miércoles, 31 de mayo de 2017

EL DIARIO DE BRIDGET JONES

Bridget (Renée Zellweger), una treintañera que trabaja en una editorial y vive sola, decide empezar a escribir un diario. Se propone cinco objetivos: perder peso, dejar de fumar, controlar el alcohol, ser encantadora y conseguir una pareja estable. Para reflejar sus progresos, decide reflejar en ese diario únicamente toda la verdad de cuanto le ocurra y por el desfilarán sus padres (empeñados en casarla), sus amigas (adictas a los libros de autoayuda), un amigo homosexual, un compañero de oficina, que a la vez es su jefe, con el que tiene un ligue y le manda mensajes insinuantes por el ordenador, y otros muchos personajes, en una serie de situaciones divertidísimas.
Bridget parece que tiene dificultades para encontrar una estable vida amorosa, sigue buscando al hombre de su vida, a pesar de que su jefe, encantador, aunque con mala reputación, comienza a interesarse por otra joven a la que conoció en Nueva York, mientras por otro lado, se reencuentra con un personaje de su lejana infancia, Mark Darcy (Colin Firth), un abogado de éxito en cuyo jardín, según cuenta su madre, Bridget correteaba desnuda cuando ella tenía cuatro años y él ocho. El hombre es algo desagradable, pero Bridget no puede evitar encontrar cierto atractivo y últimamente es como si se le apareciera en todas partes.


Basado en la novela homónima que lanzó a la fama a su autora, Helen Fielding (coguionista del film). Lo que comenzó siendo una columna en el diario británico The Independt, se acabó convirtiendo en un libro que resultó un verdadero fenómeno editorial, con millones de ejemplares vendidos, que dio origen a un subgenero basado en historias de treintañeras desastrosas y enamoradizas.


A pesar del innegable éxito obtenido por la adaptación cinematográfica, no crean que todo el mundo ve la película con los mismos ojos, hay una buena porción de espectadores que, por esnobismo o por convencimiento, la encuentra como una caricatura desagradable de la condición femenina, con un montón de estereotipos que degradan la concepción de la mujer moderna.
Bueno, es una opinión, tan respetable como cualquier otra, el caso es que la película de Sharon Maguire, consigue trasladar con éxito a la pantalla el espíritu de la novela, retrato de una treintañera que se sale del convencional modelo de chica guapa y estilosa, para reflejar un estándar más acorde con la realidad y pienso que buena parte de su éxito radica precisamente ahí y en haber sabido dosificar los enredos y gags que la convierten en una comedia muy divertida.




martes, 30 de mayo de 2017

LA LLAVE DE SARAH

Si nos fiamos de las películas, de muchas novelas y casi del sentir general de la gente, todos los franceses estuvieron vinculados a la resistencia de una u otra forma, durante la II Guerra Mundial. Francia era un país ocupado por las tropa de Hitler y la población clamaba por la liberación del territorio patrio. Eso es, más o menos, lo que se desprende de la historia oficial.
Sin embargo, buena parte del territorio francés estaba gobernado por franceses y eran sus autoridades, bajo la supervisión o no de militares alemanes, quienes seguían al frente del día a día de los asuntos del territorio y de sus ciudadanos.
Entre los días 16 y 17 de julio de 1942, 13.152 judíos fueron arrestados en París y sus suburbios, deportados a Auschwitz y asesinados. Por orden de los ocupantes nazis, la Jefatura de Policía de Vichy encerró y hacinó en condiciones infrahumanas a 1.129 hombres, 2.1916 mujeres y 4.115 niños en el Velodrome d'Hiver, conocido popularmente por el Vel' d'Hiv, un edificio que hoy no existe, donde se realizaban competiciones de ciclismo. Una infamia sobre la que se extendió un velo tupido al final de la guerra y sobre la que nadie hablaba.
El gobierno francés estuvo meses planeándolo, desde abril del 42, redactando las listas de todos los judíos que serían arrestados, seis mil policías parisinos se encargaron de la tarea. La fecha elegida fue el 14 de julio, pero como era la fiesta nacional, la aplazaron unos días, una prueba bien palpable de que eran muy conscientes de que estaban haciendo algo malo que no podía coincidir, bajo ningún concepto con la Fête.
A las familias las tuvieron encerradas en el Vel'd'Hiv un par de días. Al final dejaron entrar a un grupo de médicos y enfermeras. Todas sus descripciones coinciden en el caos y desesperación que reinaban allí. Luego se llevaron a las familias a la estación de Austerlitz y de ahí a los campos de los alrededores de París. Esos campos eran la antesala francesa de Auschwitz, eran los campos de Drancy, Pithiviers y Beaune-la-Rolande. Después los enviaron directos a Polonia.
Esa es la historia que nos traslada la escritora francesa Tatiana de Rosnay y lo hace contado la terrible aventura de Sara Starrzynski, una niña nacida en Francia, pero con el estigma de ser judía, ella y su familia son detenidos la noche de 16 de julio y su hermano pequeño se refugia en un armario disimulado en las paredes de la casa, con una botella de agua y su osito de peluche, Sarah cierra la puerta del armario con llave, para que quede totalmente disimulado y le dice a su hermano que volverá a buscarle, nada malo puede pasarles, son gendarmes franceses y no soldados alemanes quienes se los llevan y seguramente los soltarán enseguida.
La escritora norteamericana, casada con un francés, Julia Jarmond, protagonista de la novela, se topa con esta historia por casualidad, cuando está cubriendo la conmemoración del 60 aniversario de los acontecimiento del Vélodrome d'Hiver. Antes de esto, ella jamás había oído hablar del Vel'd'Hiv y descubre que muchos franceses tampoco y que no se estudia en los libros de texto. Así que se empeña en seguir el rastro de Sarah, para conocer si sobrevivió y logró escapar del horror o formó parte de los once mil niños (entre ellos bebés y críos que comenzaban a caminar) que portaban la estrella amarilla y fueron deportados de Francia durante la guerra. La búsqueda encontrará la incomprensión de muchas personas que no desean remover el pasado que les provoca mala conciencia, será larga y fascinante y le conducirá a sorprendentes descubrimientos.



