
La película se queda en un quiero y no puedo que hace que, en algunos pasajes, se haga larga y hasta tediosa.
Está estructurado en dos partes, la primera hora dedicada a presentar a los protagonistas de los hechos (está basada en acontecimientos reales) y las circunstacias en las que se va a desarrollar la acción propiamente dicha y en la segunda parte (la segunda hora del film), asistimos a los combates que enfrentan a nativos y británicos.

Los secundarios retratan tipos demasiado esteoritipados cuyo rasgos son, en ocasiones, de una simpleza absoluta.

La ambientación es muy buena, al igual que la fotografía. No se ha reparado en medios a la hora de representar las danzas de los nativos, que son tratados con gran respeto y más si tenemos en cuenta que la película es de 1963. Es muy bonito el "duelo" de cánticos que hay casi al final. En general, la banda sonora es de lo mejor del film, no en vano se debe a John Barry.
Los actores principales son Stanley Baker, que aunque ha quedado casi en el olvido, hace una digna interpretación (fue además coproductor de la peli) y Michael Caine, que debutaba en un papel protagonista y al que le esperaban mejores trabajos en el futuro.

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