jueves, 31 de enero de 2019

ROMA

Cleo (Yalitza Aparicio) trabaja como criada para una familia adinerada. Pasa sus días cuidando a los cuatro hijos de la misma: Toño (Diego Cortina Autrey), Paco (Carlos Peralta), Pepe (Marco Graf) y Sofi (Daniela Demesa), cuidando del perro y limpiando la casa. Mantiene una amistad cercana con Adela (Nancy Garcia), la otra criada de la casa.
En la familia existe una gran tensión entre Antonio (Fernando Grediaga), médico y cabeza de familia, y su esposa, Sofía (Marina de Tavira). Él se va continuamente a viajes de trabajo, y Sofía y los niños le extrañan mucho. Sofía les dice a los niños que Antonio se marcha en un viaje de trabajo prolongado a Canadá, pero cuando finalmente se va, parece que hay algo más, Sofía le da un abrazo largo y le ruega que no se vaya, aunque él lo hace de todos modos.
Cleo está saliendo con Fermín (Jorge Antonio Guerrero), el primo del novio de Adela, Ramón (José Manuel Guerrero Mendoza). Las dos parejas tienen una cita doble para ir al cine, pero antes de que comience la película, Cleo y Fermin se van y consiguen una habitación de hotel. Tiempo después, Cleo sospecha que está embarazada y cuando se lo dice a Fermín, este desaparece para no volver.
Entre lágrimas, Cleo le confiesa a Sofía que está embarazada, temiendo que esta la despida, sin embargo, Sofía se muestra comprensiva y la ayudará a salir adelante, acompañándola al médico y prestándole las facilidades que estén su mano.


La película se basa en los recuerdos de infancia y primera juventud del realizador y guionista del film Alfonso Cuarón. Ambientada en el mismo barrio en que vivió, la colonia Roma, en la Ciudad de México y sobre todo en el personaje de Liboria Rodríguez "Libo", la nana mixteca que llegó a la casa de los Cuarón Orozco cuando el futuro cineasta tenía nueve meses.


La acción se desarrolla a principios de los años 70 y presenta como telón de fondo la feroz violencia de la masacre de Corpus Christi (acaecida el 10 de junio de 1971), conocida también como El Halconazo, por el grupo paramilitar (Los Halcones), que hizo frente a una protesta pacífica de estudiantes en la que murieron alrededor de cien personas.


El film es un proyecto muy personal de Cuarón en el que llevaba trabajando diez años, pero otros encargos se cruzaron en su camino en este periodo, hasta que ha podido verlo hecho realidad.
Rodada en blanco y negro, porque así se imagina él los recuerdos que tiene y no por ningún otro motivo de modas o de estéticas, si ha conseguido rodarla es, en buena parte, gracias a un enorme esfuerzo personal, que le ha obligado a hacerse cargo no solo de la dirección, sino del guión y de la fotografía.
Alfonso Cuarón sabía que este film no es un producto de consumo masivo, que no se ajusta a los cánones que impulsan a las grandes productoras a patrocinar una película, por eso se decidió por la plataforma Netflix para exhibir su film.


Sin duda una propuesta arriesgada por varios motivos, además de la temática, al fin y al cabo habla de sus cosas, de sus recuerdos, optó por rodarla en castellano y mixteco y con una actriz no profesional para el rol protagonista.
Sin embargo, la delicadeza de las imágenes, el buen manejo de la cámara, la cuidada planificación de las escenas, la fotografía, la buena interpretación, sobre todo de Yalitza Aparicio y de Marina de Tavira, han hecho que las expectativas se hayan superado con creces, habiendo logrado con ella la que para más de un crítico es la obra maestra del director mexicano.


Sin embargo, no hay que negar que la valoración que ha encontrado el film entre la crítica especializada y el público, no siempre es concordante y una parte de los espectadores que la han visto, se muestran defraudados, sin duda porque ante las buenas referencias esperaban encontrar algo que no han apreciado en la película.
Y es que, bajo mi modesto punto de vista, algunas de las cosas que hay en el film no alcanzan el valor que tienen cuando las contempla un espectador de tipo medio. Y no es menospreciar a nadie, pero resulta que algunos aspectos que Cuarón ha trabajado con esmero y dedicación, no son apreciados sencillamente porque para hacerlo hay que haberse informado antes sobre ellos y eso no es algo que se le pueda demandar a una persona que va a ver una película. Por ejemplo, hay una especie de latido, de pulsión en el film, cual son los sonidos que lo pueblan: los vendedores, el afilador, los ladridos de los perros, el griterío de las calles o el sonido de los aviones que, al parecer, forman parte del mismo ser del México D.F. de los 70. Yo eso lo sé porque había leído algunos trabajos sobre la película y entrevistas con Cuarón, antes de verla, de lo contrario, cosas como la imagen recurrente de los aviones, no me hubiera dicho nada y, al parecer, su sonido y su presencia formaba parte del paisaje cotidiano de la ciudad.
El film va más allá de los simples recuerdos de Cuarón y si algo refleja de manera brillante, es esa especie de moderna esclavitud que sufrimos en nuestros trabajos, e incluso que sufren unos países con respecto a otros más poderosos, es como si viviéramos de su estado de ánimo, de si están contentos o enfadados con nosotros y, muchas veces, dependemos más que de nuestra valía profesional, del pie con que se hayan levantado quienes están por encima de nosotros. Esa reflexión la hace a través del maravilloso personaje de Cleo. Sí, la quieren mucho, aparentemente es tratada como una más de la familia, pero a la hora de la verdad, es la primera que se levanta y la última que se acuesta, ella es la criada y ellos los amos y se lo dejan claro en unas cuantas ocasiones, al final, las barreras de clase, ahí están, bien presentes, igual que lo están las de género en esta película que es, también, el retrato de mujeres despreciadas que, sin embargo, saben hacer frente a la adversidad en un entorno nada propicio para ellas. "No hagas caso de lo que digan -le dice Sofía a su empleada-, estamos solas"
Un retrato de una ciudad, de un barrio, de una sociedad, la mexicana de principios de los 70, hecho con cariño, sin nostalgia y sin entrar en valoraciones de tipo moral. Cuarón muestra, expone, pero no entra en el fondo.
Una película rodada con gran delicadeza, técnicamente brillante, aunque quizá se extienda en algunos momentos en secuencias que son estéticamente poderosas pero que no aportan demasiado al relato, alternándose con otras realmente conseguidas, como las que se desarrollan alrededor del parto de Cleo o las de final, en la playa y sus consecuencias, que darían para unas cuantas reflexiones en las que no voy a ahondar para no extenderme más de lo que ya lo he hecho.




