martes, 30 de septiembre de 2014

EL DIARIO DE ADÁN Y EVA

Mark Twain presenta la historia del Jardín del Edén. He aquí los diarios de Adán, padre legendario, y Eva, madre de la raza humana. Las relaciones entre sexo femenino y masculino ¿han sido las mismas? Responde a esta pregunta presentándonos a Adán importunado por la curiosidad de su compañera que, con naturaleza inquisitiva, práctica y sagaz modo de ver lo que le rodea, pone nombre a lugares, seres, y animales del jardín. Eva "descubre", el fuego o el humo y sentimientos como el amor, el dolor, y la belleza de las cosas... También, el amor y la atracción hacia su gandul y a veces tosco compañero que, a pesar de todas las reticencias y prevenciones, incluso de un primer sentimiento de rechazo, no tiene más remedio que llegar a una conclusión: "allí donde estaba ella, estaba el paraíso". Rememora el mito del paraíso o jardín del Edén utilizando humor, sarcasmo, inteligencia incisiva y sutiles toques de patetismo para mostrarnos las ancestrales debilidades y modos de ser de la naturaleza humana.
Me ha divertido todo el libro, pero particularmente la forma que tiene de narrar el "descubrimiento" por parte de Adán, de Caín y cómo relata su desarrollo y crecimiento.
El libro es una divertidísima y poco ortodoxa reconstrucción de la vida en el Jardín del Edén.




lunes, 29 de septiembre de 2014

LA REDADA

Joseph Weismann (Hugo Leverdez) vive, junto a sus padres y hermanas, en la falda de Montmartre. Como todos los días, acude a la escuela, donde algunos otros como él, deben llevar cosida en el pecho una estrella amarilla que les identifique como judíos. Ese último día de clase, el profesor les despide deseándoles un feliz verano.
Poco pueden sospechar lo que les espera, en realidad, muchas de esas familias, se niegan a ver la evidencia y siguen confiando en que nada les va a ocurrir, como dice uno de los personajes: Los franceses no son como los cosacos.
El caso es que los alemanes están presionando al gobierno colaboracionista de Pierre Laval (Jean-Michel Noirey) para que detenga al mayor número de judíos, a fin de enviarlos al este, donde se harán cargo de ellos las autoridades alemanas.
Durante un tiempo se produce una especie de negociación entre franceses y alemanes, un tira y afloja en el que los galos son conscientes de que van a tener que plegarse a las demandas de los ocupantes. Los alemanes sólo quieren que se les entregue a los varones adultos, pero los franceses no ven con buenos ojos separar a las familias y además está el asunto de los judíos franceses, pues aunque una parte del censo de esa religión, son emigrados de los países del este, hay un buen número de ciudadanos franceses y otra parte que, aunque hijos de emigrados, han nacido en Francia.
La madrugada del 16 de julio de 1942, dos días después de la fiesta nacional que conmemora el aniversario de la toma de La Bastilla, la policía francesa, se despliega en la redada más vergonzante de su historia, 13.000 judíos serán sacados de sus hogares.

El guión se basa en testimonios de quienes presenciaron o protagonizaron aquellas terribles jornadas, como advierte uno de los rótulos de entrada: Los acontecimientos narrados en el film, incluso las escenas más duras, están basadas en hechos reales.
Roselyne Bosch, autora del mismo y realizadora del film, airea las vergüenzas de lo que fue la colaboración francesa con el régimen nazi, en un ejercicio de autocrítica que narra aquello que tan bien se ha sabido ocultar, al contrario de las historias tan difundidas de lo ocurrido en otros países, así que, supongo que en Francia, no todos verían el film con buenos ojos.


Gran parte de los detenidos, fueron llevados al Vélodrome D'Hiver, donde se hacinaron miles de personas de todas las edades y de ambos sexos, enfermos, ancianos, niños... En unas condiciones detestables permanecieron allí durante 5 largos días, sin que nadie supiera o quisiera darles razón de lo que iban a hacer con ellos.
El film narra cómo el médico judío David Sheinbaum (Jean Reno), se afana en atender a tan ingente población, sin medios y con la ayuda de unas pocas enfermeras, entre ellas Annette Monod (Mélanie Laurent), que acaba de llegar al velódromo con la con la consigna de que no cuente nada de lo que vea.
A pesar del peligro que ello supone, algunas personas se compadecen de los judíos y les ayudan en la medida de sus posibilidades, bien escondiéndolos, o bien facilitando su huida o prestándoles otro tipo de ayuda.


Aunque la situación de las familias, la angustia que viven, es retratada con verismo y sin artificios, sin duda lo más interesante es el tratamiento que hace de la situación de los niños. Es cierto que los protagonistas aparentes son el médico y la enfermera francesa a la que acaban separando del grupo porque ella no es judía, pero son los niños los que dan a la película un aspecto que la diferencia de otros films que se han escrito sobre el holocausto.
Otro de los logros del guión es la inserción de manera esporádica de imágenes de un Hitler (Udo Schenk) que pasa los ratos de ocio en su refugio bávaro de La Guarida del Lobo, ofreciendo un aspecto amable, bromeando con Eva Braun (Franziska Schubert), amable con sus perros, cariñoso con los niños y reprochando a los demás que beban alcohol o que coman ternera, un animal que ha sido cruelmente sacrificado... En las escenas siguientes o anteriores, vemos a los niños judíos, que no acaban de entender lo que ocurre, viendo como golpean a sus padres, como humillan a las mujeres y como son tratados como ganado y como tal son trasladados al campo de internamiento donde esperarán su traslado a Auschwitz.