lunes, 29 de mayo de 2017

ANITA NO PIERDE EL TREN (ANITA NO PERD EL TREN)

Anita (Rosa María Sardá), taquillera de un cine de barrio ve cómo, literalmente, toda su vida se viene abajo. El propietario del cine, Isidro Leyva (Jordi Dauder), la llama a su despacho y le comunica que debe irse a casa durante quince días, que serán unas pequeñas vaciones. Al pasar ese tiempo, Anita regresa a su lugar de trabajo y se encuentra con un solar, el cine ha sido derribado y vendido a una cadena que va a construír unas multisalas. El Sr. Leyva la telefonea y le dice que la nueva empresa ha decidido prescindir de sus servicios, que no da la imagen que buscan y que la consideran antigua. Anita se ve obligada a una jubilación anticipada.
Incapaz de asumir su nueva situación, sigue acudiendo todos los días al lugar donde estaba el cine, están efectuando trabajos de explanación y cimentación y Anita conoce al conductor de la excavadora, un hombre casado llamado Antonio Mata Prieto (José Coronado), que no oculta su estado civil y del que se enamora.
A pesar de ser una relación sin futuro, para Anita, a sus cincuenta años, supone traspasar una frontera en lo que hasta ese momento ha sido su vida.
Su relación no está exenta de cierta ternura y los encuentros de ambos enamorados, se llevan a cabo en el remolque donde la empresa tiene instaladas sus oficinas en la obra.
Entre los dos, serán capaces, gracias a estos encuentros secretos, de abrir una puerta que les dará ciertas perspectivas de futuro.


El guión se basa en una novela del también coguionista del film,  Lluis-Anton Baulenas titulada "Bones obres". 


Es una comedia agridulce, interpretada por dos todoterrenos de la escena nacional como son Sardá y Coronado, bien acompañados por María Barranco, la vecina y amiga de Anita, prácticamente todo el film gira en torno a estos tres personajes. Muchas de las escenas están acompañadas de reflexiones en off de la protagonista.
Aunque la película nos habla de los nuevos tiempos para la mujer, de su liberación, se ve que ella no es capaz de sustraerse a algunos atavismos de género, Pons procura hacerlo sin dramatizar, dotando a toda la narración de un cierto tono de comedia.
Aprovechando la profesión de Anita hace un recorrido por la vicisitudes del cine moderno en España y los esfuerzos del sector de la exhibición por sobrevivir, primero con el destape, después con el porno, los cines de arte y ensayo, las salas de estreno preferente y, por fin, los multicines.
Una reflexión sobre la fugacidad de la vida y del amor y las segundas oportunidades que nada entre la comedia y el drama suave y que en algunos momentos se queda a medio camino, como si no supiera encontrar bien el rumbo o la conexión oportuna entre ambos, pero que se ve con agrado.




viernes, 26 de mayo de 2017

MANSFIELD PARK

Fanny Price (Hannah Taylor Gordon, como la joven Fanny y de adulta, Frances O'Connor) es aún una niña cuando sus tíos la acogen en su mansión de Mansfield Park, rescatándola de una vida de estrecheces y de necesidades.
Allí, ante su mirada amedrentada, desfilará un mundo de ocio y de refinamiento en el que las inocentes diversiones alimentarán maquinaciones y estrategias de seducción.
Ha crecido junto a sus cuatro primos: Tom (James Purefoy), Edmund (Jonny Lee Miller), Maria (Victoria Hamilton) y Julia (Justine Waddell), los cuales (excepto Edmund) siempre la han tratado como inferior porque su familia es pobre y no tiene distinción. La otra tía de Fanny, la señora Norris (Sheila Gish), tratando de conservar la estima de sus sobrinos ricos, mima a estos en exceso, y no protege a Fanny, a la que frecuentemente ataca e insulta. La aparente vida tranquila de Mansfield Park se ve severamente afectada cuando la muerte del Sr. Norris y el viaje de Sir Thomas (Harold Pinter) a las Indias ponen a prueba la verdadera calidad moral de sus habitantes ante la llegada de dos jóvenes intrigantes: Los hermanos Mary (Embeth Davidtz) y Henry Crawford (Alessandro Nivola).
Ese mundo oculta una verdad peligrosa y solo Fanny, desde su sumiso silencio, será capaz de atisbar sus consecuencias y amenazas.


La obra de Jane Austen, en cuya novela del mismo título se basa la película, ha sido analizada hasta la saciedad, sobre todo en Inglaterra, su país. Esta novela es tenida por una de las más controvertidas, dentro de la sencillez de sus relatos en los que critica, de manera al tiempo amable y mordaz, a la clase adinerada. Esta fama de novela que se sale un poco (sólo un poco) de los parámetros habituales de la obra de Austen, viene de sus referencias a la esclavitud y de si la escritora de Hampshire se muestra claramente en contra o simplemente la acepta como algo natural. Esto no queda claro en la novela porque el asunto se trata muy de pasada y de forma tangencial, mientras que en la adaptación cinematográfica toma bastante más relevancia, algo que se inventan en el film.
Por lo demás, la película respeta bastante el espíritu de la novela, con la misma crítica irónica hacia el estamento acomodado de la sociedad, sus vicios y esa doble moral que la caracteriza y que siempre está presente en la obra de Austen. Bien ambientada y con el espléndido paisaje de la campiña inglesa como hermoso fondo, tiene unos cuantos planos aéreos brillantes y de gran belleza y sus diálogos se benefician de la reproducción literal de algunos párrafos de la gran escritora.
Película agradable de ver, sobre todo para los admiradores de la autora británica, quizá a quien no guste de este tipo de relatos, se le haga algo aburrida.




