jueves, 31 de marzo de 2022

UNA SIRENA SOSPECHOSA (ESPÍA POR ERROR)

 


Bruce Templeton (Rod Taylor), co-propietario de un gran laboratorio de investigación aeroespacial, conoce a Jennifer Nelson (Doris Day) cuando ella está enfundada en un disfraz de sirena ayudando a su padre que se dedica a hacer visitas guiadas para turistas en su embarcación. Cuando Bruce descubre que Jennifer está empleada en su empresa en el departamento de relaciones públicas, hace que le acompañe para que sea su biógrafa únicamente con el fin de ganarse su afecto. Sin embargo, su socio y amigo, por una serie de extraños enredos, está convencido de que Jennifer es una espía soviética y la tiene sometida a vigilancia.


Los equívocos que provoca la vigilancia sobre la protagonista y la reacción de ésta cuando se entera y decide demostrar a los hombres que no es tan tonta como ellos creen, es lo que sirve para desarrollar las divertidas situaciones que se suceden a lo largo del film.


Frank Tashlin, realizador del film, trabajó durante varios años escribiendo chistes y como supervisor de animación para la Warner Brothers y, sin duda, eso influye en el énfasis que pone en esa especie de humor bufonesco que preside film que, en su momento, al parecer, no fue demasiado bien entendido por el público, pero es cierto que resulta patente en la película, porque muchas de las escenas de humor podrían formar parte de las secuencias que vemos en los dibujos animados de Bugs Bunny o del Coyote y el Correcaminos, por citar dos ejemplos.
El argumento de la película es una tontería absoluta, pero está muy bien hecha y ¡qué caray!, te hace reír, así que dados los tiempos que corren ¿qué más vamos a pedir?




miércoles, 30 de marzo de 2022

THE CLEANER

 


Buck Enderly (King Orba), un hombre de mediana edad, sobrevive con el dinero justo para pasar el día, moviéndose en su vieja bicicleta de una casa a otra para realizar trabajos de limpieza de los clientes de una lista que heredó de su madre. La impresión que tenemos es que no siempre fue así, pero tampoco demasiado mejor cuando Buck vendía autocaravanas como la que ahora le sirve de vivienda. Al menos, el dinero que gana le deja para poder comprar un poco de hierba a su amigo James (James Paxton), mientras hace malabarismos para compaginar su trabajo y cuidar de su madre, medicada y amante de la cerveza. Carlene ( Lynda Carter), una nueva clienta, le pide que encuentre a su hijo, un tipo con problemas que no quiere ser encontrado. Sin coche, sin teléfono móvil y sin ordenador, Buck se pone a ello ayudado por Craig (Faust Checho), su hermano policía y por su amigo James que, al menos, sabe manejarse en las redes sociales. Es evidente que Buck no está capacitado para llevar adelante este trabajo, pero Carlene pone en sus manos dinero en efectivo. 


Buck recoge pistas simples y obvias mientras recorre en su bici las calles del este de Los Ángeles, haciendo preguntas inocuas, del estilo de "¿Has visto a este hombre?", probablemente porque así lo ha visto hacer en las películas. Las tramas paralelas tienen las complicaciones suficientes como para mantener el interés, aunque no se profundice demasiado en ellas: La madre que se pasa buena parte del día en la cama viendo la tele; la nueva y joven vecina que mantiene una relación tóxica; el amigo que trapichea con hierba; el hermano policía que se distanció de la madre hace algún tiempo y va a casarse en breve o la antigua cantante, ya retirada de los escenarios, que le contrata para que encuentre a su hijo, un chico ya no tan joven, problemático, con el que tuvo una fuerte discusión y al que quiere comunicarle su amor antes de que la enfermedad que le han diagnosticado acabe con ella.
 

