sábado, 31 de diciembre de 2011

DOÑA PERFECTA

Pepe Rey, ingeniero liberal, culto y librepensador llega a Orbajosa donde su padre y su tía han ideado su casamiento con su prima Rosario.
Al verse por primera vez, los dos jóvenes se enamoran.
En cuanto llega a casa de su tía Doña Perfecta, el pobre Pepe se enfrenta con toda Orbajosa, ciudad horrenda, pobre, sucia, en la cual la mojigatería y la superstición sustituyen a la religión, así como el tradicionalismo castizo más reaccionario a la ética.
El cura don Inocencio, aprovechón y cobarde, hace todo para desanimar a Pepe. Quiere que su sobrino, el pedante y pobre Jacinto, se case con la rica Rosario.
Doña Perfecta teje su tela de araña manipulando a sus conciudadanos con la ayuda del cura.
Tras una riña de antología en la cual Pepe le dice sus cuatro verdades a su tía, el sobrino se marcha de la casa familiar prometiéndo casarse con Rosario.
Orbajosa, ciudad episcopal, poblachón de población mediana, cabeza de la comarca en la que está, se convierte en un personaje más de la novela. Esta imaginaria urbe, puede ser ubicada en cualquier lugar de aquella España del segundo tercio de XIX, que vivía a golpe de levantamiento, de asonada en asonada, pretendiendo defender unas tradiciones que veía amenazadas por cualquier cosa que viniera de fuera.
Galdós ridiculiza la mojigatería de aquella sociedad, su hipocresía, su doble moral, personificada en quienes deben ser (y son) faro y guía, el Penitenciario de la Catedral, D. Inocencio, el tipo que tira la piedra y esconde la mano; Doña Perfecta, la persona más pudiente del lugar, que gasta su dinero en obras pías, pero que lejos de ser una persona ejemplar, es un lobo con piel de cordero, dispuesta a lo que sea para que todo siga tal cual está, chantajeando de forma sibilina a sus deudos y asalariados para que se enfrenten a lo que ella considera el mal.
Orbajosa no es sino el reflejo de la España mostrenca del momento en que fue publicada la novela (1.876), enfrentada a la modernidad, con un tremendo pulso a vida o muerte entre progreso y tradición.
Al contrario de lo que algunos críticos piensan, que Galdós apuesta definitivamente por la modernidad, yo creo, sin negar este extremo, que el autor culpabiliza a ambos bandos de su intransigencia, de pretender llevar al otro a su terreno por la fuerza desterrando toda posibilidad de diálogo.
El mismo Galdós indica que la solución no es fácil, debido al encono en la defensa de sus posturas por parte de cada bando, pero lo que también deja claro es que el camino de la fuerza sólo deja paso a una espiral de violencia y venganzas que ahonda cada vez más el abismo que separa ambas concepciones de cuál debe ser el camino a seguir por el conjunto de la nación.


viernes, 30 de diciembre de 2011

LA NOCHE DEL CAZADOR

Tras realizar un atraco, Ben Harper (Peter Graves) regresa a su casa y esconde el botín confiando el secreto a sus hijos John y Pearl (Billy Chapin y Sally Jane Bruce). La policía lo detiene, pero, antes de ser ajusticiado, comparte la celda con Harry Powell (Robert Mitchum), un falso predicador que ha sido detenido por robar un coche y que oye cómo Ben habla en sueños del dinero. Tras su liberación, Powell acude al pueblo de Harper obsesionado por hacerse con el botín, enamora a su viuda (Shelley Winters) y consigue casarse con ella.
A partir de ese momento, su único objetivo será conseguir que los niños le digan dónde está escondido el dinero. Ellos juraron a su padre que no se lo revelarían a ninguna persona, incluída su madre y cuando su padrastro asesina a su nueva esposa, logran huír de casa y emprenden una angustiosa huída seguidos de manera implacable por el predicador.

El film se basa en un libro homónimo de Davis Grubb, que no tiene la fama que ha obtenido el film con los años, pero en cuyas páginas se encuentra todo lo que Charles Laughton nos cuenta en la película, incluídas escenas enteras, como la de la madre en el fondo del río con la melena mecida por las aguas.
Al parecer, Grubb se mostraba bastante conforme con el tratamiento dado al adaptar su novela.