miércoles, 30 de enero de 2019

EL CABALLERO OSCURO

La película comienza con el violento robo de uno de los bancos en que la mafia blanquea dinero, por una banda con máscaras de payaso, pero los asaltantes desconocen que entre ellos se encuentra el Joker (Heath Ledger), quien les había ordenado traicionarse y asesinarse unos a otros con la finalidad de repartir entre menos el botín.
Finalmente el Joker asesina al último de sus cómplices y escapa en un autobús escolar. Mientras tanto, un trío de imitadores de Batman (Christian Bale) intenta interrumpir una reunión de traficantes con el Dr. Jonathan Crane, conocido como El Espantapájaros (Cillian Murphy), cuando de pronto Batman aparece y aprehende a todos los delincuentes junto con los impostores, pero sufre lesiones que le conducen a diseñar un traje nuevo que le permita mayor movilidad.
Mientras tanto, los jefes de la mafia se reúnen para discutir sobre qué harán con Batman, Gordon (Gary Oldman) y el nuevo fiscal, Dent (Aaron Eckhart). En ese momento Lau (Chin Han) les informa que la policía pretende confiscar todo el dinero que guardaban en los bancos de la ciudad, pero que él se había anticipando al plan de Gordon, escondiéndolo. De pronto, la reunión es interrumpida por el Joker quien se ofrece para matar a Batman a cambio de la mitad de su dinero, los maleantes rechazan la oferta.
Sin embargo, cuando comienzan a ser conscientes de que entre Batman y el nuevo fiscal, un tipo íntegro y aparentemente incorruptible, las cosas se les van a ir poniendo cada vez más difíciles, deciden aceptar la oferta de Joker, sin darse cuenta de que acaban de abrir la caja de los truenos y que la situación se les va a ir escapando a todos de las manos para quedar a merced del malvado personaje.


El guión se basa en los cómics sobre el personaje del Hombre Murciélago (Batman), uno de los superhéroes de las novelas gráficas editadas por DC Comics.


Con un estupendo guión y un plantel de secundarios (algunos de mucho nombre) que están a gran altura, Christopher Nolan, uno de los realizadores más reputados de Hollywood, va un paso más allá de la simple historia de superhéroes, para traernos una reflexión sobre el bien el mal y sobre los límites de la moralidad entre los seres humanos. No obstante ello, es claro que no renuncia a las escenas de acción trepidante, por otro lado, muy bien conseguidas.


El personaje de Jocker, por su absoluta carencia de moralidad y las aristas que ofrece su peculiar forma de ser, es todo un desafío para cualquier actor, a nivel interpretativo, sus posibilidades son mucho mayores que las del propio protagonista. Sin embargo, la alargada sombra de Jack Nicholson y su soberbia interpretación del personaje en la película de Tim Burton, hicieron que no todo el mundo estuviera dispuesto a ponerse en la piel de este villano entre los villanos. Pero mira por donde, la elección de Heath Ledger fue un acierto total. El australiano consiguió superar al Jocker de Nicholson, un tipo que tenía algo de grotesco y un mucho de histriónico, para crear un personaje que es el retrato mismo de la amoralidad.
Un film que merece la pena ver, incluso para los que no sean amantes de este tipo de películas por las connotaciones que la narración nos ofrece. Para muchos, la mejor adaptación de los cómics de Batman a la gran pantalla.




martes, 29 de enero de 2019

UN ENSAYO DEL DÍA D (EL DESEMBARCO DE DIEPPE)