jueves, 25 de mayo de 2017

PATRIMONIO NACIONAL

En 1975 fallece el dictador y el Marqués de Leguineche (Luis Escobar), considera que es el momento oportuno para abandonar esa especie de exilio voluntario que eligió treinta años atrás, dejando su finca de Los Tejadillos y regresando a su palacio en Madrid.
El palacio está casi convertido en una ruina, habitado tan solo por la esposa del Marqués, convencida franquista, que dificultará la estancia de los recién llegados.
El Marqués está arruinado y sus primeros pasos se encaminan a acercarse a la monarquía recién reinstaurada, sin embargo, además del régimen político, muchas otras cosas han cambiado en la capital del reino y al Marqués no le va a resultar nada sencillo entrar en la corte, aunque el Marqués no desfallece y está dispuesto a lo que sea menester para alcanzar sus objetivos, sobre todo si son monetarios, buscando cualquier oportunidad que le permita sumarse a la nueva restauración borbónica. No dudará en estafar y la noble familia es capaz de evadir a Hacienda sin repercusión alguna, recibir dinero de la banca con suma facilidad a pesar de encontrarse en la ruina, o de engañar al más pobre con tal de quedar como unos señores y aparentar ante la mirada real.


Al poco del estreno de La escopeta nacional, ante el éxito obtenido, el productor Alfredo Matas, quería rodar una continuación, prácticamente recién acabada la anterior.
Berlanga se puso a la tarea, de nuevo junto a Rafael Azcona, para alumbrar una segunda parte sobre los aconteceres de la familia Leguineche, pero en esta ocasión centrándose en la absurda pareja que forman José Luis López Vázquez y Luis Escobar, hijo y padre en la ficción.
De López Vázquez, nada vamos a descubrir que no se haya dicho ya y en cuanto a Luis Escobar, Berlanga descubrió su potencial en la película anterior de la saga y apostó por este hombre vinculado al teatro, que había sido amigo de Cocteau y que, aunque no había actuado, había sido director de escena. Escobar se desenvolvió con soltura en el terreno interpretativo, consiguiendo un genial personaje y aunque su no demasiado buena memoria le llevaba a meter muchos "camelos" en sus diálogos, como Berlanga seguía rodando como si fuera cine mudo y doblaba sus películas, estaba tranquilo, pues sabía que Luis, en cuanto tuviera un atril delante, iba a solucionar todas las equivocaciones.


Personal y divertida parodia de una clase decadente a la que el curso de los tiempos arrolla, pero que sabe renacer de sus cenizas para seguir sobreviviendo haciendo lo que ha hecho toda la vida: Nada.
Genial la escena final, que es al tiempo todo un homenaje a Luis Escobar, con el Marqués posando, junto a una pareja de inmensos dogos, para que los turistas que han pagado el pase vip, puedan saludarle y fotografiarle.




miércoles, 24 de mayo de 2017

PLENILUNIO

Manuel (Miguel Ángel Solá), un inspector de policía  que ha estado destinado muchos años en el País Vasco, concretamente en Bilbao, en la época de más asesinatos de la banda terrorista ETA con la consiguiente vida angustiosa marcada por el miedo y las amenazas, obtiene destino en la ciudad donde pasó su adolescencia en un internado de los jesuitas. El inspector busca la tranquilidad y la seguridad que no había tenido en Bilbao. El contacto con el dolor y la muerte provocados por el terrorismo y la relación distante con su mujer le han convertido en un individuo infeliz y escéptico.
En su nuevo destino vuelve a encontrar otro tipo de violencia irracional, la que protagoniza un asesino y violador de menores (Juan Diego Botto), un hombre de aparente vida normal, pero perturbado, que se dedica a intentar violar y asesinar niñas en las noches de luna llena.
Alrededor de las investigaciones policiales se describe la vida de los personajes que mantienen relación estrecha con el inspector: su mujer, Carmen (Charo López); la maestra de una de las víctimas, Susana Grey (Adriana Ozores), el padre Orduña (Fernando Fernán Gómez), el médico forense Ferreras (Chete Lera) y el propio asesino.
Como contrapunto a esta historia criminal el inspector vuelve a encontrar el amor con Susana, la maestra, que le devuelve la ilusión de vivir.


Basada en la novela del mismo título de Antonio Muñoz Molina, el guión es de Elvira Lindo, pareja a la sazón del escritor y recrea el crimen y la investigación llevada a cabo diez años antes por un policía del horripilante asesinato de una niña que conmocionó a la ciudad de Granada. El crimen fue perpetrado el 29 de octubre de 1987 y sumió a la ciudad en un estado de psicosis, hasta que siete meses después, en mayo de 1988, fue detenido un joven de 21 años como principal sospechosos del crimen.
Para la resolución del caso, fue decisiva la declaración de otra niña a la que el mismo individuo había asaltado en parecidas circunstancias: a punta de navaja en el portal de su casa y conducida a una zona especialmente arbolada del bosque de la Alhambra.


La narración está estructurada en dos plano, lo relativo a los crímenes y su investigación y la historia romántica entre el inspector y la maestra. El nexo de unión es el policía y pienso que la película ha acertado de pleno con la forma en que nos acerca esta relación y no logra mucho relieve con la parte negra, la de los asesinatos, al menos no está a la misma altura que la historia de amor entre Manuel y Susana, apoyada en espléndidas actuaciones del argentino Miguel Ángel Solá, que consigue un papel sobrio y cautivador y una Adriana Ozores que da la talla de gran actriz.
Es una buena película de esas que pueden equipararse perfectamente a filmes de cierto nivel de otros paises, con un tema que resulta atractivo y que está bien llevado.
Como anécdota, señalar que, aunque en ningún momento se menciona donde transcurre la acción, la película se rodó en Palencia.