La peli, como la novela, describe la época de la gran depresión con toda su crudeza, las desgracias a las que se ven abocados los niños nos recuerdan a cada momento la obra de Dickens, y la huída en un bote por el río Ohio es comparable a las aventuras que narrara Mark Twain.

El film, en su momento, obtuvo un mediocre resultado de taquilla y la crítica no fue nada benevolente, ello provocó que Charles Laughton no volviera a dirigir jamás y eso que no era un neófito, pues aunque era su primera incursión como director de cine, no debemos olvidar su pasión por el teatro donde había dirigido con éxito varias obras.

Quizá se adelantó a su tiempo con esta especie de cuento de hadas, en el que el lobo feroz, el cazador, persigue a los niños hasta que estos encuentran la protección del hada madrina, encarnada por la señora Cooper, a quien da vida una excelente Lillian Gish.
El paso de los años ha convertido a la película en un clásico. Demasiado tarde.

En el film vemos una constante contraposición de opuestos: El bien y el mal, ese amor y odio que lleva tatuados Mitchum en sus dedos; niños y adultos; mentira (en este caso secreto) y verdad; masculino y femenino; luz y sombra...

El espectador ve a través de los ojos de los niños y estos lo ven con sus propios ojos, quiero decir que no están dotados de especiales cualidades, son niños que, muchas veces, no comprenden del todo lo que está ocurriendo y por eso lo ven todo como si fuera una pesadilla de la que sólo desean despertar entre unos brazos maternales. Es muy ilustrativa la escena en la que el pequeño John, acaricia las manos de la Sra. Cooper.

De hecho, toda la persecución a lo largo del río es tratada como una pesadilla infantil en la que animales nocturnos les acechan desde la orilla. Unos animales que parecen de atrezzo y que recuerdan algunas escenas de Alicia en el país de las maravillas, por lo irreales.
Como todo clásico que se precie, el film ha suscitado infinidad de comentarios, entre ellos que, dada la aversión que sentía hacia ellos, los niños fueron dirigidos en muchas escenas por el propio Robert Mitchum. Es una leyenda urbana, hay un libro "Heaven and Hell to play with", en el que su autor, Preston Neal Jones, explica todos los entresijos del rodaje, basándose en entrevistas realizadas al equipo técnico y artístico de la película, pero también ayudándose del material filmado que se quedó en la sala de montaje, como si fuera un verdadero making-of, en él dice, entre otras muchas cosas que se portó muy bien con los niños protagonistas.

Una peli en la que el onirismo es constante, en la que podemos palpar el miedo a través de esa mirada infantil, pero un miedo sin artimañas ni efectismos, que podríamos definir como perfectamente soportable y con un personaje soberbiamente interpretado por Robert Mitchum, que es la propia encarnación del mal, que nos ofrece una buena variedad de interpretaciones psicológicas. Un mal que no descansa y que nos persigue a todas horas, como dice en una de las escenas el muchacho: ¿No duerme nunca?



jueves, 29 de diciembre de 2011

LA MONARQUÍA

Que Iñaki ha metido a la Monarquía española en un buen lío es algo que a pocos se les escapa.
La institución es un residuo de otras épocas que apenas resiste la prueba del algodón democrático. A estas alturas pretender convencer a los ciudadanos que el poder puede ser transmitido por la vía de la sangre, aún atenuado por los límites del parlamento, es una tarea complicada y el equilibrio del que pende es un delgado hilo que pasa, en cualquier caso, por la ejemplaridad de sus miembros, esa es la mínima compensación que se les debe exigir a cambio de tantos privilegios.
D. Iñaki ha tenido un presunto comportamiento que no se le permite a los hombres comunes, pero es que él está casado con una de las hijas de los Reyes de España. Todavía hay algunos (empezando por él mismo) que se escandalizan por las informaciones vertidas, cuando lo verdaderamente importante no es el conocimiento de los hechos, sino los hechos en sí mismos. No se puede ser Casa Real para los beneficios y quitarse de en medio cuando la situación es molesta.
¿No sabía lo que estaba haciendo? ¿No sabía por qué le daban el dinero que pedía? Puede ser, porque al fin y al cabo a él y a todos los miembros de la Casa Real, el dinero se lo daban por lo que se lo dan siempre, por no hacer nada.
Y después está lo del Rey con la publicación del presupuesto y todo eso, ¡sólo faltaba! pero si el dinero es de todos. Lo que tendría que hacer, en lugar de tantos consejitos de honradez, de tanta transparencia, de tanto decir que la justicia es igual para todos, es dar las órdenes oportunas a quien se las tenga que dar para que devuelva todo lo que presuntamente ha sido malversado.
Mal asunto para ellos, porque le han perdido el respeto a la institución, pero el problema se les plantea cuando el ciudadano se pregunta para qué sirve esto de la monarquía y si no sabemos para qué sirve y encima nos enteramos de que alguien anda trincando (presuntamente) aprovechándose de un ente que no sirve para nada, pues eso...


