LAS APARIENCIAS

 

Eve (Karin Viard) y Henri Monlibert (Benjamin Biolay) son un matrimonio francés viviendo en Viena. Forman una pareja aparentemente feliz, con un hijo en común, y llevan una vida privilegiada en el seno de un pequeño círculo francés afincado en la capital austriaca. Son "la crème de la crème". Sin embargo, esta imagen perfecta se desmorona cuando ella sospecha que su marido la puede estar engañando. Es entonces cuando Eve buscará venganza al tiempo que intentará mantener las apariencias en su entorno burgués de expatriados, donde reinan la hipocresía y las mentiras.

El film es una especie de thriller psicológico que adapta la novela "Svek" (la edición en castellano lleva por título "Engaño", aunque la traducción literal sería "Traición"), de la escritora sueca Karin Alvtegen-Lundberg, aclamada autora de novela negra, con varios galardones en su haber y miles de ejemplares vendidos de sus novelas.

Inmediatamente los críticos apuntaron las influencias de Claude Chabrol en esta película (incluso el cartel de la película así lo señala), seguramente por la preferencia del gran realizador francés por desarrollar personajes por encima de las historias, aunque es cierto que aquí, los personajes, en general, quedan bastante desdibujados en detrimento de la protagonista femenina, centro de la trama, con una deliciosa interpretación de Karin Viard, a gran nivel, mientras que el resto resulta poco perfilado, cuando no totalmente anodino. 

Bien conseguido el ambiente de este pijerío francés, cuya principal preocupación es mantener su estatus elitista, criticando a la servidumbre polaca o quejándose de la dificultad de encontrar buenos quesos en Viena. 

La película mantiene un ligero barniz humorístico y la historia de suspense se sigue con interés, aunque al final no ofrece tanto cuanto promete, pero dado que el film mantiene una exquisita estructura formal, resulta interesante y, en cierto modo, ameno de seguir.

MÁTALOS SUAVEMENTE

 

Dos ex-convictos no demasiado brillantes son contratados para asaltar una lucrativa partida ilegal de poker. Las culpas recaerán sobre el organizador del juego y los ladrones podrán empezar una nueva vida. Por desgracia, el dinero robado pertenece a la mafia, que se pone en contacto con el asesino a sueldo Jackie Cogan (Brad Pitt) para encontrar a los culpables.

El guión adapta la novela Cogan's Trade, del norteamericano George V. Higgins, publicada en 1974 y cuya edición en castellano responde al título de la película.

Como película de mafiosos, es bastante corrientita, al menos su argumento: Una especie de corporación que controla las timbas clandestinas, fue robada antaño por uno de sus empleados que simuló un atraco. Hasta ahí el argumento es, además, poco creíble, ¿cómo le van a dejar seguir en el negocio después de haberles robado? Aquí surge el espabilado de turno que piensa: Si este se montó un falso robo y ahora robo yo la timba que dirige, le van a echar el muerto a él, que ya lo hizo una vez. Más o menos así está planteada. 

Pero Andrew Dominik, guionista y realizador del film, no se queda en eso, constantemente aparecen, como fondo, alocuciones televisivas de Barak Obama, en plena campaña electoral, con las consabidas frases grandilocuentes, sobre las que ironiza el asesino a sueldo: Ahora dirá que somos un gran país. Y va el bueno de Obama y, ¡oye!, lo dice, tal cual. Y es que los políticos, de tanto repetir lo mismo, convierten las cosas serias en auténticas memeces. Hace poco, el ínclito vicepresidente de la Junta de Castilla y León (ni siquiera recuerdo su nombre), de VOX, para más señas, respondía a la pregunta de un periodista sobre el aumento de asesores (bueno, responder, responder, ya sabéis que nunca responden), algo así como: Que tengan por seguro los castellanoleoneses, que cada euro gastado por este gobierno, es en su beneficio. Me cago en tó lo cagable (y perdón por la expresión), y que tengamos que aguantar esto. Retornando a lo nuestro, el Sr. Cogan, sí, el asesino de la peli, hablando de su país y de lo que dicen los políticos, recuerda a los padres de la patria (los Jefferson, Washington y demás) y comenta que eran unos señores hartos de pagar impuestos a la corona, que decidieron que aquel dinero, mejor lo manejaban ellos, así que, señala, América no es un gran país, es un gran negocio. Y, más o menos, eso sería extrapolable a casi todos los países occidentales. ¿Se han fijado que nuestros políticos son, cada vez más, gestores financieros?, por cierto, que gestionan bastante mal cuando del común se trata. 