Película dura, durísima, perfectamente ambientada y fotografiada, con una banda sonora que incluye algunas canciones francesas, empezando por la magnífica interpretación de Édith Piaf de París, que acompaña a los títulos de crédito iniciales y que ya te atrapa.
Las interpretaciones de Reno y de Melanie Laurent, igual que las del resto del elenco, más que correctas y entrañables donde las haya, las de los niños, el pequeño Nono Zygler, con su osito de peluche y sus compañeros.
La película toca la fibra sensible, pero porque la situación retratada es tan desgarradora, tan dramática y tan injusta, que eso es precisamente lo que arranca la lágrima del espectador, la narración de la realidad, porque aquello fue lo ocurrió.
Desde mi humilde condición de aficionado, me permito recomendar desde aquí que no se la pierdan, porque además de recibir una lección sobre unos hechos que mueven a vergüenza, por un lado y a admiración hacia las personas que pusieron en riesgo sus vidas por ayudar a quienes nadie quería, por otro, verán una magnífica película.




sábado, 27 de septiembre de 2014

EL BOBO WILSON

Dos niños nacen el mismo día en la misma casa en una pequeña población del viejo Sur: Chambers, hijo de la esclava Roxy, y Tom, hijo del amo Driscoll. En realidad, Chambers es la contracción de Valet de Chambre, acepción que seguramente su madre, Roxy, una negra de apariencia totalmente blanca, habría oído en algún lugar y sin saber qué significaba exactamente, a ella le debío parecer de cierto tono; Tom, es como todos conocen a Thomas Becket, el hijo de Driscoll.
Los dos son en apariencia blancos y casi idénticos. Aterrada ante la perspectiva de ver a Chambers vendido río abajo, Roxy intercambia a los niños, convirtiendo al esclavo en amo y al amo en esclavo. A partir de este equívoco de identidades, Mark Twain pinta en El Bobo Wilson (1894) un cómico retrato de la comunidad fluvial de su infancia, delatando con afilada ironía los tropiezos y miserias de sus pintorescos personajes: el juez Driscoll, los gemelos italianos Luigi y Angelo Capello, el investigador Blake y, por supuesto, el Bobo Wilson, a quien apodan así en el pueblo por creerle, sinceramente de tal condición, cuando en realidad, lo que ocurre es que nadie entiende su manera de ser y pensar, bastante superior a la de la media de sus conciudadanos que no se dan cuenta de que los bobos son ellos mismos.
Para sorpresa de propios y extraños, será la perspicacia de Wilson, su afición a coleccionar huellas digitales y su lógica deductiva las que descubrirán por fin el secreto de Roxy.
Lúcido y agudo testimonio de lo más cruel e inhóspito de la condición humana: la esclavitud.
 
 
 

viernes, 26 de septiembre de 2014

VEER-ZAARA

Veer Pratap Singh (Shahrukh Rukh Khan) es un piloto de rescate que vive en la India. Zaara Hayat Khan (Preity Zinta) vive en Pakistán con su familia de gran influencia política. Su padre ha arreglado su matrimonio con el hijo de un socio. Cuando su anciana nodriza, a la que está muy unida, se encuentra en su lecho de muerte, le pide a Zaara que lleve sus cenizas a su patria, la India, para descansar en su tierra. Zaara, aun sabiendo que al marcharse causará un gran disgusto en su casa, parte hacia la India.
A causa del accidente que sufre el autobús en el que viaja, conoce a Veer, que la rescata. Cuando Zaara le cuenta el por qué de su visita a la India, él decide acompañarla durante dos días, para que cumpla sin problemas su misión, puesto que ella es musulmana y además extranjera en esa tierra. 
Zaara, agradecida, le dice a Veer que le pida cualquier cosa para recompensarle por la ayuda que le ha prestado. Veer le pide que le conceda un día de su vida antes de partir, aprovechará para llevarla a su aldea, para que conozca el lugar en el que creció (Punjab). Una vez allí, conoce a los tíos de él que lo criaron cuando quedó huérfano. Su sueño es hacer progresar la aldea a través de la enseñanza.
A la hora de marcharse, en la estación de tren, aparece el prometido de Zaara, Razaa (Manoj Bajpayee), que enseguida se da cuenta de que Veer está enamorado de su prometida. En un momento a solas, al despedirse, Veer le confiesa a Zaara que pensaba pedirle que no se marchara, pero ahora que ve que está prometida, no tiene nada que hacer.
De vuelta a casa, Zaara no puede dejar de pensar en Veer. Tan mal se encuentra, que Shabbo (Divya Dutta), amiga y sirvienta de la casa, localiza a Veer y le pide que venga por ella y que huyan, porque Zaara no se atrevería a hacerlo por sí misma.
El día del compromiso de Zaara, Veer aparece en la ceremonia. Al padre de ella le da un desmayo, y el médico recomienda a la familia que no le den más sobresaltos o morirá. En vista de esto, la madre de Zaara se dirige a la casa de Shabbo, donde habla con Veer y le pide que deje a Zaara, por el bien de la familia. Movido por las palabras de la mujer, Veer dice que no piensa robar a unos padres su hija y que Zaara habrá de casarse con el hombre que ellos elijan.
Veer, al tomar un autobús, es detenido por unos agentes de policía, que lo llevan a la comisaría, acusándolo de espionaje. En el interrogatorio aparece Razaa, que se hace cargo de la situación; a solas le dice que firme unos papeles declarándose culpable de espionaje. Con ello asegurará la felicidad de Zaara, pues él la tratará bien. Si no lo hace, él la hará infeliz.


