En el mundo hay tres tipos de personas: Las ovejas, los lobos y los perros pastores; nosotros somos los perros pastores que empleamos nuestra fuerza para defender a los débiles del ataque de los lobos.
Esta fue una de las enseñanzas que Wayne Kyle (Ben Reed), inculcó a sus hijos con motivo de una pelea en la que el mayor de ellos, Christ (Bradley Cooper), pegó a otro muchacho que estaba abusando de su superioridad con el hermano menor. Christ también aprendió a manejar armas, ya que a los ocho años, le regalaron un rifle Springfield con el que cazaba faisanes, codornices y ciervos acompañando a su padre.
Aunque junto a su hermano tenía planes para ganarse la vida participando en los rodeos, un día viendo la televisión quedó impactado por las consecuencias del ataque a una legación diplomática estadounidense en el extranjero y decidió intentar alistarse en las fuerzas navales para ayudar a su país y proteger a sus ciudadanos de la amenaza del terrorismo internacional.
Enrolado en la marina, Kyle, fue admitido en el programa de SEAL, en la especialidad de francotirador.
Durante su periodo de instrucción, conoce a Taya (Sienna Miller), de la que se enamora y con la que acabará casándose. El día de su boda, la Compañía Charlie del equipo número 3 de los SEALs, unidad a la que pertenece Kyle, recibe órdenes de partir hacia Irak, país al que EE.UU. ha declarado la guerra, concretamente a la ciudad de Ramadi.
El guión se basa en el libro de memorias del mismo título que la versión original del film y en el que Chritian Kyle explica su experiencia como tirador SEAL.
Lógicamente, algunas cosas están alteradas, quizá la más llamativa, la impactante secuencia, de la que se ha echado mano en el trailer, en la que una mujer aparece con una granada que entrega a su hijo para que este la lance contra un convoy norteamericano, mientras Kyle le tiene en el punto de mira. En el libro las cosas no se cuenta así, pues es la mujer la que va a lanzar la granada tratando de aprovechar la impunidad que le da llevar un niño en brazos. Con todo lo duro que es disparar a una mujer que lleva al niño cogido, no es lo mismo que disparar directamente al crío. Esta simple vuelta de tuerca del guión puede explicar hasta qué punto son llevadas al extremo algunas cosas en el film, cuando muchos pensarán que no hacía falta tanto, pero eso es otra cuestión.
Ya les adelanto lo que van a leer y escuchar en las críticas sobre este film, desde que es una americanada llena del más rancio patrioterismo, hasta las que, alineadas en la parte contraria, vean en el film un canto a los valores de entrega, sacrificio y compañerismo en pro de la salvación de la civilización occidental frente a la amenaza del islamismo radical y es que la película apenas admite medias tintas y, más que cómo está hecha o de qué cosas habla, la percepción que tenga de la misma el espectador está en la forma de verla y en los conceptos que uno traiga de antemano sobre aquellas actuaciones que narra.
El film se limita a contar lo que fue aquella campaña de Irak sin entrar en los motivos, lo de las armas de destrucción masiva que nunca existieron y todo aquello que recordamos porque forma parte de la historia bien reciente, así que, por tanto, tampoco se pronuncia sobre la legitimidad del ataque estadounidense, de buenas a primera nos encontramos transitando por las calles de Ramadi o de Fallujah, metidos en el pellejo de un francotirador formado en los valores de Dios, patria y familia, que no ve personas en aquellos sobre los que dispara, sino gente que va a atacar a sus compañeros de armas y que si él consigue eliminarlos antes, va a salvar la vida de unos cuantos marines. Estas son reflexiones del propio Kyle, a quien no le duele haber matado a quienes amenazaban con matar a sus compañeros, pero sí le remuerde la conciencia por las vidas de militares estadounidenses que no consiguió salvar.
Eastwood ha conseguido la maestría en la técnica cinematográfica, así que la historia está acompañada de una excelente calidad en el plano técnico, aunque quizá la narración puede hacerse un poco pesada en algunos momentos, en los que parece que el film avanza con lentitud, sobre todo cuando nos cuenta los problemas que su actividad lejos del hogar y poniendo su vida en peligro, le causa al protagonista en su relación conyugal, opino que lo mismo que nos cuenta, lo podría haber hecho con algunos minutos menos de película.
Habrá quien vea concomitancias lejanas con el western, esto de los tiroteos, aunque sea en la distancia y con armas de alta precisión, siempre nos trae esos recuerdos de los desafíos, en este caso el que protagonizan Kyle y el francotirador árabe que se inventa el guión del film y si encima están por allí Clint Eastwood y Ennio Morricone, pues eso.
La película trata de hacer una aproximación a la psicología de la guerra y al sentido moral del deber que mueve a quienes luchan en ella, una visión muy alejada del simplón pacifismo de quienes disfrutan de libertad para criticar a los militares gracias a que éstos se dejan su sangre y su vida en el frente por esa libertad. Además ellos no declaran las guerras, ni los armisticios, eso se hace en los despachos de los políticos, bien es cierto que casi siempre con alguna razón oculta que, de descubrirse, será cuando todo haya acabado y algunos no vivan para contarlo.
Bien interpretado por Bradley Cooper que lleva sobre sus espaldas todo el peso del film, creo que está logrado el retrato del protagonista, una persona de ideas simples (por sencillas) y claras (otra cosa es que se esté de acuerdo o no con ellas). Él se ve como un cowboy, con una fuerte religiosidad y un alto sentido patriótico. Quizá desde estos lares, estas cosas se vean de otra manera, pero para el norteamericano medio, Christ Kyle es un héroe que puso su vida en riesgo por su país.
Al final de la película, hay una especie de homenaje, con imágenes documentales, a Christ Kyle, muerto el 2 de febrero de 2013, curiosamente tiroteado por un compatriota, excombatiente también, cuando hacía prácticas en un campo de tiro; al parecer, el hombre tenía perturbadas las facultades mentales y cuyo juicio se celebra en estos días.
Kyle es tenido por el francotirador más letal de la historia militar de los Estados Unidos, con 255 enemigos eliminados, de los cuales 160 pudieron ser confirmados.