En 1942, las autoridades soviéticas presionaban a los aliados para la apertura de un segundo frente en Europa occidental que obligara a los alemanes a desvíar esfuerzos hacia allí. En realidad los gobiernos occidentales compartían esta opinión, ya que el colapso del frente ruso haría zozobrar el esfuerzo aliado.
En abril del 42 comenzó a tomar forma una operación cuyo objetivo sería tomar por unas horas un puerto en la costa francesa del Canal de la Mancha, era la Operación Rutter, en la que iba a intervenir un número nada desdeñable de hombres y material, se trataba de un ensayo para una operación de mucho mayor envergadura en la que por primera vez iban a ser desembarcados tanques y que incluía el lanzamiento de paracaidistas tras las líneas alemanas.
De pronto empezaron los inconvenientes que acabarían por hacer fracasar la operación prevista para el 7 de julio, pero retrasada primero 24 horas y luego indefinidamente, además los buques que iban a participar y que se hallaban en el Estrecho de Solent, fueron víctimas de un ataque aéreo alemán que llevó a los aliados a pensar que habían perdido el factor sorpresa, contando con que los daños sufridos por los barcos eran un inconveniente excesivo.
Entonces se rescató un plan anterior sobre Dieppe, un puerto francés en el Canal de la Mancha. Se suprimió el lanzamiento de paracaidistas que fueron sustituídos por comandos que desembarcarían desde el mar en pequeños grupos que, a su vez, se dividirían en dos para atacar en forma de pinza la batería de costa que protegía el lugar.
En las últimas horas del 18 de agosto de 1942, 230 barcos se habían concentrado en los puertos del sur de Inglaterra para lanzar el ataque, comenzaba la Operación Jubilee, con la que había sido rebautizada tras el abandono de proyecto inicial. Pronto empezaron a surgir las desgracias e imprevistos que se irían encadenando uno tras otro. Un convoy alemán que costeaba por la zona, se cruzó en el camino de la flota de ataque de manera imprevista, a pesar de lo cual, los comandos comenzaron a subir a las lanchas, el grupo que debía acallar la batería de costa alemana, se encontró de lleno con los barcos alemanes, la confusión que se produjo, provocó el hundimiento de varias naves de asalto y la dispersión de las que salieron como pudieron del encontronazo.
Con menos fuerzas de las previstas y con el factor sorpresa perdido, lograron distraer a la batería de costa, pero no destruírla, ni siquiera dañarla. Además, llegado el momento clave, se sucedieron una cadena de errores que acabaron comprometiendo el ataque aliado. A última hora se sustituyó la cobertura aérea por el uso de pantallas de humo, pero el viento que soplaba de sur, limpió el humo, dejando al grueso de las tropas al descubierto, esto unido a que los nueve tanques que habían de desembarcar en la primera oleada, llegaron tarde por un fallo en la navegación, hizo que los primeros soldados en llegar a tierra fueran masacrados literalmente, situación que se repitió con los grupos que les siguieron. Curiosamente, antes del desembarco, se había conseguido actualizar la información sobre las defensas alemanas en las que figuraban estas ametralladoras que barrían la arena una y otra vez, pero la información se quedó en algún punto de la cadena y nunca llegó a conocimiento de los responsables de planificar el desembarco de Dieppe.
A las 9:40, se emitió una orden de retirada, pero los soldados que habían cruzado la playa y llegado a tierra más protegida, tenían que desandar lo andado para alcanzar las lanchas y regresar, todo ello bajo el fuego de las mismas ametralladoras alemanas que les habían diezmado al llegar.
El balance final fue un absoluto desastre, 4.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, uno de cada tres. El general canadiense John Hamilton Roberts, responsable de la operación sobre el terreno no volvió a dirigir tropas en un campo de batalla en su vida. Antes del desembarco, Roberts había dicho ante sus oficiales que Dieppe sería como un trozo de tarta listo para ser comido sin problemas. Año tras año, el 19 de agosto, el general recibió una caja enviada de forma anónima a su domicilio por correo, conteniendo un trozo de tarta.




lunes, 28 de enero de 2019

EXPEDIENTE WARREN: THE CONJURING

La familia Perron, formada por el padre, Roger (Ron Livingston), la madre Carolyn (Lili Taylor) y sus cinco hijas: Andrea (Shanley Caswell), Nancy (Hayley McFarland), Christine (Joey King), Cindy (Mackenzie Foy) y April (Kyla Deaver), se traslada a vivir a Rhode Island, a una casa que acaban de adquirir, apartada de la carretera y junto a un río.
Desde el comienzo, empiezan a ocurrir extraños fenómenos, olores desagradables que aparecen y desaparecen sin motivo aparente, un frío gélido a pesar de que la caldera funciona perfectamente, ruidos que no se sabe de donde provienen, los pájaros se estrellan contra uno de los muros de la casa rompiéndose el cuello, todos los relojes se paran a la misma hora, poco después de la tres de la madrugada, las fotos que cuelgan en la subida de la escalera aparecen en el suelo y el perro de la familia, que se ha negado a entrar en la casa, aparece muerto.
Además, pronto comienzan a sentir una presencia extraña entre ellos, por lo que deciden pedir ayuda a un matrimonio de investigadores de fenómenos paranormales, son Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga, respectivamente). Lorraine, en su primera visita a la casa de los Perron, ya siente la presencia de un ser maligno y, tras investigar la historia del edificio, averiguan que, en el pasado, estuvo habitada por una de las encausadas en los procesos por brujería de Salem y que aquella mujer había matado a su pequeño hijo como ofrenda al diablo, para acabar ahorcándose en uno de los árboles que hay frente a la entrada de la casa y que aún está allí.


Ed y Lorraine Warren son dos investigadores estadounidenses de fenómenos paranormales (Ed falleció en 2006), que se dedicaban a ayudar a las personas investigando este tipo de fenómenos.
Cuando los casos se les fueron acumulando, fundaron la Sociedad de Nueva Inglaterra para la investigación psíquica (New England Society for Psychic Research).
La Sociedad no cobra por sus investigaciones, solicitando ayuda económica únicamente para cubrir algunos de los gastos ocasionados y los médicos, investigadores, policías, enfermeras y estudiantes que colaboran con ella, lo hacen como voluntarios.


El guión de la película se basa en uno de los casos en que intervino el matrimonio Warren, ocurrido en 1971. Los Warren afirmaron que en Harrisville, Rhode Island, el hogar de la familia Perron estaba siendo acechado por una bruja llamada Bathsheba (Joseph Bishara), que vivió allí a principios del siglo XIX. De acuerdo con los Warren, Bathsheba Sheldon maldijo la tierra cuando su esposo la encontró frente a la chimenea sacrificando a su hijo, declarando su amor por Satanás (posteriormente se suicidó), para que cualquiera que viviera allí muriera de alguna forma.


Con una lograda ambientación, la película nos envuelve totalmente en un clima de espeluznante terror que no necesita acudir a los efectismos típicos de este tipo de films para ponernos en absoluta tensión. Ni secuencias rebuscadas, ni el recurso a la sangre y la casquería, ni la música o el volumen altos, ni las apariciones sorpresivas, le resultan necesarias para que el miedo se vaya apoderando del espectador. Al contrario, muchas veces sabemos o intuímos de antemano que algo va a pasar en el siguiente plano y no por ello decae la sensación que ya ha logrado dominarnos.