La película narra toda esta historia de amor que hemos resumido y que el protagonista le va contando a Saamiya Siddiqui (Rani Mukerji), la abogada que se va a hacer cargo de su defensa en la revisión de su caso.
Veer es un muerto en vida, ya que en Pakistán está encarcelado bajo otro nombre, el del verdadero espía (se supone) y en la Indía, le dan realmente por muerto, pues el autobús en el que debía regresar, se despeñó por un barranco y explotó, sin que hubiera supervivientes. Ahora es, sencillamente, el preso 786, el número sagrado de Allah, que se ha negado durante durante 22 años a hablar una sola palabra. Sin embargo cuando aparece la abogada, se decide a contarle su historia, porque ella le llama por su nombre y le asegura que cree en su inocencia.


Con todos los tópicos del cine de Bollywood, mucho colorido, canciones y bailes cada 10 o 15 minutos, largas escenas, buena fotografía y una verdadera obsesión de mostrarnos a los protagonistas bajo la lluvia, el film destila edulcorante a chorros, en un mundo maravilloso, en el que hasta la celda en la que está el preso, resulta casi agradable.
¿Las actuaciones?, Pues están muy guapos todos, la verdad, así que vamos a dejarlo ahí.
La peli dura tres horitas, pero se ve con agrado, en mi caso, claro, porque tiene un algo especial que sólo se encuentra en este cine hindú y que en occidente se ha perdido, por mentalidad y porque se ha superado aquella época dorada de las comedias pastelosas, así que en algunos aspectos, es como una vuelta al pasado, algo que hecho a menudo resulta insufrible, pero de vez en cuando, tiene su encanto.


Una vez soltada la andanada que precede, hay que señalar que, bajo la apariencia de culebrón venezolano, la película ofrece un mensaje muy reivindicativo a favor de la emancipación femenina, por un lado y de la reconciliación Indo-Pakistaní, por otro.
Yo no sé si es que por aquellos lares, el mensaje, tan directo y explícito, hay que presentarlo con esta envoltura, ya digo que no lo sé, pero sí que, formas aparte, me ha parecido muy valiente, sobre todo el referente al enfrentamiento entre las dos naciones, con unas heridas aún sangrantes y un trasfondo religioso muy determinante.




jueves, 25 de septiembre de 2014

JULIA

Es una obrita teatral escrita por Mariano José de Larra, en la que se narran las desdichas de la pobre Julia Quiñones que a la muerte de su padre ha heredado, junto a su hermano Carlos, un pequeño legado que le dará para vivir sin demasiadas alegrías.
Pero Carlos es un calavera de tomo y lomo que será fuente de desgracias para su hermana, ya que dilapida la herencia de su padre y se mete en deudas, de las que Julia, en silencio, le intenta sacar para salvar su honor, pero que, a su vez, darán pie a una serie de malentendidos que harán peligrar el futuro de la pobrecilla protagonista, en buena parte merced a la maledicencia de su tía y sus primas, las típicas lagartonas envidiosas y pagadas de sí mismas, en cuya casa vive Julia desde que quedó huérfana.
No deja de ser una especie de versión de La Cenicienta, pues todas las desgracias de la protagonista van dirigidas a que, cuando esa especie de príncipe azul que es Eduardo, el enamorado de Julia, la saque del atolladero, a ella, víctima inocente, y a su hermano, el público respire tranquilo y se quede tan contento con el típico final feliz en el que todos comen perdices.




miércoles, 24 de septiembre de 2014

JING WU FENG YUN: CHEN ZHEN

En 1914 la guerra estalló en Europa, los ejércitos británico y francés sufrieron bajas considerables por causa de los ataques alemanes. En 1917, el gobierno chino envió 150.000 obreros para ayudar a los soldados europeos a luchar con las fuerzas aliadas.
A cada obrero chino se le asignó una pulsera con un código de identificación, las marcas de las pulseras de cobre, se convirtieron en una señal para reconocerse después de la guerra. Los obreros chinos estaban mal equipados y además de intentar sobrevivir en el campo de batalla, tenían que trabajar apoyando en el frente.
En 1920, China era un país sin cohesión, con los japoneses adueñándose de los medios económicos a través del comercio y la explotación de los recursos naturales, con vistas a establecer sobre el territorio su influencia política.
Chen Zhen (Donnie Yen), es uno de los trabajadores chinos que acaban de regresar de Europa y junto a otros compañeros, tratará de luchar contra las injusticias que los japoneses están cometiendo.
Se asocia con un empresario local que regenta un club, donde entrará en contacto con los altos dignatarios japoneses del ejército. Allí descubrirá que existe una relación entre estos y las mafias locales.


Chen Zhen, es un personaje de la mitología china moderna, una especie de superhéroe en la mejor línea de los que hicieron famosos los cómics americanos, que pretende impartir justicia allí donde los poderes establecidos no llegan o, sencillamente, están corrompidos.
Otros actores famosos, como Jet Li, o el mismo Bruce Lee, han interpretado a este personaje en la pantalla.
En esta ocasión, se aprovecha para trasladarnos algunos hechos históricos, como la participación de los obreros chinos en la I Guerra Mundial, o la incipiente ocupación japonesa y la contestación de la población nativa.


El realizador, mezcla las típicas luchas basadas en artes marciales, de malos contra buenos, con una historia que pretende ser más profunda, de la que forma parte una cantante del cabaret "Casablanca", que en realidad es una oficial del ejército japonés y que vive una historia de amor con el protagonista.


