viernes, 22 de noviembre de 2024

LEPA SELA LEPO GORE

 


Dos jóvenes, Halil (Nikola Pejakovic), bosnio musulmán, y Milan (Dragan Bjelogrlic), serbio, han crecido juntos cerca de un túnel desierto que une las ciudades yugoslavas de Belgrado y Zagreb. Nunca se atreven a entrar, ya que creen que allí reside un ogro. Doce años después, durante la guerra civil de Bosnia, Milan está atrapado en el túnel con su unidad, y Halil está entre los sitiadores. En el hospital militar de Belgrado, Milan, que se recupera de sus graves heridas, recuerda aquellos años de la infancia, antes de que la guerra de Bosnia rompiera el juramento de amistad eterna entre los dos niños.


Una película etiquetada por algunos como propaganda serbia, que rememora un hecho real ocurrido en tiempos de guerra, cuando siete miembros de la 3.ª compañía del batallón "Drina" recibieron la misión de proteger el puente que se encuentra fuera del túnel de Brodar, cerca de Visegrad (Bosnia-Herzegovina), en septiembre de 1992. El cuarto día de guardia, las fuerzas bosnias los obligaron a entrar en el túnel, donde quedaron atrapados los siguientes nueve días, durante los cuales tres miembros del grupo murieron, tres lograron escapar y uno se quedó para cubrirlos. Los sitiados fueron atacados cada día y se quedaron sin comida, sin agua y sin radio. La ambulancia que intentaba llevarles ayuda, también fue atacada cerca del túnel, y la joven doctora Stojana Jojović y la enfermera Ljubica Kastratović murieron en el acto. 
El periodista serbio Vanja Bulić, entrevistó a uno de los supervivientes en el hospital de Užice, reconstruyendo esos dramáticos días. Con este material, Bulić escribió un artículo publicado en la revista Duga, que sirvió de base para el guion del film.


Película que comenzó a rodarse incluso antes de que acabase la guerra en territorio de Bosnia. La historia está contemplada desde el punto de vista serbio, aunque el realizador Srdjan Dragojevic, no esconde las atrocidades cometidas desde los dos bandos. Bien ambientado, el film consigue transmitir al espectador la angustia de los cercados dentro del túnel, con gotas de humor negro y mediante flashbacks, nos traslada a los años anteriores a la guerra, por un lado, la infancia de los dos amigos, cuando ni de lejos podría imaginarse lo que iba a sobrevenir años después y, por otro, a los días en que el conflicto estalla y todos los rencores larvados durante años, salen a la luz y las comunidades que mantenían una frágil convivencia durante el mandato de Josip Broz Tito, basada en el silencio primordialmente, se desatan con toda la furia, especialmente entre serbios y musulmanes, provocando verdaderas carnicerías y episodios de crueldad y odio notablemente salvajes.




jueves, 21 de noviembre de 2024

EL CÍRCULO PERFECTO

 


Tras años de asedio, Sarajevo se ha convertido en un verdadero infierno, con bombardeos continuos de artillería y francotiradores apostados en muchos edificios semiderruidos. El poeta Şair Hamza (Mustafa Nadereviç), decide que su esposa e hija se vayan de la ciudad junto a otros cientos de personas, en busca de un lugar seguro, aprovechando una de esas llamadas treguas humanitarias que permitirá salir a algunos civiles de la zona asediada. Tras regresar a casa, se encuentra a dos niños que han perdido a sus padres tras un ataque a sangre y fuego en su pequeño pueblo de los alrededores de la capital. Hamza cuidará de ellos, en la medida de sus posibilidades y tratará de que sean evacuados a Alemania, país al que ha sido enviada una tía de los dos hermanos, único familiar que les queda, una tarea que se antoja poco menos que imposible.


Leía yo comentarios sobre este film de 1997, escritos a finales del pasado siglo y principios de este, por espectadores que habían presenciado la película y en algunos de ellos, se hablaba de que bien pronto habíamos olvidado que en Europa acabábamos de vivir una cruenta guerra. Algo que, sin duda, a los europeos nos llenó de estupor después de tantos años sin conflictos armados a nuestras puertas, las guerras nos parecían cosa de otras partes alejadas de nuestro planeta. De manera subliminal, se dejaba entrever en dichos comentarios, que menos mal que todo aquello había pasado y que se esperaba otro largo periodo de paz en el viejo continente. Una amarga sonrisa asomó en mi rostro: Hace bien poco, el sátrapa ruso se encargó de recordarnos, que paz, lo que es paz, tampoco la habrá para nosotros, los privilegiados del mundo que creíamos haber alejado de nuestro entorno la palabra guerra.


