward (Robert Redford), recibe la llamada del redactor jefe del Washington Post, donde trabaja como reportero, para que se interese por un episodio ocurrido durante la noche del sábado 17 de junio de 1972, en el hotel Watergate, sede del cuartel general del Partido Demócrata, donde un grupo de cubanos ha sido sorprendido, aparentemente por haber intentado llevar a cabo un robo e instalar sistemas de escucha en dicho lugar.
Al acudir a la vista previa que tiene lugar en la mañana siguiente, a Woodward le llama la atención la presencia de un importante abogado que se interesa por los demandados, cuando estos tienen asignados abogados de oficio. Además hay otras cosas llamativas, como los sofisticados equipos de los iban provistos y el hallazgo en su poder de una cuantiosa cantidad de dinero.
El periódico le asignará como compañero a otro redactor, el reportero Carl Bernstein (Dustin Hoffman).
El guión se basa en el libro del mismo título escrito por Woodward y Bernstein que ganó el premio Pulitzer y en el que cuenta el tortuoso camino que recorrieron tratando de desenredar toda la trama conocida como caso Watergate que, a la postre, acabó con la dimisión del presidente Richard Nixon el 8 de agosto de 1974; hasta la fecha, el único en dimitir del cargo
El realizador, Alan J. Pakula, parece querer quedarse al margen y dejar que los hechos se desarrollen por sí mismos, así que imprime al film un cierto aire documental, algo que remarca en las imágenes del principio de la película, tomadas de los noticiarios de la época.
Como quiera que el guión describe los hechos de manera minuciosa, en ocasiones da la impresión de que aquello no marcha de una manera muy fluida, perdiéndose en un marasmo de nombres y cargos que van apareciendo de forma dosificada, algo que ocurrió así en la realidad, pero que hace que el film no funcione del todo bien por lo complicado que puede llegar a ser seguir tal enredo.
Muy bien las interpretaciones de Redford y Hoffman, dotando de mucha credibilidad a sus personajes y rodeados por un buen elenco de secundarios encabezados por Jason Robards que se llevó el Oscar al mejor actor de reparto, uno de los cuatro con los que fue galardonado el film.
Me queda la duda de si la gente que no conoce la historia que se cuenta puede disfrutar de la película igual que los que, a veces por una mera cuestión de edad, la conocemos.
De todos modos, mi consejo es que se vea no tanto como una peli de crítica política (que también lo es), sino como un relato de investigación periodística, de la constancia de dos hombres que, con el apoyo de su periódico, no siempre incondicional, como se ve muy bien en el film, sacaron a la luz, contra viento y marea, este turbio asunto.
Y una escena que siempre me ha gustado de esta película: Redacción del Washington Post, pantalla de televisión en primer plano, con Nixon tomando posesión al inicio de su segundo mandato, mientras en el fondo del plano se ve a los dos protagonistas tecleando, casi apasionadamente, en sus máquinas de escribir. Todos sabemos lo que están trasladando al papel.
Mientras viva siempre recordaré esta película, esta es fijo de las que no se me van a olvidar, porque la noche que la vi en el cine, al día siguiente me marchaba a Zaragoza para incorporarme al servicio militar.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Te creo, Rafa, cuando algo va unido a un acontecimiento de ese tipo, no se olvida.
EliminarBuena película y excelentemente trabajada (temo sin embargo que hizo estragos en el ego de algún plumífero se cree la reencarnación de estos dos jeje)
ResponderEliminarSaludos.
Me he sonreído con tu última afirmación, quizá estemos pensando en la misma persona.
EliminarCreo que es una película bastante lograda.
ResponderEliminarPero a mi lo que me llama la atención es la naturalidad con la que solucionan estos casos en Estados Unidos. Y como el Presidente era responsable del desaguisado dimitió y ya está. En España, a los que hubieran hecho pagar era a los periodistas, por airear unos hechos vergonzosos. Claro, como dijo alguien, España es diferente.
Aquí no creo que hubiera dimitido nadie, todo lo contrario, los responsables serían una especie de héroes/mártires para sus correligionarios.
Eliminar¿Por qué será que un gobierno se viene abajo cuando encargar algo sucio a la gente incorrecta? Allí fueron esos cubanos chapuceros, aquí que pregunten a Amedo & Cia.
ResponderEliminarMe hizo gracia, cuando relata la peli la vista previa del juicio y le preguntan al abogado que defiende a los presuntos ladrones por la profesión de cada uno, y las va diciendo a continuación del nombre. De uno de ellos dice: "Anticomunista" y el juez le responde, tras poner cara de perplejidad: "¿Anticomunista?, eso no es una profesión"
EliminarLa verdad es que fue toda una chapuza y pagaron las consecuencias.
La mayoría pensamos que un par de periodistas como Bernstein y Woodward y un periódico como el W Post se echan en falta, cada día por estos pagos. ¿O no?
ResponderEliminarYa lo creo amigo y más en los tiempos que corren, con los chorizos que nos dirigen y que riñen a la gente cuando sale a la calle a expresar su descontento ¿Qué nos queda? Pues, eso, que no nos vendrían mal personajes como estos que sacaran a la luz las vergüenzas de la gentuza.
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