Mucha pretensión para lo que después nos ofrece el film, porque la parte de las peleas, y alguna escena concreta, sobre todo, las del inicio del film, está dignamente realizada, con alguna exageración que otra, pero muy espectacular.
Preciosistas también las imágenes en las que se nos presenta el mundo del cabaret de Shangai, con una especie de remedo de las películas de cine negro, algo que después se diluye cual azucarillo.
En definitiva, entretenida, pero no vayan buscando argumento serio, porque el guión es un tanto penoso.




martes, 23 de septiembre de 2014

EL RAPTO

Es un libreto escrito en 1832, para una ópera breve con música de Tomás Genovés y Lapetra. Es una obra que raramente se suele mencionar entre la producción literaria del autor y de la que se han extraviado las escenas cuarta y sexta.
En realidad, la obra puede entenderse como una zarzuela, ya que se alternan las partes habladas y las cantadas.
El fracaso de la representación, la ha hecho desaparecer de muchos de los estudios que sobre el género chico se han hecho.
La pérdida de esas dos escenas convierte en un tanto confuso el argumento, pues la protagonista, Elena, hija de D. Pedro, un rico aldeano, vuelve a casa de su padre tras una larga ausencia y se habla de un pecado contra el honor que no queda demasiado claro.



lunes, 22 de septiembre de 2014

YIP MAN CHINCHYUN

En los primeros años del pasado siglo XX, comenzaban a desarrollarse los primeros acontecimientos que darían lugar a la posterior invasión de China por el imperio japonés.
La familia de un acomodado comerciante que vive en la localidad de Foshan, encuentra a la puerta de casa a un crío de pocos años, tirado en el suelo, aterido y semiinconsciente. Le recogen y le tratan como a un nuevo miembro del clan, el pequeño de la casa, Yip Man (Yu-Hang To) y su nuevo compañero Yip Tin Chi (Siu-Wong Fan), de edad parecida, crecerán como auténticos hermanos.
En 1905, cuando apenas apuntan como adolescentes, su padre les lleva a la escuela de artes marciales del maestro Chan Wah Shun (Sammo Hung Kam-Bo), donde van a recibir una completa educación.
Después de unos años, siendo ya casi un hombre, Yip Man marcha a Hong Kong, donde completará su educación en un colegio religioso católico. En Hong Kong conoce casualmente al maestro Leung Bik (Ip Chun), que le enseña nuevas técnicas de Wing Chun, ya que lo que había aprendido de este arte marcial en la escuela de Chan Wah Shun estaba basado en el antiguo arte.
De regreso a Foshan, será víctima de los sucios manejos de un importador japonés que trata de controlar el comercio local.


Especie de precuela de Yip Man , el film que había dirigido en 2008 Wilson Yip. En esta entrega, la segunda de la trilogía que a día de hoy se han filmado sobre este personaje, maestro de Bruce Lee, se nos narran aspectos de su infancia y primera juventud.
El guión desarrolla una truculenta historia en la que un comerciante japonés está utilizando sus negocios como punta de lanza para lo que será la futura invasión japonesa.
Al tiempo, tiene lugar una historia de amor, mas que liosa, porque siempre la tenemos clara, un tanto embrollada, ya que una de las compañeras de escuela de los dos hermanos, está enamorada de Yip Man, que no le corresponde, pero a su vez, Yip Tin Chi, está enamorado de ella. Yip Man, por su parte, vive su propio amor con la hija de un dignatario local, que le ayudará a salir de prisión cuando es detenido por una falsa acusación.


Narración rocambolesca aparte, el film no llega al nivel de la anterior entrega, aunque se nota el trabajo que los protagonistas han tenido que hacer para dominar hasta un nivel digno, las técnicas del Wing Chun, en las que los movimientos rápidos de las manos tienen vital importancia.
Unas dignas coreografías para las peleas, aunque carecen de la espontaneidad de la primera, aquí se ha tirado de cable y cámara lenta en más de una escena. Lo mejor de todo, sin duda, una fotografía muy lograda.
Entretenida, pero sin más.




sábado, 20 de septiembre de 2014

EL DONCEL DE DON ENRIQUE EL DOLIENTE

Las relaciones adúlteras que Larra mantuvo con Dolores Armijo, se reflejan en esta novela de corte histórico, el drama de Macías, el eterno trovador, ya caballero, pero a quien todos siguen apodando el Doncel,  que está poblada de personajes históricos de la corte de Enrique III de Castilla.
Redactado a modo de intriga cortesana, con multitud de enredos provocados por uno de los protagonistas, Enrique de Villena, tío del rey, que aspira a hacerse con el puesto de maestre de la orden militar de Calatrava, cuyo maestre actual ha muerto, algo que aún no se sabe en la corte, pero cuya noticia ha llegado al de Villena, personaje ambicioso e intrigante, que hace desaparecer a su esposa, pues los votos de la orden incluyen el celibato del maestre.
El libro volvió a adquirir cierta relevancia hace unos años, pues fue uno de los regalos que Dª Letizia Ortiz Rocasolano hizo al actual rey de España, Felipe VI, con motivo de su compromiso matrimonial, aunque no está claro que fuera porque le gustara más o menos la obra en sí, sino porque se trataba de una edición de lujo, publicada en Madrid entre 1852 y 1854 por Urrabieta y Martínez, que contiene 78 grabados y 38 litografías, una verdadera joya como ejemplar literario, porque su valor monetario no sobrepasa los 1.000 euros como mucho.
 
 
 

viernes, 19 de septiembre de 2014

LA CONSPIRACIÓN

En abril de 1865, el general del Ejército de Virginia del Norte, Robert E. Lee, rinde sus tropas ante el Ejército del Potomac. En Washington se suceden las celebraciones, pero la guerra, como tal, aún no ha terminado, focos rebeldes siguen activos y la situación es inestable en ese sentido.
Los vencidos guardan un terrible rencor contra los yankees y hay personas que no se resignan a la suerte de la guerra y planean venganzas. Este es el caso de un grupo de fanáticos sudistas que llevan tiempo planeando un atentado contra el presidente Lincoln (Gerald Bestrom), un proyecto que se lleva a cabo el 14 de abril de ese mismo año durante una representación teatral.
John Wilkes Booth (Toby Kebbell) dispara un tiro a bocajarro sobre el presidente que, aunque sobrevive, muere al día siguiente a causa de las heridas.
El autor es identificado rápidamente, ya que es actor y la gente del teatro le ha reconocido, sin embargo, el Secretario de Guerra, Edwin Stanton (Kevin Kline), cuando se conoce el nombre del asesino, pronuncia la frase que figura en el cartel del film: one bullet killed the president, but not one man (una sola bala mató al presidente, pero no un solo hombre). La teoría de la conspiración se pone en marcha y las detenciones se suceden, entre ellas, la de Mary Surrat (Robin Wright), madre de uno de los conspiradores. ¿Pero realmente Mary ha participado en la conspiración, o su delito es ser la madre de uno de los conspiradores?


