Bridget (Renée Zellweger), una treintañera que trabaja en una editorial y vive sola, decide empezar a escribir un diario. Se propone cinco objetivos: perder peso, dejar de fumar, controlar el alcohol, ser encantadora y conseguir una pareja estable. Para reflejar sus progresos, decide reflejar en ese diario únicamente toda la verdad de cuanto le ocurra y por el desfilarán sus padres (empeñados en casarla), sus amigas (adictas a los libros de autoayuda), un amigo homosexual, un compañero de oficina, que a la vez es su jefe, con el que tiene un ligue y le manda mensajes insinuantes por el ordenador, y otros muchos personajes, en una serie de situaciones divertidísimas.
Bridget parece que tiene dificultades para encontrar una estable vida amorosa, sigue buscando al hombre de su vida, a pesar de que su jefe, encantador, aunque con mala reputación, comienza a interesarse por otra joven a la que conoció en Nueva York, mientras por otro lado, se reencuentra con un personaje de su lejana infancia, Mark Darcy (Colin Firth), un abogado de éxito en cuyo jardín, según cuenta su madre, Bridget correteaba desnuda cuando ella tenía cuatro años y él ocho. El hombre es algo desagradable, pero Bridget no puede evitar encontrar cierto atractivo y últimamente es como si se le apareciera en todas partes.
Basado en la novela homónima que lanzó a la fama a su autora, Helen Fielding (coguionista del film). Lo que comenzó siendo una columna en el diario británico The Independt, se acabó convirtiendo en un libro que resultó un verdadero fenómeno editorial, con millones de ejemplares vendidos, que dio origen a un subgenero basado en historias de treintañeras desastrosas y enamoradizas.
A pesar del innegable éxito obtenido por la adaptación cinematográfica, no crean que todo el mundo ve la película con los mismos ojos, hay una buena porción de espectadores que, por esnobismo o por convencimiento, la encuentra como una caricatura desagradable de la condición femenina, con un montón de estereotipos que degradan la concepción de la mujer moderna.
Bueno, es una opinión, tan respetable como cualquier otra, el caso es que la película de Sharon Maguire, consigue trasladar con éxito a la pantalla el espíritu de la novela, retrato de una treintañera que se sale del convencional modelo de chica guapa y estilosa, para reflejar un estándar más acorde con la realidad y pienso que buena parte de su éxito radica precisamente ahí y en haber sabido dosificar los enredos y gags que la convierten en una comedia muy divertida.