miércoles, 28 de diciembre de 2011

RIFIFÍ

Tony le Stéphanois (Jean Servais) acaba de salir de la cárcel donde ha cumplido cinco años de condena por un robo.
Su amigo Jo le Suedois (Carl Möhner), al que Le Stéphanois no delató librándole de presidio y un compinche de éste, llamado Mario Ferrati (Robert Manuel), le proponen un atraco a una joyería. Le Stéphanois declina la invitación. Pero una serie de circunstancias, entre ellas que su antigua novia, Mado les Grands Bras (Marie Sabouret), está ahora con un mafioso local, Pierre Grutter (Marcel Lupovici), le hacen ver que la vida le depara pocas salidas, por lo que reconsidera su primera decisión y comienzan la preparación del robo, para lo que llaman a un especialista en abrir cajas fuertes, un italiano de nombre César, apodado El Milanés (interpretado por el propio Jules Dassin).
Lo que resultará ser un atraco perfecto, se complica por la intervención de Pierre Grutter que desea quedarse con el botín, tras haber obtenido una pista de lo ocurrido por culpa de una imprudencia de César.

Rififí es considerada por muchos como una obra capital dentro del género de películas de atracos y similares y a quienes así opinan, no les faltan un buen puñado de razones.

Una magnífica planificación y puesta en escena, con un montaje que no deja resquicios, nos traen una peli de esas que te va atrapando de una manera creciente. Muy bien narrada y dirigida, con una fotografía en la que, por un lado, tenemos algunas postales de una ciudad como París que tanto se presta a ello y, por otro, unos pormenores de los personajes y de las acciones que van realizando que son una maravilla.
La planificación de Dassin resulta a veces incluso excesiva (en el mejor sentido de la palabra), con algunas soluciones visuales en las que se nota un exhaustivo trabajo de composición. Recuerdo ahora algunas de las escenas de la preparación del atraco, con imágenes de los cuatro compinches en los que el director busca fórmulas para ofrecernos imágenes de todos ellos en el mismo plano que te hacen sonreír imaginando las vueltas que daría al asunto hasta colocarlos como los vemos en pantalla.

La peli tiene varias lecturas, desde la exaltación de valores como la camaradería o la lealtad, hasta mensajes más o menos subliminales que muchos relacionan con la situación personal por la que atravesaba Dassin, que se vino a Europa en busca de la libertad que el Macartismo le negaba en su país.

Todo ello teñido por un clima de fatalidad que refleja muy bien con su gran actuación Jean Servais, con su adusto rostro reflejando una especie de constante tristeza e incluso una suerte de desidia como si presintiera que esa fatalidad se acabará imponiendo.
Incluso la escena del music-hall con la canción que da título a la peli, interpretada po una exuberante Viviane (Magali Noël),  y que parece como un remanso de frescura en el film, no deja de ser el arranque de la tragedia.