Es una película humilde que da toda la impresión de haberse hecho con no demasiados medios, pero a los que sabe sacar partido. Básicamente se centra en la vida del protagonista, él y todos lo que le rodean viven al borde la indigencia, pero aún tienen medios y oportunidades para sobrevivir, aunque sea como los pajarillos, poco menos que al día, sin saber muy bien qué va a ser de ellos mañana o pasado y logrando mantener cierta dignidad en sus vidas.
Tampoco tiene demasiada importancia el crimen en que se ve involucrado Buck, más que otra cosa sirve para abrir el film mediante un flashforward, con una situación a la que regresamos en el último tramo de la película y que da pie para cerrar la historia de forma bastante digna.
Una prueba de que, para hacer tu primer film no es necesario acudir a grandes presupuestos, ni efectos espectaculares, más bien es suficiente (que no es poco), con un guión bien trabajado que tenga algo que contar, actores que sepan hacer creíbles sus personajes y tener cierta soltura y un mínimo de arte a la hora de mover la cámara. 
Ya digo que es humilde, no es nada del otro mundo, pero ni mucho menos aburre. 




martes, 29 de marzo de 2022

EL DILEMA

 


Jeffrey Wigand (Russell Crowe), científico y directivo de la famosa tabacalera norteamericana Brown and Williamson, descubre el secreto que la industria del tabaco oculta celosamente: las sustancias que crean adicción en los fumadores. Lowell Bergman (Al Pacino), un productor televisivo, arriesga su carrera al invitar a su programa a Wigand, que ve cómo su vida se desmorona tras revelar la verdad a la opinión pública.


El guión, de Eric Roth y Michael Mann, realizador también del film, adapta un artículo periodístico de Marie Brenner publicado en "Vanity Fair", titulado "El hombre que sabía demasiado", que a su vez recoge la comprometida situación de una persona enfrentada a una poderosa empresa de tabaco afectada por haber desvelado ciertos secretos que atañen a la salud pública. La historia de un hombre, normal y corriente, enfrentado a una poderosa empresa que le hará la vida imposible si viola su contrato de confidencialidad.


Es la industria del tabaco, pero podía haber sido cualquier otra gran corporación la que sirviera de telón de fondo, porque la película, más que tratar sobre los peligros del tabaco, algo, por otra parte, conocido de sobra, lo que plantea es una especie de aviso a navegantes: Si te vas a enfrentar a los poderosos, a los que de verdad toman decisiones, los dueños del dinero y pretendes ponerles contra las cuerdas, átate los machos, porque aunque tengas suficientes pruebas para desenmascararlos, te van a hacer la vida imposible, el cerco a que te verás sometido resultará insoportable y va a afectar a todos los aspectos de tu vida hasta conseguir que desistas o, cuando menos, que te lo replantees. 
Paralelamente, asistimos a las situaciones que rodean el complicado mundo del periodismo. Al fin y a la postre, los medios de comunicación viven de las ventas y de la publicidad, si das cobertura a quien denuncia a quienes manejan los hilos, también los vas a tener enfrente o, lo que es peor, te vas a dar cuenta, si no lo sabías, que son los mismos, porque muchas veces tienen intereses directos en esos medios o los manejan entre bambalinas y el periodista se puede ver acorralado por las presiones de sus superiores o por la prohibición directa de que siga adelante con sus denuncias. 
Un film largo (son más de dos horas y media) que, sin embargo, mantiene el interés durante todo el metraje porque los elementos dramáticos que introduce en la historia real que sirve de fondo, están muy conseguidos gracias a un buen guión y a unas interpretaciones de gran nivel que sacan todo el partido de cada uno de los personajes. Un Al Pacino contenido, lejos de algunos de sus típicos histrionismo y Russell Crowe que completa una de las mejores interpretaciones de su carrera. 
Muy recomendable.




lunes, 28 de marzo de 2022

LA BESTIA DE LA GUERRA

 


Tras completar una misión durante la guerra entre la Unión Soviética y Afganistán, un tanque soviético, comandado por un tiránico oficial, se aleja del resto de la columna y se pierde en mitad del desierto, alejándose cada vez más de la base y a merced de los rebeldes muyahidines afganos.


Si bien el asunto del absurdo de las guerras, que desata lo peor de los comportamientos humanos, ha sido tratado, seguramente con mayor brillantez, en otras ocasiones, no deja de tener su mérito este film que, sobre todo, invita al debate y a la reflexión sobre este triste tema, por desgracia, recurrente en el devenir de la humanidad.