Bueno, vaya rollo para decir que yo creo que los tiros de la película, van más bien por ahí, por el lado de la crítica, de que todo se reduce al negocio, por más que lo adornen con palabrería. Con ese asesino a sueldo y su particular moral, que prefiere matar suavemente y a distancia, porque asesinar de cerca es desagradable, ya que el reo te suplica, te habla de su madre, de su familia... vamos, otro símil de nuestras sociedades, en que a los poderosos les resulta desagradable acercarse a la gente para que les cuente sus problemas, que les incomodan y prefieren vivir en su burbuja de palmaditas en la espalda. ¿Que si el amigo Dominik consigue su objetivo y transmite bien sus ideas?, pues quizá no tanto y el mensaje, si lo hubiere, queda bastante diluído entre diálogos insustanciales y la caza de los asaltantes de la timba (que parece todo un macguffin), pero, al menos, lo intenta y encima, Brad Pitt está sembrado, así que, si no estamos ante un gran film, ni mucho menos, al menos nos quedan cosas para pensar y una magnífica actuación de su protagonista.

DESCIFRANDO ENIGMA (THE IMITATION GAME)

 

Alan Turing (Benedict Cumberbatch) y su brillante equipo de descifradores de códigos en la Escuela de Cifrado y Código del Gobierno de Gran Bretaña en Bletchley Park, trabaja contra reloj, durante los días más oscuros de la Segunda Guerra Mundial, para conseguir descifrar los códigos secretos del ejército alemán, en palabras de Winston Churchill, la mayor contribución al esfuerzo bélico de Gran Bretaña.

Basada libremente en el libro de Andrew Hodges "Alan Turing: The Enigma", la película es un biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado, juzgado y condenado por su condición de homosexual en 1952, optando por la castración química para evitar la prisión, una parte realmente vergonzosa de la reciente historia británica. 

En 1954, dieciséis días antes de cumplir 42 años, Turing murió por envenenamiento con cianuro y su muerte fue declarada oficialmente como suicidio. No fue hasta 2009, después de una campaña masiva en Internet, que el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, se disculpó oficialmente con la familia Turing y la comunidad LGTB por el trato del gobierno británico a Turing. En 2013, la reina Isabel II concedió a Turing un indulto póstumo. 

Pero como dijo en una entrevista con USA Today, Benedict Cumberbatch, protagonista del film, comentando lo del Indulto real a Turing: "La única persona que debería perdonar a alguien es él"

Hice un experimento con esta película: Congelar la imagen y escuchar únicamente el sonido. Fueron quince minutos, después volví a las imágenes en tiempo real, pero durante esos quince minutos, pude seguir perfectamente el film e imaginar claramente lo que no veía. Es la prueba del algodón para demostrar lo cierto de que la película se apoya, esencialmente, en los diálogos, y eso que que está muy bien ambientada, pero no menos cierto que apenas se desarrolla en contados escenarios, básicamente el laboratorio donde trabajan para descifrar Enigma. 

Si de cine bélico hablamos, también es atípica la película, pues escenas bélicas propiamente dichas casi no vemos, si acaso unos pocos flash de aviones volando y bombardeando Londres, los equipos de desescombro en sus calles, la gente refugiada en el metro y alguna otra breve escena en que vemos a los soldados supuestamente en el frente, para remarcar la urgencia de descifrar los códigos secretos a fin de evitar la muerte de aquellos combatientes de jóvenes rostros. 