El film narra la historia del asesinato del presidente Lincoln y la detención y posterior juicio de quienes participaron en el magnicidio, centrándose en la figura de Mary Surrat, que regentaba una pensión en la que tuvieron lugar las reuniones preparatorias.
El senador por Maryland Reverdy Johnson (Tom Wilkinson), recibe una carta de ella para que la defienda en el juicio ante un tribunal militar y aunque Johson se esfuerza para que sea juzgada por civiles en un juicio con jurado, no lo logra, llegando al convencimiento de que la larga mano del Secretario de Guerra está manejando los hilos para obtener una condena dura en un juicio rápido que anuncie a los vencidos lo que les espera ante cualquier veleidad de oposición al nuevo statu quo de la nación.
El senador pone al frente del caso a su joven pasante Frederick Aiken (James McAvoy), que ha combatido en el ejército vencedor como capitán, habiendo sido herido en combate, estima que si la Sra. Surrat tiene alguna posibilidad de salvación, esta pasa por las manos de un joven capitán del ejército de la Unión, antes que por las del viejo senador sureño.
Pero Aiken, como casi todo el mundo, está convencido de la culpabilidad de la acusada, hasta el punto que tras su primera entrevista, esta exclama: Nada han dejado al azar.
La actitud de Aiken va cambiando a lo largo de la vista y se esfuerza en demostrar la inocencia de su defendida, algo que le acarrea la animadversión de la sociedad local y hasta de su prometida, que opta por abandonarle, pero Aiken está convencido de que Mary Surrat va a pagar los platos rotos por su hijo John (Johnny Simmons), que se encuentra huido.


La bella fotografía de Newton Thomas Sigel, utiliza filtros que proporcionan una tonalidad sepia a algunos planos, buscando un paralelismo con las fotos de la época que han servido para ambientar el film, una ambientación, por cierto, muy conseguida, con unos maravillosos decorados que nos trasladan al escenario de los hechos.
Evocadora banda sonora que se remata con la maravillosa canción Empty, de Ray LaMontagne, mientras desfilan los títulos de crédito finales.


En la película participan, con cierta brillantez, unos cuantos secundarios, algunos no muy conocidos, pero cuyas caras nos suenan de pequeños papeles en cine o televisión (no hablaremos del teatro, pues la mayoría de nosotros, creo que no puede ir a Broadway a menudo, ¡qué más quisiéramos!), puede resultar un entretenimiento para el cinéfilo, ir adivinado de dónde le viene a la memoria este o aquel rostro.
La crítica, en general, ha visto en la película de Redford, algunas concomitancias, o al menos llamadas de atención, sobre situaciones actuales. Sabida es su militancia progresista y a nadie se le escapa que frases, como la del fiscal del caso (en tiempos de guerra, callan las leyes), pueden ser santo y seña de situaciones como la de Guantánamo, sin ir más lejos. Qué decir del alegato final de Aiken, cuando se queja de aquella mujer haya sido sometida a un tribunal militar y se desprecien algunos de sus derechos civiles: Muchos luchamos por defender los derechos constitucionales y algunos dieron su vida por ello.


En general, buenas actuaciones, con una Robin Wright que nos acerca, desde su rostro desolado, la tragedia de una madre que teme por su hijo y está dispuesta a lo que fuere por salvarle, y un James McAvoy que va ganando aplomo conforme avanza su interpretación, porque la verdad es que en algunos pasajes parece un personaje actual maquillado y con barba postiza  trasplantado a otra época, sobre todo durante el juicio, en el que se desenvuelve más como el abogado que vemos en las pelis o los telefilmes actuales, que como lo haría un letrado de mediados de XIX, puede que para preparar su papel, leyera los libros de historia equivocados.
Al final, Redford no toma partido sobre la culpabilidad o inocencia de la acusada y lo que hace, a través del film, más que reivindicar su figura, es proporcionarle ese juicio imparcial del que se le privó en su momento, para que sea el espectador quien emita su veredicto.




jueves, 18 de septiembre de 2014

ARTÍCULOS DE COSTUMBRES

Con gran capacidad de observación, Larra va dejando en esta serie de artículos periodísticos, sus impresiones sobre la vida y costumbres de la España de la época, analizando y estudiando las mismas, aunque rara vez es capaz de proponer soluciones y su capacidad sintética es casi nula.
Positivo en muchos de ellos y destructivo en algunos otros, D. Mariano no hace de los paises del resto de Europa un modelo a seguir, tentación a la que han sucumbido otros muchos, no hay más que darse una vuelta por sus escritos para darse cuenta de que es consciente de que en cada lugar tienen también lo suyo.
Francia, por ejemplo, no era sino un pueblo "cuasi libre" que en 1830 no había podido hacer más que una "cuasi revolución"; "en el trono tiene un cuasi rey, que representa una cuasi legitimidad". Inglaterra, referente para tantos otros, en la visión de Larra, poseía un orgullo nacional "cuasi insufrible", y su gobierno "cuasi oligárquico (...) tiene la audacia de llamarse liberal".
Como buen ilustrado, aspiraba a vivir en una sociedad ideal, culta y refinada, nada más alejado del mundo semiurbano, lleno de superstición y tradiciones de la España del 1800. Leer a Larra es leer a un buscador, un analista, un crítico mordaz y correoso, pero también es conocer la sociedad que nos precedió y de la que hemos heredado tantas cosas que creemos nuevas y propias.
Cargados de humor, un humor triste y amargo, eso sí, Larra refleja en sus escritos algunos aspectos de su propia personalidad, un tanto descompensada y así se observan en ellos dos términos casi contradictorios: por un lado las ideas de progreso, de dinamismo social y por el otro la idea de rebelión frente al materialismo y las presiones humanas. Entendiendo esto, puede comprenderse el porqué del cambio tan drástico en el estilo de composición de sus artículos costumbristas. Durante los años en que las ideas liberales lo representaron concibió la escritura como una acción social, luego, cuando esos ideales le abandonaron se refugió en sus sentimientos y transmitió al público el mismo desgarramiento que le atribulaba personalmente.