Bien retratado el ambiente hostil de los paisajes desérticos, con las montañas afganas peladas y amenazantes que aumentan la sensación de pánico y desesperanza de la tripulación del blindado a merced de un enemigo invisible que se vuelve más amenazante a medida que las municiones, lo único que les da superioridad sobre ellos, se agotan y con ellas, las posibilidades de salir con vida ante unos hombres que han vivido en sus carnes todo el terror del ataque a su aldea que ha sido borrada del mapa, con niños, mujeres y ancianos masacrados sin piedad, incluso de forma cruel y que buscan venganza. Unos hombres encerrados en una ratonera entre un enemigo despiadado y la paranoia que sufre su jefe. Quizá el final resulta poco imaginativo, pero en general, es una película bastante realista en su tratamiento del conflicto, con personajes atractivos y cuya acción presenta logrados momentos de gran tensión psicológica.




viernes, 25 de marzo de 2022

ATLANTIC CITY

 


A Lou Pascal (Burt Lancaster), un viejo gángster de poca monta que consigue algún dinero con las apuestas y que siempre soñó con llegar a ser más de lo que es, lo mantiene en realidad Grace Pinza (Kate Reid), la viuda de su antiguo jefe. En el mismo edificio que ellos y que será demolido en breve, vive Sally (Susan Sarandon), una atractiva mujer aspirante a croupier cuyo cuerpo lo tiene obsesionado. Aunque Sally no conoce a su vecino, este la espía desde su ventana cuando hace su ritual diario de darse friegas de limón recién cortado, jabón y perfume sobre su cuerpo para quitarse el olor a pescado. Sally estudia para conseguir su sueño, quiere ser más culta y aprender francés para trabajar algún día en los casinos de Montecarlo, aunque mientras tanto, trabaja abriendo ostras en el Resorts Casino . 
Los sueños de estos personajes se verán afectados por la llegada a Atlantic City de Dave Matthews (Robert Joy), el marido holgazán de Sally a la que abandonó, y su actual pareja, la embarazadísima Chrissie (Hollis McLaren), que resulta ser la hermana menor de Sally. Lo que Sally desconoce es que Dave y Chrissie traen consigo un importante alijo de cocaína robado a una organización criminal.


Un anciano que dice que fue gangster, que trabajó para los grandes, Capone y compañía y que fue compañero de celda de uno de ellos, cuando en realidad solo estuvo con él cinco minutos durante un alto en un traslado en una comisaría. Todo patrañas inventadas y la única vez que tuvo que actuar para defender a su jefe del que era guardaespaldas, salió huyendo. Ahora vive de las migajas de la viuda de su antiguo patrón como recadero y chico para todo, cuidando a esta anciana, vieja belleza local que vino a la gran ciudad a participar en un concurso de dobles de Betty Grable y se pasa el día en la cama quejándose de dolencias la mayoría inventadas.
Una joven sin apenas estudios que se prepara para conseguir su anhelo de ser croupier de black-jack, tratando de cultivarse escuchando música clásica y oyendo cintas de un curso de francés porque sueña con trabajar un día en los casino de Montecarlo.


Un grupo de personajes en proceso de demolición, como la misma ciudad que derriba viejos edificios para renovar su aspecto. A ellos la oportunidad les llega cuando matan al marido de Sally que la abandonó por su hermana, un tipo al que sus enemigos no quieren ni muerto porque no vale nada. El viejo Lou venderá la droga y todos saldrán beneficiados de este detestable negocio y a pesar de dedicarse a él, nos caen en gracia, nos resultan amables, nos dan pena y deseamos que las cosas les salgan bien.
Una mezcla de cine europeo y americano en la que Louis Malle desarrolla una historia que ni es de amor, aunque Lou esté enamorado de Sally en un amor del todo imposible; ni es una comedia, aunque tenga diálogos y situaciones impagables que nos hacen sonreír a menudo; ni acaba de ser un drama, porque aquello, en general, acaba bien para todos. Su virtud está en que sabe ensamblar a la perfección esta especie de mezcolanza con su estilo ligero, clásico, sencillo y muy eficaz y unos personajes muy bien desarrollados e interpretados (nominaciones a los Oscar para el director y para Lancaster y Sarandon) y que con esa sátira y el humor en que está envuelta, resulta de lo más agradable e interesante. Sin duda una acertada opción para pasar un rato de buen cine.