Expediente Warren es una gran película de terror que hará las delicias de los aficionados al género, porque realmente pone los pelos de punta. En la línea de los grandes títulos de este tema (Al final de la escalera, El exorcista...), su factura técnica es impecable y está muy bien interpretada, los personajes resultan muy reales y, sobre todo, sabe mantener la tensión a lo largo de toda la proyección.




viernes, 25 de enero de 2019

ROLLER GIRLS

Bliss Cavendar (Ellen Page), de diecisiete años, vive en la pequeña ciudad de Bodeen (Texas), trabajando a tiempo parcial en el restaurante Oink Joint, junto a su mejor amiga Pash (Alia Shawkat), compaginándolo con sus estudios en la escuela. Bliss mantiene una especie de rebelión silenciosa contra su madre, Brooke (Marcia Gay Harden), trabajadora de correos y ex-reina de belleza, que hace con sus hijas exactamente lo que ella deseó para sí y apunta a Bliss y a su hermana pequeña Shania (Eulala Scheel) a cuantos concursos de belleza se le presentan. Bliss, por su parte, ve en los certámenes de belleza, una expresión obsoleta del empoderamiento femenino y lo lleva lo mejor que puede, sabiendo que no encontrará ningún apoyo en su padre, Earl (Daniel Stern), acostumbrado a no contrariar a su esposa y dejando que sea ella quien tome las decisiones familiares.
Mediante un folleto de propaganda, Bliss se topa con un mundo desconocido para ella, el de los equipos que compiten en la Texas Roller Derby League, con sede en Austin y, a pesar de no saber nada de esta mezcla de deporte y espectáculo, una especie de lucha sobre patines, es invitada a probar por la capitana de las Hurl Scouts, Maggie Mayhem (Kristen Wiig) y se da cuenta de que aquello supone una nueva motivación en su vida. El equipo se convierte en una segunda familia para Bliss, que se toma la competición como algo divertido, mientras decide ocultar en casa su nueva vida, respetando que sus padres, en el fondo, solo están buscando lo mejor para ella. Esa nueva vida de Bliss, incluye una relación con Oliver (Landon Pigg), un músico cuya banda de rock, a menudo asiste a los eventos roller.


El guión adapta la obra 'Derby Girl' de Shauna Cross, en la que la autora relata de manera ficticia sus experiencias como participante de la roller derby, en la que patinó con Los Angeles Derby Dolls, bajo el seudónimo de "Maggie Mayhem", el nombre de uno de los personajes del film.
La película supuso el debut como directora de largometrajes de Drew Barrymore.


Una historia típica de adolescentes que no concuerdan con lo que sus padres esperan de ellos. En esto, la película no ofrece apenas novedades, aunque sí en el camino que la protagonista sigue para dar salida a sus inquietudes de independencia.


El guión recurre a muchos de los estereotipos que conocemos, aunque la chica, al final, se muestra comprensiva con la actitud de los padres, reconociendo que, a su manera, lo que desean es lo mejor para ella, aunque eso no concuerde con sus deseos.
Sin olvidar a la madre de la criatura, bien interpretada por Marcia Gay Harden, buena parte del peso del film recae en la interpretación de Ellen Page como la sarcástica y divertida Bliss, un papel que nos suena de otras interpretaciones de Page como chica de carácter alternativo, tanto por su forma de ser, como por su manera de vestir y comportarse, un papel en el que ella sabe desenvolverse a la perfección.
Una película entretenida, pero sin demasiada historia que quiere presentar las inquietudes de la nueva generación de mujeres que buscan su lugar en igualdad con sus congéneres masculinos. Un film que se hace simpático y que resulta algo diferente y de cierta originalidad.




jueves, 24 de enero de 2019

LA FORMA DEL AGUA

Baltimore de 1962. Elisa Esposito (Sally Hawkins), encontrada abandonada cuando era una bebé, con cicatrices en el cuello, ha sido muda toda su vida, esa discapacidad ha ocasionado que no tenga demasiadas oportunidades en la vida. A pesar de ser una mujer inteligente, realiza un trabajo como limpiadora en un centro de investigación militar donde ha trabado amistad con una de sus compañeras de trabajo, Zelda Fuller (Octavia Spencer), quien a menudo traduce su lenguaje de señas a otras personas del centro. Elisa no ha tenido ningún romance en su vida, su mayor apoyo emocional, más allá de Zelda, es su vecino, un artista gay llamado Giles (Richard Jenkins), los dos viven en apartamentos contiguos situados sobre un cine. Al igual que Elisa, Giles está solo, su homosexualidad complica su vida personal y profesional, esta última como artista gráfico comercial. La vida de Elisa cambia cuando el Coronel Richard Strickland (Michael Shannon) trae un nuevo "activo" a la instalación. Elisa acaba descubriendo que se trata de una criatura con una apariencia mezcla de humano y anfibio hallada en las aguas del Amazonas. Visitando en secreto a la criatura, Elisa se siente atraída por ella de inmediato y, a pesar de que tiene un lado violento, los dos encuentran una manera de comunicarse entre sí y terminan formando un vínculo entre ellos. Elisa tiene que decidir qué hacer cuando descubre que, aunque la razón para llevar a la criatura a la instalación es probar la posibilidad de que la envíen al espacio, el Coronel Strickland, quien siempre ha tenido sentimientos antagónicos hacia la criatura, finalmente quiere matarla. Es posible que Elisa tenga que equilibrar sus sentimientos al querer estar con la criatura en contra de liberarla de nuevo en el medio natural del agua, lo que podría ser más beneficioso para ella. Las cosas se complican aún más, pues los soviéticos conocen la existencia de la criatura y tienen un agente secreto que se ha infiltrado en las instalaciones.