martes, 23 de mayo de 2017

LOS OLVIDADOS DE ROMA

Lo que sobrevive del Imperio Romano es en gran parte las palabras y las vidas de los ricos y poderosos: emperadores, filósofos, senadores. Sin embargo, el fulgor y la decadencia a menudo asociados con la élite romana se sustentaba en las tribulaciones diarias de los ciudadanos comunes. Aquí, el eminente historiador Robert Knapp trae a esos habitantes invisibles de Roma y su vasto imperio a la luz.
Robert Knapp, doctor en Historia Antigua y reputado divulgador, bucea en los usos y costumbres de los protagonistas invisibles de Roma y su imperio desde la época de Augusto, a principios del primer milenio, hasta la llegada al poder de Constantino tres siglos después. Les da voz a través de los vestigios que aún se preservan.
Busca a los hombres ordinarios que trabajan, a las amas de casa, a las prostitutas, a los libertos, a los esclavos, a los soldados, y a los gladiadores, que formaron la columna vertebral del mundo romano antiguo, y a los proscritos y los piratas que estaban más allá o simplemente al margen. Encuentra sus rastros en los rincones de las historias, tratados, obras de teatro y poesía creados por la élite. La gente cotidiana cobra vida a través de fuentes originales tan variadas como graffiti, encantamientos, textos mágicos, proverbios, fábulas, escritos astrológicos, e incluso el Nuevo Testamento.
Knapp ofrece una visión de un mundo muy alejado del nuestro, pero que resuena a través de la historia, y que nos permite ver cómo aquellas gentes buscaban a diario sobrevivir y prosperar bajo las aflicciones de la enfermedad, la guerra y la violencia, y controlar sus destinos ante poderes que los oprimían y los ignoraban.
Es cierto que el trabajo que aborda el profesor Knapp es arduo y muy complicado por la escasez de fuentes, insistimos en que estamos hablando de gente que apenas aparece en ellas y por eso, antes de nada quiero dejar patente el reconocimiento al esfuerzo realizado y a la valentía de abordar tarea tan ingrata. Dicho lo cual, advierto que hay partes del libro un tanto didácticas, lo que no es un defecto en sí, pero que puede resultar aburrido a quien vaya buscando una lectura más ágil.
Por otro lado, supongo que por esa escasez de fuentes que le obligan a sacar casi de donde no existe, hay muchas cosas que me han parecido un tanto forzadas, al dejar la selección casi restringida a inscripciones y deducciones a partir de historias y textos que tratan de otras cosas.
El resultado, en general, no resulta demasiado atractivo para el gran público y pienso que a los especialistas nada nuevo les descubre, al final, los temas en los que está estructurado el libro, terminan por ser una lista de hechos o supuestos que parecen casuales y le queda a uno la sensación de haber leído una serie de anécdotas inconexas, de generalizaciones propuestas por el autor, a veces no demasiado realistas, basadas en algunos relatos que el autor repite en varias partes del libro.
En fin, quizá estas opiniones sean debidas a que el libro no me ha llegado a atrapar en ningún momento.



lunes, 22 de mayo de 2017

EL PORTERO

Ramiro Forteza (Carmelo Gómez) es un portero de Primera División que ha jugado en el Real Madrid y a quien la Guerra Civil y los rigores de la posguerra han obligado a ganarse la vida yendo con una vieja camioneta de pueblo en pueblo retando a los aldeanos a que le intenten meter un gol de penalti a cambio de unas monedas. Sin embargo, su vida se complicará a partir de una noche en que llega a un pequeño pueblo asturiano y conoce a Manuela (Maribel Verdú), una joven madre soltera que que tiene un hijo de color y que sobrevive, entre otras cosas, cosiendo para Úrsula (Elvira Mínguez), la esposa del sargento de la Guardia Civil, que a su vez, está cansada de su marido y de sus ideas y que acabará engañándole con el médico del pueblo .
Las exhibiciones de Forteza y su relación con Manuela atraen la atención del sargento Andrade (Antonio Resines), que le hará una propuesta: Quiere llevar a cabo una competición entre la Guardía Civil y los habitantes del pueblo, que consistirá en que dos equipos de dos hombres cada uno, respresentando a los correspodientes contendientes, hagan una apuesta y lancen penaltis a Forteza, hasta que quede un vencedor. El cura del pueblo será el encargado de arbitrar tan peculiar competencia.


Basado en un cuento de Manuel Hidalgo, que es también el guionista junto a Gonzalo Suárez, que es a la vez, realizador del film.
La película se rodó en Asturias y el paisaje de mar y verde montaña, ofrece un agradable telón de fondo a la acción.
En el film se narra, por un lado, la relación entre Forteza y Manuela y, por otro, el enfrentamiento entre los maquis, con los que simpatiza todo el pueblo, y la Guardia Civil. Los veinte minutos finales de la película, que se corresponden con el enfrentamiento futbolístico, acaban siendo una representación de este enfrentamiento.


La película quiere tener sus momentos graciosos, pero la verdad es que no consigue hacer demasiada gracia.
Quiere ser una parábola de la España de la postguerra, con el enfrentamiento entre maquis y guardias, pero aquello se convierte más bien en una retahíla de tópicos.
Quiere ser más cosas, pero se queda en un relato amable, sin demasiada sustancia en el que todo se resuelve sin demasiadas estridencias.
Suárez estaba contento con haber hecho la película, yo creo que técnicamente está bastante bien, se nota mucho oficio en todos los participantes, actores incluídos y se ve con agrado. Afortunadamente el film dura lo que tiene que durar, porque no da para más, quizá ese sea su mejor acierto.