jueves, 24 de marzo de 2022

CONFIDENCIAS (GRUPPO DI FAMIGLIA IN UN INTERNO)

 


Un profesor norteamericano que dejó su trabajo hace años, lleva una vida solitaria en su lujoso palazzo de Roma. Una noble italiana, casada con un rico industrial francés, se cuela en la casa, a la que van llegando sus acompañantes: su amante, su hija y el novio de su hija; pretenden que les alquile el piso superior del edificio y, aunque al principio se niega, poco menos que se ve obligado a ceder a sus pretensiones. Su sosegada vida se verá entonces perturbada por las maquinaciones de sus inquilinos.


Un espacio escénico que se reduce a las habitaciones del decadente y barroco palacio del protagonista es el entorno en que se desarrolla este profundo retrato humano que alcanza su máxima altura en lo diálogos entre los personajes de Lancanter y Helmut Berger, dos solitarios a los que la vida ha llevado por distintos caminos y cuyas formas de ser disecciona con brillantez Luchino Visconti. La soledad buscada del primero, puede ser entendida como cobardía ante el hecho de relacionarse con otros, o como reconocimiento de derrota y hastío ante la vida misma que considera fracasada, refugiándose en la perfección del arte ante la imperfección de las personas. 
El segundo, el personaje de Berger, cuyas convicciones de hombre culto, combativo y lo que llamaríamos en lenguaje actual, progresista, con la realidad de su existencia, vendido a la clase social a la que aborrece a cambio de dinero y comodidades, es, al tiempo que el retrato de un personaje, una crítica a las actitudes de cierta izquierda, tras cuya fachada de frases y gestos grandilocuentes, esconden una vida acomodada que nada tiene que ver con los postulados que defienden.


La película tiene algo de autobiográfico, con un Visconti gravemente enfermo (de hecho, la película comenzó su rodaje únicamente cuando las productoras y la aseguradora, obtuvieron el compromiso firme de Burt Lancaster, de que se pondría tras la cámara si Visconti no podía seguir dirigiendo), el testimonio de una persona que siente las pisadas de la muerte como si fuera un vecino molesto en el piso de arriba. Al final, el viejo profesor se rinde a la ruidosa y molesta familia que ha venido a perturbar la quietud de su existencia, pero a la que debe un último viento de frescura y que le haya devuelto el subyugante encanto de la juventud y sus contradicciones.


Magníficas interpretaciones, sobre todo de los actores citados y no menos llamativos los detallados encuadres que contribuyen a realzar el simbolismo de las imágenes para una película que quizá no tiene el reconocimiento que se merece dentro de la filmografía del maestro italiano. 
Curiosa la casi fugaz aparición en pantalla, sin acreditar, de Claudia Cardinale (bellísima), cuando el profesor evoca la imagen de su esposa.
Entre la inevitable música de Mozart que acompaña algunas secuencias del film, encuentra también su hueco Iva Zanicchi interpretando, entre otras, esta "Testarda io" que sirve de fondo al arranque de esta perturbadora y muy significativa secuencia de la película:    




miércoles, 23 de marzo de 2022

DUELO DE TITANES

 


Wyatt Earp (Burt Lancaster), el sheriff de Dodge City, viaja hasta la ciudad de Tombstone (Arizona) para ayudar al marshall de la misma, su hermano Virgil (John Hudson), que le ha solicitado su presencia para tratar de pacificar la situación provocada por la banda de los Clanton, una poderosa familia que tiene atemorizado a todo el pueblo. Hasta allí ha cabalgado con John "Doc" Holliday (Kirk Douglas), un jugador borracho y tuberculoso a quien salvó la vida en una ocasión que le ayudará en su enfrentamiento con los Clanton.