Aclamada película por parte de la crítica, que recibió nada menos que cuatro premios Oscar, entre ellos el de mejor película y mejor director. Sin embargo el resultado obtenido entre el público no estuvo a la altura de la expectativas.


Guillermo del Toro sigue en su universo en el que mezcla realidad y fantasía y, de nuevo, nos trae una criatura extraña alrededor de la cual gira el relato.
Magnífica la partitura musical de Alexandre Desplat, para mí, de lo mejor de la película junto a algunas escenas y un lenguaje visual bien conseguido. Más allá de esto, me ha dejado un tanto decepcionado el guión que, para mi gusto, cojea bastante, como si estuviera hecho para satisfacer las necesidades de la película, con unas cuantas cosas que están traídas de cualquier manera sin que tengan demasiado sentido. Lo mismo me ha ocurrido con el personaje interpretado por Michael Shannon, un villano que resulta patético.


Para mucha gente resulta una obra maestra, aunque otros han visto una relación entre una mujer con problemas de relación y una criatura anfibia un tanto repulsiva que vive en una pecera, vamos una historia poco menos que asquerosa.
Del Toro explicaba que quería hablar, entre otras cosas, del amor interracial, aunque lo que vemos, en ocasiones se parece más al bestialismo.
En fin, opiniones para todos los gustos.




miércoles, 23 de enero de 2019

SECRETARY

Lee Holloway (Maggie Gyllenhaal) tiene el peor de los currículum cuando decide solicitar un empleo de secretaria en el bufete de abogados de E. Edward Grey (James Spader). Basta con decir que acaba de salir de una institución psiquiátrica y que, tan sólo un día después de volver a estar con su disfuncional familia de barrio periférico, ha recaído ya en su hábito secreto e inconfesable de autoinfligirse heridas. Pese a que nunca en su vida ha tenido trabajo, Lee resulta finalmente contratada por el Sr. Grey, un misterioso abogado. Al principio el trabajo parece normal: mecanografiar cartas, archivar documentos y hacer el café; pero Lee y el Sr. Grey no tardan en embarcarse en una relación mucho más estrecha e íntima; una relación que haría sonrojar a cualquier jefe de personal, pues aunque al principio Grey parece estar muy irritado por los errores tipográficos de Lee y otros errores inocuos, pronto se hace evidente que su comportamiento sumiso le excita sexualmente, mientras ella se enamora de su jefe.
Edward, sin embargo, muestra inseguridad con respecto a sus sentimientos por Lee, y se muestra avergonzado y a disgusto con sus hábitos sexuales. Después de un encuentro sexual en su oficina, despide a Lee.
Durante este período de exploración con Edward, Lee también ha intentado tener un novio más convencional en Peter (Jeremy Davies), incluso teniendo relaciones sexuales con él. Después de ser despedida de su trabajo, Peter le propone matrimonio a Lee, quien, no muy convencida, acepta casarse con él.
Sin embargo, Lee no consigue olvidar sus recientes experiencias con Mr. Grey.


El guión adapta un relato del mismo título de la escritora estadounidense Mary Gaitskill.


La película narra la relación que se establece entre dos personajes peculiares, de carácter introvertido y con ciertas dificultades para desarrollar sus especiales maneras de ser.
Grey cambia de secretaria cada dos por tres y disfruta humillándolas y exigiéndoles cosas no del todo racionales, sin embargo, Lee en seguida se da cuenta de que se esconde de su esposa cuando esta aparece exigiéndole que firme el acuerdo de separación, además, ella, por su forma de ser, se encuentra complacida con la situación, las rutinas y otras condiciones impuestas por su nuevo jefe, incluídos los azotes, le resultan agradables.
A pesar de lo que pueda parecer y del arranque del film, en el que vemos a Lee vestida de manera elegante y con las manos atadas a una barra sujeta al cuello, poco más vamos a ver en lo que a escenas morbosas y explícitas se refiere, casi todo está sugerido y el film no se recrea en ello, sino que opta por ahondar en las personalidades de los dos protagonistas y las dificultades que tienen para aceptar sus respectivas condiciones que, sobre todo en el caso de Grey, le hacen sentirse culpable, consciente de que aquello que hace puede no estar bien.


No debemos dejarnos llevar por la fachada del BDSM, en el fondo, no deja de ser una película sobre una historia romántica pero con dos personajes que mantienen una relación que se sale de los cánones.
Muy bien interpretada, el film no resulta para nada violento ni desagradable, la tensión sexual está presente durante el mismo, pero provocada por los sobreentendidos y la ambientación, y la peculiar relación entre la pareja está mostrada con sutileza, casi con naturalidad y con un cierto sentido del humor que rebaja lo degradante de ciertas situaciones.