viernes, 19 de mayo de 2017

TARDE PARA LA IRA

José (Antonio de la Torre) es un hombre silencioso y circunspecto que pasa sus días en un bar con el dueño Juanjo (Raúl Jiménez) y sus amigos. José sufre de insomnio y está interesado por Ana (Ruth Díaz), cuñada de Juanjo, que trabaja como camarera en el bar de su hermano, hablando con ella por Internet durante la noche. Esta vida tranquila y apacible termina cuando Curro (Luis Callejo), el hermano de Juanjo y novio de Ana, con la que tiene un hijo, sale libre de la cárcel después de cumplir ocho años de condena por un robo a una joyería donde el dueño terminó en coma permanente y la empleada murió con la cabeza destrozada a golpes por uno de los ladrones. Después de una fuerte discusión entre Curro y Ana, José convence a Ana para llevarla a la casa que era de sus padres y que está en un pueblo lejos de la ciudad, para mantenerlos distanciados de Curro, aprovechando la situación para chantajear a Curro, que piensa que los tiene secuestrados y así forzarle a que le revele la identidad del resto de la banda, buscando venganza por el joyero y la vendedora muerta, que en realidad eran el padre y la novia de José. Forzado a seguir las instrucciones que recibe si quiere ver de nuevo a Ana y a su hijo, Curro y José comienzan un viaje por algunas ciudades en busca de los socios de Curro en el crimen.


Debut en la realización de Raúl Arévalo, que se ve ha tomado buena nota de lo que otros directores hacían en las películas en que ha trabajado como actor.
Se trata de un proyecto largamente acariciado por el madrileño de Móstoles, ocho años nada menos tratando de sacar adelante su película, hasta que la productora Beatriz Bodegas hipotecó su casa para sacar adelante un proyecto sin una televisión privada que les respaldara.
Es una historia bien narrada, potente, interesante y que atrapa al espectador desde la primera secuencia.
Rodada en 16 mm., alejada de los formatos digitales que se estilan ahora, esta opción le proporciona una estética que nos recuerda, como algunos críticos han señalado, las películas de Peckinpah, salvando todas las distancias que se quiera.


Film trepidante, cuyos posibles defectos, lógicos de un debutante, quedan ocultos por la acción sin tregua, con unas buenas interpretaciones, entre las que cabe señalar, aparte del triángulo protagonista, la de Manolo Solo, que le valió un Goya, uno de esos actores de reparto impagables, que únicamente aparece en una escena, pero vaya escena que se marca.
La historia de una venganza tramada con paciencia y frialdad, un trabajo solvente, que sabe sacar provecho del escaso presupuesto con el que contó para acercarnos un producto de calidad de los que demuestran que en el cine español hay talento para sacar adelante proyectos que nada tienen que envidiar a los de la gran industria.




jueves, 18 de mayo de 2017

HEADHUNTERS

El protagonista de la novela, Roger Brown, una rara combinación entre ejecutivo de cuello blanco y ladrón de arte de alta gama, es un ser amoral que se dedica a conseguir talentos para puestos de director ejecutivo de importantes empresas, el mejor en su especialidad. Aquel a quien Alfa, la empresa para la que trabaja Brown, propone como candidato al puesto, es el elegido.
Sin embargo, el alto tren de vida y los números rojos de la galería que regenta su esposa, una especie de walkiria llamada Diana, obligan a Roger a completar su salario con el robo de obras de arte.
Cuando está buscando un candidato para el puesto de director ejecutivo en Pathfinder, una empresa tecnológica que trabaja el campo de los GPS, se presenta ante él Clas Greve, un holandés alto y guapo, ex-soldado de élite del ejército de su país, que trabajó en una empresa del mismo ramo que ha sido comprada por uno de los gigantes del sector y que con las ganancias obtenidas, se ha convertido en rico. Greve posee en su casa un Rubens que se cree perdido desde hace mucho tiempo y Roger quiere aprovechar la oportunidad que se le presenta para dar el golpe de su vida que le proporcionará el suficiente dinero para no tener que efectuar más robos.
Sin embargo, pronto veremos que ha elegido al hombre equivocado, todo se hunde bajo sus píes, incluída Diana, que se le escurre de entre las manos.
Roger Brow es un antihéroe y la narración de Jo Nesbø hará que nos pongamos del lado de este estafador, cuya divertida maldad nos acaba ganando.
Es cierto que tras el éxito incontestable de la trilogía Millenium, todas las editoriales se lanzaron a descubrir nuevos o consolidados talentos escandinavos dedicados a escribir novela negra, aunque ya conocíamos al policía Kurt Wallander, del excelente creador Henning Mankell y como siempre ocurre con las sobredosis, casi consiguen el efecto contrario al buscado y entre tanta novela, se ha colado no poca mediocridad.
Este no es el caso y quien se adentre en la aventura de Roger Brown, seguirá con interés creciente las desventuras de este yuppie metido a ladrón que creía tenerlo todo controlado y al que las cosas se le empiezan a torcer cuando se topa con la horma de su zapato y de buenas a primeras se encuentre con que no es tan listo como creía, sino un auténtico aficionado sometido a un verdadero depredador que no se va a limitar a perseguirle, sino que quiere martarle tras despojarle de todo lo que ama.
Una novela que atrapa, con constantes giros narrativos conforme avanza la trama que hacen que no puedas dejar su lectura en pos de conocer la solución a tanto crescendo en la intriga.



miércoles, 17 de mayo de 2017

LOS PANZERS DE LA MUERTE

En 1943, el ejército alemán está sufriendo grandes pérdidas en el frente oriental, a pesar de lo cual, Hitler da la orden de no retroceder ante el enemigo, algo que a la vista de los hechos consumados no deja de ser una quimera.
El 27º Regimiento Panzer, es en realidad un batallón de castigo, compuesto en su mayoría por delincuentes comunes o políticos, que van desde los condenados por incesto, hasta los disidentes.
El regimiento acaba de regresar de Stalingrado, donde ha resultado diezmado por los soviéticos tras un año de sangrienta lucha.
Recibe el encargo de llevar a cabo una misión tras las líneas enemigas, habrán de volar un convoy ferroviario que transporta gran cantidad de combustible destinado a vehículos y tanques del Ejército Rojo.
En caso de que la misión acabe con éxito, la unidad podría obtener el perdón total y el ejército alemán dispondría de un tiempo precioso para proceder a una retirada táctica que le dará oportunidad de reagruparse.
El jefe de la unidad aspira a ganarse la Cruz de Hierro si la operación se resuelve con éxito, aunque queda la duda de si se puede confiar en los altos mandos que han diseñado la misma.