Sarajevo se convierte en el escenario de este film de Ademir Kenovic, un escenario real, ya que se rueda en sus calles aún devastadas, cuando todavía no ha llegado el momento de la reconstrucción, así que ningún entorno podría haber reflejado mejor lo que el autor bosnio quiere trasladarnos, que no es otra cosa que el horror de la guerra. 
Lo hace a través de las penurias diarias de los inocentes: civiles, ancianos, mujeres y niños que sobreviven malamente con las balas silbando sobre sus cabezas y las bombas destruyendo sus hogares o a ellos mismos, buscando agua y comida cada día y sin posibilidad de escapar, pues las vías de evacuación están cortadas. Los dos hermanos, el mayor de ellos sordomudo, el maduro poeta y un perro que ha sido herido y dejado inútil de sus patas traseras por un francotirador, son los personajes principales de la historia. 
Pero Kenovic no se regodea en el drama, el poeta y los huérfanos, tienen sus momentos de aventura y diversión (esta palabra seguramente no es la más adecuada) dentro del drama y queda también patente la solidaridad entre los desamparados, la ayuda que se prestan y cómo tratan de superar la dureza de los acontecimientos a base de animarse unos a otros y de tratar de seguir con vida sea como sea. 
Una película muy triste, como lo es la guerra misma, con un final realmente desgarrador.




miércoles, 20 de noviembre de 2024

EN TIERRA DE NADIE

 


Guerra de Bosnia, 1993. Dos soldados de bandos distintos, un bosnio y un serbio, se encuentran atrapados entre las líneas enemigas, en tierra de nadie. Un sargento de los cascos azules de las Naciones Unidas se dispone a ayudarlos contraviniendo las órdenes de sus superiores, pues hay un tercer soldado herido, tendido en el suelo, que tiene debajo una mina antipersona que estallará al menor movimiento. Los medios de comunicación no tardan en convertir el asunto en un show mediático de carácter internacional. Mientras la tensión bélica crece y la prensa espera pacientemente nuevas noticias, los dos soldados intentarán por todos los medios salir con vida de tal situación.


Galardonada con el Oscar a la Mejor Película en habla no inglesa en 2001, con el argumento de que equiparaba a agredido y agresor, la película no fue del todo bien recibida, ni comprendida en el territorio de la antigua Yugoslavia, aún con la guerra recién acabada y todas las heridas abiertas. Sin embargo, hay que poner en valor que ya en aquel lejano 2001, además de representar la inutilidad e ironía de la guerra, es una llamada abierta a la reconciliación. 
Danis Tanovic, realizador y guionista del film, plantea la guerra como un círculo vicioso del que resulta imposible salir convida. Un asunto en el que los culpables no son solamente los contendientes, sino también quienes teniendo los medios para imponer un poco de cordura, vuelven el rostro hacia otra parte, como esperando a que las soluciones lleguen solas o a que se maten todos unos a otros y cuando no quede nadie, se acabó el problema; o los medios de comunicación, que tampoco salen bien parados de la crítica que la película plantea hacia sus métodos de buscar, más que la noticia, el sensacionalismo.


Los personajes son meros títeres en manos de las ideologías, la política y los postulados, a veces irracionales, de los nacionalismos. A pesar de lo terrible del argumento y aunque parezca un contrasentido, Tanovic consigue que, en algunos momentos nos parezca estar contemplando una comedia, eso sí, con tono de esperpento, sin perder de vista la seriedad del asunto que trata, ironizando y burlándose abiertamente de la guerra al mismo tiempo que la condena por absurda y cruel.




martes, 19 de noviembre de 2024

EL ABISMO DEL OLVIDO

 

El dibujante Paco Roca y el periodista Rodrigo Terrasa, nos acercan en esta obra la tragedia de las fosas comunes de la Guerra Civil y lo que estas representan.
A través de dos historias, la de Pepica Celda, cuyo padre fue fusilado cuando ella apenas contaba 8 años y cuyo indulto llegó cuando llevaba tres meses muerto. Ella había prometido a su madre que trataría de lograr que el cuerpo de su padre reposara junto al de ella, para lo que emprendió una titánica lucha contra la burocracia y la desidia política y administrativa, para que le permitieran exhumar el cuerpo de su padre.
Y la del enterrador del cementerio de Paterna entre 1940 y 1945, Leoncio Badía, antiguo maestro, voluntario en el ejército republicano tras el estallido de la guerra, condenado a muerte, que fue rescatado de la cárcel por intervención del cura de su pueblo y únicamente encontró trabajo como enterrador: ¿Quieres trabajar?, pues a enterrar a los tuyos, sentenció el alcalde. Leoncio ayudó en lo que pudo a las familias de las víctimas, incluso jugándose la vida para que pudieran dar un último adiós a sus familiares fusilados cuando los llevaban a enterrar al cementerio y siempre a espaldas de las autoridades. Después de tantos años, hijos o nietos de los fusilados, aún saludan con afecto a su hija Maruja, recordando y agradeciendo la humanidad que demostró su padre para con las familias.
El libro de Roca y Terrasa, reconoce la barbarie de los dos bandos y las represalias que hubo en ambos, pero, en el caso de los muertos, los del bando franquista ya tuvieron su reconocimiento, en lo posible, algo que se ha negado de manera sistemática a los represaliados y soldados republicanos, una vez llegada la democracia, bajo la excusa de no remover el pasado, negando a las familias que puedan cerrar el ciclo del duelo.
Claramente, los autores toman partido, pero lo hacen desde la reflexión y argumentado que es de justicia que las familias, sin duda las otras víctimas del rencor, puedan cerrar una herida que lleva tantos años abierta y cuya solución en ocasiones, llega demasiado tarde. Negar a los allegados que puedan llorar a sus muertos, es el peor de los castigos.