Y es que el el film se centra en el asunto principal, desdeñando las historias paralelas, de las nos cuenta lo imprescindible, lo que, al tiempo, hace que la película no se haga más larga de lo que ya resulta. 

Lo que le ocurrió a Turing años más tarde, como ya he dicho, resulta realmente vergonzoso y su historia, al margen de Enigma, sus padecimientos personales por culpa de su condición sexual y su forma de ser retraída y especial (prácticamente un "asperger" de manual) se nos cuenta a través de las dificultades de relación con su equipo y sus superiores y varios flashback distribuidos a lo largo del film sobre sus tiempos de estudiante adolescente. Turing es una figura lo suficientemente desconocida como para que el guión pueda tomarse libertades y el público no perciba qué cosas responden a la realidad y qué otras no tanto, algo que da cierto juego a la hora de inventar situaciones que puedan resultar más atractivas al espectador. 

Para concluír, señalar la magnífica interpretación de Benedict Cumberbatch que consigue trasladarnos todo el genio y la fragilidad de este hombre que encontró un pago tan mezquino para su decisiva contribución al esfuerzo bélico de su país.

JUEGO PELIGROSO

 

Gloria Mundy (Goldie Hawn), una joven bibliotecaria, recoge a un hombre en la carretera que termina siendo asesinado, dejándola un carrete de fotos por el que se verá envuelta en una complicada serie de acontecimientos, de los que se muestra incapaz de dar explicación alguna a la policía. A pesar de ello el teniente Tony Carlson (Chevy Chase), se empeñará en protegerla, hasta que descubren que los hombres que persiguen a Gloria, pretenden asesinar al Papa en su próxima visita a la ciudad de San Francisco. Gloria y Tony deberán actuar contrarreloj para evitar el crimen.

Dirigida con competencia y con algunos planos muy vistosos, como los que acompañan a los títulos de crédito, la vertiginosa correría en automóvil por las calles de San Francisco, siempre tan recurrente en tantas películas o la representación de la ópera "El Mikado". Contó con una nominación a los Oscar gracias al tema musical que interpreta Barry Manilow, una linda balada de corte romántico.

Me he reído mucho leyendo comentarios sobre el film de gente que lo pone verde porque dicen que para hacer films de intriga, nadie como Hitchcock y que esto es una mala copia de las películas del mago del suspense. En fin, no sé lo que habrán visto todos estos opinadores, lo que he visto yo es una parodia sobre esos films, vamos que lo primero es que no se debe tomar en serio, que el film no va de eso y claro que parece una mala copia de las películas de Hitchcock, porque hay escenas que parecen sacadas de sus films (sin ir más lejos esas secuencias del principio a las que me refería, recuerdan el viaje a Bodega Bay de Los pájaros), pero, repito, todo en clave de humor, algunas, por cierto, muy, pero que muy divertidas. Que esté más o menos logrado, eso es otro cantar y va en gustos, tiene momentos divertidos y otros en que no consigue el nivel, pero en general, como parodia, está bastante conseguida y, ya digo que el film, sin grandes cosas a destacar, me ha parecido de correcta factura.

NACIDA LIBRE

 

De regreso a su hogar, tras una ronda de vigilancia por la selva, George Adamson (Bill Travers) lleva a su mujer, Joy (Virginia McKenna), tres cachorros de león a cuya madre se ha visto forzado a matar. Pronto los animales van y vienen por la casa, sobre todo, la pequeña “Elsa”, que se convierte en la mascota más querida por la conservacionista Joy.

Basada en el libro escrito por la propia Joy Adamson sobre su experiencia criando a un cachorro de león llamado Elsa, el primer caso de un animal de esta especie criado de forma doméstica y reintegrado con éxito a la vida salvaje.

