miércoles, 25 de enero de 2012

IPCRESS

El agente Harry Palmer (Michael Caine) es destinado al departamento del Mayor Dalby (Nigel Green), para sustituir a un compañero asesinado.
Los agentes del departamento de Dalby están trabajando en un caso al que han bautizado “Fuga de Cerebros”. Al parecer, en un corto periodo de tiempo gran parte de los científicos más brillantes de Inglaterra han desaparecido o muestran un comportamiento errático que los ha inutilizado para ejercer sus tareas. Dalby no cree que esto se trate de una coincidencia, por lo que cuando un científico llamado Radcliffe (Aubrey Richards) desaparece, moviliza a todos sus hombres para que den con su paradero. El principal sospechoso de las desapariciones parece ser un tipo al que llaman Bluejay (Frank Gatliff), a quien Palmer decide seguir de cerca. Aunque en un principio la investigación parece ir bien encaminada, pronto Palmer se verá atrapado en una compleja situación cuando por error mata a un agente de la CIA. Ahora los verdaderos culpables aprovecharán este descuido para inculpar a Palmer y así deshacerse de la única persona que puede echar por la borda sus planes.

La peli sirvió para el lanzamiento al estrellato de Michael Caine, quien se había dado a conocer internacionalmente con la película Zulú, pero al que le faltaba ese empujón que te hace dar el salto al estrellato.
El guión toma como base la novela The Ipcress File, de Len Deighton y con posterioridad a esta película, tuvo alguna otra secuela.

Al productor Harry Saltzman, uno de los responsables de la primera entrega de 007 (sí, la del Dr. No, perdón por el chistecillo fácil), le pareció atractivo iniciar un camino con la misma temática, pero huyendo de la naturaleza que podríamos llamar más fantástica de James Bond.
En efecto Harry Palmer, es más cercano, lejos del glamour de Bond. Cuando se nos están pasando los títulos de crédito del film, le vemos preparando el desayuno en una corriente cafetera de émbolo y a lo largo de la cinta, nos lo encontraremos haciendo la compra en el supermercado del barrio, con su carrito, para preparar la comida.
A Palmer no le envían a misiones imposibles en el extranjero, ni se le acercan mujeres despampanantes, se conforma con ligar con una compañera de trabajo. Es mucho más realista y terrenal, bastante más creible para el público en general. Y lo poco que puede tener de sofisticación, es más de andar por casa, pues aunque aprecia la buena comida, se la hace él y aunque le encanta la música clásica, nada de Royal Opera House, o bien tocadiscos o, si acaso, una banda del ejército que ha hecho una adaptación de Mozart para tocarla en el templete de un parque.

Palmer es un tipo que ha llegado al servicio de espionaje porque en el ejército le formaron consejo de guerra por andar trapicheando en el Berlín de la postguerra y le pusieron en la alternativa de la prisión militar o servir a Su Majestad lavando trapos sucios.
La peli, por momentos, puede resultar algo lenta, el director (Sidney J. Furie), que tuvo sus más y sus menos con los productores, se toma todo el tiempo del mundo para presentar a los personajes. A mí particularmente, me gustó la pausa que le da a todo este ritual, pero entiendo que hay quien pueda aburrirse un poco. Hacia mitad del film, la acción se vuelve un tanto más trepidante, el ritmo narrativo y los niveles de tensión, centrados en la encrucijada en la que se ve atrapado Palmer, aumentan de nivel.

Estupenda actuación de Michael Caine y de sus superiores en el film (Nigel Green y Guy Doleman), con algunos diálogos muy irónicos entre ellos.
La cámara recoje abundancia de planos de detalle, algunos contrapicados y otros desde puntos de vista un tanto originales.
No será una obra maestra, desde luego, pero vale la pena verla, es una de las buenas películas de espías que surgieron en la Inglaterra de los 60.



14 comentarios:

  1. Tomo nota de esta película, que no conocía, para hacerme con ella. Por lo que cuentas, parece que será muy entretenida.

    Saludos cordiales

    ResponderEliminar
  2. Muy buena película.
    Me surge uan duda a la hora de tu comentario "la película que lo lanzó al estrellato".
    Si no recuerdo mal, "Alfie" -que es de 1966-,es la película que lo consagra y a partir de ahí es su lanzamiento al estrellato.
    De hecho estuvo nominado al Oscar por ese papel.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. IPCRESS es del 65, un año anterior. De cualquier manera, Natalia, Caine llevaba mucho tiempo en el mundo de la escena, pero su salto no comenzó hasta "Zulú", primero y luego ya un papel con más enjundia como es el de este film.

      Eliminar
  3. Yo conocí a Caine en la película "Lío en Río". Un excepcional actor que ha ido evolucionando y ganando tablas conforme ha ido pasando el tiempo. Habrá que estar al loro de la peli que nos citas y ver que tal.

    Un saludazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Trecce: esta peli es una gran peli de los años 60,Caine siendo ahora un actor consagrado como grande,no me pareció demasiado convincente en esta peli,pero claro, es que después he visto tan buenas actuaciones de él que el recuerdo se trastoca.Tendría que volver a verla,seguro que capto más.Saludos Trecce

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí sí me gustó el trabajo de Caine, pero ya sabes que lo de los gustos es más particular como el patio de mi casa.

      Eliminar
  5. Caine en esta película creo que hace una gran interpretación, aunque por supuesto a través de los años y la experiencia acumulada tiene mejores papeles. Saludos Trecce.

    ResponderEliminar
  6. Pues gracias por contármela otra vez, porque ésta sí la había visto, pero no me acordaba de nada jeje, saludos

    ResponderEliminar
  7. El saborcito y la ingenuidad del cine de los 60.Esa puesta en escena y los actores británicos, Caine, uno de los distinguidos.

    ResponderEliminar