El guión, de León Uris, desarrolla un artículo escrito por George Scullin sobre este  hecho real que tuvo lugar el 26 de octubre de 1881 en un lugar conocido como O.K. Corral, un tiroteo que duró treinta segundos, con el resultado de tres hombres muertos después de un intercambio de treinta y cuatro balas.
El relato que vemos en el film se toma bastantes licencias con respecto a la verdadera historia pues, por lo que parece, aunque es cierto que los Clanton capitaneaban una banda de atracadores de bancos y salteadores de trenes, no parece que los hermanos Earp fueran precisamente unas hermanitas de la caridad, ni los íntegros servidores de la ley que aquí se nos pintan, sino que tenían establecido una especie de coto privado en Tombstone donde imponían sus normas, no siempre tan imparciales como pudiera parecer.
Pero el planteamiento que hace el film es el de un enfrentamiento entre buenos y malos y adapta la situación a sus pretensiones.


Estamos ante un clásico del western, una historia que, con más o menos variantes, ha sido llevada unas cuantas veces a la pantalla. No voy a decir que esta sea la mejor versión, porque está aquello de los gustos y, lo cierto es que hay alguna otra de bastante nivel, pero la de John Sturges es mítica, entre otras cosas por ese maravilloso duelo interpretativo entre dos grandes monstruos de la pantalla y el elenco de maravillosos secundarios. 
El vestuario, de la no menos mítica Edith Head, alcanza sus diseños más llamativos en los modelos que lucen las dos principales intérpretes femeninas. Y tampoco podemos olvidar el apartado musical, a cargo de otro clásico del cine, Dimitri Tiomkin, que incluye la canción "Gunfight At The OK Corral", interpretada por Frankie Laine, de tonos épicos y muy pegadiza.




martes, 22 de marzo de 2022

SIETE DÍAS DE MAYO

 


En plena Guerra Fría, el coronel Martin 'Jiggs' Casey (Kirk Douglas), descubre por casualidad ciertos indicios que le llevan a tener fundadas sospechas de que su jefe, el general James Mattoon Scott (Burt Lancaster), lleva tiempo preparando un golpe de estado para derrocar al actual presidente, Jordan Lyman (Fredric March), un convencido pacifista que acaba de conseguir la aprobación del Congreso para firmar un tratado de desarme con la Unión Soviética, pero que, debido a las voces en contra, ve como su popularidad está por los suelos, mientras el general Scott y sus proclamas en favor de seguir la carrera armamentística, alcanzan gran predicamento entre la población. Llevado de su sentido del deber, el coronel Casey comunica al presidente sus descubrimientos y sospechas. Para conseguir desbaratar el golpe, el presidente y un reducido grupo de persona de confianza, habrán de reunir pruebas irrefutables, algo sumamente difícil por el riguroso secreto con que se están llevando los preparativos, en los que participan, además de altos cargos militares, algunos civiles, entre los que hay representantes políticos y de los medios de comunicación. Disponen apenas de siete días para conseguir sus propósitos, sin tener certeza de  en quién pueden confiar y en quien no.