La escena del robo, más de media hora, sin palabras, detalladamente contada en el plano visual, es un clásico que deleita a cualquier aficionado.
A esta escena, que es citada y alabada de forma repetida en cuantas reseñas y críticas del film puedan leerse, yo añado la huida de Le Stéphanois al final del film, con el contrapunto del niño en toda su inocencia apuntándole con la pistola de juguete y ajeno al drama que se está desarrollando.
Un final que pudo haber sido fácilmente edulcorado por Dassin con un leve giro y que sin embargo es duro, como dura, trágica y, sin embargo, tremendamente evocadora, es toda la historia.




martes, 27 de diciembre de 2011

EL ÚLTIMO JUDÍO

A quien ya haya leído algo de él y a muchos que no lo han necho, no hace falta presentarles a Noah Gordon, un periodista norteamericano de origen judío autor de unas cuantas novelas de corte histórico que podemos calificar como best sellers.
Su obra más exitosa es El Médico, escrita en 1986, la primera de la Trilogía de los Cole (junto con Chaman, de 1992 y La Doctora Cole, de 1996).
En esta que hoy comentamos, nos narra la historia de Yonah, un joven judío, hijo de Helkias Toledano, un orfebre de la ciudad del Tajo, al que se le encarga un relicario para guardar una reliquia de Santa Ana. Sin arte ni parte, se ve involucrado en una oscura trama de tráfico de reliquias y otro de sus hijos, el mayor, llamado Meir, es asesinado para robarle el relicario cuando iba a depositarlo en el priorato que hizo el encargo.
La acción se situa en la época inmediatamente posterior al fin de la Reconquista, cuando los Reyes Católicos firman el decreto de expulsión de los judíos.
La familía Toledano sufre las consecuencias de todo este asunto, así como las venganzas personales de quienes no desean que se sepa nada del mencionado tráfico ilegal de reliquías.
El padre es asesinado, el hijo menor, Eleazar sale de España con unos familiares, mientras Yonah ben Helkias Toledano, se ve obligado a errar por diversas regiones de la península, bajo el nombre de Ramón Callicó, decidido, como postrer homenaje a su padre y hermano muertos, a seguir practicando la religión judía.
Conoceremos a algunos personajes que influyen en su vida, el médico Bernardo Espina, el frayle Bonetrusca...
Pero sobre todo, reviviremos los acontecimientos de una época y las circunstancias de un pueblo que se vio sometido a una tremenda injusticia por el simple hecho de profesar una religión diferente, gente como cualquier otro español de aquel tiempo, en quienes se buscó una cabeza de turco para culpabilizarles de cualquier tipo de males que aquejaran a la sociedad en general.
Como es costumbre en él, Noah Gordon nos trae muchos detalles pequeños de la vida diaria de aquellas gentes y, siguiendo los diversos oficios que Yonah se ve obligado a desempeñar en su incesante huída de la Inquisición, sabremos del modo de vida de los pastores, los campesinos, marineros, artesanos del metal, médicos...
De agradecer el gran trabajo de documentación que ha realizado (también nos tiene acostumbrados a ello) para sacar a la luz este libro, no muy extenso, que se lee muy bien y que resulta de lo más entretenido.


lunes, 26 de diciembre de 2011

EL CERCO

Cinco hombres van a perpetrar un atraco en una fundición, se supone que en un día de paga, aunque no se mencione expresamente.
La acción se situa cuando ya se dirigen a su objetivo, sin que haya explicaciones del porqué ese lugar concretamente, ni detalle alguno de la preparación.
Cuando ya están en las oficinas de la industria, uno de los atracadores pierde los nervios y dispara contra uno de los empleados.
Será sólo el principio de una serie de imprevistos que dificultan el buen fin de la operación, entre otros las graves heridas de uno de ellos que llevarán a su hermano y cabecilla de la banda a buscar, primero refugio y más tarde un médico para que le cure. Los compinches se han separado y van a sufrir una metódica en intensa persecución por parte de la policía barcelonesa.

Pero entonces, aparte de Berlanga, Buñuel, Nieves Conde, Bardem y poco más ¿había un cine español en los 50?
Lo había, en efecto, la cinematografía no sólo se sustentaba en aquello que no molestaba al régimen o en el posterior landismo, había gente que sabía hacer cine, aunque más de uno, cual es el caso de Miguel Iglesias, hiciera más películas de esas para olvidar que de estas otras para enmarcar.