Elsa y sus dos hermanitos se han quedado huérfanos al tener que matar el guarda del parque a su madre por el peligro que suponía para los habitantes del lugar. Cuando se los lleva para cuidarlos de forma transitoria, hasta que que se los lleven al zoo de Rotterdam, ha transcurrido el tiempo suficiente para que Joy se encariñe de Elsa y su marido decide quedársela. Pero el momento que ambos sabían iba a llegar, está próximo, no es otro que la licencia de George como guarda del parque y el regreso del matrimonio a Inglaterra. Es evidente que deben separarse de Elsa y la solución más juiciosa es entregarla a un zoológico, pero Joy se niega: Nació libre y libre debe continuar su vida. Dicho así resulta muy bonito, pero resulta que Elsa no está preparada para vivir por su cuenta, no sabe convivir con otros leones, ni sabe cómo cazar, algo indispensable para una leona que, además de dar cachorros al macho, es la encargada de suministrar la comida a la familia. 

La película relata toda esa peripecia y cómo el matrimonio Adamson ha de ingeniárselas para, en poco tiempo, enseñar a Elsa a desenvolverse en libertad con garantías de éxito, a priori, una misión imposible.

El éxito del film radica en el realismo con el que es tratado el asunto que, sin dejar de lado lo entrañable de la historia y toda la parte inicial con los juegos y las travesuras de Elsa, no renuncia a presentar la verdad sobre la condición de la leona, un animal que, si ha de vivir en libertad, debe recuperar su instinto y aprender a matar. 

Película familiar, que nos retrata una Kenya idílica y con las imágenes relativas a Elsa, su crecimiento y su relación con los humanos, magníficamente rodadas, supongo que a base de paciencia y de mucho profesionalismo. 

Y, por supuesto, la música de John Barry, Oscar a la mejor banda sonora que, por cierto, fue omitida en su estreno en Reino unido porque no gustaba a los productores. A eso se le llama tener vista. El caso es que lo de menos es el Oscar, algo que ya sabemos cómo funciona, el verdadero valor de esta música es que hoy en día, cualquier recopilación musical de cine que se precie, incluye "Born Free" entre las melodías elegidas. 

Oscar a la mejor canción que también obtuvo gracias a la interpretación que hace Matt Monro del tema principal. Una preciosa canción para una película, como digo, entrañable. Cine familiar bien hecho.

LO QUE HACEMOS EN LAS SOMBRAS

 

Viago (Taika Waititi), Deacon (Jonny Brugh) y Vladislav (Jemaine Clement) son tres vampiros que comparten casa en Nueva Zelanda. Hacen lo posible por adaptarse a la sociedad moderna: pagan el alquiler, se reparten las tareas domésticas e intentan que les inviten a entrar en los clubs. Una vida normal, salvo por una pequeña diferencia: son inmortales y tienen que alimentarse de sangre humana. Cuando su compañero del sótano, Petyr (Ben Fransham), el más anciano de los convivientes, al que tienen acogido y liberado de las rutinas domésticas, convierte en vampiro a Nick (Cori Gonzalez-Macuer), nuestros protagonistas deberán enseñarle como funciona todo en su recién estrenada vida eterna.

Si la serie "Crepúsculo" nos presentaba aquellos vampiros de romance gótico que enamoraron a las jovencitas, este film nos trae a unos tipos que tienen más de torpes y complejos humanos que de otra cosa, con situaciones tan pedestres y tan conocidas para quienes las han sufrido, como las dificultades para sacar adelante las tareas domésticas con los escaqueos y el pasotismo que tienen la casa convertida en una pocilga, con el fregadero lleno de cacharros sin lavar. 

Así es la vida de estos vampiros, cada uno de los cuales representa un estereotipo de los que conocemos por las novelas y las películas del género, desde esa especie de "Nosferatu" que es Petyr, hasta el contemporáneo Nick, pasando por Deacon, una especie de Drácula venido a menos, Viago, que, según cuenta, fue un vampiro nazi y el graciosísimo Vladislav, algo así como un noble inglés que acabó en Nueva Zelanda viajando en su ataúd por medio mundo en pos de su enamorada.