lunes, 18 de noviembre de 2024

LA BAHÍA DE LOS ÁNGELES

 


Durante unas vacaciones en Niza, Jean Fournier (Claude Mann), un modesto empleado de banca, conoce a Jackie Demaistre (Jeanne Moreau) y se enamora de ella. Se trata de una joven ludópata que se juega todo cuanto gana y que abandonó a su marido y a su pequeño hijo por el juego.


Aunque es cierto que el film trata sobre las adicciones y, más concretamente sobre las que acarrean los juegos de azar, es también una metáfora sobre el juego de la seducción.


Un film brillante con guion y dirección de Jacques Demy (por cierto, asistido por Costa Gavras), con una atractiva fotografía de Jean Rabier y la banda sonora de Michel Legrand, protagonizado por una deslumbrante Jeanne Moreau vestida por Pierre Cardin.
La historia de una amarga pasión.




viernes, 15 de noviembre de 2024

LOLA

 


En Nantes, Lola (Anouk Aimée), una bailarina de cabaret, espera el regreso de su novio Michel (Jacques Harden), que es el padre de su hijo y hace siete años que emigró a las colonias con la promesa de volver cuando se hiciese rico. Durante su ausencia, Lola es cortejada por Roland (Marc Michel), un amigo de la infancia, y por el marinero americano Frankie (Alan Scott), mientras ella se las apaña como puede para criar a su hijo.


Repleta de referencias cinematográficas como El ángel azul o Al final de la escapada, a los musicales de Hollywood, a la obra de Max Ophüls (a quien Jacques Demy dedica la película), entre otros, es una especie de cuento con personajes cuyas historias se entrecruzan acompañadas por la banda sonora de Michel Legrand.


El amor alocado y aventurero en la adolescencia; el más reflexivo de la juventud y planteado como una necesidad en la madurez. Una historia amable cargada de sentimientos, quizá la más olvidada de las películas de la llamada Nouvelle vague.




jueves, 14 de noviembre de 2024

MASCULINO, FEMENINO

 


Paul (Jean-Pierre Léaud), un joven recién desmovilizado del servicio militar en el ejército francés, conoce a Madeleine (Chantal Goya), una joven atractiva que aspira a ser cantante pop, y trata de conquistarla. Ambos salen juntos y terminan viviendo en la misma casa cuando Paul tiene que dejar el apartamento en que vive alquilado, aunque con dos amigas de Madeleine, Elisabeth (Marlène Jobert) y Catherine (Catherine-Isabelle Duport). Paul se aísla cada vez más de sus amigos y compañeros  y de sus políticas sociales y emocionales.


Retrato de la juventud de postguerra, al menos de una parte de ella, los que asistieron al nacimiento artístico de los Beatles o Bob Dylan; la comercialización de la pastilla anticonceptiva; 'los hijos de Marx y Coca Cola', como dice una de los títulos de texto del film. Jóvenes que hablan de la alienación de la clase obrera, seguramente revolucionarios de boquilla, pero, por otra parte, interesados por la situación social de los menos favorecidos o por los conflictos bélicos del mundo. Y ellas, pendientes de la moda, de su aspecto físico, del maquillaje, pero también hablando de amor libre, de control de la natalidad, de erotismo o de amistad; quizá algo alocadas e ingenuas, pero sinceras, divertidas y muy atractivas.
 

Jean-Luc Godard se aleja de las convenciones con diálogos a manera de entrevistas, series de preguntas e incluso adivinanzas. Quizá la mayor virtud del film es que habla de cosas que están ocurriendo y sabe captarlas, todas aquellas situaciones y vivencias que desembocarán en el Mayo del 68 y que Godard va dejando caer como pequeñas píldoras a lo largo de la película.