La peli es el trabajo de un magnífico plantel de profesionales, con escenas bien planificadas y una magnífica ambientación.
Unas actuaciones tremendamente convincentes, con actores entre los que recuerdo (por citar alguno) a José Guardiola, a la portuguesa Isabel de Castro o a ese magnífico secundario del cine español que fue Luis Induni.

Tiene muy buenas secuencias de exteriores y el paso del tiempo le da un valor documental innegable, reconocemos las calles de Barcelona y algunos pueblos de los alrededores, así como el ambiente de la calle en un día cualquiera: Los autobuses, la policía armada, los barrios, la gente en general...

Se me hace imposible ver el film sin citar las sircunstancias políticas del momento.
Empezando por la advertencia que sale al final de los títulos de crédito iniciales, en la que se nos dice que el film tiene como objetivo demostrar que ningún crimen queda sin castigo. Creo que estaba dirigida más a la censura que al público que iba a ver la película.

La película es extremadamente violenta para la época, con varias muertes, pero hay cosas que no se nos dicen: Ni cómo se formó la banda, ni qué piensan hacer con el dinero... Yo creo que, volviendo a la lectura política, son datos que se obvian deliberadamente, pues teniendo en cuenta que se nos indica que los delincuentes no están fichados por la policía española pero sí por la de Marsella, uno no puede por menos que recordar el modus operandi de algunas partidas del maquis que tenían su refugio en Francia, pero venían a Barcelona a dar sus golpes para recaudar dinero. Así que de nuevo la burla a la censura, me parece patente.




Las imágenes que siguen, pertenecen a una de las mejores secuencias del film, en la que el personaje de Induni es perseguido y abatido por la policía.
Muchos creen que está inspirada en la muerte de César Saborit Carrelero, un anarquista que formaba parte de un grupo un tanto peculiar, "Los Maños" y que fue muerto por la policía en Barcelona el 19 de julio de 1951.

EL CERCO, SECUENCIA

domingo, 25 de diciembre de 2011

LOS CHASQUIS

Chasqui significa en quechua "el que da o recibe" y era un mensajero al servicio del Imperio de los Incas encargado de llevar las noticias de un lado a otro. Éstos mantenían un complejo sistema de mensajeros que se transmitían unos a otros la información de forma rápida y cubriendo un amplio territorio. Los chasquis eran hombres jóvenes que mantenían un gran estado físico que les permitía andar por los terrenos más diversos, muchas veces muy dificultosos.
El Imperio Inca comprendió un amplio territorio, desde la actual Colombia hasta el centro de Chile (más de 4.000 kilómetros de largo), con una impresionante red de caminos, y todo ello con una tecnología que, dicho sin ningún menosprecio, estaba más cerca de la Edad de Piedra que de sus coetáneos europeos o asiáticos, pensemos que los incas no conocían la rueda ni el caballo.
Por ello este sistema de comunicación era de vital importancia y les daba ventaja sobre posibles enemigos o competidores. La clave del sistema era tener repartidos puntos para repostar cada cierto trecho, llamados tambos. Cuando un chasqui partía en su carrera con un mensaje a un punto distante del imperio, alcanzaba a toda prisa el primer tambo, le pasaba el mensaje a otro chasqui, fresco y descansado, que salía inmediatamente disparado hacia el segundo tambo, mientras el otro podía descansar un tanto, antes de que apareciera otro chasqui al que tuviera que relevar... El mensaje en cuestión era llevado por estos esforzados corredores, en una bolsita que se colgaban alrededor del cuello.
Siempre había chasquis corriendo por los caminos del territorio inca, en una verdadera carrera de postas, con una eficiencia tal que, según se dice, el Sapa Inca, señor del Imperio Inca, podía comer por la tarde en Cuzco, capital del Imperio, un pescado fresco que hubiera sido atrapado aquella misma mañana en la costa, a más de 500 kilómetros de distancia hacia el oeste...


