Ayn Rand es una de las más influyentes y reconocidas pensadoras de la filosofía del pasado siglo. Nacida en San Petersburgo en el seno de una familia judía no practicante, Rand fue testigo de todos los acontecimientos que precedieron y sucedieron a la revolución bolchevique, consiguiendo en 1925 un permiso para visitar a sus familiares en EE.UU. a donde llegó en 1926, para no regresar nunca y adquiriendo la ciudadanía estadounidense en 1931.
Durante su estancia en Hollywood, donde aceptó todo tipo de trabajos para poder sobrevivir, conoció a Cecil B. de Mille, que le ofreció trabajo y le enseñó algunos entresijos del mundo cinematográfico, llegando a aparecer, de manera reconocible, entre los extras de la película "Rey de Reyes"
We the Living es la primera novela de Ayn Rand. Publicada en 1936, la historia se desarrolla en la Rusia soviética. La inmigrante Rand se sorprendió por el fracaso de los intelectuales y políticos estadounidenses en defender los ideales estadounidenses de individualismo y libertad, y se horrorizó por la aceptación generalizada, incluso la simpatía, que saludó la expansión del comunismo, el socialismo y el fascismo en Europa.
Es la historia de tres jóvenes cuyas vidas son sacrificadas por un estado todopoderoso. Kira Argounova, a quien por su pasado familiar, no dejan seguir sus estudios para convertirse en ingeniera, cuando ella lo que soñaba era construír edificios de acero y cristal, es consciente de la injusticia del estado colectivista y su gran causa es su propia vida, no el estado ni sus camaradas. Ella mantendrá sus propios principios y eso será lo que le de fuerzas para seguir adelante, al contrario que Leo Kovalensky, procedente de una familia de la alta burguesía, hijo de un almirante de la flota del Zar, que, consumido por la ira ante la injusticia del estado soviético, no tendrá fuerzas para mantener sus principios y nunca se dedica a una causa, como hace Kira con su vida y Andrei con el comunismo. La sola presencia de Kira le recuerda constantemente a Leo lo que podría haber sido. Solo abandonándola puede finalmente adormecer su alma y dejar de sentir dolor.
El tercer personaje de este triángulo es Andrei Taganov que, como soldado en el Ejército Rojo, y luego como incondicional del Partido Comunista, lucha valientemente por la revolución, creyendo sinceramente que el comunismo elevará a todos a su nivel. Kira es justo el tipo de persona que Andrei cree que debería prosperar bajo el comunismo. Andrei, un idealista honesto, no puede cerrar los ojos ante la evidencia de que el comunismo no está redimiendo a la gente, sino que los está reprimiendo y aplastando sus vidas, trayendo solo sufrimiento a la mujer que ama. Se suponía que expropiar fábricas y abolir la propiedad privada liberaría a la nación. En cambio, aquellos que logran escapar de los campos de trabajo y los pelotones de fusilamiento se encuentran condenados a vivir en la miseria. Debido a que se dedicó sinceramente y por completo a una causa, Andrei pertenece a esos "vivos" a los que hace referencia el título de la novela, como pertenece a ese grupo la propia Kira, la más "viva" de los tres. Pero Taganov, después de darse cuenta de que ha sacrificado su vida y sus valores más preciados por un propósito innoble, no puede vivir con la enormidad de su error.
A estos tres personajes centrales acompañan otros que representan estereotipos de la Rusia soviética del primer tercio del siglo XX: especuladores; funcionarios corruptos; militantes del partido empeñados en denunciar y depurar a quienes tienen por burgueses; gentes que provienen de familias prósperas durante el zarismo y que pretenden seguir medrando con el nuevo estado, para lo que no dudan en denunciar a sus propios familiares por contrarrevolucionarios; antiguos burgueses que viven en la miseria tras ver confiscadas sus propiedades, sin poder acceder a un trabajo y siempre con la espada de Damocles de ser acusados de antisoviéticos sencillamente por su pasado o el de sus familias...
Rand enfrenta en su novela el valor supremo de una vida individual contra la maldad de un estado que reclama el derecho de tomar y sacrificar esa vida, sosteniendo que cada individuo tiene el derecho moral de vivir por sí mismo y buscar su propia felicidad personal. El estatalismo, por el contrario, es la idea de que el hombre no tiene derecho a existir por sí mismo, que es propiedad de la sociedad, para disponer de él como dicta el estado. Este es el poder que el estado soviético reclama sobre las vidas de Kira y Leo. Podríamos resumir la idea central del libro como la lucha del individuo contra el Estado.
A pesar de la dureza de la vida que retrata y de las angustiosas situaciones que plantea, el libro contiene algunos pasajes tremendamente poéticos, momentos de felicidad en medio del desastre que contrastan y de algún modo subrayan, lo tremendo y desesperanzado de la situación.
El final de la novela se me antoja un tanto teatral y quizá sin el nivel que ha demostrado la autora a lo largo de la narración, pero, como digo siempre, esta es una opinión muy personal que, seguramente, lectores más preparados puede que no compartan.
Ayn Rand dijo que esta no era una novela autobiográfica, pero que que era lo más cercano a una autobiografía que jamás había escrito.
Por lo que veo, aparte de Pasternak y Solzhenitsyn, hubo otros autores que también abordaron las contradicciones del socialismo soviético.
ResponderEliminarAyn Rand. además, es todo un referente.
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