Film divertido e ingenioso, buena parte de cuya gracia viene dada precisamente porque trata de esas situaciones cotidianas, con unos efectos especiales que, pienso yo, en algunos momentos son deliberadamente cutres para provocar la risa del respetable. Los personajes se nos hacen entrañables porque se nos presentan cercanos, con virtudes y defectos, algo patosos en ocasiones y, como digo, muy humanos.

Humor diferente, con risas casi garantizadas.

 

FANTÁSTICO SR. FOX

 

Un astuto zorro llamado Fox, parece llevar una vida idílica con su esposa y su hijo Ash. Pero, por las noches, el señor Fox se dedica a robar gallinas, patos y pavos en las granjas vecinas, razón por la cual los granjeros deciden cazarlo.

El guión se basa en un famoso libro infantil del británico Roald Dahl, autor de relatos tan conocidos como Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda. El film cambia algunas cosas del relato original y, básicamente, trata de las relaciones entre un zorro y su familia, en las que él se esfuerza por llevar una vida apacible y sin sobresaltos, pero no puede olvidar su pasado como ladrón de gallinas y necesita llevar a cabo esporádicas incursiones en las granjas vecinas y robar a los granjeros ante sus propias narices, algo que le va a ocasionar complicaciones. 

Rodado con la técnica conocida como stop-motion, cuenta, para las voces de los personajes, con actores y actrices muy conocidos de la escena hollywoodense: George Clooney como el Sr. Zorro, Meryl Streep como la Sra. Zorro, Bill Murray como Tejón, Hugo Guiness como Bunce y Michael Gambon como Bean. Además de ellos, prestaron sus voces: Willem Dafoe, Owen Wilson o Adrien Brody, entre otros. El libro ha sido adaptado al teatro y también como ópera.

Mucho trabajo y mucho arte tras los escenarios y personajes de esta simpática película. Un cuento sobre la búsqueda de la propia identidad, la resistencia ante las cortapisas que se nos imponen desde fuera, la convivencia y los problemas que origina, la solidaridad y la superación de las adversidades. Multitud de detalles sorprendentes, algunos nos llevan a la risa gracias a lo bien trabajados que están, igual que las situaciones y, desde luego, muy logrado el ritmo, a veces frenético, de la película.

HERMANOS POR PELOTAS

 

Nancy (Mary Steenburgen) y Robert (Richard Jenkins), una pareja de maduros, se casan. Ella es una mujer divorciada y él un viudo. Cada uno incorpora un hijo al hogar, pero lo más llamativo es que los "pequeños" tienen cuarenta años. 

Brennan Huff (Will Ferrell) sigue viviendo con su madre y se conforma con conseguir, de vez en cuando, empleos esporádicos. Dale Doback (John C. Reilly), es un desempleado profesional que vive con su padre. En un principio, ambos se odian y sólo quieren volver a la situación anterior, pero más adelante se convierten en amigos, al mismo tiempo que sus padres deciden que ya son mayores para vivir su propia vida de manera independiente.

Una vez más, un cambio de título en la versión española que uno no alcanza a comprender ¿por qué en lugar de "Hermanastros" le cambian el título? Digo que no lo alcanzo a comprender, pero tal vez lo comprendo demasiado bien y resulta que a alguien le resultó más llamativo y más gracioso ponerle este título tan patético y, en vez de conseguir atraer al público, logran lo contrario: que más de uno se aleje del film como de la peste.

Los encuentros y desencuentro entre los dos hermanos dan para veinte minutos, después el guión cae en las reiteraciones, en caminos trillados recurriendo al lenguaje escatológico y malsonante. A partir de cierto momento, las mejores escenas son aquellas en que aparecen otros personajes además de los dos protagonistas. 

¿Que si te ríes? Pues claro que te ríes, estos tipos se desenvuelven bien con ese tipo de humor tan característico de la factoría Apatow, pero vamos, que te lo tienes que tomar como lo que es, aunque creo que a estas alturas, si alguien se decide a ver estas películas, sabe de sobra con lo que se va a encontrar.