sábado, 24 de diciembre de 2011

MANOS PELIGROSAS

Skip McCoy (Richard Widmark), un carterista que acostumbra a “trabajar” en el metro de Nueva York, le roba el billetero a Candy (Jean Peters), que actua como correo de su ex-novio, para hacerle un último favor, sin saber que, en realidad, forma parte de un grupo de espías comunistas. McCoy se lleva la cartera a su domicilio, una mezcla de casa y escondite en los muelles de Nueva York. Pronto descubrirá que, entre otras cosas, contiene un microfilm con una fórmula secreta y se verá acosado por la policía, el FBI y los comunistas quienes pugnan por recuperar el preciado microfilm. Desde los bajos fondos de la ciudad, McCoy y Candy comenzarán una relación en principio violenta y luego apasionada. Uno de los personajes eje de la historia es Moe (Thelma Ritter) una vagabunda de buen corazón que es confidente de la policía y que con un sardónico sentido del humor será el referente de la doble moral de la época.

Una buena banda sonora de Leigh Harline y una magnífica fotografía de Joe MacDonald, acompañan al guión firmado por el realizador del film, Samuel Fuller, sobre una historia de Dwight Taylor. Un guión, por otra parte, claro y conciso que permite seguir la narración sin ningún esfuerzo.

La película tiene algunas peculiaridades, sobre todo por lo que supone la implicación de espías rusos en la trama principal y por las escenas de violencia, de la que casi siempre son víctimas las dos mujeres del film, Candy y Moe.

Las actuaciones, de gran nivel, más que correcta Jean Peters, muy bien Richard Widmark y espléndida Thelma Ritter (nominada para el oscar a la mejor secundaria), con un papel lleno de evocaciones y que nos hace sentir debilidad por ella.

Siendo muy buenas tanto la fotografía como la puesta en escena, donde yo me quito el sombrero es en la maestría de Fuller para traernos sus mensajes en un momento en el que había que ser especialmente cuidadoso, con el macartysmo en plena ebullición y un guión con una historia centrada en el enfrentamiento de la guerra fría.

Bajo la apariencia de un film noir (que lo es), la primera percepción del espectador en que se está lanzando una tremenda invectiva anticomunista y Fuller lo hace, en efecto, cada vez que los actores llaman a alguien comunista es como si le estuvieran colgando el peor sambenito que se pueda poner. Pero si escarbamos un poco, si no nos quedamos en la apariencia, descubrimos que en un momento del film, Macoy lanza una soflama con su opinión sobre el patriotismo (el patriotismo americano, claro), que no deja títere con cabeza. Es cierto que Fuller lo pone en boca de un delincuente, pero ahí queda dicho.
Además, el retrato que nos hace de esa otra sociedad americana, la de los desheredados, es todo un fresco de lo que realmente se escondía bajo el oropel de la superficie, creo que no es gratuito que todo el film se desarrolle en el metro y a nivel del río, es decir, por debajo de la realidad que vemos, hay otra realidad, llena de pobreza y con supervivientes que malviven como pueden.
Moe (¡qué gran actuación de Thelma Ritter!), vende corbatas a gentes que van en camiseta de tirantes y da soplos a la poli a cambio de unos pocos dólares y ¿saben para qué?, para pagarse su lápida.

No menos maestra es la manera en que "utiliza" a Jean Peters, nos presenta sus curvas poderosas, sus ojos maravillosos y sus labios carnosos y sensuales, pero lo hace con elegancia y la sensualidad y el erotismo de alto voltaje que hay en algunas escenas, es una muestra de que no hay que enseñar carne para transmitir pasión, pero hay que saberlo hacer. Algunos le critican el oportunismo de introducir una historia de amor de cara a la taquilla, yo creo que hay algo más, hay un relato de sinceridad, de redención, en el amor de Candy, al que McCoy responde con violencia, la vida le ha hecho desconfiado, pero que acabará triunfando.
Fuller se pone decididamente del lado de los perdedores y consigue que nosotros nos identifiquemos con esa posición.
Manos peligrosas es más que un film con mensaje anticomunista, si ven la peli, lo descubrirán así (espero).
Y para no perderse detalle de la maravillosa escena incial en la que McCoy roba a Candy en el metro, una maravilla