Está basada en la novela del mismo nombre del escritor danés Sven Hassel que combatió enrolado en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, publicada por primera vez en 1959 y que fue la segunda de la serie que escribió apoyada en sus propios recuerdos, aunque esto ha sido puesto en duda.


Los protagonistas de la película son un variopinto equipo que forma parte del 27º Regimiento, entre los que encontramos al sargento Willie Beier (apodado El Viejo) (Keith Szarabajka), un hombre que teme por la seguridad de su esposa e hijo si desobedece a los nazis; el cabo Joseph Porta (Bruce Davison), un autoproclamado comunista que siempre intenta mantener el ánimo, ya sea a través del juego, la bebida o la simple tontería; el cabo Hugo Stege (Branko Vidak); el joven Sven Hassel (Slavko Stimac), personaje basado en el verdadero Sven Hassel, el escritor de la novela; Wolfgang Creutzfeldt (también conocido como Hermanito) (Jay O. Sanders), un corpulento y a menudo violento gigantón y Bauer (Boris Komnenic), un individuo silencioso pero amable convicto de asesinato. A ellos se suman Alfred Kalb (alias El Legionario) (David Patrick Kelly), ex-miembro de la Legión Extranjera de Francia que dice ser musulmán, convicto de poligamia; un joven soldado inexperto, apodado Freckles (Anton Sosic), convicto de incesto con su hermanastra y su nuevo comandante Capitán Erich von Barring (D.W. Moffett), un oficial de recto proceder que esperaba una posición mejor que la que ocupa, pero hace su trabajo obedientemente de todos modos.


Los batallones de castigo eran considerados a menudo prescindibles, en ocasiones un verdadero engorro, pues lo mejor era librarse de quienes los integraban, así que no dudaban en enviarlos para acometer misiones suicidas, por lo que el sádico coronel Von Weisshagen (David Carradine) decide enviar al 27º a la misión que hemos mencionado al principio.


Como testimonio bélico, el film está en bastantes aspectos alejado de la realidad, ni los batallones de castigo tripulaban tanques, ni menos aún estos vehículos pululaban por ahí poco menos que a su albedrío como se ve en la película.
Otras cosas tampoco parecen muy reales, pero sirven para darle al conjunto el tono entre irónico y jocoso que Hassel imprimía a algunos capítulos de sus novelas.


En otros aspectos, deja bastante que desear, se nota que es una película de bajo presupuesto y ni la ambientación, ni los efectos especiales, tan importantes en este tipo de películas, están demasiado conseguidos, dando en todo momentos sensación de pobreza.
Algunas actuaciones retratan bastante acertadamente a los personajes de la novela en que se basa y en la película intervienen, más como reclamo que por otra cosa, Oliver Redd y David Carradine, si este tiene un papel pequeño, aunque desempeñado con solvencia, aquel, apenas aparece en una escena.
El resto del elenco, irregular, con algunos personajes que, como queda dicho, sí que están bastantes de acuerdo con los que pueblan las novelas de Hassel, quizá Hermanito y sobre todo Porta, sean los que proporcionan más juego.


No es una buena película, aunque quienes hayan leído las novelas del autor danés podrán reconocer y quizá emocionarse con los recordados personajes y quienes leyeran concretamente Los panzers de la muerte, revivirán alguno de los episodios que en ella se relatan.
El espectador que no conozca la obra de Hassel, puede perderse muchos detalles e incluso resultarle caótico y confuso, el desarrollo de la acción.
Lo mejor, algunos diálogos de los personajes y el justiciero final de la película.




martes, 16 de mayo de 2017

LA CIUDAD DE LOS PRODIGIOS

"La ciudad de los prodigios" es la obra más ambiciosa y extensa de Eduardo Mendoza.
En el periodo de tiempo que transcurre entre las dos Exposiciones Universales celebradas en Barcelona –esto es, entre 1888 y 1929–, asisitimos a la ascensión de Onofre Bouvila, repartidor de folletos de propaganda anarquista y vendedor ambulante de crecepelo, hasta la cima de un poderío a la vez delictivo y financiero.
La ciudad, Barcelona, se convierte en otro personaje importante de la novela y, entre estas dos emblemáticas fechas, la narración nos relata cómo va creciendo y cambiando su fisonomía por mor de las nuevas construcciones, de las situaciones sociopolíticas y de los recién llegados que vienen a poblarla.
Puede que lo más llamativo de la novela sea el juego continuo entre realidad y ficción del que Mendoza hace partícipe al lector, que se ve subyugado por la maestría con que el autor mezcla ambas circunstancias, haciendo aparecer personajes históricos y situaciones reales que mezcla con la ficción hasta hacer dudar al lector, sobre todo cuando relata pequeñas anécdotas, prácticamente cotilleos, de si aquello en verdad sucedió o es fruto de la imaginación del escritor.
Junto a Bouvila y otros personajes totalmente ficticios, aparecen, bien relacionados con el protagonista o simplemente mencionados en relación a la trama, el general cartaginés Anibal Barca, Cánovas del Castillo, el príncipe Nicolás I de Montenegro, el Papa León XIII, el torero Lagartijo, Alfonso XIII, su madre, la reina María Cristina de Habsburgo o su esposa Victoria Eugenia de Battenberg, el general Primo de Rivera, los alcaldel Francesc Rius i Taulet y Darius Romeu i Freixa, Antonio Gaudí, además de San Restituto, Santa Leocadia, Santa Quiteria, San Ezequiel, Santa Lucía, Santa Eulalia y muchos más personajes históricos que, como digo, se entremezclan con los ficticios.
Onofre Bouvila, es un personaje en el que se realizan los sueños de todos quienes se han visto obligados a llevar una vida sin futuro, muchas veces al servicio de los poderosos, y por su mediación se cumplía una venganza colectiva. Y si efectivamente ha sido un malhechor, ¿qué más da?, decían sus conciudadanos, ¿acaso le cabe a un hombre hoy en este país otra salida? Gracias a las aventuras del protagonista, la novela tiene buen ritmo y su lectura se hace amena, además, de cuando en cuando, el particular e inteligente sentido del humor de Eduardo Mendoza, sale a relucir para redondear este singular juego de realidad y ficción que despierta la imaginación del lector y que viene a conseguir una maravillosa novela.