DEWEY COX: UNA VIDA LARGA Y DURA

 

La historia de un músico cuyas canciones cambiaron a una nación con su rock and roll, el legendario músico y compositor Dewey Cox (John C. Reilly), un personaje ficticio, que se acostó con 411 mujeres, se casó tres veces, tuvo 24 hijos y acogió a otros 14, triunfó en los programas de televisión de los años 70, se codeaba con gente de la talla de Elvis o Los Beatles, era adicto a todo tipo de drogas que un hombre pueda conocer y, a pesar de todo, se convirtió en un icono de su país.

La película narra el auge y caída de este músico que, tras convertirse en un icono nacional y pasar por todo tipo de experiencias, encontrará la estabilidad con una cantante llamada Darlene Madison (Jenna Fischer), que le da réplica en los duetos que interpreta.

La banda sonora incluye 33 de  las 40 canciones originales que se grabaron para la película, canciones que reflejan bastante bien los estilos y épocas musicales que la película parodia. De hecho, la banda sonora estuvo nominada tanto para los Grammy, como para un Globo de Oro.

Ingenioso planteamiento que va haciendo un recorrido en clave de humor por las distintas modas musicales desde los cincuenta a los setenta, con especial incidencia en la década de los sesenta, parodiando a algunos de sus intérpretes más conocidos. 

Hay momentos en los que no puedes por menos que reírte por lo conseguido de las situaciones, recuerdo ahora los momentos que evocan a Bob Dylan, o las memorables escenas de la pelea de Los Beatles, con los que coincide el protagonista en India, donde van a meditar con una especie de guía espiritual. 

Divertidas también las canciones que conforman una banda sonora que no carece de atractivo en esta película que resulta entretenida, con momentos muy divertidos y con una gran interpretación de John C. Reilly.

ARMA FATAL

 

Nicholas Angel (Simon Pegg) es tenido por el mejor oficial de policía de Londres, quizá demasiado bueno y para evitar que el resto de agentes se vean inferiores, es reasignado a la tranquila ciudad de Sandford, un lugar donde nunca ocurre nada. Hasta que dos actores son hallados decapitados en lo que aparentemente es un hecho accidental, algo que Angel no acepta y menos cuando más personas aparecen muertas. Angel comienza a investigar junto a su compañero Danny Butterman (Nick Frost), hijo del jefe local de la policía que constantemente está haciendo preguntas y quiere emular las hazañas de Angel.

Al rebufo de su éxito con "Zombies party", el dúo Edgar Wright y Simon Pegg, consiguieron cierta libertad por parte de estudio y productora para llevar a cabo su nuevo proyecto en el mismo tono humorístico que su anterior trabajo.

Parodia sobre las películas de acción policiacas en la que están representados buena parte de los clichés del género de los que se presenta su más ridícula vertiente. 

Bien acogida por la crítica en general, tiene algunos momentos que agradarán a los propensos a la carcajada y un par de giros que ayudan a que la acción no decaiga, algo que consigue sobre todo gracias a un hábil y dinámico montaje.

SUPERSALIDOS (SUPERBAD)

 

En una de sus últimas noches como estudiantes de instituto, Evan (Michael Cera) y Seth (Jonah Hill), dos amigos generalmente rechazados por los más populares de la clase, tropezarán con diversas dificultades para comprar bebidas para una fiesta a la que han sido invitados por las chicas de sus sueños. En su peripecia les acompañará el indescriptible Fogell (Christopher Mintz-Plasse), otro inadaptado que acaba de comprarse un carnet falso para que le sirva de salvoconducto en la compra de alcohol.