miércoles, 17 de septiembre de 2014

BENEATH HILL 60

Oliver Woodward (Brendan Cowell), acabados sus estudios de ingeniería, comienza a trabajar en una explotación minera de Queensland (Australia).
Estamos en 1916, en pleno apogeo de la I Guerra Mundial y aunque Woodward está en edad de alistarse, los directivos de la empresa para la que trabaja, le convencen para que se quede en su puesto y, desde allí, colaborar en los esfuerzos de guerra.
Durante ese tiempo, comienza una relación con Marjorie Waddell (Bella Heathcote), mucho más joven que él, hija de unos granjeros, que intenta convencerle de que no se aliste, pues Woodward está cada día más inquieto, sintiéndose como un cobarde por no estar participando en el conflicto armado.
Al final, se despide de Marjorie y se incorpora a las filas del ejército, que acaba de crear una unidad de zapadores encargada de cavar túneles para minar las líneas enemigas.
Casi sin entrenamiento, Woodward es destinado al frente alemán con el grado de teniente. En las primeras escenas del film, le vemos, con un cabo de vela, deambulando por los túneles donde están los hombres que van a ser sus subordinados, Woodward está perdido en aquel dédalo de galerías. Su participación en la guerra, ha comenzado.

Durante la I Guerra Mundial, una batalla subterránea se libró en el frente occidental, donde los alemanes, por un lado y los aliados, por otro, se dedicaron a excavar túneles bajo las trincheras enemigas, con el fin de minarlas y hacer saltar por los aires a sus oponentes.
Miles de hombres (y niños), de las zonas mineras de Baviera, fueron literalmente lanzados a los subterráneos para librar una guerra de la que, en muchos casos, nada sabían.
Para hacerles frente, los aliados alistaron a gente con experiencia en las minas, encargados de contrarrestar la mortífera ofensiva, aunque con una edad media de 42 años y polvo en sus pulmones, con lo que algunos enfermaban o morían durante su estancia en el frente.
El grupo de australianos al que pertenece Woodward, es trasladado hasta el frente belga, donde participarán en el minado de la colina 60, en un terreno peligroso, donde las filtraciones de agua son continuas y donde llevarán a cabo, junto a zapadores de otras naciones, la mayor voladura que jamás se llevó a cabo antes de la era nuclear, que hizo desaparecer del mapa la colina y cuya onda expansiva fue registrada en lugares tan alejados como Londres o Dublín.

La I Guerra Mundial, supuso un cambio de conceptos en muchos aspectos de la guerra, entre otros en el sentido de la caballerosidad que todavía reinaba entre algunos oficiales e incluso en los propios regimientos.
La guerra subterránea era considerada como poco honorable y las unidades que participaron en ella, hubieron de soportar no pocos desprecios de sus propios compañeros de armas.
Las condiciones de vida, como puede suponerse, eran bastante deleznables, si a los peligros propios de la acción bélica, unimos las malas condiciones de salubridad que la guerra de trincheras acarreó, el uso de gases de manera indiscriminada y la propia dureza añadida del trabajo minero, podemos hacernos una idea, aunque sea remota de la situación de estas tropas tan peculiares.


La estructura de la película incluye unos cuantos flashbacks que nos llevan directamente desde las trincheras europeas a la granja australiana donde el protagonista vive los primeros momentos de su amor con Marjorie, insertados de manera regular, como sirviendo de contrapunto a la claustrofobia de los túneles que, por otra parte, en ningún momento resulta agobiante, porque se presenta como una especie de antítesis de lo que ocurre fuera: barro, suciedad, disparos y muertos o heridos. Los túneles son, en palabras del propio protagonista, un lugar acogedor, que brinda protección frente al frío, la lluvia o el hostigamiento constante del enemigo; son el lugar donde el espíritu de camaradería y solidaridad se sublima, en parte por el mismo peligro que sufren bajo tierra, pero también por la inevitable cercanía en la que viven todos los días.
Interpretada por actores australianos desconocidos en estas latitudes, la película está acompañada por una buena banda sonora y muy bien ambientada para transmitirnos todo el agobio y la incomodidad que aquella guerra de trincheras supuso para los combatientes, con el barro metiéndose por las heridas abiertas.