Resulta curioso lo que ocurre algunas veces, tenía previsto ver esta película desde hace tiempo y, por fin, le llegó el turno. Lo que hubiera sido la contemplación de un buen film, porque lo es, con un cuadro de estrellas en los papeles principales y algunos de los mejores secundarios de Hollywood, pero cuyo argumento, interesante, sí, pero ya algo lejano en el tiempo, representando la paranoia que se vivió en los momentos más álgidos de la Guerra Fría, resulta que cobra una actualidad inusitada, por desgracia. El guión se basa en la novela del mismo título coescrita por el autor de novelas de ficción política Fletcher Knebel y por el periodista Charles Waldo Bailey II. Es cierto que pensamos que en EE.UU. es inconcebible un golpe de estado, pero Fletcher Knebel comentó que el argumento de la novela se le ocurrió tras entrevistar al antiguo jefe de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, el general Curtis LeMay, que había acusado el presidente John F. Kennedy de cobardía por su manejo de la crisis desatada por la Invasión de Bahía de Cochinos, sugiriendo su destitución. A este general y al senador Joseph McCarthy (el de la caza de brujas), se les cita explícitamente en el film y es que si en el país norteamericano resulta complicado que haya un golpe de estado, no será por falta de personas dispuestas, en determinados momentos, a llevar adelante planes de este tipo, normalmente retrógrados que se oponen a determinadas políticas pacifista, antirraciales o de integración social. El relativamente reciente asalto al congreso por los seguidores de Trump, demuestra que hay cosas impensables que pueden llegar a suceder. 
También cobra actualidad otro de los asuntos de la película que ya creíamos alejado en el tiempo, el de la utilización de las armas nucleares. La invasión de Ucrania por el megalómano ruso nos ha metido a todos el miedo en el cuerpo y nos viene a recordar que seguimos en manos de gente cuya salud mental resulta, cuanto menos, dudosa.


El film es una especie de thriller con notas dramáticas y unas leves gotas de romance de la mano del papel que interpreta Ava Gardner, a la que algunos ven desaprovechada, pero es que su papel no da para más y solo sirve para introducir una pasada infidelidad del general Scott, de la que ella conserva unas cartas que pueden ser utilizadas en contra del militar. 
El film está perfectamente planificado y sus piezas van encajando como un rompecabezas bien hecho, realizada con sobriedad, pero con auténtica destreza en la composición de planos y el desarrollo de la historia. La tensión dramática y la intriga se mantienen a lo largo de todo el desarrollo de una película con un innegable mensaje pacifista, un llamamiento a la cordura de los líderes políticos y una condena sin paliativos al fanatismo y a quienes postulan soluciones fuera de la legalidad. 
Interesantísima y muy bien interpretada, no tengo ninguna duda a la hora de recomendarla.




lunes, 21 de marzo de 2022

EL TEMIBLE BURLÓN

 


El capitán Vallo (Burt Lancaster), un pirata que aterroriza a las tripulaciones de los barcos que navegan por el Caribe, se involucra en los acontecimientos de la revolución de un país caribeño a finales del siglo XVIII.


En ocasiones olvidamos que el cine, pese a quien pese, no deja de ser una forma de expresión artística y, como tal, sujeta a diferentes miradas. El mundo está lleno de pinturas o esculturas que para unos son una auténtica tomadura de pelo y que otros ven como maravillas de la creatividad por las que estarían dispuestos a pagar y a colocar con todos los honores en el sitio más visible de su casa. En este film, habrá quien se quede con su trama bastante pedestre, un montón de situaciones chuscas, artificiosas e incongruentes, todo pensado para el lucimiento de su protagonista y sus acrobacias, pero de manera un tanto artificial.


Sin embargo, quien conserve cierta mirada infantil (lo digo sin ningún ánimo peyorativo, sino todo lo contrario), quizá sea capaz de sumergirse de nuevo en aquellas mañanas o tardes de domingo, cuando los niños íbamos al cine solo con nuestros amigos y, tras ver películas de este estilo, salíamos convertidos en el capitán Vallo, con su camarada de piruetas al lado, jugando a desplegar las velas, apretar las jarcias y gritando ¡timonel, rumbo noreste! 
Cuenta Christopher Lee, que tiene un papel secundario en este film, que la película estaba concebida como algo más serio, pero Robert Siodmak decidió convertirla en una comedia, cogió el guión, un retoque por aquí, otro por allá, ¡et voilà! 
Si queremos disfrutarla, quizá sea esta la única manera, tomarla como lo que es, un divertimento de aventuras, una comedia que tomada en serio se torna incongruente, pero que tiene el encanto de los número circenses de un Lancaster en plena forma, escenas cómicas inocentes, aquel característico colorín de cuando el cine estaba abandonando el blanco y negro y unos efectos especiales simples de cuando no se podían retocar las cosas en el estudio. 
¿Que puede resultar ridícula?, pues seguramente, pero también es entrañable.