lunes, 15 de mayo de 2017

AMERICAN PSYCHO

Me llamo Patrick Bateman (Christian Bale). Tengo 27 años. Me gusta cuidarme, sigo una dieta equilibrada y un programa de ejercicios riguroso. Por la mañana, si tengo la cara un poco hinchada me pongo una máscara relajante mientras hago flexiones. Ahora llego hasta mil. Cuando me la quito, me pongo una loción para limpiar los poros. En la ducha, me aplico un gel purificador al agua y luego un limpiador corporal de miel y almendras. En la cara, un gel exfoliante. A continuación, una mascarilla facial a la menta. Me la dejo diez minutos mientras sigo con mi rutina. Siempre uso una loción para después del afeitado con poco o nada de alcohol porque el alcohol reseca la piel y te hace parecer mayor después, un fluido hidratante, un bálsamo contorno de ojos anti arrugas y para terminar, una loción protectora hidratante.
Así se nos presenta este ejecutivo de Wall Street y es que en el ambiente en que se mueve, nada hay más importante que la imagen.
Patrick es un narcisista que empieza a estar obsesionado con Paul Allen (Jared Leto), un hombre al que empieza a considerar más perfecto, más guapo, más elegante y con más clase que él. No soporta eso. Un día se va con Paul a cenar a un restaurante y le emborracha. Le lleva a su piso, pone su CD favorito y le sienta en un sofá cuidadosamente cubierto para no mancharlo todo. Después se pone un chubasquero para no salpicarse el traje, y le propina un hachazo en la cara.


El guión adapta la novela del mismo título de Bret Easton Ellis. En realidad coge los capítulos más significativos de la misma y los plasma en imágenes, en general capta bastante bien la esencia de la misma.


Magistral interpretación de Christian Bale en un papel lleno de matices y de cambios de personalidad, un tipo complejo que supone todo un reto de interpretación del que Bale sale airoso.
Llamativa banda sonora que incluye algunos éxitos de los 90 y espléndidos trabajos de fotografía, ambientación y vestuario.
Es de esas películas que tienen muchos momentos para el recuerdo, con escenas que perduran en la memoria y que, casi siempre tienen que ver con situaciones violentas, como el asesinato de Paul Allen, que nos trae a la cabeza momentos de La naranja mecánica o Reservoir Dogs; o el encuentro con el mendigo en el callejón; pero también hay otras escenas muy ilustrativas del espíritu de la película, tales como el pago con tarjetas en el restaurante, al inicio del film o el desafío por ver qué tarjeta de visita es más bonita. Pero hay muchas más.


Si alguien tiene curiosidad y busca información sobre este film, encontrará una catarata de opiniones e interpretaciones sobre él. Precisamente este es uno de los atractivos de la película, que el final que se nos propone, deja abiertas un montón de dudas sobre qué es lo que hemos estado viendo, si un relato de situaciones en las que ha participado el protagonista, si todo era producto de su imaginación o si unas veces eran situaciones reales y otras imaginadas. Mary Harron lo plantea tan bien y con tanta imaginación que te tienes que rendir a su habilidad y a los recursos visuales que emplea para meter al espectador en este barullo en el que se le deja la posibilidad de que sea él quien decida qué es lo que ha ocurrido, porque para cualquiera de las soluciones va dejando pistas que hace que todas ellas sean posibles.
No es un film de terror, como se ha vendido en las promociones, aquí no hay sobresaltos ni se juega con el miedo del espectador, todo lo contrario. Lo que sí abunda es un humor negro, negrísimo y una crítica despiadada contra este mundo de yuppies en el que la apariencia lo es todo, poblado por una fauna de gente que ha estudiado en los más prestigiosos colegios y universidades que forman parte de una casta en la que es muy complicado entrar porque muchos de ellos forman parte de ella desde la cuna y que, a pesar de su buena preparación y de que son personas cultivadas, no siempre están en un puesto para trabajar, de hecho algunos, como el protagonista, se ve que trabajan poco, siempre le vemos en su pequeño pero lujoso despacho viendo la tele, ordenando a su secretaria que le reserve mesa en algún restaurante de moda, escuchando música o teniendo largas conversaciones telefónicas en las que se habla más de apariencias y cotilleos que de trabajo.
Una película de culto que no todo el mundo apreciará, seguramente habrá muchos espectadores que no le encuentren la sustancia, sin embargo a mí me parece que es un gran film.




viernes, 12 de mayo de 2017

PANTALEÓN Y LAS VISITADORAS

La historia se desarrolla en Perú, cerca de la frontera con Colombia. "Altos mandos” del ejército se reunen y acuerdan poner en marcha una "difícil misión". El hombre elegido para llevar adelante la empresa es el capitán Pantaleón Pantoja (Salvador del Solar), honrado, trabajador, honesto esposo y hombre dedicado a su institución, que será enviado por sus superiores a Iquitos con el encargo de mantener todo bajo el mayor de los secretos. El encargo consiste en montar un servicio ambulante de prostitutas para la zona de frontera en la selva amazónica y aliviar así los fogosos ímpetus libidinosos de la tropa. Las mujeres han de estar dispuestas a viajar por los ríos de la selva. Pantoja, tan organizado como siempre, rellena estadillos con los nombres de guerra de las chicas, les hace una especie de uniformes y desarrolla un plan basado en los minutos que cada soldado puede tener con ellas.... Lo reservado de sus misión obliga a Pantaleón a ocultar las cosas a su esposa Pochita (Mónica Sánchez). Todo va bien hasta que Pantaleón cae rendido ante los encantos de la bella Colombiana (Angie Cepeda), y el interesado locutor de radio El Sinchi (Aristóteles Picho) hace público el tinglado. Un confuso incidente termina por complicar las cosas para Pantaleón, quien después de pronunciar en el cementerio un responso en uniforme por la Colombiana liquida toda posibilidad de conservar su secreta misión.