Es cierto que el film podría haber optado por ser más efectista, por exprimir la tensión de los túneles, donde en cualquier momento podía aparecer el enemigo a la vuelta de un recodo en una galería. Esos peligros se nos plantean, sí, pero sólo eso (que no es poco), sin efectismos, casi sin tensión, porque la película opta por centrarse en el agobio que la propia situación bélica y las condiciones de trabajo, tienen en los soldados excavadores.
Al final del film, hay una escena, cuando los trabajos de tantos días han culminado, dejando muertos en el camino y se va a producir la voladura, en la que el capitán Woodward tendrá que tomar la decisión más difícil de su vida y en la que emotividad llega a su punto culminante.
Buena, entretenida e interesante película, que nos traslada la visión de una guerra que se torna mucho más dura, por las condiciones físicas y morales en que se desenvuelven sus protagonistas.




martes, 16 de septiembre de 2014

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

Dividida en siete volúmenes, publicados entre 1913 y 1927 (los tres últimos tras la muerte del autor), está considerada como la obra más importante de Marcel Proust y una de las cumbres de la literatura europea.
Rechazada por los editores, Proust hubo de pagar para que saliera a la luz el primer volumen e incluso una vez asumida por Gallimard, los problemas continuaron.
En sus páginas se mezclan varios géneros, desde la novela psicológica, hasta la autobiografía. En el primero de los volúmenes (Por el camino de Swann), se encuentra una escena que se ha hecho famosa y que a trascendido a la propia novela, aquella en la que el protagonista evoca recuerdos de su infancia al percibir el sabor y el aroma de una magdalena mojada en el te y en ella queda reflejado el tratamiento que hace Proust de la memoria involuntaria a lo largo de toda su obra.
Quizá la novela va perdiendo algo de calidad a medida que avanzan los volúmenes, para mi gusto, los primeros son los mejores, debido a ese declive (repito, al menos para mí) y a la extensión de la novela (3.500 páginas, nada menos), la lectura de la misma es un ejercicio que se me antoja algo difícil, toda una prueba de perseverancia.
Uno de los asuntos que más llama la atención, son las constantes referencias de Proust a la homosexualidad, masculina y femenina, y a la bisexualidad. Proust era homosexual, pero se vio obligado a vivir su condición en secreto y tuvo no pocos problemas por culpa de ello. Sus reflexiones alrededor de este delicado asunto, convierten el texto en una obra moderna, bastante adelantada a su época.
A pesar de esa especie de monumento megalómano que es, de ese declive de los últimos volúmenes y de esa rareza en buena parte de sus pasajes, la novela merece ostentar los laureles de obra clásica.
Al final, lo que nos queda de ella es el riquísimo lenguaje del autor, sus maravillosas descripciones, su labor de análisis sobre tantos aspectos de la naturaleza humana, sobre todo en lo referido al amor y su valor como testimonio de una época y de una determinada clase social.
Una obra para disfrutar con calma, sin prisas y, si se les hace pesada, pueden recurrir a leer cada cierto tiempo, cada uno de los siete volúmenes que conforman el todo.




lunes, 15 de septiembre de 2014

SECRETARIAT

Penny Chenery (Diane Lane), es ama de casa, vive en Denver (Colorado), tras haber renunciado a su vida profesional para dedicarse plenamente a su familia, esposo y cuatro hijos (dos niñas y dos niños).
Sin embargo su vida va a sufrir un giro radical cuando le comunican el fallecimiento de su madre. Sus padres viven en Meadow Stables, la granja de su propiedad en Virginia, donde se dedican a la cría de caballos de pura sangre. La madre fallecida, era la que velaba últimamente por el negocio, ya que su padre, el verdadero entendido en caballos, sufre desde tiempo atrás problemas de memoria, lo que le ha llevado a realizar algunas ventas un tanto cuestionables, en parte porque el entrenador de sus caballos trabaja también para otros criadores y se está aprovechando de la situación para realizar negocios dudosos en la venta de algunos ejemplares, por debajo de su precio real.
En contra de los deseos de su hermano y de su marido, que quieren vender la granja, Penny decide estar un tiempo al frente de la misma, hasta que dos yeguas que están preñadas, den a luz sus potrillos.
Una de ellas, alumbra un macho, al que ponen el nombre de Rojo (o gran Rojo), aunque cuando a los tres años comienza a competir, le inscribirán con el nombre de Secretariat.


La película narra la historia de un caballo excepcional y de su propietaria, una mujer no menos admirable.
Secretariat ganó lo que se conoce como la Triple Corona de las carreras hípicas norteamericanas en 1973, cuando hacía 25 años que nadie conseguía aquella proeza y los propietarios y aficionados, dada la evolución en la mejora de las razas y el aumento de buenos caballos, suponían que nadie más lo iba a conseguir. Pero es que, además, en la tercera de las carreras que le catapultaron al título, Belmont Stakes, la de más larga distancia que existe en los circuitos americanos, Secretariat, el gran Rojo, ganó con una impresionante ventaja de 31 cuerpos, batiendo el récord de la prueba y el récord del mundo en distancias largas, récord aún vigente en la actualidad.


El film plantea la historia con cierta frialdad, pues a pesar de tocar, en ocasiones de manera descarada, la fibra sensible del espectador, lo hace sin profundizar, como pasando de puntillas por ciertos aspectos tanto de la historia de Penny, como de la del caballo, que podrían haber dado más de sí en cuanto a fuerza dramática.


Al final, se centra sobre todo en las carreras de Secretariat, sin llegar, ni mucho menos, a la emoción y la perfección técnica que observamos en otras películas del género como por ejemplo Seabiscuit
Los actores cumplen, sin que destaque especialmente ninguno, incluido John Malkovich, aunque si hay que destacar a alguien es a la protagonista, Diane Lane, por su esfuerzo y entrega al papel que lleva el peso de todo el film.