viernes, 18 de marzo de 2022

EL HALCÓN Y LA FLECHA

 


La Lombardía del siglo XII está dominada por el puño de hierro del Conde Ulrich "El Halcón" (Frank Allenby), aunque los rebeldes aún resisten en las montañas. Este noble ejerce, en nombre del emperador, Federico Barbarroja, una auténtica tiranía sobre los habitantes de sus dominios. Tiempo atrás, la bella esposa del joven arquero Dardo Bartoli (Burt Lancaster), abandonó a este y a su hijo para irse a vivir con el Conde, pero Dardo, un tipo arrogante e independiente, amante de su libertad y de que cada cual viva su vida, muestra reparos a unirse a los rebeldes, actitud que cambiará cuando el Conde le quita a su hijo. Para vengarse, Dardo secuestra a su sobrina, Anne de Hesse (Virginia Mayo).


El guión es una especie de pastiche que toma cosas de Guillermo Tell y Robin Hood.


Clásico del cine de aventuras, con Burt Lancaster haciendo acrobacias a la menor ocasión demostrando sus aptitudes físicas innegables, secundado por su compañero de cabriolas Nick Cravat. Vista con ojos de hoy, su argumento es bastante simplón y machista a más no poder. 
Sin duda hará las delicias de los añorantes de las sesiones dobles infantiles.




jueves, 17 de marzo de 2022

VOCES DE MUERTE

 


El teléfono es el único medio que une a Leona Stevenson (Barbara Stanwyck) con el mundo exterior. Leona, hija de un poderoso magnate de la industria farmacéutica, es hipocondríaca y está postrada en la cama a causa de una dolencia psicosomática. Su marido Henry (Burt Lancaster) es un hombre de origen modesto, pero muy ambicioso, que se casó con ella para mejorar su posición, siendo en la actualidad vicepresidente de la empresa, pero sin ningún poder de decisión y al que no se hace llegar consulta alguna. Una noche lo llama por teléfono a la oficina y, entonces, se produce un cruce de líneas que le permite escuchar una conversación en la que dos hombres planean el inminente asesinato de una mujer. Leona se vuelve cada vez más desesperada y paralizada por el miedo, mientras trata de averiguar quién es la víctima para poder prevenir el crimen, convencida, además, de que los asesinos a los que escuchó, pueden venir a por ella.


Con diseño de vestuario de Edith Head, música de Franz Waxman y bien dirigida por Anatole Litvak (por cierto, emigrante ucraniano que se instaló en EE.UU. huyendo del comunismo), el guión se basa en una obra escrita para la radio por Lucille Fletcher, autora también de esta adaptación cinematográfica. El film traslada muy bien a la pantalla el relato radiofónico, transformándolo en un magnífico guión que lo convierte en una auténtica maravilla del suspense.


La parte central del relato se desarrolla en la habitación de la protagonista, pero por medio de bien dosificados flashback, la trama sale al exterior para explicar momentos del pasado de la historia y cómo y porqué se ha llegado al punto en que se coloca el presente de la narración, con un personaje, Leona, magníficamente interpretado, que despierta en el espectador sentimientos encontrados. Por un lado, empatía por la angustiosa situación que está viviendo, sola y prácticamente impedida en sus movimientos, en el piso alto de una casa con una impresionante y tenebrosa escalera, desamparada y con un teléfono como única comunicación con el mundo. Pero, por otra parte, Leona, como se nos muestra en las escenas que nos llevan al pasado, es un ser egoísta, una especie de niña mimada que, más que encontrar un marido, lo ha comprado y lo tiene sometido a la voluntad de su posesivo carácter como si de un objeto de lujo más de los que la rodean se tratara. La ansiedad que siente la protagonista y el miedo progresivo que va sintiendo, muy bien transmitidos, son el elemento central de este poderoso film a la altura de cualquiera de los grandes títulos de la época dorada del cine negro.




miércoles, 16 de marzo de 2022

GARCÍA Y GARCÍA

 