Llevar al cine la novela de Vargas Llosa fue una idea de José Enrique Croucillat, un productor peruano que quería hacer algo para televisión y al final terminó haciendo esta película, a pesar de que al director Francisco Lombardi no le entusiasmaba la idea porque, aunque le encantaba la novela de Vargas Llosa en que se basa, le parecía muy difícil de adaptar, porque está construída sobre los informes que envía Pantaleón a sus superiores, por lo que no es una novela que esté planteada en términos de escenas dialogadas. Y el encanto de la novela está, evidentemente en el argumento, que es original, es curioso, pero sobre todo en la gracia que le producen al lector dichos informes y la forma en que están redactados.
Seguramente esa es la razón de que Lombardi imponga una visión muy personal de la novela en la que subyace una impresión mágica, un relato con algo de fantástico e irreal en el que mezcla lo actual (teléfonos móviles, ordenadores portátiles...), con lo antiguo, a lo que contribuye el gran trabajo de fotografía que abunda en tonos amarillos y rojizos que tratan de darle el aspecto que tenían las películas antiguas norteamericanas sobre África.


El film es algo más que una comedia graciosa, que lo es, porque en algunos momentos no puedes evitar una sonrisa, incluso una carcajada, debajo de ese envoltorio, muy bien conseguido, por cierto, está la complicada y emotiva historia de amor entre el protagonista y la Colombiana y la tremenda crítica contra la hipocresía social, contra el periodismo manipulador, contra las anquilosadas estructuras de ejército y por ende del poder (incluída la Iglesia), donde los que mandan jamás dan la cara cuando las cosas van mal y siempre buscan a alguien a quien endosarle los fracasos.
Una película bien hecha, bien interpretada, con una estupenda Angie Cepeda que, además de un físico explosivo, sabe dar a su personaje un tono de misterio y voluptuosa seducción que resulta fascinante.
Todo un descubrimiento de un cine que apenas conocemos, que nada tiene que ver con el del poderoso vecino del norte y que demuestra que también tienen buenos profesionales y gente con el arte suficiente como para hacer un producto no exento de calidad. Recomendable.




jueves, 11 de mayo de 2017

TAMAÑO NATURAL

Michel (Michel Piccoli) es un dentista parisino de 45 años con un matrimonio en decadencia, aunque su mujer, Isabelle (Rada Rassimov) acepta sus continuas infidelidades. Michel, dentro de su creciente soledad, recibe por correo un maniquí del que se enamora y decide divorciarse de Isabelle. Las personas cercanas a él asumen la realidad de diverso modo. Su madre admite de buen grado la situación, vistiendo a la muñeca con sus trajes de cuando ella era joven mientras la habla, llegando a afirmar sarcásticamente que ya había pasado más tiempo con el maniquí que con Isabelle, con quien mantiene una mala relación. Sus amigos encuentran la situación hilarante, regalándole una muñeca pequeña como si se tratara de su hijo. Isabelle, cuando descubre que su marido se ha enamorado de un maniquí, enfurece y acaba por comportarse como si también fuera una para intentar recuperar a Michel.
El enamoramiento de Michel es total. Admite que su muñeca, a la que da diversos nombres a lo largo de la película, cumple todos los requisitos que él espera de una buena mujer: es atractiva, su piel no envejece, no habla, ni enferma, ni tampoco pide caprichos. En su delirio, llega a escenificar una boda y grabar en vídeo sus mejores momentos. Sin embargo Michel descubre las infidelidades de su maniquí con varios hombres, acabando simbólicamente con la vida de la muñeca.


Controvertida película del maestro levantino que aún hoy sigue siendo valorada de forma dispar, desde quien considera que es una genialidad, hasta quien la califica como un error absoluto en la carrera de Berlanga.


Sea como fuere, para el propio Berlanga, era la película que más le satisfacía, junto a El verdugo. Estaba feliz no sólo del resultado, sino de lo medios con los que había contado, con los actores y con haber podido tener a sus órdenes al gran decorador Alexandre Trauner, un verdadero mito en la profesión, que había colaborado con directores de la talla de Billy Wilder, Howard Hawks, Orson WellesJohn Huston, Joseph Losey, Fred Zinnemann o Bertrand Tavernier y que ganó un Oscar por El apartamento.
El film es fetichismo puro, al menos en su envoltorio, por debajo se pueden sacar varias lecturas, quizá la más obvia, la crítica a una cierta clase de burguesía insatisfecha que no acaba de madurar a lo largo de su vida, comportándose siempre de manera infantil.
En España, cuando se estrenó, fue recibida de manera desigual, pues Luis Buñuel echó pestes sobre ella y la calificó de casi pornográfica, algo que Berlanga no comprendió nunca y más teniendo en cuentas que Buñuel no era un mojigato precisamente y pensando que era lo que más se acercaba al cine de Buñuel de cuanto había hecho, pero esta opinión del genio de Calanda, hizo que una parte de los cineastas españoles emergentes, pusiera reparos a la calidad del film.
El maniquí que aparece en la película, fue hecho ex profeso, costó una pasta y el presidente de la Paramount, que producía la película, al enterarse de lo que había costado, manifestó que por ese precio, prefería haber contratado a Brigitte Bardot y tenerla quieta durante toda la película.
Lo cierto es que la película está hoy casi olvidada dentro de la filmografía de Berlanga, incluso mucha gente ni sabe que es de él.