Bella es una joven soñadora que vive en un pueblo con su padre Maurice, un inventor al que muchos consideran un viejo chiflado. Un día Maurice marcha a una feria de inventores, pero se pierde en el camino y acaba prisionero en un extraño castillo. Bella, preocupada al ver que el caballo de su padre regresa sin él, sale en su busca y al llegar al castillo descubre que su señor es una horrible bestia, pero aun así decide intercambiarse con su padre para salvarlo.
Allí conoce a unos objetos que poseen vida, entre ellos un reloj, un candelabro, una tetera y una graciosa tacita. Ellos quieren hacer sentir a bella como en su propio hogar, aunque la bestia la trate con maldad, porque quieren romper el hechizo de la rosa. Dentro de toda esa aventura se descubre el amor que se tienen la bella y la bestia. Y tras una jugada del destino Bella es encerrada con su padre en su cabaña por Gastón, un malvado que no acepta que una mujer le rechace. De allí parte al castillo de la bestia con el pueblo enfurecido decidido a matarla.
Algunos aficionados no dudan en calificarla como la mejor película de Disney de todos los tiempos. Yo no me atrevo a tanto, pero probablemente lo sea si lo quedamos reducido a la que podríamos denominar como época moderna de los estudios. En cualquier caso y, ante lo dicho, lo que si queda claro es que es un gran film. Y lo es por variadas razones, desde la acertada adaptación de los relatos en que está basada, hasta el increíble trabajo de animación, con unos fondos cuidados al detalle y, por supuesto, la magnífica banda sonora de Alan Menken.
El film se llevó dos Oscar (Mejor banda sonora original y Mejor canción original) pero además tuvo varias nominaciones más, pues otras dos canciones estuvieron en la lista y, por primera vez en la historia de los premios, un film de animación fue candidato a la mejor película.
La producción del film supuso un proceso largo (tres años) y laborioso (una legión de animadores y diseñadores trabajaron en él), en el que intervienieron técnicos para llevar a cabo los efectos por ordenador, muy novedosos para la época, todo para alumbrar este magnífico film en el que por vez primera una película Disney partía del guión, pues en las cintas anteriores se trabajaba a partir de story boards .
Cabe destacar el acompañamiento de unos maravillosos secundarios: Gastón el chico de pueblo que quiere casarse a toda costa con Bella, sin importarle sus sentimientos; Lafou, amigo de Gastón que le sigue en todos sus perversos planes; Maurice, padre de Bella, inventor al que todo el pueblo considera loco; y, por supuesto, los inolvidables sirvientes del castillo, la Sra. Potts la tetera, Chip taza hijo de la Sra. Potts, Ding Dong reloj de pie, Lumiere el candelabro, Fifi la plumero...
La confirmación de renacimiento de Disney tras La Sirenita y una delicia para niños de todas las edades, incluídos los que peinan canas.