Hispavia, una aerolínea low cost de poca monta, se encuentra en graves dificultades. Ni sus números cuadran, ni sus aviones vuelan. En un intento desesperado por salvar la compañía, deciden contratar simultáneamente a un prestigioso consultor de aerolíneas y a un experto mecánico en paro. Los dos se llaman Javier García (José Mota y Pepe Viyuela). La casualidad y la desorganización de la empresa harán que sean confundidos e intercambien sus papeles, y mientras el mecánico es atendido por el dueño de la compañía y alojado en hoteles de lujo, el ejecutivo acaba en el hangar, enfundado en un mono. Perplejos y sin saber qué está sucediendo, ambos se van enfrentando a los cometidos del otro, hasta que los dos Javier García se encuentran y descubren el error.


Poco que comentar sobre esta película mediocre, una comedia que apenas hace reír, con situaciones forzadas en las que la realizadora y co-guionista, la navarra Ana Murugarren, no demuestra demasiado ingenio.


Una lástima que un film con un presupuesto aceptable dentro de lo que es el cine español y un elenco de actores del que quizá se podría haber sacado más provecho, haya resultado toda una decepción. Bastante prescindible.




martes, 15 de marzo de 2022

FUERZA BRUTA

 


Tras los muros de la superpoblada penitenciaría Westgate imperan el miedo y la violencia. El alcaide de la prisión tiene menos poder que los presos principales y los guardias, y el jefe de éstos, el capitán Munsey (Hume Cronyn), un pequeño dictador que se vanagloria de su poder,  mantiene hacinados a los presos y además, los somete a constantes torturas y vejaciones. Joe Collins (Burt Lancaster) y sus compañeros de celda, hartos de la situación, deciden organizar una fuga. Un plan temerario que tiene muchas posibilidades de acabar en un baño de sangre.


Cuando tus argumentos descansan en la fuerza bruta, puedes encontrarte con lo que no esperas, la reacción desesperada y suicida del sometido. Y es que la película, además de otras cosas, es una especie de parábola sobre los totalitarismos. Verla ahora, en estos malos tiempos que atravesamos, ha traído a mi mente imágenes bien recientes, al ver al jefe Munsey, en camiseta, con un hombre esposado a una silla al que está torturando en su despacho que preside una foto de él mismo colgada en la pared. Es claro a qué tipo de personajes dictatoriales quería retratar Jules Dassin en su película, hecha apenas dos años después de terminada la II Guerra Mundial, pero a mí me ha resultado todo muy "putinesco".


Los reclusos viven resignadamente su encarcelamiento, con proyectos de fuga que saben que no van a llevar a cabo y en los que, muchos de ellos, se niegan a participar. Pero cuando les aprietan las clavijas de forma injusta, cuando las vejaciones suben de tono y la mano dura impone su disciplina, el frágil orden establecido se quiebra, ya nada importa y están dispuestos al suicidio, porque eso es el intento de fuga que proyectan, pero ya todo da igual llegados a este punto. 
El agobiante ambiente carcelario y, también, la monotonía del mismo, se relajan de cara al espectador con unos cuantos flashback bien colocados a lo largo del film, en los que podemos ver, brevemente, situaciones concretas de la vida pasada de algunos de los inquilinos de la celda R-17, en alguno de los casos, el motivo que les ha llevado a prisión. Hay que señalar que estas escenas no estaban en el proyecto original de Dassin y fueron los productores quienes idearon su inclusión con el objetivo de que aparecieran mujeres en la película, pero quedan muy bien. 
Algunos verán en la película el típico drama carcelario, pero esas escenas típicas vienen, en cierto modo, de este film que fue el primero que introdujo algunos aspectos hasta entonces poco o nada tratados en este tipo de películas. Fiel a sus ideas que, a la postre le llevarían al exilio al verse incluído en la lista negra de Hollywood durante el macarthismo, Dassin postula un sistema penitenciario basado en el respeto a los reclusos y su película es, en cierto modo, una denuncia del sistema penal norteamericano, criticando el uso violento y caprichoso del poder, no me extraña que el senador McCarthy y sus secuaces le tuvieran entre ceja y ceja.