El potencial de la biografía de Penny Chenery, su lucha por conseguir un sueño contra viento y marea y contra la oposición de su propio marido, apenas quedan esbozadas en el film, aunque es cierto que queda suficientemente claro para el espectador el tremendo esfuerzo de esta mujer para desdoblarse y sacar adelante una cuadra y una granja arruinadas y una familia de cuatro hijos, con sus problemas de adolescentes, a fuerza de viajar en avión entre Colorado y Virginia.
Un producto Disney en la línea de la factoría, sensiblera a ratos, muy políticamente correcta, sin que aparezca por ningún lado la cara oscura de las carreras y pasando de puntillas por las tensiones matrimoniales de Penny o por las veleidades hippies de su hija mayor.
Una historia de superación muy entretenida a pesar de que sepamos en qué va a desembocar la trama, desarrollada en un mundo feliz, con maravillosos paisajes y elegantes animales.




sábado, 13 de septiembre de 2014

SANGRE GUERRERA

Arimnestos, un muchacho de familia humilde, cuyo padre es el herrero de Platea, va a la guerra contra sus prepotentes vecinos tebanos. Aunque comienza como auxiliar, debido a su corta edad, acaba formando en la barrera de escudos como un hoplita más, junto a su padre y su hermano, que luchan por defender a su ciudad, buscando una victoria que saben más que improbable.
Tras haber sido golpeado hasta quedar inconsciente, en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, Arimnestos se despierta no como un héroe, sino convertido en esclavo. La lucha por la supervivencia comienza.
Una novela a la que se le ha criticado su fidelidad histórica, algo que, reconozco, no estoy en condiciones de juzgar.
"Sangre guerrera" es, sobre todo, un libro de acción construido alrededor de un personaje, Arimnestos de Platea, conocido por Duru en su época de esclavo, un superviviente que acabará siendo un matador de hombres (el título original de la novela es Killer of Men). Está ambientada en el contexto de las guerras entre el Imperio Persa y las ciudades estado griegas, en los albores del siglo V a.C.
La historia es muy entretenida y dinámica, con el protagonista participando en numerosas batallas y escaramuzas sazonados con el relato de la camaradería entre combatientes y los amoríos de Arimnestos.
El autor, durante muchos años miembro de la marina estadounidense, tiene una especial habilidad para describir con precisión y detalle, la mecánica de las batallas de la época, retratándonos a los protagonistas de la llamada revuelta jónica, no como héroes, sino como una mezcla de piratas y políticos, lo que nos los hace más cercanos, al huir de las típicas generalizaciones sobre ellos.
El ritmo trepidante, hace que la novela resulte de agradable lectura. Una buena manera de acercarse a uno de los momentos más atractivos de la Grecia antigua.


viernes, 12 de septiembre de 2014

CENTURIÓN

Quintus Dias (Michael Fassbender) es un centurión romano destinado, como segundo al mando, en un fuerte que custodia la frontera norte del Imperio en Britania.
Durante un ataque de los Pictos, toda la guarnición sucumbe y Quintus es hecho prisionero y trasladado al poblado donde será sometido a torturas para que revele los planes del gobernador de la provincia.
Quintus logra escapar, herido y medio desnudo a través de la nieve, hasta que, a punto de ser capturado por sus perseguidores, es rescatado por las tropas del general Titus Flavius Virilus (Dominic West) que van en busca de los pictos, para acabar con ellos.
Al general le ha sido impuesta como exploradora, una nativa, en realidad una espía del enemigo que, bajo el pretexto de guiarles por las montañas, en realidad les lleva a una emboscada, donde la IX Legión será literalmente masacrada.
Los pocos hombres que logran sobrevivir, deciden intentar rescatar a su general que está prisionero de los pictos. No consiguen su objetivo y, además, la consecuencia es que un grupo de nativos emprende una implacable persecución para acabar con estos pocos supervivientes.


Un hecho histórico da pie al guionista a desarrollar este relato: La IX Legión (por cierto, conocida también como "Hispana"), desapareció del territorio de britania sin dejar rastro, lo que ha dado lugar a múltiples elucubraciones a lo largo de los años, la más extendida, que había sido aniquilada por las tribus nativas. Hay que aclarar que la arqueología ha encontrado vestigios recientemente, de que la IX (en la epigrafía aparece muchas veces como VIIII) estuvo acuartelada, al menos hasta el 131 d.C., en los alrededores de Nimega (Holanda), por lo que lo más probable es que, sencillamente, fuera trasladada.


Con una preciosa fotografía y un acompañamiento musical muy llamativo de Ilan Eshkeri, el reparto cuenta con algunas caras conocidas, como la del propio protagonista Michael Fassbender, Liam Cunningham (los seguidores de "Juego de Tronos", le identificarán si les hablo de Davos Seaworth, el Caballero de la Cebolla), o la llamativa actriz y modelo ukraniana Olga Kurylenko, a la que los artífices del film, han convertido en muda, con lo cual, se quitan un problema de encima.


Bien ambientada en general, el film es básicamente una historia de persecución.
Al principio se nos introduce un poco en lo que podía ser la vida en la frontera de Britania, los peligros que se cernían sobre los legionarios y el último intento por someter a las últimas tribus libres. Ello da pie a una pequeña exhibición de historia alrededor de la legión romana, su campamento, su avance y la forma de combatir, ya digo que de forma breve, para entrar después en la persecución de los supervivientes.


La película es muy desigual, por ejemplo, las buenas imágenes, que las tiene, las fastidia con el abuso de los travellings aéreos; los combates, que son pocos, por cierto, son muy intensos, pero se recrea en enseñarnos todas las manera posibles de matar al adversario y allí vuelan manos, cabezas, piernas... todo regado con hectolitros de sangre. Creo que un tal Paul Hyett, diseñador de prótesis, estaba encantado de participar en la producción, ya que tuvo la oportunidad de fabricar gargantas acuchilladas, brazos seccionados, flechas en el ojo, quemaduras, aplastamientos...
Neil Marshall, en su línea, nos brinda acción por encima de guión, así que quienes disfrutan con este ir y venir constante, lo harán con el film, mientras otros asistirán atónitos al desarrollo de una peli que comienza fenomenal y sigue de manera bastante previsible.