viernes, 23 de diciembre de 2011

ILUMINACIONES

Iluminaciones es una colección de poemas en prosa del poeta francés Arthur Rimbaud, publicada por primera vez en la revista literaria parisina La Vogue entre mayo y junio de 1886.
Aunque no puede precisarse exactamente en que momentos escribió cada uno de los poemas, Verlaine los fechó entre 1873 y 1875 y se sabe que la mayoría los escribió durante su estancia en Inglaterra con el propio Verlaine.
Las únicas excepciones a la escritura en prosa, son Marina y Movimiento, que están en verso libre.
Aunque se nota la influencia de Baudelaire, los poemas de Rimbaud son más profundos y son un claro precedente del surrealismo, de hecho pueden considerarse surrealistas, aún cuando este término no estaba inventado, ni había aparecido el movimiento.
Un tema que se repite a lo largo de los poemas, es la protesta, Rimbaud parece protestar de casi todo cuanto ofrece la sociedad actual, no en vano, Albert Camus lo definió como el poeta de la rebeldía.
Textos breves y deliciosos, para disfrutar de esta prosa poética de uno de los grandes renovadores de las letras francesas de finales del XIX.


jueves, 22 de diciembre de 2011

LOS SOBORNADOS

Un policía, Tom Duncan, se suicida y deja una carta en la que confiesa haber pertenecido a una banda de gángsters, pero también denuncia la corrupción de altos funcionarios. Su viuda (Jeanette Nolan) esconde la misiva con la intención de sacarle provecho. Mientras, el sargento Dave Bannion (Glenn Ford) trata de resolver la muerte de Duncan.
El asunto se complica ante las sospechas de que ha podido ser más que un simple suicidio y que hay una parte que no ha salido a la luz y más aún cuando el sargento Bannion recibe órdenes tajantes de no seguir la línea de investigación que le conduce a la persona del "hombre de negocios" Mike Lagana (Alexander Scourby).
Bannion es obligado a entregar su placa y además sufre las represalias de quienes no están interesados en que sigan sus pesquisas y su esposa (Jocelyn Brando) es asesinada. Sin embargo encontrará una inesperada aliada en la novia de uno de los socios de Lagana.

La maestria de Fritz Lang queda patente en un film que va aumentando la tensión a medida que se acerca el final. De manera lenta pero inexorable, el realizador nos va conduciendo hacia el climax final en el que los protagonistas, desbordados por las situaciones se lían a tiro limpio entre ellos.

Película de gran violencia, si tenemos en cuenta que se rodó en plena vigencia del Código Hays y en la que, sin embargo, queda espacio para el amor, por un lado y la solidaridad por otro.

Lang consigue, en esta ocasión, que los personajes nos resulten más cercanos, porque en algunas de sus películas, los buenos son tan buenos, que nos resultan demasiado irreales. Aquí, aunque los caracteres están bien definidos, cada uno va a lo suyo, son egoístas y olvidan sus principios en algún momento.

Buenas interpretaciones, incluso de quienes tienen papeles más breves.
Es curioso ver a la hermana de Marlon (Jocelyn Brando) en su papel como esposa del protagonista o a Lee Marvin, vestido de una manera elegantemente hortera, como violento y despiadado mafioso.
Bien Ford y muy bien Gloria Grahame.
Interesante película en la que Lang ataca sin piedad la corrupción en distintos estamentos de la vida pública. Algunos dirán que esto es exagerado, pero yo creo que es tal cual a lo que hoy mismo sucede con todos los tejemanejes que hay en la economía y en la política.