Es cierto que la película tiene sus momentos, algunos muy graciosos, pero sus hallazgos quedan tan diluídos entre tanta mediocridad, que se pierden y más teniendo en cuenta que algunas situaciones poco logradas se estiran a lo largo del film haciendo desaparecer los atisbos de brillantez que pueda tener. Se me ocurren, por ejemplo, las escenas con los dos policías, cuyas actitudes son tan exageradas que dejan de hacer gracia, aunque la entrevista con la cajera después del atraco tiene su gracia, piensas que van a desaparecer de escena, pero ¡qué va!, allí siguen y reaparecen una y otra vez. Esta reiteración es de lo peor de la película.

Al final, el film hay que tomárselo como lo que es, una entretenida peli de adolescentes con muchos de los tópicos del género, aunque es cierto que algunas de las situaciones reflejan bastante bien esa realidad de amigos inexpertos que se creen mayores cuando no dejan de ser unos niños. 

Lo más positivo es que no pretende dar lecciones de nada y que se abstiene de esos finales moralistas a los que tan propensos son algunos productos hollywoodienses de este estilo y el personaje de Fogell, el más original de los tres protagonistas.

TENACIOUS D: DANDO LA NOTA

 

JB (Jack Black), tras recibir una buena azoitana de su padre que arranca todos los posters de las paredes su cuarto y le castiga, se escapa de casa con intención de llegar a Hollywood para labrarse una carrera como rockero. Allí conoce a KG (Kyle Gass), un guitarrista talentoso, pero fracasado. Entre los dos, descubren que la auténtica responsable de la fama de grandes rockeros como Eddie Van Halen o Angus Young (de AC/DC) es la Púa del Destino, una púa de guitarra hecha a partir de un diente del mismísimo Satanás (Dave Grohl), y que está expuesta en un museo del Rock’n’Roll. Así que deciden robarla para que les ayude a conseguir el éxito con el dúo que han formado llamado "Tenacious D". 

Los dos protagonistas, se conocieron en el festival de arte Edinburgh Fringe (en Edimburgo, Escocia), cuando eran miembros de la Actor’s Gang, una compañía de teatro de Los Ángeles fundada por Tim Robbins, y allí fue donde descubrieron su amor por el rock and roll.

La película es una especie de musical heavy, con buenas canciones, cuyo envoltorio de comedia, bastante increíble, fantasiosa y un tanto insustancial, tan solo es una escusa para ir dando pie a cada una de las canciones. La parte de comedia recurre al lenguaje de connotaciones sexuales y escatólogicas y apenas hay nada de humor inteligente, por lo que puede que para el público en general resulte bastante insulsa, algo que, supongo, no será así para los amantes del heavy metal que seguramente disfrutarán con las canciones que ofrece la película y la buena cantidad de referencias mitómanas que quienes conocen la carrera de los tenacious, sabrá apreciar.

TEAM AMÉRICA: LA POLICÍA DEL MUNDO

 

El líder de Corea del Norte, Kim Jong Il, se une a un grupo de actores y actrices pacifistas, aunque sus objetivos son bien distintos y está repartiendo armas de destrucción masiva a grupos terroristas. Team America, una policía mundial encargada de mantener el orden y la estabilidad en el mundo, a quienes ha derrotado el dictador coreano, logran escapar de su prisión para oponerse a su ambicioso plan y tratar de evitar la destrucción del planeta.

Película de animación de los creadores de la exitosa e irreverente serie televisiva "South Park" que, en ese mismo tono a que nos tienen acostumbrados, arremeten aquí contra algunas actuaciones de personas o colectivos que quedan señalados: Los servicios de inteligencia y las tropas norteamericanas, que arrasan con lo que pillan con tal de conseguir sus objetivos; una cierta parte del mundo de la cultura, seducido por los cantos de sirena del pacifismo extremo y alguna cosa más.

El film tiene cierto encanto como film de acción y algunas cosas llamativas, incluso divertidas, como esas escenas de sexo explícito (recordemos que son dos marionetas a las que vemos haciendo el amor), que resultan hilarantes, así como algunas de las reacciones del villano de la película. 

Al final ya resulta un tanto reiterativa y pierde la frescura del principio, como esas sesiones de magia en las que pillas el truco y dejas de entretenerte.