martes, 22 de enero de 2019

TÚ NO MATARÁS

El libro es básicamente la historia de tres jóvenes españoles (Catalina, Fernando y Eulogio) que sienten en sus carnes las consecuencias de a Guerra Civil. Son tres jóvenes madrileños, amigos desde la infancia, pero que representan tres entornos familiares diferentes. El padre de Eulogio es un militante izquierdista muerto en el frente durante la contienda; el mismo Eulogio resultó herido en el Jarama. El padre de Fernando, un hombre progresista, republicano, que no milita en ningún partido, pero que por sus ideas, que le sitúan en el campo de los leales al bando perdedor, es detenido y fusilado unos años después de acabada la contienda, sin atender a las peticiones de indulto de la familia, que no se explica que su padre haya sido condenado sin haber hecho nada. Por último, los Vilamar, la familia de Catalina, de ideas monárquicas, afectos a los vencedores, pero que han tenido la mala suerte de que los negocios familiares hayan venido a menos y se encuentra sumidos en un mar de deudas con el tendero del barrio, Antonio Sánchez, un falangista que se dedica al estraperlo y al que el dinero y la camisa azul han colocado en una situación de privilegio de la que abusa.
Los Sánchez quieren que su hijo se case con Catalina, para emparentar con los Vilamar, a cambio del apellido que les dará el lustre del que carecen, perdonarán las deudas contraídas por los Vilamar, pero Catalina se niega a casarse con Antoñito Sánchez, un tipo que le resulta zafio y repulsivo, además Catalina, tras una fiesta en la Pradera de San Isidro en la que bebió más de la cuenta, se ha quedado embarazada, ella cree que de Marvin Brian, un poeta americano amigo de Eulogio, que está pasando unos días en Madrid, tratando de espantar viejos fantasmas del tiempo que pasó en España durante la Guerra.
El padre de Catalina quiere que ella aborte y, ante el deseo de la chica de dar a luz a su hijo, transige con que se vaya a casa de su tía Petra, para alejarla del vecindario, que dé allí a luz y entregue al niño a la inclusa. Mientras tanto, Fernando, abrumado y lleno de odio por el fusilamiento de su padre, tiene metido entre ceja y ceja acabar con la vida de Roque Pérez, un funcionario de prisiones especialmente sádico y con su hijo, un soldado que forma parte de los pelotones de fusilamiento.
Entre los tres amigos planean el asesinato de Roque y su hijo y la huída de España en un periplo que les llevará a Lisboa, de allí a la cosmopolita Alejandría, para acabar en el París de la posguerra.
El libro presenta los sufrimientos y penurias a los que se enfrentaron los españoles tras el fin de la Guerra Civil. Los perdedores, sí, pero también algunos de quienes simpatizaban con el bando vencedor. Una España empobrecida y en la que el miedo regía el día a día de la inmensa mayoría de los ciudadanos, como en el caso de los protagonistas, hasta que consiguen escapar y acaban siendo protegidos por los Wilson, una familia que posee un negocio editorial.
El planteamiento resulta interesante, pero la impresión que da es que la novela se alarga de forma artificiosa, como si, en algunos momentos, el objetivo principal fuera llegar a las mil páginas como sea.
Los personajes protagonistas, sobre todo Catalina y Fernando, se me antojan definidos de manera poco creíble, caprichosos, en algunos momentos incomprensiblemente desagradecidos y creyéndose moralmente superiores a los Wilson, gracias a los cuales y a que les aguantan hasta lo inaguantable, consiguen vivir con cierta holgura. La historia de Catalina y su obsesión con Marvin, al que cree el padre de su hija, resulta ridícula y está penosamente desarrollada y estirada en el tiempo de manera poco retorcida. Además, el hecho de que la autora se empeñe en mantenerla contra viento y marea, te hace sospechar, casi desde el principio de novela que está preparando un golpe de efecto, pero no sólo eso, sino que lo hace tan evidente, que esa vuelta de tuerca resulta previsible y consigues intuír en qué va a consistir y hasta a pronosticar, con amplias posibilidades de acierto, quien es el verdadero padre de Adela, la hija de Catalina.
En definitiva, una novela que se hace amena, pues a pesar de su extensión se lee con facilidad, con un asunto de partida interesante, al escoger narrar las vicisitudes de personas normales y corrientes en el más complicado momento de nuestra reciente historia, con algunas otras cosas también llamativas, como la reivindicación que hace del papel de las mujeres, que lo tuvieron especialmente complicado, siendo señaladas en cuanto se salían del carril y encontrándose emparedadas entre la represión política y eclesiástica y unas conductas morales, no sólo en España, sino en buena parte del mundo, fruto de una sociedad patriarcal poco o nada permisiva con ellas. A pesar de estas cosas que están bien reflejadas, se llega a hacer reiterativa con el asunto de Catalina, su hija y su presunto padre que, por ser recurrente, está presente a lo largo de todo el relato.



lunes, 21 de enero de 2019

VOLVER

Raimunda (Penélope Cruz) es una madre joven, emprendedora y muy atractiva, con un marido en el paro y una hija en plena adolescencia. La economía familiar es muy precaria, por lo que Raimunda tiene varios trabajos. Es una mujer muy fuerte, una luchadora nata, pero a la vez muy frágil emocionalmente. Desde su infancia guarda en silencio un terrible secreto. Su hermana Sole (Lola Dueñas) es un poco mayor. Su marido la abandonó y desde entonces vive sola. Un domingo primaveral, Sole llama a Raimunda para decirle que la Agustina (Blanca Portillo), una vecina del pueblo, le ha comunicado por teléfono que su tía Paula (Chus Lampreave) ha muerto. Raimunda adoraba a su tía, pero no puede ir al entierro porque momentos antes de recibir la llamada de su hermana ha encontrado a su marido muerto en la cocina, con un cuchillo clavado en el pecho. Su hija le confiesa que lo ha matado ella porque el padre, borracho, la acosó insistentemente. A regañadientes, Sole se desplaza sola al pueblo. Entre las mujeres que la acompañan en el duelo escucha rumores de que su madre (que murió en un incendio con su padre) volvió del otro mundo para cuidar en los últimos años a su tía Paula, que estaba enferma. Las vecinas hablan con naturalidad del "fantasma" de la madre (Carmen Maura). Cuando Sole vuelve a Madrid, después de aparcar su coche, escucha unos ruidos procedentes del maletero. Sole lo abre y allí encuentra, rodeada de bolsas, al fantasma de su madre. Sole no tiene otra opción que convivir con el fantasma materno e integrarlo en el trabajo de la peluquería. Por su parte, Raimunda sólo le comenta que su marido las ha dejado y que intuye que no volverá.