miércoles, 21 de diciembre de 2011

SU ÚLTIMO SALUDO DESDE EL ESCENARIO

Las ocho historias que componen este volumen recogen otros tantos casos a los que Sherlock Holmes hubo de enfrentarse en el pasado, excepto la última, que da título al libro, en la que un sexagenario Holmes, abandona su retiro para descubrir a un espía alemán que está robando información de alto valor militar.
El libro fue publicado en 1917, pero la acción de este relato postrero, se remonta a los albores de la Primera Guerra Mundial. El comienzo del relato hace referencia a ello: Eran las nueve de la noche de un dos de agosto: el peor agosto de la historia del mundo. Ya entonces podía uno pensar que la maldición de Dios se cernía aplastante sobre un mundo degenerado, pues flotaban un silencio sobrecogedor y una sensación de vaga expectación en el aire sofocante y estancado. El sol se había puesto hacía rato, pero en el occidente lejano, a poca altura, se dibujaba una franja rojo sangre, como una herida abierta.
Aunque posteriormente se publicó otra colección de historias (El archivo de Serlock Holmes), los relatos de Su último saludo desde el escenario, corresponden, en el orden cronológico, a la última etapa de la vida de Holmes y, desde luego, este que da título al volumen es el último y en él se nos detalla, por ejemplo, que el conocido detective vive retirado en el campo y que acaba de escribir un manual sobre apicultura.
Si el inicio del relato evoca esos malos tiempos que se avecinan, el final nos deja, con un cierto regusto poético, metidos de lleno en el drama que se avecina: Pero es cierto que viene un viento del este, un viento que nunca ha soplado aún en Inglaterra. Será frío y crudo, Watson, y quizá muchos de nosotros nos marchitemos al sentir sus ráfagas. No obstante, no por eso deja de ser un viento de Dios, y cuando amaine el temporal brillará bajo el sol una tierra más limpia, mejor y más fuerte.


martes, 20 de diciembre de 2011

CARA DE ÁNGEL

Frank Jessup (Robert Mitchum), trabaja como conductor de ambulancia y un buen día es llamado para una urgencia a una mansión de Beverly Hills, allí conoce a Diane Tremayne (Jean Simmons), hija de los dueños y queda prendado de ella desde el primer momento. Es contratado por los Tremayne como chófer doméstico. Seducido por la dulzura y la apariencia angelical de su hija, Frank queda atrapado en sus redes maléficas. Él es un hombre corriente, bonachón, con novia formal (Mona Freeman) y aspiraciones modestas (montar un taller mecánico de coches). Diane, de 19 años, es caprichosa, solitaria, no tiene amigos, está enamorada de su padre, siente celos obsesivos de su madrastra y bajo una mirada celestial oculta una personalidad manipuladora, fría, malévola y psicótica.
En realidad, la contratación de Frank, se debe a su interés en que este trabaje en la casa. Pero aún hay más, ella ha maquinado un diabólico plan para deshacerse de su madrastra, lo que no entra en sus planes es un imprevisto que cambiará de forma radical las consecuencias que había previsto una vez consumado el crimen.

El resultado de los distintos acontecimientos es bastante previsible y, sin embargo, la película engancha desde el primer momento, claro que estamos hablando de dos actores de esos que te atrapan: Robert Mitchum y Jean Simmons y de una Mona Freeman, que aún con sus breves intervenciones, deja marcado su sello de calidad.

Si además el director es Otto Preminger, por más que esta no sea su mejor película, el innegable saber hacer del realizador, la forma milimétrica en que cada escena está medida y las delicatesenn que nos obsequia a lo largo de la hora y media de proyección, son todo un lujo.
Hay unas escenas hacia el final de la película, sin palabras, con Simmons recorriendo la casa vacía y con la música del maestro Dimitri Tiomkin, que son una delicia.
Igual que las interensatísimas escenas del juicio o la entrevista entre las dos mujeres, Jean Simmons y Mona Freeman, uno de los momentos más conseguidos de la película.

En definitiva, una obra muy bien realizada, con un magnífico trabajo de los actores y un final atrevido, arriesgado y sorprendente.
Esta mezcla de drama, película romántica y un cierto poso de cine negro, consiguen unos entretenidos y gratificantes instantes de buen cine.




lunes, 19 de diciembre de 2011

CUADERNOS RUBIO

Creo que no hay nadie en este país antes llamado España que cuando oye hablar de los cuadernos Rubio, no sepa de qué va la cosa.
Este tradicional producto, ha sacado una nueva línea enfocada hacia los mayores que podrá adquirirse también en farmacias. Según dicen, este material está especialmente indicado para personas que se encuentran en las primeras fases de Alzhéimer y se ha comprobado que pueden estimular su memoria.
Aparte de la función social que puedan hacer, también hay una parte muy importante de negocio en este asunto y en estos tiempos que corren, tan difíciles, es encomiable el esfuerzo imaginativo para lograr diversificar el mercado de algo que tradicionalmente era para escolares. Un gran cambio y una gran idea, creo yo.