Pese a quien pese, Almodóvar es el director de cine más conocido y reconocido del cine español actual en el panorama internacional, por eso, sus películas se esperan siempre con expectación cada vez que se anuncia un nuevo rodaje. Pero el cine del manchego no aúna voluntades a la hora de valorar sus películas y, de vez en cuando, son recibidas con cierto desencanto por quienes las presencian.
Quizá una de las excepciones más notables sea esta que, en general y visto lo controvertido de las valoraciones que han recibido algunos de sus trabajos, consiguió concitar el aplauso de una gran mayoría de crítica y público.
Pedro Almodóvar la sitúa a caballo entre la periferia madrileña y en los reconocibles paisajes de su infancia manchega, mezclando de manera magistral géneros diversos (intriga, melodrama, comedia, costumbrismo...), dejando de lado algunas de las cosas de su cine que no gustan a ciertos sectores. Aquí los personajes resultan bastante reales, lo mismo que los diálogos y su manera de desenvolverse en el entorno que habitan.


Es más que probable que el guión sea francamente mejorable, tiene algunas cosas que resultan bastante chocantes, como hilvanadas de manera poco trabajada y de buenas a primeras nos presenta situaciones narrativas que no corresponden de manera natural con el hilo de la historia, como si se saltara algún paso u ofreciera una solución del tipo de "esto es así porque me conviene que lo sea en este momento, aunque no case muy bien".
Sin embargo, la idea general es original y consigue sacarle partido, sin caer en las trampas a las que sería fácil sucumbir. De este modo, la crítica que hace a la televisión basura es moderada en el tiempo que emplea para referirse a ella, bien dosificada, efectiva y ácida. Tampoco se desvía hacia el melodrama turbio y sabe introducir elementos humorísticos que contrapesan la historia a pesar de la dureza de los asuntos que plantea, sin por ello, banalizar la crudeza de los mismos.
Magníficamente interpretada, Almodóvar regresa de nuevo al universo femenino, tan querido para él, cuyas angustias, secretos, sufrimientos, alegrías y complicidades, tan bien sabe recrear.
Un film muy entretenido, con denuncias hábilmente planteadas. Para mi gusto, uno de los mejores films de nuestro realizador vivo más internacional.




viernes, 18 de enero de 2019

MULHOLLAND DRIVE

Betty (Naomi Watts), una rubia, bonita e ingenua, llega a Hollywood para comenzar su carrera de actriz, que según cree, la llevará a la fama y al éxito. En el viaje conoce a una pareja mayor, de apariencia simpática, protectora, pero que a solas revela su lado siniestro, terrible.
Ensaya con entusiasmo el guión para su primera audición en un estudio cinematográfico.
Pero en la entrevista ya se introduce un elemento discordante: Desempeña su rol no como lo había preparado (de manera natural) sino en forma sensual, erótica. El director Bob Brocker (Wayne Grace) parece ausente, no presta atención a la actuación y sus palabras finales son más una crítica que un elogio (Betty desempeña el rol equivocado).
Adam (Justin Theroux), representa el arquetipo del americano de clase media. Es un reconocido director cinematográfico, un hombre exitoso con una holgada posición económica.
Debe elegir a la actriz de su nueva película y sus productores de aspecto y conducta mafiosos, le imponen a Camila Rhodes (Laura Harring), una chica muy parecida a Betty en su aspecto físico, que canta para él una canción inocente, casi tonta.
Un accidente inesperado salva la vida de Camila.
Asustada, semiinconsciente se esconde, comparte un sueño con Betty y al darse cuenta de que corre peligro, decide cambiar su apariencia.
Betty para ayudarla intenta transformarla en su doble.
Camila con peluca rubia es la doble de Betty, pero cuando se la quita vuelve a ser ella misma, capaz de despertar el amor y la pasión de su amiga.


Supongo que no han entendido nada de esa especie de argumento que he escrito más arriba. Tranquilos, es lo que pretendía, de lo contrario, es posible que, sin quererlo, revelara parte de la trama.
Y es que la película, cuando se ve por primera vez, es difícil, tal vez imposible, de entender, porque David Lynch y su particular forma de hacer cine, son así, parece como si disfrutara con lograr que el espectador acabe extenuado al terminar de ver una de sus películas en su intento de entender lo que ha visto.


Mulholland Drive es la historia de un sueño, de lo que la protagonista está viendo en él y de cómo reconstruye la realidad de otra manera, como ocurre con cualquier sueño. Lo que pasa es que, al contrario de lo que sucede en otras películas, donde tiempo presente y pasado, futuro, o realidad imaginada, se deslindan para que el espectador pueda seguir la trama, aquí se nos dan sin separación alguna y con muy pocas pistas que ayuden a saber por donde transitamos.
Película complicada de entender cuando se ve por primera vez, aunque en el fondo, el argumento es sencillísimo, pero es, sobre todo, una obra con una gran calidad visual y unas buenas interpretaciones, otra cosa es que no te guste este tipo de films con el que algunos se sienten poco menos que estafados.
Además, Lynch nos regala algunas secuencias realmente brillantes, como la impactante del inicio o la divertida (humor negro, se entiende), del asesino chapucero que va a cargarse a uno y casi se cepilla a todo el edificio, escena a la altura, o incluso superior a cualquiera firmada por el mismísimo Tarantino.
Si quieren entenderla y no están por la labor de hacer un ejercicio de imaginación o, sencillamente, no se ven capaces, por ahí circulan multitud de explicaciones, sobre el argumento. Por cierto, más de uno de los que vienen a darnos lecciones, me da que tampoco la entendieron hasta que alguien les señaló la ruta del laberinto (yo el primero, aunque no pretendo dar ninguna lección).




jueves, 17 de enero de 2019

COLD WAR

Polonia, años 50, en plena Guerra Fría, aquellos días en los que en el Bloque del Este, en Europa, Stalin era el único dios al que no solo se podía, sino se debía alabar y glorificar. Unos momentos de ausencia de libertad, persecuciones políticas, espionajes y censura cuya existencia se alargó por décadas. Miles, millones de vidas fueron dirigidas, modificadas, falseadas y hasta sacrificadas. El terror y el pensamiento único invadieron cualquier ámbito, sin que existiera pared o muro impoluto. Todas las barreras estaban formadas por demasiados agujeros que aunque no se podían atravesar, sí que permitían investigar y atisbar lo que sucedía al otro lado.
En un país marcado por las heridas sufridas en la II Guerra Mundial, las nuevas autoridades comunistas promocionarán la creación de un grupo de músicos que, a través del folklore local, intentará llevar algo de alegría a los camaradas polacos, y de paso transmitir mensajes de alabanza sobre el camarada Stalin. Wiktor (Tomasz Kot) es un pianista que forma parte de este grupo coral. Será entonces cuando Wiktor se enamore de Zula (Joana Kulig) y juntos vivan un bello romance, que irá yendo y viniendo a lo largo de más de una década, entre Oriente y Occidente, donde suena el jazz y empieza a reinar el rock'n'roll.
La historia que se inicia en Varsovia, en una especie de internado creado por el régimen comunista, en el que se conocen los dos protagonistas, se torna en una historia viajera sobre la búsqueda del amor imposible, que va saltando por París, Yugoslavia y Berlín.
La turbulenta relación entre los dos protagonistas, se inspira en la de los propios padres del director, que se separaron y volvieron a reunirse en un par de ocasiones y se mudaron de un país a otro.


De una factura técnica exquisita, es una de esas películas que se suelen calificar como cine de autor y que no dan mucho juego en las salas comerciales, pues el público al que van dirigidas requiere determinado perfil que no casa con el cine que nos suelen ofrecer los trabajos que llegan a la gran mayoría en general.


Cold War es una historia de amor y desamor, de continuos desencuentros y reencuentros en el que dos personajes con una personalidades básicamente independientes, no encuentran, sin embargo, la manera de llegar a olvidarse uno del otro.
Con el fondo de la situación que se vivió en los países de la órbita soviética, que queda bastante bien retratado en pocas secuencias, aunque sin profundizar demasiado en ello.
Narración romántica con un punto de originalidad, algunas secuencias realmente valiosas y un arranque que recuerda al cine documental y que resulta muy llamativo.




miércoles, 16 de enero de 2019

PERSÉPOLIS

Marjane 'Marji' Satrapi, es una joven iraní hija de una familia de clase alta de ideas progresistas.
A finales de los setenta, Marjane presencia los acontecimientos que ocurren en su país a través de sus ojos infantiles y los de su idealista familia, que ve cumplido un sueño largamente acariciado en la derrota del odiado Shah tras la Revolución iraní de 1979.
Sin embargo, a medida que Marji crece, es testigo de cómo el nuevo Irán, ahora gobernado por fundamentalistas islámicos, se ha convertido en una tiranía represiva por sí misma. Con Marji negándose peligrosamente a permanecer en silencio ante esta injusticia, sus padres la envían al extranjero, a Viena, en parte para protegerla de los bombardeos que sufre la población del país embarcado en la guerra contra Irak, pero también para librarla de los problemas legales en los que podría acabar de continuar con su conducta, que no siempre se ajusta a las costumbres propugnadas desde el gobierno islámico.
Este cambio supone una prueba igualmente difícil para la joven que se encuentra en una cultura diferente cargada de personajes extraños y algunas decepciones que la preocupan profundamente. Incluso cuando regresa a casa, Marji descubre que tanto ella como su país natal han cambiado demasiado y que la joven y su amada familia deben decidir a dónde pertenecen realmente.


Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi, realizadores del film, son también los autores del guión de esta película de animación, basada en el cómic escrito y dibujado por la última, publicado originalmente en Francia en cuatro entregas, reunidas posteriormente en un volumen recopilatorio.
Catherine Deneuve (admiradora confesa del trabajo de Satrapi) y su hija Chiara Mastroianni, ponen voz a los personajes de la madre de Marjane y de esta misma respectivamente.
La película fue galardonada con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes de 2007.


La película es la experiencia vital de la autora que, en ella, nos cuenta su propia vida y la manera en que ha sentido los acontecimientos de que ha sido protagonista. Al tiempo es una lección de historia, de la historia reciente de un país que pasó de una régimen unipersonal, en el que todo pensamiento político no aceptado era duramente reprimido y castigado con saña, a una encorsetada sociedad regida por la ley islámica, si cabe, aún más intransigente con lo que consideran cualquier desviación.
Satrapi ofrece una dura crítica de la situación de la población iraní en general y de la mujer en particular que no deja de ser la realidad misma, crítica de la que tampoco se libra occidente y esa especie de nihilismo existencial que parece haberse adueñado de una parte de la población.
La crudeza del relato queda rebajada por algunos toques de humor liviano que no oscurecen en absoluto una realidad bastante difícil de entender desde los países de nuestra cultura: Cómo un país de aparente modernidad, rico, por el petroleo que posee, con las mujeres asistiendo en igualdad de sus congéneres a la universidad, ha regresado a una suerte de edad media en que todos estos avances se han perdido y además de la mano de buena parte de la intelectualidad que, está claro, calculó muy mal la deriva que iba a tomar la revolución.
Eso es lo que nos acerca Persépolis en forma de dibujos en blanco y negro, muchas veces esquemáticos, pero que le vienen muy bien al fondo de la historia que narra.